Rosa estaba miserable. Se sentó dentro del carruaje que la llevaría a la manada Blackthorne con alfa Logan, se sentía como un equipaje que sería entregado. Esta no era la unión que ella deseaba.
La satisfacción que sintió al hacer que Nycta viera su error no la llevó muy lejos, porque al final del día, su momento sagrado fue arruinado. Ninguna cantidad de palabras podría hacerla sentir mejor.
Alguien golpeó desde afuera del carruaje y la voz de su padre se escuchó dentro, pidiéndole que lo abriera. Rosa sabía que era él, podía oler su aroma, pero aún estaba muy enojada cuando abrió la puerta y dejó entrar a su padre.
—Sé que estás enojada —dijo el rey Amidas con calma—. Pero, esto es necesario.
—Esto no es necesario. Logan no está en una posición fuerte. Es un ex beta, no tiene ninguna relación con la familia real. Es la figura más débil entre las tres manadas de este reino. —Rosa todavía no podía mirar a su padre a los ojos.