Viggo estaba a cinco peldaños de llegar a la plataforma en la parte superior. Él podía ver el maravilloso piso de piedra obsidiana con hermosos calados que formaban una especie de círculo. Sin embargo, a pesar de la inusual iluminación, el supuesto minotauro no se veía por ningún lado. Viggo continúo ascendiendo hasta llegar a la plataforma y en cuando dio el primer paso sintió como si estuviera pasando por una barrera de viento. Después él escucho el tañido de una copa de cristal y los calados en el piso se iluminaron dejando ver intrincados dibujos con un brillo dorado. Al mismo tiempo, las uniones entre las piedras de las paredes a lo largo de todo el laberinto se comenzaron a iluminar.
Viggo comenzó a retroceder hasta chocar con algo que se sintió como una muralla. Entonces él se dio la vuelta y vio que no había nada, pero si tocaba con su mano se sentía como si hubiera una especie de muralla semitransparente. Viggo soltó un gruñido y se volteó para mirar hacia delante. Entonces el piso iluminado comenzó a descender y al mismo tiempo se empezaron a escuchar el bramido de una gran bestia. Viggo frunció el ceño y comenzó a caminar en dirección de los bramidos.
Por otro lado, a medida que el suelo se iba hundiendo comenzaron a destacarse grandes pilares de un metro de espesor. Al mismo tiempo, al fondo de la plataforma, en una especie de agujero empotrado a una muralla, se vio la cabeza de un toro. También se vio su enorme mano izquierda de cinco dedos con la cual daba de puñetazos una especie de muralla invisible. La enorme bestia abría su boca y bramaba mientras golpeaba la muralla con todas sus fuerzas, como si estuviera deseosa de luchar lo antes posible. Después se vio su enorme torso, igual al de un ser humano musculado, pero con los huesos del pecho sobresaliendo como si fueran grandes espinas. Después se vio su mano derecha, la cual mantenía baja y sostenía una enorme hacha de batalla. Y por último, sus dos patas con enormes pesuñas.
Viggo se detuvo a cinco metros del agujero en la pared que mantenía al minotauro atrapado. Al mismo tiempo, miraba como la gran bestia continuaba bramando y dándole de puñetazos a la muralla invisible. Viggo tomo su hacha con las dos manos, esperando el momento en que el piso detuviera su descenso y la bestia fuera liberada. Eso solo se demoró unos pocos segundos, en donde él quedo en una especie de arena de coliseo rodeado de grandes pilares de tres metros de altura. Como lo supuso Viggo, la muralla invisible se desactivo y la bestia noto que ahora era libre. Entonces el minotauro elevo su mirada al cielo y lanzo un bramido con todas sus fuerzas. Después él miró hacia adelante, dio un salto levantando su enorme hacha de batalla y cuando llegó a dos metros de distancia, descargo el hacha sobre Viggo. Este último saltó a su derecha y el hacha golpeo el suelo de piedra obsidiana provocando chispas.
Viggo se reincorporo de inmediato y la bestia de más de tres metros de alto se volteó para mirarlo. Viggo la miró también y se comenzó a mover hacia la derecha, como si la tratara de bordearla buscando su espalda. Él sostenía su hacha con ambas manos, escuchando su respiración, escuchando la respiración de la bestia, escuchando sus pasos y mirando en todo momento a la gran bestia. Viggo tenía una expresión severa y mirada aguda como una espada. Solo era él y su oponente en este momento. "Prepárate" escucho Viggo a su maestro en su mente. Entonces él noto como el minotauro lanzó un puñetazo con su izquierda. Viggo también movió su cuerpo a la izquierda, esquivando el ataque por muy poco. Entonces él levantó su hacha y la descargo contra el brazo del minotauro mientras soltaba un grito bestial. El hacha golpeo el antebrazo y genero al instante un gran corte que atravesó gran parte de la piel y la carne, pero que no alcanzo a llegar al hueso.
El minotauro soltó un terrible bramido, retrocedió en un movimiento torpe al mismo tiempo que lanzaba golpes con el hacha de batalla en su mano derecha para evitar que Viggo se acercara. Una vez que el minotauro pudo retroceder cinco metros, se agacho y se puso en cuatro patas, como si fuera un toro normal. Él escarbo con su pata derecha y se lanzó con un gran impulso hacia adelante. Viggo tuvo que saltar para poder esquivarlo, pero el combate solo estaba empezando y el minotauro continúo lanzando una embestida detrás de otra.
Viggo continúo evadiendo al minotauro durante un largo minuto, hasta que se aburrió, se puso firme y agarro su hacha con ambas manos para atacar. El minotauro se lanzó una vez más y Viggo lanzó un grito bestial al mismo tiempo que abanicaba con su hacha y le daba de llego en la cabeza. El minotauro logro transmitir parte de la fuerza de su embestida a Viggo, mandándolo a volar y chocar con un enorme pilar de piedra. Al mismo tiempo, el minotauro termino sin un cuerno y con el hacha clavada en su cráneo.
El minotauro se tambaleo por la herida. La sangre le manaba de la cabeza y le cubría la mitad del ojo izquierdo. Sin embargo, embrutecido por los genes, el minotauro solo dio un bramido cargado de furia, se arrancó el hacha de la cabeza y la lanzó lejos.
Al mismo tiempo, Viggo se levantó del suelo con un gran dolor en la espalda y en la cabeza. Sin embargo, ahora él estaba enfocado en ganar, así que el dolor no tenía ninguna importancia. Él se movió hacia adelante y el minotauro corrió a su encuentro mientras arrastraba su enorme hacha. Sin embargo, en vez de que lo envistiera, el minotauro levantó el hacha de batalla y la descargo en vertical. Viggo se mantuvo concentrado pese al dolor y rodó hacia un lado. El minotauro giro sobre su eje y lanzó un segundo corte horizontal. Al mismo tiempo, Viggo rodo pasando por debajo del hacha y fue esquivando y haciendo su camino hasta su hacha.
El minotauro continúo lanzando bramidos cargados de furia y golpes contundentes con toda su fuerza. La boca se le lleno de espuma y la sangre que manaba de su cabeza continuó bajando hasta llegar al suelo y salpicar por todos lados.
Viggo alcanzó su hacha y la tomo con sus dos manos, se puso de pie esperando un ataque y una vez que le lanzaron otro hachazo, se agacho pasando por debajo. Al mismo tiempo, lanzó un hachazo a los dedos del minotauro y le cerceno dos dedos. El minotauro soltó su hacha al instante, lanzó un bramido cargado de furia y contrataco con puñetazo de su mano izquierda. Viggo evadió otra vez por el mínimo margen y lanzó un grito, al mismo tiempo que descargaba su hacha dos veces sobre el brazo. La primera vez para cortar hasta alcanzar el hueso y la segunda vez para cortar todo lo que pudiera.
El minotauro retrocedió dando un angustiante bramido mientras su brazo izquierdo colgaba de un poco de musculo de bíceps. Al mismo tiempo, Viggo soltó su hacha, fue por la del minotauro y la tomo con ambas manos. Entonces él arrastro la enorme hacha mientras el minotauro trataba de retroceder chocando con los pilares hasta que cayó sobre su trasero. Viggo acelero su marcha hasta llegar a correr con todas sus fuerzas. Al mismo tiempo, arrastraba la enorme hacha de batalla produciendo un ruido metálico. Viggo llegó delante de minotauro, lanzó un grito cargado de furia y utilizando toda su fuerza para lanzar un poderoso corte a la garganta mientras el minotauro se cubría con su brazo derecho. El hacha de batalla le dio de lleno en el antebrazo y quedó a mitad de camino de amputarla. El minotauro bramo de dolor, pero hizo fuerza y empujo el hacha hacia atrás. Viggo soltó el mango del hacha y corrió hasta llegar a un metro del minotauro. Saltó encima de él, le tomo la cabeza y se la tiró hacia atrás. El minotauro comenzó a patalear haciendo fuerza, pero Viggo mantuvo firme su agarre hasta que se enfureció y lo tomo de la mandíbula y el cuerno para tratar de torcerle el cuello. El minotauro trato de lanzar manotazos con su mano única mano, pero Viggo grito y lo lanzó al piso boca abajo, imposibilitando cualquier tipo de ataque. Entonces Viggo concentro su mente y fuerza física, grito con toda la furia que había en su corazón y giro la cabeza del minotauro hasta que el cuello cedió, sonaron sus huesos y los bramidos se detuvieron.
Viggo soltó la cabeza del minotauro y empezó a retroceder mientras jadeaba con un terrible cansancio. Al mismo tiempo, el cuerpo del minotauro comenzó a brillar igual que el cuerpo del ciclope y poco a poco las partículas de luz se comenzaron a disipar hasta dejar solo una esfera de dorada y un cadáver de forma humada más parecido a una momia. Viggo detuvo su retroceso, camino tambaleándose y recogió la esfera del suelo.
-Veamos- dijo Viggo mirando su hacha a unos metros de él sobre el suelo de piedra obsidiana. Una vez que alcanzo su hacha, la levantó y acercó la esfera dorada al hacha. Con un simple contacto, el hacha comenzó a brillar con hermosos grabados rúnicos, emitió una niebla helada y la hoja se cubrió de escarcha. Sin embargo, parece que la sola energía de una esfera era insuficiente. Al poco tiempo el hacha recobro su forma normal y la esfera se volvió de piedra.
-Bueno ¿Cuántos más faltan?- se preguntó -¿Cuatro más?- Viggo negó algo molesto y siguió caminando hasta el espacio en el que estaba el minotauro. Una vez que Viggo llegó frente al espacio que era un perfecto cubo empotrado en una muralla, miró al final del espacio y vio un pedestal de piedra obsidiana. Entonces coloco la esfera de piedra y está volvió a tomar su color dorado.
Viggo ni siquiera se molestó en intentar ocupar la energía, ya que igual que la vez anterior, la piedra perdería su color dorado en cuanto la sacara del pedestal.
Después de completar la tarea que le dio Kiara, Viggo camino al otro extremo y miró hacia arriba y vio que el espacio por el que había venido ahora estaba casi tres metros de altura. Viggo soltó un suspiro cargado de cansancio y miró su hacha en su mano izquierda.
-Necesito una pechera con una argolla en la espalda como la de mi maestro para poder tener las manos libres- dijo
Entonces Viggo llevó su mano derecha y la metió en medio de las hendiduras que tenía la roca obsidiana, se agarró lo mejor que pudo y después llevo su mano izquierda; con dos dedos se apoyó, mientras que con los otros tres sujetaba el hacha. De esa manera, Viggo escalo la muralla hasta llegar a lo más alto y dar con la escalinata. Viggo se puso de pie sobre la escalinata y miró la extensión del laberinto de creta. El lugar estaba inusualmente iluminado con hendiduras brillantes en las paredes. Sin embargo, todavía conservaba esa niebla a ras de suelo que manaba por todo el laberinto. Sobre las murallas se veían solo tres siluetas, ya que la cuarta, estaba arrastrándose por la escalinata.
Viggo en cuanto noto a la persona, comenzó a trotar y cuando se dio cuenta que era Sakura, corrió con todas sus fuerzas. En solo un instante Viggo llego a donde estaba ella y la miró a la cara.
-Lo siento- dijo Sakura con lágrimas en los ojos -pero pensé que te ibas morir-
Viggo apretó su puño con furia al punto que le tronaron los huesos, pero soltó el aire y asintió con una mirada severa. Entonces él le paso su hacha a Sakura y la cargo en sus brazos. Viggo miró hacia delante con una terrible expresión de enojo mientras Sakura lo miraba desde sus brazos.
-Lo siento- dijo Sakura con los ojos cubiertos de lágrimas.
-No lo sientas, cree en mi para la próxima- respondió Viggo con un tono de voz molesto. Sakura escondió su rostro en el pecho de Viggo y lloró. Por su parte, Viggo siguió avanzando hasta dejar atrás la larga escalinata y llegar a la base de la muralla, donde lo esperaban el resto de las chicas en lo alto de la muralla.
Viggo dejo a Sakura apoyada contra la muralla y gritó hacia arriba -¿Todavía tienen la cuerda?-
-Sí- grito Ana de vuelta -¿Cómo está mi hermana?-
-Parece que se quebró una pierna, pero está bien por el momento. No te preocupes, le pediré a Kiara que la sane y si ella no puede, le pediré a mi padre. De seguro mi viejo tiene sus métodos para lograr que los huesos queden como nuevos-
-¿Qué hacemos con la cuerda?-
-Déjame pensar por mientras. Si se te ocurre alguna idea me dices-
-Ok-