Antes de que Yi Yuan pudiera decir algo, Yi Wenxin habló —Xiao Tian, si quieres que mi abuelo trate sus heridas, tienes que arrodillarte ante mí y pedirme disculpas.
*Silencio.
Las palabras de Yi Wenxin dejaron la zona en un silencio sepulcral.
Xiao Tian, Lan Ruoxi, Crystal y Yu Shi giraron la cabeza instantáneamente hacia Yi Wenxin. Querían saber qué estaba pasando.
—Si no quieres pedirme disculpas, mi abuelo no tratará sus heridas —Yi Wenxin habló mientras señalaba con su dedo índice derecho a Yu Shi.
Lan Ruoxi, Crystal y Yu Shi desviaron su mirada de Yi Wenxin a Xiao Tian.
¿Le hizo algo a ella?
Esa era la pregunta que apareció en sus mentes.
—Joven maestro Xiao, ¿le hizo algo a ella? —Lan Ruoxi preguntó con curiosidad.
—No hice nada —Xiao Tian también desconocía lo que estaba pasando—. No era así la última vez que nos vimos.
—¿Estás seguro? —inquirió Crystal.