Esa fue la idea que se le ocurrió a Feng Kun. Pei Ziheng tenía dos opciones: dejar que el niño se quedara con ella o enviarlo a Li Lei. Feng Kun había dicho: —Pei Ziheng es demasiado orgulloso para permitir que Li Lei descubra la verdad. Siempre y cuando puedas poner tu corazón en impulsar estas dos opciones, él definitivamente será el que ceda eventualmente. Xiao Ling, aceptará que el niño se quede contigo.
El corazón de Xia Ling latía con fuerza, esperando contra toda esperanza que Feng Kun tuviera razón. Ella apretó al bebé en su abrazo por miedo, y el pequeño comenzó a llorar incómodo. La forma en que Pei Ziheng la miraba era aterradora, parecía casi como si pudiera tragársela viva.
Xia Ling se obligó a dejar de temblar mientras lo miraba directamente a los ojos. —Puedes tomarme la palabra.
—¿Sabes que estás cortejando a la muerte? —Pei Ziheng enunciaba cada palabra con claridad.