—El coche está estacionado enfrente si pueden dejar de pelear el tiempo suficiente para subir —dijo Adam.
Adam era normalmente un tipo muy tranquilo —tenía que serlo para tolerar ser el Beta de Tyler—, así que me sorprendió verlo enojado.
¿Había demasiada testosterona en el aire? ¿Qué estaba pasando con todos nosotros? Estábamos a la garganta del otro como si fuéramos rivales en lugar de amigos.
Nathan se movió para tomar mi brazo, tirando de mí suavemente hacia la puerta, "Él tiene razón. Necesitamos llevarte al hospital. Puedes ir en el asiento trasero con Tyler. Yo me quedo adelante con Adam".
—No, no lo harás —gruñó Tyler, alcanzando para tomar mi otro brazo y tirarme lejos de Nathan—. Tú viniste conduciendo. Te va muy bien conducir al hospital si estás tan decidido en ir. Todavía digo que esto va a ser un error. Si algo le pasa a ella, juro por la Diosa de la Luna que yo---
—¡Basta! —grité.