Los dos carruajes llegaron a teatro de la familia Ganesha como a eso de las diez de la noche. El gran edificio de tres pisos se elevaba al final de una amplia escalinata de varios peldaños y tres descansos. En el primer piso había largas columnas con una temática griega mientras que en el segundo y tercer piso había amplios ventanales de 3 metros de alto, por 3 metros de ancho. Al mismo tiempo, la alfombra roja estaba extendida desde la entrada del edificio hasta el límite de la vereda, en donde se detenían los carruajes y descendían los dioses con sus invitados.
El primero en descender del carruaje fue Kain, quien ayudo a Hephaestus a descender. Después los siguieron Scheherezade, Sakura y Ana. Entonces el carruaje avanzó y dio paso al carruaje de Hera. Una vez que se detuvo, Kain se acercó a la puerta y la abrió. Hera fue la primera en dar un paso afuera y Kain le extendió una mano para que ella se apoyara. Ella sonrió con agrado y se apoyó en la mano. Kain la ayudo a descender y llevo a Hera junto a Hephaestus.
Por otro lado, el siguiente en descender fue Viggo, quien espero a que Semiramis se acercará a la puerta y le ayudo a descender. Después caminaron hacia Scheherezade, Sakura y Ana, mientras Odiseo se bajaba en último lugar y le indicaba al cochero que los viniera a recoger como a las 2 de la madrugada.
Una vez reunidos todos, Kain lidero el camino mientras Hephaestus le tomaba el brazo izquierdo y Hera el brazo derecho. Después lo siguieron Viggo, Semiramis y Scheherezade, los tres imitando a los mayores. Detrás de ellos iban Sakura y Ana, y al final de la procesión Odiseo, quien mantenía la distancia para que la gente no rumoreara que él había encontrado alguna amante o cosas así. Diferente del despreocupado Jason o del simple Aquiles, Odiseo pensaba en todo y entendía que le confería a una mujer pararse a su lado. Él era uno de los grandes aventureros de Orario y con eso venía un estatus igual de importante.
Por otro lado, Sakura y Ana dejaron que Viggo avanzará con Semiramis y Scheherezade por delante, ya que ellas dos iban a tener un negocio y era importante que la gente supiera su afiliación. Sin embargo, a cambio, Sakura y Ana habían pedido completa posesión de Viggo con respecto a las cosas del calabozo y los aventureros. Ellas ya habían recibido la cresta de Hephaestus y ahora se podían considerar de la familia Hephaestus, más que solo ser las nueras. Sin embargo, su porvenir iba a ser complicado, ya que solo eran unas fuertes aventureras de nivel 1. La próxima semana Tsubaki las tomaría bajo su cuidado y les enseñaría a ser aventureras.
De esa manera, todos entraron al teatro de la familia Ganesha y fueron guiados por un aventurero de la familia Ganesha engalanado en un traje de frac como el resto de los hombres. Avanzaron por un largo pasillo a mano derecha, mientras se deleitaban con las obras de arte colgadas en las paredes. No obstante, cuando llegaron a la escalera que daba al segundo piso, Kain se detuvo frente a la escultura de un guerrero de aspecto feroz. Él llevaba puesta una armadura de estilo romano y blandía una lanza. Se veía la intensidad de las emociones a través de los ojos, como si la escultura estuviera viva y demostrara el poder que tuvo en vida.
Kain se acercó a la escultura junto a Hephaestus y Hera. Él saco de su anillo un ramo de flores y la puso en la base de la escultura -ha sido un tiempo, Rómulo- dijo. Después se puso de pie y miró a la escultura a los ojos durante un rato. El resto solo guardo silencio y espero a que Kain continuara con el viaje.
Una vez que retomaron el viaje, subieron las escaleras y llegaron al segundo piso. Entonces avanzaron por un largo pasillo con enormes ventanales a mano izquierda. Pasaron por al lado de la puerta de dos balcones antes de dar con el balcón de Hephaestus y cuando llegaron, Hephaestus despidió al aventurero de la familia Ganesha.
Por otro lado, Sakura y Ana avanzaron hasta llegar a la baranda del palco y miraron hacia el interior del teatro, donde se veía un centenar de butacas y al fondo, un gran telón de color burdeos cubriendo el escenario. Al mismo tiempo, pudieron ver personas vestidas con frac y hermosos vestidos, mientras unos pocos vestían de forma estrafalaria. Entre medio de los estrafalarios había un hombre de cabello oscuro llevando una máscara de elefante y gritando "Yo soy Ganesha" y después lanzando una estruendosa carcajada.
Hephaestus se acercó a las chicas y les dijo -es el dios dueño de este lugar-
-¡¿Eh?!- respondieron las hermanas al mismo tiempo y Hephaestus soltó una risita encantadora. Ella les acaricio el cabello y les dijo -así es, aunque no lo crean…-
Después de revisar el palco, Kain y sus esposas se sentaron en la primera fila de sillas. Semiramis, Scheherezade, Sakura y Ana se sentarían en la segunda y Viggo y Odiseo se sentarían en la tercera. Al mismo tiempo, el resto de los palcos a los lados, al frente y en el tercer piso se comenzó a llenar. La gente en el primer piso comenzó a tomar asiento en las butacas y el ambiente se cargó de una plática que a ratos parecía un zumbido.
Desde el palco del frente en el tercer piso, una hermosa mujer alzó su brazo en señal de saludo y Kain alzó su brazo en respuesta. Ella iba acompañada por una mujer fornida y un muchacho con dos orejas de oso. Al mismo tiempo, Hephaestus y Hera pellizcaron a Kain de los costados.
Semiramis impresionada por la belleza de la mujer, volteó su rostro y preguntó a Viggo -¿Quién es ella?-
-Freya, una diosa- respondió Viggo -y la madre adoptiva de mi mejor amigo-
-Solo una mujerzuela- añadió Hera desde los primeros asientos -ten cuidado y vigila a Viggo que no se vaya a meter entre sus sábanas-
-No, bueno- dijo Viggo en un tono incomodo -eso sería un poco complicado. Después no podría mirar a Ottar a la cara-
-¡Pobre de ti, Viggo Dragonroad!- exclamo Hephaestus -mantente alejado de esa mujer-
Viggo torno los ojos al techo y negó en un gesto de fastidió.
Semiramis se dio vuelta hacia delante y preguntó a Hera -¿Ella es tan mala?-
-Mala, muy mala, así que ten cuidado- respondió Hera y le preguntó a Kain -¿Pusiste tu marca de protección en la mente de todos?-
Kain le tomo la mano, le beso el dorso y le dijo -claro que lo hice, tranquila-
Hera asintió satisfecha y miró hacia adelante con las mejillas ruborizadas. Se sentía un poco avergonzada al ser tan celosa de esa mujer, pero no hacia mal ser precavida. Por otro lado, miró a Semiramis de soslayo hacia atrás y le dijo -la subasta consiste en tres partes. Cuando lleguemos a la tercera parte hablaremos de las piedras preciosas-
Semiramis asintió y miró hacia adelante, más allá de la baranda, notando como las butacas estaban casi llenas.
Al poco rato se abrió el telón burdeos y una mujer de exuberante belleza inició la subasta. Ella saludo a todos los presentes y después comenzó a mencionar diferentes tipos de productos como obras de arte o productos de tierras lejanas. Un aventurero vestido de frac trajo las obras de arte al escenario y la competencia dio inicio. La gran mayoría de los nobles que estaban sentados en las butacas reaccionaron comprando una que otra mascara, un jarrón o una pintura. Sin embargo, ninguno de los dioses que estaban en los palcos emitió juicio alguno. Al parecer, eran indiferentes a tales cosas banales o de baja categoría.
Poco a poco los productos fueron subiendo de precio hasta alcanzar varias decenas de millones de valis. La propia Semiramis ni siquiera lo podía creer, si hubiera participado en este momento, su fortuna se hubiera ido comprando una simple vasija. Esto a su vez le dio una idea de lo pobre que era en comparación con todos los presentes. Al mismo tiempo, Viggo la notó suspirar con melancolía y puso su mano sobre el suave hombro. Ella a su vez, reposo su mejilla en la mano de Viggo y sintió el consuelo a través del agradable calor.
De esa manera, paso la primera parte de la subasta sin mayores contratiempos y todos fueron invitados al banquete. Hera tomo prestada a Semiramis para presentarla a sus conocidos, mientras Hephaestus tomo prestadas a Sakura y Ana, para hacer lo mismo. Kain fue llamado a un lado por Miach para conversar sobre un tema. Odiseo siguió a Hera como su guardaespaldas. Solo quedaron Viggo y Scheherezade por su cuenta. Sin embargo, ninguno se hizo problema. Al contrario, sentían que les hacía falta este tipo de instancias, donde solo disfrutarían del momento sin planificar nada.
Viggo le ofreció su brazo izquierdo y Scheherezade sonrió y apoyo ambas manos en el antebrazo. Viggo la condujo a lo largo del gran salón de banquetes, nombrándole algunos dioses que iban viendo en el camino, su estatus dentro de Orario y que era lo que hacían. Por supuesto, Scheherezade capturaba la atención de los hombres, pero ninguno se atrevía a molestar a Viggo. Puede que la fuerza de Viggo en este momento fuera solo la de un nivel 4, pero era un Dragonroad. Su padre era un dragón que nadie quería molestar. Así que solo miraron desde la distancia.
No obstante, un joven casi tan alto como Viggo se acercó a ellos. Él tenía dos pequeñas orejas peludas en la parte superior lateral de su cabeza, como orejas de oso, mientras una mujer alta y fornida caminaba a su lado. Detrás de ellos venía una mujer hermosa; la misma que Hephaestus y Hera advirtieron a Viggo que se mantuviera alejado. Sin embargo, eso sería difícil, tirado a imposible, después de todo, ella era la madre adoptiva del chico de las orejas de oso.
-A sido un tiempo, Ottar- dijo Viggo tendiéndole la mano derecha
Ottar se detuvo delante de Viggo y le estrecho la mano con una gran sonrisa -A sido un tiempo- dijo
-¡Yo!, mocoso, parece que la fruta no cae lejos del árbol- dijo Mia Grand deteniéndose al lado de Ottar
Viggo miró a Scheherezade, se ruborizo viendo lo hermosa que era y dijo con una gran sonrisa -ella es mi esposa, se llama Scheherezade-
-Mucho gusto, hermana- dijo Ottar con una mirada amable
-Mucho gusto en conocerlos- respondió Scheherezade haciendo una pequeña reverencia.
-Joven Viggo, estuviste un tiempo fuera. Es bueno ver que volviste sano y a salvo- dijo Freya con su voz tan melodiosa como una campanilla. Ella se detuvo al otro lado de Ottar y miró a Scheherezade. Freya continuo -eres hermosa querida-
-Muchas gracias, diosa Freya- respondió Scheherezade
Ottar miró a Freya y ella asintió en con una sonrisa suave. Ottar miró a Viggo y le pregunto -sobre la promesa-
-En cuatro meses- respondió Viggo
-¿Cuatro meses?- pregunto Ottar extrañado
Viggo sonrió en todo momento y le dijo sin sentirse mal -me han dicho que tú estás ultra fuerte; ya puedes luchar contra la tía Mia-
-No soy tu tía, mocoso- refunfuño Mia
Viggo ignoro el comentario y continuo -en estos momentos solo soy un nivel 4, pero papá me empezara a enseñar touki-
Los ojos de Ottar comenzaron a brillar y dijo con una gran sonrisa -estoy esperando a ver los resultados-
Sin darse cuenta, todas las miradas de los alrededores se empezaron a concentrar en los dos amigos. Scheherezade miró los alrededores y supo que había algo especial en este evento. Era como cuando los grandes nobles de Persia se reunían a competir en sus caballos.
-Par de idiotas ¿Por qué no lo gritan en medio de la guild?- pregunto Kain mientras se acercaba. Él avanzaba con una sonrisa en los labios mientras miraba los alrededores. Considerando el ambiente y las necesidades de su hijo, pensó en que este era el mejor momento para realizar una maniobra arriesgada.