Jack le sonrió y dijo: —Este es el detector de mentiras más avanzado del mundo. Créeme, no ha cometido ningún error una vez.
Xia Ling tenía sentimientos encontrados. Resultó que el verdadero asesino era su propia hermana. ¿Se sentiría Xia Yu arrepentida o culpable si descubriera que realmente mató a su sobrino? No, no lo haría. En su vida pasada, ella usó términos tan vulgares para atacar a su hermana. ¿Por qué perdonaría a su sobrino? El corazón de Xia Ling se enfrió. No esperaba que la hermana con la que había pasado tantas dificultades realmente matara a su precioso hijo. Estaba inquieta y ni siquiera podía mantenerse erguida. Finalmente sostuvo la manija del asiento y apenas estabilizó su cuerpo tembloroso.
—Te ayudaré a buscar venganza. —Li Lei la abrazó. Sabía que las palabras reconfortantes eran inútiles, y solo la venganza podía aliviar levemente el dolor en su corazón.
—¿Cómo? —Xia Ling levantó la cabeza para mirarlo.