—¿Qué—qué es? —preguntó Jiang Yue nerviosa, su tono vacilante.
—Ver este lado tuyo hizo que mi corazón latiera más rápido —afirmó Luo Zhelan con una expresión seria.
La nerviosidad inicial de Jiang Yue desapareció al instante, reemplazada por una mirada feroz dirigida a Luo Zhelan.
Al ver que la había alterado aún más, Luo Zhelan señaló hacia su monitor cardíaco:
—¿Ves? No me lo estoy inventando.
Mirando el monitor, Jiang Yue se sorprendió al ver su frecuencia cardíaca significativamente por encima del promedio, dejándola momentáneamente sin palabras.
Reconociendo que había logrado calmarla un poco, Luo Zhelan tomó su mano suavemente y besó con ternura el dorso de ella:
—Perdóname, señorita Jiang. Prometo que esto no volverá a ocurrir.
El escepticismo se reflejaba en la cara de Jiang Yue, evidente en sus cejas fruncidas y la desconfianza en sus ojos. No estaba completamente convencida por sus palabras.