El lugar era tranquilo. El miembro del personal que hizo la sugerencia se quedó callado por su desdén, sin atreverse a hacer ruido.
Una fría y siniestra sonrisa apareció en la cara de Li Feng, mientras susurraba como una serpiente.
—Llévame a los bastidores para echar un vistazo. Espero que haya nuevos e interesantes hallazgos.
No se limitó a los nueve esclavos que aparecen en el catálogo. Había muchos otros futuros esclavos que aún no habían sido entrenados en el Paraíso Feliz obtenidos a través de varios canales subterráneos. La impaciencia de Li Feng significaba que ellos también eran parte de su grupo de elección. No le importaría esperar hasta que estos esclavos fueran entrenados adecuadamente.
El personal murmuró algo antes de llevarlo a los bastidores. En el otro extremo, Xia Ling y Li Lei regresaron a su habitación de huéspedes.