Había una mirada de pavor en los ojos del ave negra mientras desataba toda su velocidad para escapar. Sin embargo, habiendo perdido su cuerpo físico, y con las graves heridas que sufrió el alma Naciente, el ave negra ya no tenía una base en la cual refugiarse. Sin importar lo rápida que fuera se vería afectada. Si fuera otro su oponente, este efecto no sería tan devastador. Pero, de entre todas las personas su oponente tenía que ser Wang Baole, un Niño Oscuro.
Después de todo, hasta cierto punto, un Alma Naciente se formaba a partir de un alma. Wang Baole levantó su mano derecha mientras salía disparado, y la Mano Guía de Alma apareció a gran velocidad. El Fuego Oscuro también se esparció en todas direcciones, atrapando en cada esquina al ave negra, de forma tal que sin importar lo mucho que se esforzara ni como utilizara la espada negra, todo era inútil. Solo eran contratiempos para Wang Baole.