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67.99% Re: zero arco 3, 4, 5. / Chapter 342: Siempre empieza con un visitante.

章節 342: Siempre empieza con un visitante.

— Él empezó a correr rápidamente, lanzándose hacia adelante.

El aire fluía sobre el sudor que goteaba desde su frente hasta sus ojos. Él parpadeó para retirarlo, ignorándolo. Sus pulmones le dolían con cada respiración. Sus entrañas se retorcían.

Apretó los dientes y disipó todo su dolor.

Lo único que tenía en su mente era la palabra "Meta".

¡—!

Alguien estaba gritando a lo lejos.

Aquella voz estaba cada vez más cerca de Subaru, quien corría. Con aquél llamado como su punto de referencia, como su faro, corrió hacia adelante, hacia adelante —

¡—!

La frenética voz lo atraía. Sin prestar atención a la luz blanca que inundó su visión, corría. Y,

_???: ¡Terminaste, de hecho!

Justo cuando cruzó la línea de meta torpemente trazada, el cielo y la tierra se intercambiaron de lugar. Pequeñas malezas se clavaron en la corona de su cabeza, e inmediatamente puso su mano en el suelo para girar sobre sí mismo hacia delante. La acción habitual detuvo su impulso y, con dos innecesarios giros más, aterrizó tendido en el suelo.

_Subaru: ¡Bhaahhhh! ¡Auhhg! ¡Todo me duele! ¡Todo me pica! ¡Pero se acabó! ¡Lo hice!

Aunque respiraba agitadamente bocanada tras bocanada, encontró el modo de gritar.

Se quejaba como siempre para vigorizar su corazón vacilante. No debía sentir que su fatiga era simplemente desgaste, o que su esfuerzo era simplemente empeño.

Debía recordar que éste no era el fin, y que aún había más por venir.

Cada vez que intentaba dictar dónde estaba la línea de meta, para darse esa satisfacción, Subaru se ponía la mano en el pecho y pensaba en esa noche.

_???: Buen trabajo, Subaru, supongo.

Una pequeña silueta entró en la visión de Subaru desde arriba.

Una chica adorable, con el pelo largo y rubio y un atuendo extravagante: Beatrice.

Su revoloteante vestido parecía fuera de lugar en la pradera, mientras le entregaba a Subaru una toalla. Él la aceptó y empezó a secarse la cabeza enérgicamente.

_Subaru: Ah, gracias. Quería refrescarme, así que esto es perfecto.

_Beatrice: Antes de que me lo atribuyas a mí, te diré que fue Petra quien empapó la toalla con agua fría, de hecho. Ve a darle las gracias y saltará de alegría, supongo.

_Subaru: Petra es realmente considerada. Pero, ey, es raro verte aquí afuera, Beako. ¿Algo te puso de un humor diferente al habitual?

Subaru apoyó los brazos mientras se sentaba y se deslizó hacia Beatrice. Ella se puso la mano en la cadera, apartando la mirada.

_Beatrice: Sólo es un capricho, de hecho.

_Subaru: Oh, wow, así que es un capricho.

_Beatrice: ...Y quería ver personalmente cómo eres cuando estás dando lo mejor de ti mismo, supongo.

Mientras mantenía la mirada desviada, Beatrice reveló fácilmente sus intenciones ocultas.

Ahora era mucho más honesta. Subaru sintió cláramente que con el tiempo se había ganado su confianza.

Parecía que Beatrice quería decirle algo a Subaru mientras éste sonreía, pero,

_Beatrice: Ahora, esto debe implicar algo más que corretear frenéticamente, de hecho. ¿Qué es lo siguiente, supongo?

_Subaru: Que sepas que corretear frenéticamente es bastante agotador por sí solo, señorita. Aunque no sé si cumpliré tus expectativas, lo siguiente a lo que me enfrentaré será a la athletic zone de ensueño.

_Beatrice: ...Ah, claro, de hecho. Te refieres al patio de recreo que Garfiel construyó en el bosque, supongo. ¿Atletic-qué?

_Subaru: Athletic zone. No hace falta que lo memorices. Sólo ignóralo.

_Beatrice: Pero Subaru, quiero entender cada palabra que digas, de hecho.

La suave frase hizo que las mejillas de Subaru se relajaran aún más. Beatrice parecía confundida por su reacción y, cuando se dio cuenta de lo que acababa de decir, su expresión cambió inmediatamente. Sus mejillas estaban adorablemente rosadas como bayas.

_Beatrice: N-No, no quise decir que… sólo salió de esa manera, supongo.

_Subaru: No-no-no, no te preocupes, sé exactamente a qué te referías. Todo está bien, yo también te quiero.

_Beatrice: ¡Tú no sabes nada, de hecho!

Subaru se reía mientras daba un salto para ponerse de pie, y tomó en sus brazos a Beatrice, quien había puesto una expresión amargada. Ella parecía disgustada, pero no se quejó de ser llevada en brazos.

_Beatrice: Subaru, apestas a sudor, parece.

_Subaru: Respira con la boca entonces. O simplemente drena el maná directamente.

_Beatrice: Te dejaré seco si eso es lo que me pides, de hecho.

_Subaru: Vas a ser tú quien llore después de eso.

_Beatrice: ¡C-Como si eso fuera a suceder, supongo! ¡Ya para tus tonterías, de hecho!

Con Beatrice en brazos, Subaru se lanzó a correr.

Su respiración volvió a la normalidad durante sus bromas. Beatrice era un peso perfecto para correr desde la pista de atletismo en el campo hasta la pista de obstáculos en el bosque.

Ya que ella era mucho más ligera de lo que parecía. Básicamente una pluma.

Sintiéndose tan ligero que parecía que le habían crecido alas, Subaru corrió como el viento.

※ ※ ※ ※ ※

La nueva mansión donde vivían estaba rodeada de tanto verde como la antigua.

Los arbustos crecían en abundancia a lo largo de las verdes montañas. Subaru sentía la fresca brisa sobre su frente mientras corría entre los árboles.

_Subaru: ¡Vale! ¡Allá… vamos!

El bosque era tan frondoso que todo lo visible era verde. Aquí, Subaru corrió hacia delante, y puso su mano ligeramente sobre un tronco lateral, superando el obstáculo con sólo un pequeño salto y su impulso.

"Saltar impulsándose con las manos" es una manera eficaz para moverse en lugares llenos de obstáculos, o en áreas urbanas con cuantiosos edificios. Esa manera de saltar se usa en el parkour: un deporte que Subaru veía a menudo en la televisión, boquiabierto por las hazañas sobrehumanas que hacían los atletas.

Él nunca imaginó que algún día él mismo entrenaría este sorprendente deporte.

_Subaru: ¡Hap! ¡Hah! ¡Bien!

El aparato de escalada era la estrella de este athletic zone que Subaru le hizo construir a Garfiel.

Varios troncos estaban ubicados alrededor de un gran poste que componía el pilar central. Era esencialmente un gimnasio selvático clásico, pero con un toque vanguardista.

Todo ese conjunto parecía ser muy complicado de escalar incluso si uno se lo tomaba con calma.

Subaru saltó sobre él con todo el impulso de su carrera, usando el ligero contacto de sus manos y sus pies para dispararse hacia arriba, como si escalara una pared vertical.

Él corría más rápido de lo que el ojo podía alcanzar, hacia la cima del gimnasio selvático.

Pero éste no era el verdadero propósito del gimnasio selvático: aún había que hacer más parkour.

_Subaru: ¡Hap! ¡Hap! ¡Hap!

Subaru alcanzó la pequeña base en la cima antes de saltar al punto más alto de la estructura.

Él miró hacia abajo. La caída parecía de unos seis metros.

Obviamente, no había nada sobre el suelo salvaje y musgoso. Aunque la tierra pudo haber sido blanda alguna vez, ahora estaba bien pisada y dura.

Eso significaba que la aterradora caída definitivamente iba a doler. Sin embargo,

_Subaru: ¡—Hah!

Sin dudarlo, Subaru saltó hacia la dura tierra. Al estar tan indefenso, daba la impresión de que este salto era el súmmum de su habitual imprudencia.

Pero Subaru, sin vacilar, estiró las piernas e hizo contacto con el suelo. Sufriendo el dolor del impacto, se retorció en una horrible agonía — Es lo que uno hubiera esperado que sucediera, pero no.

_Subaru: …

Subaru dobló sus piernas y se agachó para amortiguar el impacto, rodando inmediatamente hacia adelante para evitar más daños. Rodó por el suelo dando dos vueltas y, en la tercera vuelta, apoyó las manos y las rodillas y se puso de pie, sin haber sufrido ninguna herida.

Simplemente se sacudió el polvo en su ropa deportiva.

Ésta era otra maniobra de parkour: caer y rodar.

La maniobra consiste en rodar nada más aterrizar para dispersar el impacto.

Permite una caída segura desde alturas moderadas. Aunque no era gran cosa para los superhumanos, era una cuestión de vida o muerte para el ordinario Subaru.

El simple hecho de practicar esta técnica debería ampliar lo que podrá hacer.

_Subaru: Básicamente es eso. ¿Esto mejora tu opinión de mí?

Subaru extendió los brazos hacia los lados y miró a Beatrice, quien lo observó todo. Beatrice estaba sentada tranquilamente en el tronco para los espectadores, con sus ojos abiertos de par en par.

_Beatrice: Honestamente, estoy un poco sorprendida, de hecho. Eso mejoró un poco mi opinión, supongo.

_Subaru: ¿Vuelves a quererme?

_Beatrice: ¡Subaru, últimamente me cuesta deducir lo que tratas de hacerme decir, de hecho!

_Subaru: Sólo quiero saber que me quieres.

La actitud de Beatrice ya lo demostraba más que suficiente.

Subaru le sonrió a la indignada y ruborizada Beatrice antes de mirar hacia atrás.

Como lo demostraba este lugar de parkour, parte del bosque había sido reconvertido en una pista de obstáculos para Subaru.

Nadie se quejaría de eso, ya que estaba en los dominios de Roswaal. Pero, después de haber visto lo fácilmente que Garfiel limpió la madera y construyó esto, Subaru tuvo que mantener a raya sus ganas de enviar a Garfiel a trabajar en construcción.

Garfiel era sorprendentemente hábil con las manos y se preocupaba por los detalles. Quizás su joven e imprudente talento florecería en más campos en el futuro.

_Subaru: De todos modos, supongo que terminamos aquí por hoy.

_Beatrice: Horyah, supongo.

Subaru atrapó la toalla que Beatrice le arrojó, y se limpió el sudor como lo hizo en el campo. Luego estiró las piernas, la cintura y el resto de su cuerpo. El viejo mundo le había inculcado la importancia de estirar, pero ahora que estaba ejercitando seriamente su cuerpo, realmente sentía los efectos.

No podía abrirse completamente de piernas, pero se había vuelto más flexible.

Puso el pie en un tronco de árbol cercano y estiró el cuerpo. Cuando se sentó y abrió las piernas lateralmente, Beatrice se puso detrás suya y lo empujó hacia abajo, permitiéndole llevar el torso más hacia adelante.

_Subaru: Terminé de estirar. Muy bien, volvamos a la mansión a descansar los dos acurrucaditos.

_Beatrice: Lo que sea, de hecho.

Antaño, él se habría ganado un insulto por ese comentario, pero Beatrice lo aceptó sin discusión. Ella ya se había acostumbrado a cómo la trataba Subaru, y a responder a ello.

Beatrice extendió su mano hacia Subaru. Él la aceptó y, tomados de las manos, comenzaron a salir del bosque.

_Subaru: Beako, ¿te estás conteniendo en el drenaje de maná? Se siente como si estuvieras tomando menos de lo normal.

_Beatrice: Al menos soy lo suficientemente considerada para tener cuidado cuando estás exhausto, supongo.

_Subaru: Vaya vaya, es increíble lo mucho que ha cambiado tu opinión en estas dos cortas horas. Pero no queremos que sufras por esto, vuelve a lo de siempre.

Subaru le sonrió amargamente a Beatrice y levantó sus manos unidas. Ella lo miró y suspiró. Inmediatamente, recibió la sensación habitual.

Beatrice estaba entrando directamente al interior de la puerta cerrada de Subaru. Ésta era la puerta trasera, dedicada a extraer el maná de Subaru, sin pasar por la puerta de entrada.

Ella era la única que podía usar esta puerta trasera, y era el salvavidas de Subaru.

Subaru abusó de su puerta y dejó de funcionar completamente.

Pero la pérdida de su puerta no impedía que su cuerpo generara pequeñas cantidades de maná.

En la actualidad generaba más y más maná, a pesar de la falta de una salida.

Si se dejaba así, el maná dentro de Subaru se volvería loco, y estallaría como una rana sobreinflada; así era como él lo entendía.

Pero dejando de lado si realmente iba a explotar, Beatrice le dijo que era peligroso. Puesto que el intercambio de maná requerido para preservar su contrato resolvía el problema simultáneamente, Subaru y Beatrice debían tener contacto físico al menos una vez al día.

Subaru estaba almacenando constantemente pequeñas cantidades de maná, y Beatrice necesitaba maná para funcionar. Su compatibilidad era excelente, tanto en términos de personalidad como de constitución.

Aunque,

_Subaru: Si pudieras drenar maná de gente aparte de tu contratista, fácilmente podríamos mantenerte en modo mega loli.

_Beatrice: No pienses en eso, supongo. Pensé que habíamos llegado a un acuerdo sobre eso hace mucho tiempo, de hecho. Y estás acumulando maná, aunque sea en pequeñas cantidades, supongo. Aunque sea menos que la lágrima de un gorrión.

Beatrice tenía una idiosincrasia en la que sólo drenaba el maná a su contratista.

Antaño, ella estuvo drenando maná de la gente en la mansión de Roswaal constantemente y al azar, pero aparentemente eso implicaba usar la Biblioteca Prohibida como intermediaria.

"La Biblioteca Prohibida fue preparada para mediar mi ingesta de maná, drenándolo de las entidades dentro de la mansión, de hecho."

_Petra: Justo me iba para buscarlos a los dos. Menos mal que nos encontramos en el camino.

Dijo Petra después de correr hacia ellos, sin aliento y con la mano en su pecho.

Subaru le dio a Petra, quien había crecido hasta llegar a la altura de su pecho, una palmadita en la cabeza como respuesta.

_Subaru: ¿Por qué tanta prisa? No íbamos a escapar. ¿Acaso acabas de sacar del horno unas tartas horneadas a la temperatura perfecta para nosotros o algo así?

_Beatrice: Entonces es perfectamente sensato que ella se apresure, de hecho. Ya que eso es increíblemente importante, supongo.

_Petra: ¡No! ¡No es eso! ¡Ustedes dos sólo lo dicen para fastidiar!

Mientras Beatrice asentía solemnemente, Petra hizo pucheros y apartó la mano de Subaru de su cabeza. Pero, cuando tomó la mano de él, ella se detuvo.

Mantuvo ese agarre en la mano de Subaru y, con las mejillas enrojecidas, continúo su encargo,

_Petra: Dejando las tartas a un lado por el momento, es otra cosa. La mansión ha recibido un invitado. Emilia-sama dijo que viniera a buscarlos, y...

_Subaru: Espera, Petra. Detente ahí mismo. Estoy teniendo un terrible presentimiento sobre esto.

_Petra: ¿Eh?

Claramente cauteloso, Subaru interrumpió a Petra.

Ella parecía sorprendida, pero Beatrice no.

Naturalmente, ya que Beatrice había sido testigo de las mismas cosas que Subaru, al haber estado juntos desde que se mudaron a la nueva mansión.

Habían pasado bastantes cosas desde el día en que salieron del Santuario hasta hoy.

_Subaru: Y el pattern de conversación es exactamente el mismo. Cuando tú apareces buscándome, o Frederica, o a veces Otto o Garfiel, siempre significa problemas. Ya he aprendido eso.

_Beatrice: Un invitado aparece repentinamente mientras Subaru está afuera... sin ninguna duda, esto es el pattern de la mala suerte que se acerca, supongo.

_Petra: ¡B-Beatrice-chan, estás usando las palabras que usa Subaru-sama…! ¡Subaru-sama, deje de enseñarle cosas raras!

_Subaru: El consenso de la mansión es que Beako hace lo que quiere. Pero, de todos modos, el invitado. Petra, diles que Beatrice y yo estamos ausentes por un dolor de estómago.

_Petra: ¡Ni-ha-blar! ¡Emilia-sama se enfadaría! Y no tengo ninguna razón para desobedecerla. ¡Vamos, en marcha!

Petra solía seguirle la corriente a Subaru siempre, pero vivir aquí la había llevado a oponerse a él cuando era necesario.

Sus manos agarraron el brazo de Subaru y lo jalaban, esforzándose a tope para llevarlo con ella. Mientras lo hacía, Subaru miró a Beatrice, aun tomando su otra mano.

_Subaru: Beako.

_Beatrice: Disfruta tu día, de hecho.

_Subaru: ¡Tú también vienes!

_Beatrice: ¡Ghhah, supongo!

Comenzó como una petición de ayuda, pero inmediatamente se transformó en un enrolamiento forzoso. Beatrice rápidamente intentó liberarse, pero Subaru mantuvo un fuerte agarre en su mano izquierda. Y su mano derecha también fue sujetada por Petra, dejándola doblemente sin escapatoria.

Con Subaru evitando la fuga de Beatrice, y Petra evitando la fuga de Subaru, el trío se aventuró hacia la mansión con esa absurda disposición.

_Subaru: Sé que es demasiado tarde para echar al visitante... pero eso me hace desear que nos lo hubieran dicho antes.

_Petra: ¿Quieres decir, tener un mensajero para los mensajeros? Pero entonces no sabríamos qué tanto deberíamos anticiparnos a ellos de antemano. Eso lo tengo claro.

_Subaru: Sólo digo que sería bueno para la salud mental y las relaciones de todos si hiciéramos algo al respecto. De todos modos, Petra, ¿sabes quién es el visitante de hoy?

Quien recibió al invitado fue Petra, Frederica o Ram. Una de las tres. Como Petra estaba aquí afuera llevando de regreso a Subaru, una de las otras dos estaría ocupándose del huésped.

_Petra: Mmm, bueno, en realidad no...

_Subaru: ¿No lo sabes? Quizá no viste su blasón, pero tendrías que haber visto al mensajero. Y aunque no lo hicieras, estoy seguro de que te habrían dicho algo cuando te dijeron que nos llevaras de regreso... 』

_Petra: Ellos tenían una prisa increíble, diciendo que el invitado era extremadamente importante. Pero no parecían importantes.

_Subaru: No se puede juzgar mucho por las apariencias de la gente. A veces hay niñas pequeñas con grandes rizos de taladro que también tienen poderes oscuros. Aunque parezcan sólo una loli con un vestido, en realidad dominan—

_Beatrice: ¡Cállate, supongo!

Beatrice fue quien canceló las bromas, dejando a Subaru en silencio.

Petra miró al silenciado Subaru, aún preocupado.

_Petra: Ya no juzgo a la gente por sus apariencias.

_Subaru: Eso es bueno, Petra. No sé qué pasó para cambiarlo, pero era importante que lo hicieras.

_Petra: Pensaba que el nuevo sirviente de ojos desagradables que vino a la aldea era un bicho raro… pero en realidad no lo es.

_Subaru: ¡¡Boomerang!!

Golpeado en un lugar que no esperaba, Subaru ladeó la cabeza hacia Petra. Aparte de sus primeras impresiones de él, lo que mencionó antes era importante.

Petra no juzgaba a la gente por su apariencia, pero aun así pensaba que este visitante era extraño.

_Subaru: ¿Y cómo es?

_Petra: Veamos... ¿un gatito?

_Subaru: ¿Un gatito?

La imagen de un espíritu gato gris, meneando su larga cola, le vino rápidamente a la mente con la palabra "gatito". Los sentimientos de Subaru hacia él eran complejos, y tendrían que hablar de varias cosas cuando regresase.

_Subaru: Tengo que preguntarle por su hija.

_Beatrice: Yo también pensé en Ni-cha, pero Petra seguramente lo ha visto antes, supongo. Así que no puede ser él, de hecho. Petra, ¿qué clase de gatito era, supongo?

_Petra: Es tan lindo cuando dices "gatito", Beatrice-chan.

_Beatrice: ¡PE! ¡TRA! 

Le dijo Beatrice indignada a una burlona Petra.

Petra respondió "Lo siento, lo siento" despreocupadamente, y miró hacia arriba, pensativa.

_Petra: Supongo que no es realmente un gatito. No he visto uno antes, pero supongo que es un demihumano con apariencia de gato. Siempre pienso en Garfiel-nii-sama cuando pienso en los demihumanos.

_Subaru: Garf es mestizo, pero no tiene ningún rasgo demihumano evidente. Lo mejor que se puede lograr con una inspección más cercana es la intensidad de sus ojos.

Y también sus afilados caninos.

Según Garfiel, sus caninos siempre seguirán creciendo, como los incisivos de un roedor, y necesita masticar objetos duros para mantener su longitud y filo.

No era raro que Ram o Frederica se enojaran con él después de atraparlo masticando los pasamanos de la mansión.

_Subaru: Así que ha llegado un demihumano que sí parece demihumano. Si tiene rasgos de gato, probablemente sea un hombre-bestia, y conozco algunos.

Era normal en la Capital, pero Costuul también tenía muchos demihumanos con rasgos de bestias.

Un largo período de tiempo ha disuelto la discriminación contra los demihumanos en el dominio de Roswaal, un obsesionado por los demihumanos, haciendo de esta área una región más agradable para que los demihumanos vivieran en ella, o eso decía el camarero local con orejas de conejo.

Pero Petra, que pasaba su tiempo trabajando en la mansión e iba a la aldea de Arlam en lugar de a Costuul en sus días libres, naturalmente estaba menos familiarizada con ellos.

_Petra: Lo entiendo. ¿Entonces podrías mostrarme Costuul en mi próximo día libre?

_Subaru: Sí, claro. Estoy seguro de que podrás ir de compras y cosas así, y que quieres hacer tantos amigos como puedas.

Subaru le prometió eso sin pensarlo mucho, y Petra apretó su puño.

Beatrice sólo suspiró y le sonrío amargamente a Subaru.

_Subaru: Ya hemos llegado. De vuelta en nuestra amada morada.

Las puertas aparecieron ante sus ojos durante la conversación, y Subaru levantó sus manos, entrelazadas con las de las chicas. Ese gesto las obligaba a estirarse, pero él ignoró sus protestas y corrigió su propia postura mirando a la mansión.

Ésta era la nueva mansión que reemplazaba a la antigua que se quemó completamente. Su exterior tenía el mismo aire occidental que la anterior, y tenía un diseño similar.

Había un espacio entre las puertas delanteras y la puerta de entrada, con unos hermosos setos de jardín flanqueando el camino de grava. A la derecha había una fuente, mientras que a la izquierda continuaba un camino hasta el extremo lateral de la mansión, donde estaban aparcados los carruajes, y también contaba con establos para dragones de tierra.

La fuente estaba rodeada de flores de colores, y les rociaba agua todos los días a la misma hora. Una sección del jardín de flores albergaba el huerto de Subaru y Petra, lo que les permitía cosechar verduras frescas en temporada. Eran bastante bien alabados cuando la cosecha era abundante.

El grupo pasó por el jardín delantero y el camino de grava, conduciéndolos a unas grandes puertas dobles. La aldaba tenía la forma del emblema de la familia Mathers, utilizando el diseño de las aves rapaces, lo que daba la impresión de que ésta era la principal propiedad de los Mathers.

_Subaru: Noté un carruaje desconocido junto a los establos. Supongo que es del visitante.

_Petra: Es un carruaje de dragón, pero no estaba siendo tirado por nada como Patrasche-chan. No era un dragón, era más bien un perro grande.

_Subaru: Tirado por un perro grande... en realidad, tal vez sea...

Pensando en su bestiario mental, Subaru obtuvo una pista de la identidad del visitante. Pero antes de poder alcanzar una respuesta definitiva, la solución terminó encontrándolo.

Es decir,

_???: ¡Oh! ¡Onii-san, cuánto tiempo~! ¿¡Has estado bie~n!?

Una voz estúpidamente alegre y aguda llegó corriendo a Subaru, sorprendiéndole mientras abría la puerta. Petra dejó salir una sonrisa forzada, y Beatrice apretó ligeramente la mano de Subaru. Con estas reacciones en el rabillo del ojo, él miró hacia adelante a la figura que se dirigía hacia él.

Ella era pequeña.

Era más baja que Petra, pero un poco más alta que Beatrice. Es decir, que tenía la estatura de un niño, pero quizás ella nunca crezca más que esta estatura.

Su cuerpo estaba cubierto de pelo corto y anaranjado, y sus orejas de gato eran adorables. Sus ojos rebosaban curiosidad, y su ruidosa boca se curvaba traviesamente. Su trenza larga y anaranjada era muy femenina, y su túnica blanca perfectamente ajustada la hacía ver aún más linda.

Era una gatita bípeda y, en cierto sentido, el sueño de un amante de los gatos.

Una chica con rasgos de gato — y alguien que Subaru ya conocía.

_Subaru: ¡Mimi! Cuánto tiempo. ¡Estás tan llena de energía como siempre!

_Mimi: ¡Sip! ¡Eso mismo! ¡Estoy superllena de energía! ¡Tú sí que sabes, onii-san! Incluso he crecido y ahora soy una adulta. ¡Ejem!

Mimi se puso la mano en la cadera, sonriendo jactanciosamente mientras su cola se mecía de un lado a otro.

Ella parecía sólo una chica animada y enérgica, pero en realidad era la segunda al mando de la compañía de mercenarios Colmillo de Hierro, con una considerable destreza en la lucha y muchas otras sorpresas.

Una vez ayudó a Subaru en la lucha contra la Ballena Blanca y contra Petelgeuse, y compartía su tendencia a ser empalagoso y familiar con cualquiera, lo que tal vez la convertía en la mejor amiga que él mismo hizo durante todo ese asunto.

Por cierto, Colmillo de Hierro era básicamente el ejército privado de la oponente política de Emilia, Anastasia Hoshin, así que ella era una enemiga por eso.

Pero ser hostil hacia Mimi no tenía ningún sentido.

_Subaru: Gracias por venir hasta aquí. Bien, las presentaciones. Esta linda sirvienta es Petra. Es una sirvienta todopoderosa que trabaja en nuestra mansión. Y esta descaradamente cautelosa loli es Beatrice.

_Mimi: ¡Okey! ¡Entendido! ¡Ella es la bebé de Subaru y la sirvienta Petra! ¡Vale! ¡No lo olvidaré!

_Beatrice: ¡S-Siento que me está recordando por cosas horriblemente inapropiadas, de hecho...!

Beatrice estaba temblando, escondida parcialmente detrás de la espalda de Subaru. Parecía que le tenía miedo a Mimi y lo implacablemente atrevida que era.

Pero Mimi se zambulló sin piedad hacia ella,

_Mimi: ¿Qué? ¡Nunca serás tan grande como yo si te encoges así! ¡Vamos, sal de ahí, sal de ahí!

_Beatrice: ¡Qu, no, ua, detente, supongo! ¡A Betty no le importa ser pequeña, y tú eres demasiado pequeña para decir eso, de hecho!

_Mimi: Juju, escuchen a la novata. ¡Soy enorme por dentro, así que mi exterior me alcanzará en poco tiempo! ¡El Jefe lo dijo!

_Beatrice: ¡Tonterías, supongo!

Mimi sacó a Beatrice hacia el frente, maltratándola por completo.

Beatrice miró a Subaru para suplicarle su rescate, pero él disfrutaba viéndola ser tímida mientras hacía amigos, y simplemente la vigilaba con una mirada paternal.

_Petra: Emm, Subaru-sama. Beatrice-chan te está mirando con verdadero terror.

_Subaru: La gente madura luchando contra sus debilidades. Beako es un poco demasiado reacia a las cosas nuevas, así que es mejor que empiece a desarrollar una mentalidad desafiante ahora. Veámosla en silencio, mamá.

_Petra: M-Mamá... E-Entendido.

Subaru percibió su propio error al ver a Petra sonrojarse y callarse. Pero corregirlo sería un lío, así que decidió dejarlo así.

De nuevo, prestó atención a Mimi, quien bailaba en círculos alrededor de la habitación sujetando fuertemente las manos de Beatrice.

_Subaru: Entonces, si tú estás aquí, eso quiere decir que los demás... ¿están contigo tus hermanos o Ricardo? Además, preferiría que el maldito de Julius no se presentara sin cita.

El Caballero de Anastasia, Julius Euclius, tenía una relación muy complicada con Subaru. Subaru dudaba de que pudiera ser sincero con él aunque lo viera cara a cara.

Subaru sabía que tenía problemas para tratar con Anastasia, pero ella era preferible a tratar con Julius.

Pero Mimi hizo a un lado las preocupaciones de Subaru con un movimiento de cabeza.

_Mimi: Nop. Ni Hetaro, ni Tivey, ni el Jefe, ni Julius, ni mi Señorita están aquí. ¡Sólo yo! ¡Estoy aquí por mi cuenta! ¡Ejem!

_Subaru: Eso es impresionante y todo, pero... ¿entonces para qué has venido?

_Mimi: Pue~s… ¡eso, ya me acuerdo!

Mimi ladeó la cabeza, antes de lanzarse sobre Beatrice. Sin prestarle atención a Beatrice, quien se apresuraba a sacársela de encima, Mimi mostró una sonrisa radiante,

_Mimi: ¡A invitarte a una fiesta! ¡Mi Señorita dijo que pasáramos el rato! ¡Así que he venido para invitarlos! ¡Estoy superemocionada! ¡Super! ¡Emocionada!


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章節 343: La familia del presumido.

Subaru ladeó la cabeza mientras Mimi agitaba sus brazos alegremente y continuaba.

"Fiesta" era una palabra bastante extravagante, y fue mencionada de la nada.

_Subaru: Una invitación a una fiesta… ¿de Anastasia-san? Pero es que, es decir ¿ocurrió algo? ¿Hay algo que celebrar?

_Mimi: ¿Celebrear? ¿Celebriar? ¡No sé! ¡A quién le importa! ¡Vamos a poder comer muchísimo y beber hasta quedar borrachos! ¡Va a ser muy! ¡Muy divertido!

_Subaru: Es evidente que eres demasiado joven para beber.

_Mimi: Ejem. ¡Este mismísimo año me volví adulta! ¡El Jefe me dijo que podía beber! Pero mi Señorita dice que no.

Mimi sacó pecho, haciendo que los cascabeles en sus trenzas tintinearan. Los ojos de Subaru se abrieron por completo debido a la sorpresa.

_Subaru: Espera, si se te permite beber, entonces ¿¡ya alcanzaste la madurez!? Eso no puede ser cierto. ¡¿Qué edad tienes?!

_Mimi: ¡Acabo de cumplir quince añotes! Ya una adultísima adulta. ¡Toda una mujer!

_Subaru: ¡Las mujeres adultas no hablan como si siguieran en la escuela primaria! Como sea…

Habiendo recuperado la compostura, Subaru se puso la mano en el pecho mientras aceptaba las diferencias de lo que significaba la adultez en este mundo comparado con el otro. Era prácticamente lo mismo que el Genpuku. La edad reconocida como adultez en este mundo eran los quince años, y es la edad en la que se volvía legal beber y fumar.

_Subaru: …¿Es así como son las cosas, Petra?

_Petra: Sí, así es. Pero, siendo más específicos, es a los quince años cuando los hombres dejan sus hogares para encontrar un trabajo, y las mujeres pueden casarse a partir de esa edad. Si no se casan, también tienden a buscar un trabajo. Como yo.

_Subaru: Lo que significa que dejaste tu hogar muy pronto. Qué niña tan atrevida.

_Petra: Jeejee, me dijo atrevi… Espera, eso no parecía un cumplido.

Petra miró con enojo a Subaru mientras él se dirigía hacia la agotada Beatrice. Mimi la había soltado, y ahora sus tirabuzones estaban hechos un desastre. Estaba mirando a Subaru mientras se acercaba.

_Beatrice: Luego de participar en tu entrenamiento y ser maltratada por esta gata, Betty está exhausta, supongo… Subaru, llévame en brazos, de hecho.

_Subaru: ¿Participar? Lo único que hiciste fue mirar…

Beatrice estiró sus brazos, tratando de alcanzar a Subaru, y entonces él la envolvió con los suyos. Su masa muscular había aumentado últimamente, y si a eso se le añadía que ella era tan ligera como una pluma, su peso no representaba la más mínima molestia para él.

Lo único que no le agradaba es que al hacerlo parecía un padre con su hija en brazos, y claramente no es la imagen que buscaba.

_Mimi ¡Oooh! ¡Estás cargando a la pequeña! ¡Asombroso! ¡A mí también! ¡A mí también!

_Subaru: Tal vez para tu Jefe eso no sea nada, pero para mí no es físicamente posible. Petición rechazada.

_Mimi: ¿¡Qué!? ¡No se vale! ¡No vale! ¡Qué injusto! ¡Injusto!

Frustrada, Mimi comenzó a correr alrededor de Subaru, quien sostenía a Beatrice. Por alguna razón Beatrice sonreía victoriosamente. En algún momento, Mimi se agarró a la ropa deportiva de Subaru.

_Mimi: ¡Bien! ¡Entonces treparé yo misma!

_Subaru: ¡Idiota! ¡Bájate ya, harás que me caiga! Petra detenl—¿qué haces?

_Petra: Ah, eh, no es que me dé envidia ni nada. No lo es. Pero ¿le importa si también me subo, Subaru-sama?

_Subaru: Eh ¿¡sí!?

Mientras Subaru cargaba a la niña pequeña, una chica gato y una joven sirvienta lo trepaban incesantemente. Las inocentes travesuras de estas pequeñas no parecían tener final.

Hasta que,

_???: —Y yo que pensaba que les estaba tomando una eternidad volver y aquí están haciendo payasadas en el vestíbulo.

Aquella voz tan fría hizo que Subaru y Petra retomaran la compostura.

Los ojos de Mimi brillaron con curiosidad hacia la persona que los interrumpió, mientras que Beatrice suspiró.

La voz provenía de la cima de la escalera que se encontraba en el vestíbulo. Subaru miró en esa dirección para encontrarse con una chica de pie allí, desde donde podía observar a los cuatro.

Su cabello era rosado, y vestía un atuendo de sirvienta corto. Sus ojos color cereza reflejaban apatía, y aunque lucía adorable, ella no era tierna en absoluto. 

Se trataba de la compañera de Petra, Ram, la líder de las sirvientas de la mansión.

Miró a Subaru con frialdad y dejó salir un breve, insultante y asqueado, Hah.

_Ram: Indecente.

_Subaru: ¡La indecente eres tú por mirarme así y sacar esas conclusiones! ¡Ciertamente esta escena puede lucir cuestionable, pero aun así es una escena reconfortante!

_Ram: Siempre alteras la realidad como más te conviene. Pero, Barusu, no debes olvidar... que yo juzgo únicamente por lo que veo.

_Subaru: Entonces, ¿podrías quitarte tu filtro óptico raro antes de mirar, por favor?

Ram miraba a Subaru con desinterés, claramente sin ganas de escucharle. Ignoró al aturdido Subaru y redirigió su mirada hacia Petra, quien inmediatamente comenzó a temblar.

_Ram: Petra, te dije que trajeras a Barusu por el cuello si era necesario. ¿Te importaría explicarme qué haces en el vestíbulo jugueteando con él?

_Petra: Lo-lo siento. Ram nee-sama.

_Ram: Me parece que no me escuchaste, Petra. Porque, estoy segura de que te lo he preguntado; así que, ¿qué haces holgazaneando en el vestíbulo?

_Subaru: Deja de actuar como un ogro irritado. Soy yo quien estaba tonteando. Petra no tiene culpa de nada.

_Ram: Por supuesto que tiene culpa. Te daré una paliza, Barusu.

_Subaru: ¡Sí que tiene un poquito de culpa!

Estando satisfecha al verle ceder, Ram apuntó con la barbilla hacia la habitación detrás de ella.

_Ram: No hagan esperar a Emilia-sama y al resto. Barusu, a la sala del piso de arriba. Petra, al comedor. Beatrice-sama, acompañe a Barusu.

_Beatrice: Naturalmente, supongo.

_Mimi: ¿Y Mimi qué hará? Oye, oye, ¿qué me toca?

Con mucho arrepentimiento, Petra soltó la manga de Subaru, pero él aún seguía siendo sostenido por la enérgica chica gato. Ram se sacudió los cabellos que tocaban su mejilla.

_Ram: Honorable invitada, le pido que usted también acompañe a Barusu a la sala de estar. Me temo, Mimi-sama, que su acompañante se encuentra intranquilo debido a su ausencia.

_Mimi: Entendido~. Entonce~s volveré, no debí alejarme mucho~.

Incluso Ram era educada cuando se trataba de recibir invitados. Mimi respondió con una risa muy fuerte, pero Subaru escuchó algo que no debía dejar pasar.

_Subaru: ¿Acompañante? Pero ¿no dijiste que venías sola?

_Mimi: Sip, y no mentí nadita. Ni Hetaro, ni Tivey, ni el Jefe, ni Julius ni mi Señorita están aquí. Sólo Joshua. Yo solita vine con Joshua como su secolta, ¿eskoltta?

_Subaru: ¿Escolta?

_Mimi: ¡Eso! ¡Eskoltta!

Mimi sacó pecho con una expresión presumida. Subaru acarició su cabeza antes de volver a mirar a Ram.

_Subaru: Lo siento. Estaba seguro de que sólo se trataba de Mimi. No tenía idea de que estaba haciendo esperar a alguien.

_Ram: Eso parece. Está bien, pero apresúrate. La paciencia de Emilia-sama se acabará pronto.

_Subaru: No quiero ver eso. Bien, nos vemos luego, Petra. Vamos, Mimi.

_Mimi: ¡Sí~!

Subaru se preguntaba quién era este misterioso Joshua.

Debía ser alguien de la facción de Anastasia que Subaru no conocía. Si lo estaban enviando como mensajero, y a Mimi como su escolta, debía ser alguien con un rango considerable.

Debía tener un puesto importante si Mimi se refería a él sin usar honoríficos, pero también podría deberse a cuán indiscriminadamente amigable era Mimi, así que en el fondo eso no indicaba nada.

_Petra: Hornearé las tartas cuando todo lo demás esté listo. Las probará, ¿no es así, Subaru-sama?

Susurró Petra antes de salir rápidamente de la escena.

Frederica seguramente la estaba esperando en el comedor. Subaru no sabía si servirían la comida en la sala, pero sea como fuere, parecía que pasaría un rato antes de que pudiera probar las tartas de Petra.

_Subaru: ¿Quién acompaña a Emilia-tan en la sala?

_Ram: Roswaal-sama aún no ha vuelto, lo cual significa que sólo están presentes Otto y Garf. Si nuestro visitante fuera un asesino disfrazado, Garf sería más que suficiente para lidiar con él.

_Subaru: No creo que tengamos que preocuparnos por ataques directos. Ya le he dicho a Emilia-tan que use a Otto como escudo humano.

_Ram: Si alguna vez me siento en peligro, planeo hacer lo mismo.

No había palabras para describir cómo trataban a Otto. Bueno, en realidad sí que las había.

Como sea, si fueran ellos tres los que estuvieran en la sala con él, Otto seguramente pasaría por una presión muy extrema. Si no dejaban de tratarlo así pronto, probablemente perderían a su valiosísimo Ministro de Asuntos Internos.

_Beatrice: Y nunca obtiene nada a cambio, parece. Ni siquiera me queda claro porqué sigue siendo su amigo, de hecho.

_Subaru: Puede que nadie lo note, pero a Otto y a mí nos une un fuerte lazo de amistad masculina. Sólido como el acero.

_Mimi: ¡Ohh! ¡Sólido como el cacero!

Con un suspiro, Ram los llevó hasta la sala de estar: la primera habitación inmediatamente después de subir las escaleras del vestíbulo. Ram llamó a la puerta, la cual se abrió desde el interior. El rostro que se asomó desde ahí era el de,

_Garfiel: Aquí 'stás, Capitán. 'Stabas tardando tanto que ya hasta 'staba pensando en ir por ti.

_Subaru: Habría sido divertido si todos hubieran salido para eso mismo y hubieran dejado a Otto solo con el invitado.

_Garfiel: Rayos, es cierto. Ya me lo imagino con ataques de pánico.

Garfiel, con su corto cabello dorado, afilados colmillos, y su característica cicatriz en la frente, compartía una risa burlona con Subaru.

Luego apuntó con su barbilla hacia el interior, mientras tenía sus brazos cruzados, aparentemente debía quedarse cerca de la puerta.

_Garfiel: 'Ntra ya. El invitado dice que sólo hablará si 'stás aquí. Otto y Emilia-sama han 'stado intentando darle la bienvenida, pero no hacen más que dar risa.

_Subaru: Me gustaría ver eso.

_Ram: Déjate de tonterías y entra de una vez en la habitación. Ya vamos tarde.

_Subaru: Guh.

Al recibir en la espalda una patada de Ram, Subaru entró tambaleando en la habitación. La extraña postura con la que quedó al entrar logró atraer las miradas de todos los presentes en la sala.

Las emociones que predominaron en ese momento fueron alivio, sorpresa y confusión, respectivamente.

Subaru reprimió la necesidad de empezar a decir excusas que explicaran a los aliviados y sorprendidos individuos de un lado de la sala la razón por la que llegó tarde, y volteó hacia la persona confundida.

_???: …

El remilgado y apuesto hombre le devolvió la mirada a Subaru.

Un atuendo perfectamente hecho a la medida cubría su esbelta figura, y su largo cabello color violeta se encontraba atado en una coleta. Despedía un aura de erudito, y su monóculo sólo amplificaba esa impresión.

Sus ojos amarillos mostraban una mirada afilada, y entre eso y la expresión que tenía mientras miraba al rostro nada familiar de Subaru, era evidente su desagrado.

Ninguno de los dos le dio una buena primera impresión al otro.

_Hombre: ¿Y esta persona es…?

El joven invitado fue el primero en hablar.

Desvió su mirada de Subaru y la dirigió hacia las personas sentadas frente a él. Fue la hermosa chica de largo y sedoso cabello plateado la que asintió y le respondió.

_Emilia: Claro. Me disculpo por su tardanza. —Él es mi Caballero, Natsuki Subaru.

Un pequeño escalofrío recorrió la espalda de Subaru.

Las palabras Mi Caballero eran sencillamente tan maravillosas que lo dejaban cautivado cada vez que las oía.

_Hombre: ¿D-Debería mencionar que luce un poco perdido…?

_Beatrice: Subaru. Deja de hacer caras raras, supongo. Pensará que eres rarito… ¿Eh? Estás aplicando algo de fuerza, de hecho. No, más bien, aprietas demasiado fuerte — ¡Suba-Subaru! ¡Due—! ¡Eso duele, supongo!

 _Subaru: —¡Ahh! Ah, lo siento. Estaba en las nubes.

Casi apretó a Beatrice hasta matarla sin darse cuenta para ignorar ciertos sentimientos. Un Abrazo de Beako, también conocido como Abrazo de Oso. Eso era.

Como sea. El invitado miraba con escepticismo a Subaru mientras éste aclaraba su garganta y bajaba a Beatrice.

_Subaru: En efecto, es justo como han dicho hace unos instantes, me llamo Natsuki Subaru. Sirvo a Emilia-sama como su Caballero, cuya presencia ya notó frente a usted. El placer es todo mío.

_Hombre: …

Su atuendo lo hacía parecer un poco desaliñado, pero sus modales demostraban perfecta etiqueta. Solía pensar con cinismo sobre las actitudes pretenciosas de los caballeros, pero ahora que era él quien debía hacerlo, se dio cuenta de que sorprendentemente le funcionaba bien.

No se traba de si le quedaba bien o no. Sino que así se sentía mucho más como un caballero.

Y la presión, el saber que un solo error lo podría convertir en el hazmerreír, le daba a esa seriedad tan rígida un significado.

Bajo la tutela de Garfiel, cuyo conocimiento era extenso gracias que era un fanático de los Caballeros, Subaru logró adoptar la etiqueta que le daba la gracia necesaria que era de esperar de un caballero.

Subaru dio un breve vistazo a la puerta para ver a Garfiel, quien lucía satisfecho.

Garfiel notó la mirada de Subaru y entonces le mostró el dedo de en medio. Subaru le enseñó ese gesto, pero obviamente lo estaba usando mal. Puede que sea un buen profesor, pero Garfiel era un pésimo estudiante.

_Hombre: Agradezco su cortesía. Soy… Mi nombre es Joshua Euclius, un mensajero enviado por parte de Anastasia Hoshin-sama.

_Subaru: Así que Joshua-san. Qué buen nombre. En cualquier caso, me disculpo por tan inadmisible impuntualidad. Permíteme… ¿Euclius?

A mitad de semejante refinada interacción diplomática, Subaru de la nada ladeó la cabeza frente a un nombre familiar. Joshua asintió mientras decía: Sí. 

_Emilia: Así es, Subaru. Joshua es el hermano menor de Julius. Ambos apoyan a Anastasia, ¿no te parece muuuy maravilloso?

Dijo mientras reía, sus modales impolutos habían desaparecido, hablando ahora en un tono mucho más informal.

Su expresión mientras miraba a Subaru reflejaba cómo era ella de verdad, al natural. Subaru suspiró, y miró de manera poco respetuosa a Joshua mientras se sentaba frente a él y al lado de Emilia, naturalmente.

_Subaru: Vaya, así que eres el hermano menor de Julius. Ahora que lo mencionas sí que se parecen. Comparten la misma desdeñosa… digo, fuerte, mirada. Y también la burlona… digo, elegante, sonrisa. Así como ese cabello con el color de las llamas del abismo… digo, ese hermoso tono de cabello.

_Otto: ¡Si tienes que corregirte todas las veces mejor no lo digas!

Dijo Otto, incapaz de seguir escondiendo el sudor que corría por su frente.

Él era el Ministro de Asuntos Internos de la Facción de Emilia; o más bien, él era el único capaz de ser esa clase de ministro, y por eso tenía el puesto. Pero, como mediador, era un inútil.

_Subaru: ¿Perdiste peso?

_Otto: ¡La vida aquí es una sucesión constante de emociones, ¿vale?! Cuando esta clase de cosas ocurren tan continuamente, la fatiga mental me deja demasiado cansado como para querer ejercitar, ¡y por eso acabé esquelético! ¡Esquelético!

_Mimi: ¡Eskkelétiko! ¡Eskkelétiko!

Dijo Mimi alegremente, sin darse cuenta de que estaba enervando a Otto aún más.

Aparentemente lo único que evitaba que Otto le respondiera era el hecho de que Mimi era la acompañante del invitado. Pero ella no le prestó ni la más mínima atención mientras corría de manera infantil hasta su asiento, junto a Joshua.

Beatrice también miraba los asientos.

Pero Subaru, Emilia y Otto estaban ocupando todo el espacio que se encontraba frente a Joshua y Mimi. Bien podrían pegarse un poco para hacerle un espacio a Beatrice, pero luciría patético. Así que Beatrice prontamente decidió sentarse en el regazo de Subaru.

Subaru, de la manera mas natural del mundo, puso sus brazos alrededor de la cintura de Beatrice para asegurarse de que ella no se cayera.

_Subaru. Bien, ahora sí, a lo que hemos venido a conversar…

_Joshua: ¡U-Un momento, por favor! ¿Quién es esta chica?

Y de la nada, Joshua estaba demasiado nervioso como para hablar.

Apuntaba su dedo hacia Beatrice, quien se encontraba sentada en el regazo de Subaru, y se inclinó hacia delante tan repentinamente que su monóculo se salió de su lugar.

Parecía que no tenía la serenidad de Julius.

Subaru decidió que esa personalidad era más preferible que la de Julius, mientras que Mimi decidió hablar.

_Mimi: Ay Joshua, no sabes nada. Ella es Beako, la bebé de Subaru. Está clarísimo. ¿Y la de al lado es la mami y el otro es el kriado?

_Otto: ¿¡A quién llamas criado!? ¡Estoy bastante seguro de mi posición en este lugar, así que ¿te importaría no llamarme así, por favor?!

_Mimi: ¡Kriado! ¡Kriado! ¡Ohhh! ¡Suena a nombre de mabestia!

Las suplicas de Otto no surtieron efecto alguno sobre Mimi, la encarnación de la inocencia e ingenuidad.

Nadie se molestó siquiera en hacerle caso a Otto, quien se encogió de hombros. Subaru puso su mano sobre la cabeza de Beatrice.

_Subaru: Lamento no haberla presentado antes. Es que estamos tan acostumbrados a sentarnos así que olvidé por completo mencionarlo.

_Emilia: Otto-kun también olvidó mencionarlo. A mí también me resultó inopinado.

_Subaru: ¿Quién dice "inopinado" hoy en día?

Esa era la manera de hablar de Emilia, pero Subaru aun así estaba de acuerdo. Y Otto ya debía estar acostumbrándose a esta vida, porque ya estaba empezando a olvidar interceder con el sentido común. De todas formas, no se trataba de algo malo.

_Subaru: Ella es Beatrice. Lo que dice Mimi es cierto, ella es nuestra hija, de Emilia y mía.

_Joshua: ¿¡Qué!?

Dijo Joshua, atónito.

_Emilia: Por todos los cielos, Subaru. Sabes que eso no es verdad. Mira cómo dejaste a Joshua. Sé que ya nos hemos besado, pero así no es como se hacen los bebes. He estudiado.

_Subaru: Ah, lo lamento, Emilia-tan. Pero creo que acabas de revelar un asunto muy privado. Bueno, yo empecé este lío, así que me corresponde presentarla como se debe.

_Beatrice: Es lo que te mereces por usarme para bromear, de hecho. Más te vale estar arrepentido, supongo.

Subaru le mostró una sonrisa nerviosa a Emilia y Beatrice.

La confusión de Emilia respecto a cómo se hacen los bebes sólo había sido rectificada en "no ocurre tan solo por un beso". Subaru no podía profundizar más al respecto, imaginándose la tremenda sorpresa que Emilia se llevaría. Las mujeres de la facción, entonces, decidieron que lo mejor sería esperar hasta que ella tuviera una madurez mental mayor.

Básicamente, todos estaban actuando de forma sobreprotectora.

_Joshua: Ehh, entonces ¿la verdadera posición de la señorita Beatrice es…?

Joshua se acomodó su monóculo, abrumado por el trato de los miembros de la Mansión Roswaal. ¿Acaso la forma desgobernada y frenética con la que actuaban no se parecía bastante a de la Facción de Anastasia, la cual tenía a los Colmillo de Hierro?, se preguntaba Subaru.

_Subaru: Lamento que la conversación siga desviándose. Aunque Beatrice parezca una adorable niña ordinaria, en realidad ella es un espíritu con el que tengo un contrato. Una loli-abuela.

_Beatrice: Así es. Soy un espíritu, de hecho. Y puedo darme cuenta de que te burlas de mí al llamarme "loli-abuela", supongo.

Beatrice apartó la mano de Subaru y se acomodó la cabeza bajo la barbilla de Subaru. Ya se había vuelto bastante buena en el subarunés, haciendo que estos deslices verbales generalmente fueran inadmisibles.

"Loli-abuela" era evidentemente la combinación de "loli" y "abuela", y era un término que Subaru ya le había explicado, así que naturalmente lo entendería.

La reacción de Joshua a las interacciones enternecedores entre Subaru y Beatrice era extrema.

Su hasta ahora expresión reservada pero a la vez encantadora se había vuelto rígida.

_Joshua: —Ya veo. Una espíritu.

Ninguno de los que escucharon ese susurro podrían entender los sentimientos que contenía.

No era que estuviera escondiendo sus emociones. De hecho, era todo lo contrario. Era una emoción tan compleja y compuesta, que era imposible entender la parte más básica de ésta.

Pero todos pudieron darse cuenta de que no se trataba de algo muy amigable.

_Garfiel: Oye, señor invitado. ¿Tienes algún problema con que el Capitán tenga a un 'spíritu con él?

Garfiel había heredado el antiguo papel de Subaru, el cual era portarse altanero con todos.

Mientras los demás pensaban en cómo enfrentar el problema, él se lanzaba de forma temeraria.

Joshua sacudió su cabeza mientras decía: No, no es nada.

_Joshua: Es sólo que, me sorprendió que Natsuki-dono fuera un Caballero Espiritual. Ya que, como estoy seguro de que ya saben, mi hermano también es un Caballero Espiritual. Se trata de un título tan raro, que prácticamente se podría decir que él era el único en esta nación que lo poseía.

_Subaru: Sí, ya lo sabía. Porque, cuando luchamos contra el Culto de la Bruja, él… eh, pues; él me ayu… ayu-ayud— ghk. Me ayudó, mu-cho…

_Otto: ¿¡De verdad estás tan reacio a aceptar que te salvó!?

No. Pero recordar sus conflictos con Julius hacía que se sintiera extraño decirlo, y hacía que las viejas heridas de la paliza que le dio volvieran a doler.

_Beatrice: Ya había escuchado sobre otro caballero que usa espíritus, de hecho. Pero qué curiosa coincidencia que se trate de tu hermano, supongo.

_Joshua: ¿A qué se refiere con "curiosa coincidencia", espíritu-sama?

_Beatrice: Es obvio a lo que me refiero, de hecho. Los predecesores serán superados tarde o temprano, parece. Lo mejor que podría pasarle es convertirse en una decoración para el glorioso camino que Subaru y Betty— ¡Nhaaha!

_Subaru: No busques pelea con alguien que acabamos de conocer. Además, no tengo nada en contra de Julius. Jamás podría superarlo en su especialidad. No gano a las personas que se les da bien los rompecabezas retándolos a resolver rompecabezas, sino que les reto al Mario Kart.

Subaru despeinó el cabello de Beatrice y le hizo una pequeña reverencia con la cabeza a Joshua mientras obligaba a Beatrice a hacer lo mismo.

_Subaru: Me disculpo. No estaba tratando de burlarme de tu hermano. O más bien, soy consciente de que mis capacidades son inferiores a las suyas. Esta espíritu de aquí tiende a ser una fanfarrona.

_Joshua: Una admirable y precisa declaración. Al compararte con mi hermano, es natural que reconozcas tu inferioridad.

_Subaru: ¿Eh?

Subaru estaba tratando de cerrar el asunto de la forma más madura posible, pero la inesperada arrogancia de Joshua hizo que la situación volviera a ser precaria.

Ignorando a Subaru que estaba frunciendo el ceño debido a la confusión, el monóculo de Joshua reflejó la luz perfectamente.

_Joshua: Sí. Mi hermano es alguien sobresaliente. A la corta edad de veinte años es el segundo caballero más capaz de todos los Caballeros Imperiales, la élite de la Orden de los Caballeros del Reino. Sus actuales servicios en apoyo a Anastasia-sama lo alejan ligeramente de su puesto como Caballero Imperial, pero cuando sus deseos se lleven a cabo, tendrá un lugar asegurado como Líder de los Caballeros Imperiales. Tiene una fuerte relación de amistad con el gran Santo de la Espada Reinhardt, y siempre mantiene una postura y personalidad intachables tanto en público como en privado. Es siempre estricto consigo mismo y con los demás, disciplinado, ambicioso y siempre en busca de mejorar. Su hermosa apariencia cautiva a cualquier mujer, y su personalidad es igual de impecable. Sí. Mi hermano es alguien excepcional. Comparado con él, no eres nada.

_Subaru: …a, ah.

Joshua hablaba con fervor, su rostro estaba enrojecido mientras seguía expresándose sin parar.

Subaru no tenía manera de responder, y Beatrice también sentía que debía retroceder. Garfiel y Otto permanecieron en silencio, con la incertidumbre de si esto se pondría violento o no, y Mimi estaba demasiado ocupaba comiendo tentempiés como para poder ayudarles.

Sólo había una persona capaz de contrarrestar el larguísimo discurso de Joshua.

_Emilia: Jeje. Joshua, quieres muuucho a tu hermano Julius, ¿no es así?

En esta habitación había un ángel que siempre veía todo positivamente.

Sus palabras hicieron que Joshua se diera cuenta de lo que estaba diciendo, haciendo que su rostro se enrojeciera más por vergüenza que por emoción. Aclaró su garganta, recuperando la compostura.

_Joshua: Mi-Mil disculpas. Puede que me haya propasado. Tengo ciertas dificultades para controlarme cuando se trata de mi familia.

_Emilia: No, no, está bien. Me gustaría escucharte hablar más sobre Julius. Sólo me lo he encontrado escasas veces en la Capital, así que me gustaría saber más cosas de él.

_Joshua: ¿¡E-En serio!? Bueno, tengo muchos recuerdos de él y yo que—

_Subaru: ¿¡Qué tal si lo dejamos para otra ocasión, y finalmente vamos al motivo de tu visita!? ¿¡No les suena genial!? ¿¡Otto!? ¿¡Garfiel!?

_Otto y Garfiel: ¿¡Eh!?

Subaru los interrumpió, obligando a los otros dos a entrar en la conversación en la que de ninguna manera querían participar.

Pero rápidamente asintieron con la cabeza.

Fue entonces cuando Joshua se dio cuenta de que la conversación se había desviado mucho.

_Joshua: B-Bien, dejaremos las historias sobre la magnificencia de mi hermano para otro momento. También tengo que… Así mismo debo cumplir con mi deber y reunirme con Anastasia-sama en breve.

_Emilia: De acuerdo. Lo espero con muuuchas ansias. Bueno, nos tomó mucho rato llegar a esto. …Entonces, ¿cuál es el propósito de tu visita?

El nerviosismo de Joshua seguía siendo evidente mientras fingía estar tranquilo, mientras que Emilia fácilmente volvió a su actitud de Candidata de la Selección Real.

Sus tonos de voz bajaron, devolviendo la tensión a la sala de estar. Emilia podía generar tensión de esta manera debido a que había logrado reconocer que estaba aspirando a un puesto de carácter político.

_Joshua: —Como mensajero de la mujer a la que sirvo, Anastasia Hoshin-sama, estas palabras son dirigidas a usted, Emilia-sama.

La densa tensión logró que la expresión de Joshua recuperase su elegancia inicial. Se puso la mano en el bolsillo, sacando de ahí una carta, y entonces la puso sobre la mesa.

La abrió. Mirando la escritura en tinta negra.

_Joshua: Anastasia-sama desea invitarla a usted y a todos sus compañeros a la ciudad de Priestella.

_Emilia: Una invitación a Ciudad Priestella… Priestella es la Ciudad de las Compuertas, ¿verdad? La gran ciudad que se encuentra cerca de la frontera entre el Reino de Lugnica y las Ciudades-Estado de Kararagi.

_Joshua: En efecto. Anastasia-sama está residiendo ahí temporalmente, en lugar de estar en la Capital… y desea invitarla.

Joshua hizo una reverencia con la cabeza.

Emilia dirigió su mirada hacia Subaru. Obviamente esa mirada quería decir algo como: ¿Qué opinas?

Subaru compartía la misma sensación con Emilia al respecto. Todos sabían que Anastasia residía en una mansión en el distrito noble de la Capital cuando se encontraba en Lugnica. Mimi mencionó que se trataba de una invitación a una fiesta, así que Subaru tenía la certeza de que se llevaría a cabo en esa mansión.

_Joshua: Priestella es un lugar pintoresco. La ciudad ya es distintiva por sí misma, y se ha convertido en un destino turístico muy popular. Anastasia-sama se encuentra encantada y muy relajada en ese lugar.

_Subaru: Sería genial si tan solo nos estuvieras llevando a visitar un agradable lugar, pero… no es así ¿verdad? Emilia y Anastasia no son amigas.

Si la memoria de Subaru no le fallaba, Anastasia había sido particularmente dura con Emilia durante las discusiones en el Palacio. Las candidatas más despiadadas con Emilia habían sido ella y Priscilla. Crusch sencillamente no era racista, y Felt estaba en deuda con Emilia. Así que, aunque Anastasia había ayudado durante las batallas contra la Ballena Blanca y el Culto de la Bruja, la opinión personal de Subaru sobre Anastasia no era buena precisamente.

Así que dudaba que esta invitación fuera alguna clase de gesto sincero.

Como si estuviera dándole la razón a esas dudas, una sonrisa se dejó ver en el rostro de Joshua. 

Y entonces,

_Joshua: Anastasia-sama desea invitarla de buena voluntad. Ella ha averiguado que el valioso objeto que usted está buscando se encuentra en Priestella.

_Emilia: ¿Lo que estoy buscando?

En el instante en que Emilia comenzó a mostrar interés, la expresión de Otto, con su experiencia como comerciante, prácticamente gritaba: ¡La tiene en el bote! Y esto le dejó a Subaru en claro que Joshua se había robado el dominio de la conversación antes de que pudieran detenerlo, pero aún no podía ver a dónde se estaba dirigiendo todo esto.

Y en ese pequeño lapso de tiempo, el oponente tomó control total de la conversación.

Y sonriendo, Joshua dijo:

_Joshua: —En Ciudad Priestella hay una tienda que vende piedras mágicas, y entre ellas, yace la piedra mágica incolora de alta calidad que usted desea. Me parece que usted está buscando un ancla para el Gran Espíritu, ¿o me equivoco?

— En el instante en que Joshua tomó el control, la Facción de Emilia estaba destinada a partir hacia Priestella.


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