—Sí, no habíamos estado juntos durante un día y una noche.
—Desde anoche, había estado extrañando locamente el aroma de Miguel.
—Miguel respondió con entusiasmo, rodeando mi cintura con su brazo, presionándome contra su cuerpo y besándome, sus labios presionados contra los míos, quitándome el aliento.
—Puse mi mano en la parte trasera de su cabeza y agarré su cabello corto. El cabello de Miguel era grueso y suave, como el mío, fuerte y decidido. Sabía delicioso. Podía sentir cómo mi parte baja se humedecía. Miguel me besaba y tocaba. Solo pensar en ello era suficiente para excitarme.
—Miguel y yo presionamos nuestros cuerpos juntos. Chispas de pasión ardían entre nosotros. Incluso podía ver las chispas en el aire. La electricidad recorría mi cuerpo, y sentía que cada parte de mi cuerpo se calentaba.
—Miguel mordió mi labio y siguió lamiéndolo, lo atrapé con mi lengua, y intercambiamos un beso húmedo.