Xia Ling encontró la escena divertida y un poco triste. ¿Por qué fue abandonado un niño tan encantador? ¿Cómo podría haber padres tan crueles en el mundo? Si él fuera su Shaohui y fuera tan lindo, ella ni siquiera se atrevería a lastimarlo, lo protegería como una gema y nunca lo abandonaría.
Sin embargo, la vida fue injusta. No podía tener hijos, aunque quería tanto. Por el contrario, las personas que podían tener hijos no los apreciaban. Ella olisqueó mientras lo miraba jugando alegremente en el pequeño jardín. La brisa del verano traía un toque de rosas. Ese niño se dio la vuelta sin darse cuenta y la vio.
Una pequeña sonrisa apareció en su rostro. Él dejó las nueces entreabiertas en el suelo y tropezó mientras corría hacia ella.
—Hermana, abrazo. —Abrió los brazos.