Al pensar en esos tres, el sentimiento de fracaso de Subaru se hizo cada vez más fuerte, oprimiéndole el pecho.
Pero Julius interrumpió ese sentimiento doloroso de Subaru.
_Julius: …Subaru, quiero confirmar una cosa.
_Subaru: ¿Qué?
_Julius: Es un poco difícil para mí tener que decírtelo… pero parece que aún no lo has notado.
Al ver que Julius era reticente a ir al grano, Subaru ladeó la cabeza.
Julius alzó una mano para señalar la pierna de Subaru, quien reaccionó entrecerrando los ojos un poco.
Inseguro de lo que Julius hacía, él miró hacia abajo con cautela… y vio que la mano de Julius trazaba una línea en el aire —la cual Subaru siguió con la mirada involuntariamente— indicando desde el muslo derecho hasta el pie de Subaru.
Subaru sólo había recordado inadvertidamente lo referente a Crusch en el último piso del Ayuntamiento, y se había olvidado por completo de sus propias heridas.
¿Qué me ocurrió antes de perder la consciencia?
Inconscientemente él había comprendido y aceptado la presencia del Retorno por Muerte; pero ese sentimiento de muerte no había llegado. Debería sentirse aliviado, pero…
_Subaru: ¡¿Qu—?!
Con el aliento contenido en su garganta atragantada, Subaru no pudo sino dudar de lo que veían sus ojos.
Podía ver que su pierna derecha seguía en su sitio, pero…
—Donde su pierna se había desprendido, ahora había una unión de piel negra, fea y que lucía carbonizada. Y esa piel oscura se había extendido por toda su pierna derecha.
_Julius: No fue Ferris el que la arregló, ni fue ningún tipo de magia curativa. Tu pierna, que había sido arrancada, se arregló sola. Y no parece que te duela.
_Subaru: …
Era justo como Julius dijo.
Su fea pierna derecha no le dolía y tampoco sentía nada extraño. Su primer instinto fue preguntarse si sólo mantenía la ilusión de estar conectado, pero podía doblar libremente la rodilla y mover los dedos del pie.
Cada herida en su pierna se había tornado negra, y sus vasos sanguíneos también eran negros y visibles, la negrura se extendía desde la parte inferior hasta la superior de su pierna derecha.
_Julius: Subaru, una vez más, quiero confirmarlo.
_Subaru: …
Después de ver los drásticos cambios de su propia pierna, Subaru ni siquiera podía hablar. Ante la pregunta de Julius, Subaru sólo pudo levantar lentamente su cabeza, y luego…
_Julius: ¿Realmente… estás bien del todo?
※ ※ ※ ※ ※
Lo más aterrador sobre el reimplante de su pierna derecha era que no había ningún problema que le impidiera estar de pie y caminar a su antojo.
_Garfiel: La señorita llamada Ferris dijo que la pierna del Capitán no 'staba ni herida ni 'nferma, así que incluso si mi asombroso ser tratara de usar magia de curación, no ocurriría nada. Parece que no es curable.
Al remangar la bota de su pantalón, Subaru podía ver vasos sanguíneos negros recorrían la piel de su pierna a partir de la herida en el muslo.
Los patrones en la piel parecían flexibles al tacto. Si ignorara el color, podría llamar a esa piel normal, pero…
_Julius: Si dijeras que se reimplantó por su propia cuenta… me sería bastante difícil aceptarlo con tranquilidad.
Sobraba decir, sin embargo, que Subaru no poseía poderes regenerativos.
Ésta fue la segunda vez que perdió esa pierna, y su propia memoria le decía que la primera vez su pierna no había mostrado signos de repararse a sí misma.
Obviamente la línea de pensamiento correcta a seguir era averiguar qué había causado esto, pero Subaru sólo podía pensar en una cosa.
_Subaru: ¿Será por la sangre que la maldita Capella vertió en mi pierna?
Cuando su pierna fue arrancada, él cayó en un estado de confusión.
Por eso, sus recuerdos eran borrosos, y no podía concluir con certeza que ese fuera el caso; no obstante, Subaru estaba casi seguro de que había visto a Capella cortarse su propia muñeca y dejar caer gotas de su propia sangre en la herida de Subaru.
En ese entonces, ella también mencionó algo increíblemente preocupante. Sí, fue sobre…
_Subaru: A Crusch-san le hicieron lo mismo que a mí.
_Julius: ¿Te refieres… a eso de verter sangre? Es un acto desagradable. ¿Tal vez tenga algún significado como ritual… dejando tras de sí un impacto inmediato? He oído que los maleficios y las maldiciones no operan bajo las leyes de la magia normal.
_Subaru: Una maldición… sí, eso suena correcto. Una maldición de sangre… no, era otra cosa… no una maldición de sangre, sino un dragón… Sí, eso fue, la sangre del dragón. ¡Eso fue lo que ella dijo!
Mientras recibía la mirada desconcertada de Julius, Subaru hurgó entre sus borrosos recuerdos y no pudo evitar aplaudir al tener éxito.
Mientras torturaba a Subaru con su sangre, Capella mencionó que su propia sangre estaba mezclada con sangre del dragón.
Eso no parecía haber sido una broma, un alarde, ni una mentira; y proporcionaba varias pistas.
_Julius: Sangre del dragón… ¿quiere decir que la recibió de la familia real?
_Subaru: No conozco los detalles, pero, ¿de verdad hay algo tan conveniente a la mano?
_Julius: Fue uno de los tesoros concedidos por el contrato con el dragón Volcánica, famosa por ser lo suficientemente potente como para volver fértiles los suelos estériles.
_Subaru: La todopoderosa sangre del dragón… No sé qué tan relevante sea, o lo que implica.
Teniendo en cuenta que Capella se proclamaba a sí misma una Lugnica, éste era un objeto de interés, especialmente debido a que Emerada Lugnica era una verdadera figura histórica, como había contado Wilhelm.
Subaru no creía que ella fuera de verdad parte de la realeza; pero, que la sangre del dragón estuviera mezclada con su sangre, le hacía dudar.
_Julius: De todos modos, es una buena noticia saber que podría estar relacionado con la sangre. Ferris podría ser capaz de ayudarla con esa información.
_Subaru: Ah, sí, es cierto. Apurémonos…
_Garfiel: 'Spera, Capitán. No vayas con él.
Por fin había información que podría darle un vuelco a la situación.
Subaru quería apresurarse a compartir esa información, pero Garfiel, con los brazos cruzados y apoyado en la pared, había vertido un metafórico cubo de agua helada sobre su cabeza. En respuesta a la mirada acusatoria de Subaru, Garfiel bajó la mirada.
_Garfiel: Capitán no lo ha visto aún, y 'ntre menos lo vean, mejor.
_Subaru: ¿…Qué quieres decir?
_Garfiel: Quiero decir 'xactamente eso. A esa linda chica no le gustaría que la vieras.
Garfiel se apartó de la interrogativa mirada de Subaru.
Cada vez más inquieto, Subaru se giró hacia Julius, quien, al igual que Garfiel, sólo negó con la cabeza.
_Julius: De hecho, me temo que Crusch-sama desea evitar la mirada de los demás ahora mismo. Debido a que es una persona noble, no quiere que nadie la vea en un estado tan débil.
_Subaru: ¿Es realmente… sólo porque está débil?
_Julius: …
Julius no dijo nada.
Simplemente apartó en silencio su mirada sobre Subaru. Y sólo esa pequeña acción dio respuesta a todo.
_Subaru: …Es culpa mía.
_Julius: Subaru, eso no—
_Subaru: ¡Es culpa mía! Yo… ¡Yo, más que nadie, debería haber sabido lo peligrosos que pueden ser los del Culto de la Bruja! ¡Debería haber previsto al menos algo de esto!
Cuanto más intentaba imaginar qué le estaba pasando a Crusch, más se horrorizaba.
Y el intenso autorreproche que esos pensamientos trajeron a Subaru fueron producto de su frustración por su propia incompetencia, así como de su enfado, coraje y arrepentimiento de ir a desafiar al Culto de la Bruja.
Subaru debería haber sabido muy bien lo terroríficos que podían ser los arzobispos del pecado del Culto de la Bruja.
Y no sólo por Petelgeuse. Antes de entrar en el Ayuntamiento, Subaru se encontró con Sirius y Regulus de primera mano, uno justo después del otro.
Después de esos encuentros, ¿cómo pude haber subestimado a Capella?
Se podría decir que fue arrogancia suya decidir contraatacar aun estando en desventaja; que todo esto pasó debido a su decisión.
_Subaru: Todo es, mi—
_???: —Vale, vale. Basta de lamentos y de ser tan mal perde'or. Calla'ito 'tás má' guapo.
Subaru, asumiendo toda la culpa, estaba a punto de hundirse profundamente en un mar del autodesprecio. En ese momento, sin embargo, no fue una voz suave la que lo sacó de esos oscuros pensamientos, sino una voz fría y apática que iba acompañada de una mirada inexpresiva.
_Subaru: …
Subaru dirigió su mirada a la entrada de la habitación.
Ante la mirada de todos los presentes, había de pie y con las manos juntas una mujer de negocios de pelo morado y rostro tierno.
Sin embargo, la mirada letal con la que observaba fijamente a Subaru no encajaba con esos suaves rasgos.
_Subaru: Anastasia…
_Anastasia: Comprendo perfectamente la decepción después de una derrota en er campo de batalla, pero si to'o lo que haces es quejarte y deprimirte, molestarás a los que te rodean como un tonto. Y aunque hagas to'o eso, lo que has perdí'o no regresará a ti.
Las reprimendas de Anastasia estaban dirigidas hacia Subaru, quien ya se sentía fatal por la derrota.
Durante un momento, Subaru estuvo demasiado aturdido para entenderlo. Cuando empezó a reaccionar, se halló a sí mismo lleno de rabia. Pero entonces,
_Julius: Anastasia-sama, por favor retráctese de su declaración. Subaru fue el que tuvo el contacto más directo con la maldad del Culto de la Bruja. Aunque esté deprimido o suspirando…
_Anastasia: Qué raro viniendo de ti, Julius. Normarmente pue'es concentrarte en er tema en cuestión, pero ahora mismo 'tás siendo tan infantir… Si viniste aquí sólo para jugar con tus amigos, ¿por qué mejor no vas a jugar con Joshua…?
_Julius: …
Julius, que había intentado defender a Subaru, se desmoronó bajo esa fría mirada. La rabia de Subaru se enfrió un poco, pero aun así se sentía increíblemente confundido por la actitud de Anastasia.
Anastasia jugueteó con la piel de zorro blanco envuelta bajo su cuello mientras miraba a Subaru, Julius y Garfiel, quienes se habían quedado sin palabras.
_Anastasia: …Oye, Julius, las cosas con Crusch-san parecen un poco complica'as ahora mismo, ¿no? ¿Por qué no vas a ver si pue'es ayu'ar? Y tú, er shico rubio de allí, ¿te importaría acompañarlo?
Incitando a Julius y Garfiel a salir de la habitación, Anastasia fijó sus ojos en Subaru.
Si dos de las cuatro personas en la sala se fueran, Subaru y Anastasia se enfrentarían cara a cara.
_Anastasia: No te preocupes, no haré na'a inapropia'o.
Anastasia les prometió eso con una sonrisa definitivamente nada linda.
Entonces Julius hizo una reverencia y se fue, y Garfiel salió detrás de él con cautela presente en su mirada. Hasta el final mantuvo su mirada de preocupación sobre Subaru, antes de asentir y marcharse.
_Anastasia: Garfiel-kun parece ser un shico muy diligente. Hasta er finar, su mira'a preocupa'a estaba fija'a en ti, Natsuki-kun. Parece que cuida' bien de la gente.
_Subaru: …Estoy seguro de que no hiciste que nos dejaran solos sólo para perder el tiempo.
Anastasia comenzó a hablar en voz baja sobre Garfiel después de que se fuera. Esto mismo había ocurrido en una interacción previa, donde ella había estado intentando pillar a Subaru desprevenido.
Al girarse, Subaru vio a Anastasia acariciándose el pelo mientras observaba la habitación medio destruida, para luego tomar una silla y sentarse.
_Anastasia: Vaya, tener una sharla despreocupa'a como ésta con Natsuki-kun rearmente me recuerda… a la víspera de la batalla contra la Ballena Blanca.
_Subaru: En ese entonces, estábamos elaborando un plan para obtener la victoria. Esta vez, no hay nada de eso a la vista… Aunque recapturamos el Ayuntamiento, la situación no ha mejorado en absoluto…
_Anastasia: Sí, na'a ha cambia'o. To'o ha empeora'o, y no tenemo' un plan de acción óptimo a seguir…
Subaru se dio cuenta de que, por un instante, esa voz despreocupada se había afilado como la hoja de un cuchillo.
Él no pudo evitar enderezar la espalda, y Anastasia miró su pierna.
_Anastasia: Según oí, tu pierna había si'o destroza'a; ¿está bien? Ha adquiri'o un aspecto dudoso.
_Subaru: Afortunadamente, puedo correr y saltar perfectamente, aunque tiene un aspecto un poco asqueroso.
_Anastasia: Bueno, po'er correr y sartar ahora mismo es lo que má' importa. Después de to'o, habrá musho que hacer, pero antes de eso…
Anastasia dejó que la conversación se desviara ligeramente hacia la lesión de Subaru, antes de inhalar con fuerza.
Subaru se dio cuenta de que ella finalmente estaba llegando al punto en cuestión y frunció el ceño. Anastasia apuntó hacia el techo — no, más allá.
_Anastasia: ¿Ar finar, lograste escushar la tercera trasmisión?
_Subaru: No la he escuchado. ¿Qué fue lo que dijeron?… Probablemente algún tipo de petición, ¿verdad?
_Anastasia: Te perdiste dos de las tres trasmisiones, qué descuida'o, Natsuki-kun.
Mientras tenía la mirada fija en esa cosa, Subaru estaba tan perplejo que olvidó respirar durante un momento.
_Echidna: Generalmente una reacción como esa sería esperable, pero me parece un tanto abrumador que te sorprendas tanto. Aunque luzca así, sigo siendo, por género, una mujer… bueno, como espíritu, es complicado determinar si poseo o no un género. ¿Tal vez debería decir que simplemente me identifico como mujer?
Cabello blanco como la nieve, unos afilados ojos negros, voz neutral y frases innecesariamente complicadas.
Esas características coincidían con las de aquella bruja de blanco y negro. Pero…
_Subaru: No tiene… ninguna gracia. ¿Tú eres Echidna?
Su primer encuentro con la Bruja de la Codicia había sido un año atrás, durante las Pruebas en la tumba del Santuario, cuando ella lo atrajo a sus fiestas del té.
Ella había seducido a su invitado con palabras agradables en un intento de convertirlo en una marioneta, bailando al ritmo que ella impusiera. Y, para colmo, ella quería usarlo para buscar todas las respuestas que ella misma no había podido atestiguar. Podía decirse que ella era la curiosidad encarnada.
Subaru jamás imaginó que volvería a encontrarse con ella.
_Subaru: Tú… ¿en serio te has convertido en un zorro? Deja de bromear. Y para colmo, apareces justo en un momento de crisis como éste; ¿qué estás tramando esta vez?
_Anastasia: Espera un momento; deja ya de asumir cosas y escusha.
Subaru se había recuperado ligeramente de su sorpresa inicial, listo para cobrárselas todas a este zorro blanco frente a él que decía ser Echidna. Sin embargo, el reproche de Anastasia lo detuvo.
_Subaru: No te atrevas a joderme de esa manera. Tú… ¿y además estás con ella? ¿Qué rayos hacen juntas? Ella debería estar en el Santuario.
_Anastasia: No sé de qué hablas, pero ha pasa'o ar menos una déca'a desde que conocí a Echidna… y desde entonces apenas nos hemo' separa'o. ¿No descuadra eso un poco con tu historia?
_Subaru: ¿Una década…?
Tan solo pensar que aquella bruja había planeado desde hace tanto tiempo pasearse libremente por el mundo exterior indignaba a Subaru.
Según dijo la propia Echidna, ella no era capaz de salir de aquel Castillo de sueños. Así que, si antes de haber estado en ese lugar ella ya había planeado algo como esto…
_Subaru: Siempre has sido así… ¿Acaso te complace observar a la gente vagar en completa oscuridad mientras te burlas de su ignorancia?
_Echidna: …Santo cielo, parece que estoy siendo víctima de una considerable cantidad de rencor. Parece un malentendido difícil de resolver, pero gracias a eso hay una cosa clara.
_Anastasia: Eso parece. Opinamo' lo mismo, Echidna.
En contraste con la furia de Subaru hacia Echidna, Anastasia y el zorro blanco intercambiaban una tranquila mirada de entendimiento.
Cuando Subaru frunció el ceño, el zorro blanco sacudió la cabeza con un inesperado parecido a la expresión humana.
_Echidna: Aunque no conozco en lo más mínimo la razón de tu desconfianza hacia esa otra Echidna, puedo decir que esos problemas no tienen relación alguna conmigo.
_Subaru: ¿Qué quieres decir?
_Echidna: Es bastante simple. No sé nada de nada sobre ninguna Echidna que no sea yo, dado que nací sin saber nada más que mi nombre, Echidna, y mi raza: espíritu artificial. Esas son todas las pistas que tengo sobre mi origen.
_Subaru: …¿Qué?
Subaru había estado esperando alguna clase de explicación, pero el zorro blanco habló de manera distinta a la Echidna que Subaru conocía. O más bien, si ella de verdad fuera Echidna, entonces cualquier cosa que dijera muy posiblemente serían palabras para engañar a Subaru.
Afirmando ser Echidna y, al mismo tiempo, un espíritu artificial, este espíritu decía no tener recuerdo alguno de Subaru, previo a esta conversación; pero Subaru no podía simplemente creerle.
_Anastasia: ¿Qué ocurre, Natsuki-kun? Tu expresión no muestra na'a má' que sospesha.
_Subaru: Pues claro. Para mí, que conozco la verdadera naturaleza de Echidna, es una reacción totalmente natural. Y tú también deberías… ah, es cierto, mi error. Echidna dice que no recuerda nada, ¿verdad?
_Anastasia: No parece que tengas intención alguna de creerle. Y, en esta situación donde trabajamo' con un límite de tiempo, eso es un gran problema.
A diferencia de Subaru, que estaba alerta, Anastasia hablaba con el mismo tono de voz de siempre.
Echidna estaba trabajando con ella — solo eso era suficiente para que Subaru comenzara a dudar de Anastasia. Y aunque respetaba a Julius y a Ricardo, quizás también reduciría su confianza en ellos.
Subaru no podía permitirse tener mucha esperanza en que esos mismos subordinados opinaran distinto a su líder con respecto a esto.
_Subaru: ¿Por qué me dirías tu nombre si no recuerdas nada? Creías que yo conocía a Echidna, ¿verdad? No se me ocurre otro motivo.
Ella le había dicho su nombre y un poco de su origen. ¿No demostraba eso que ella era la Echidna de la Fiesta del Té? Lo cual significaba que ella no era la Echidna del Ataúd, a quien Roswaal anhelaba. No había duda de que ella era la que Subaru había conocido. Y en ese caso, había una gran cantidad de preguntas que quería hacerle a ella. Pero, él comprendía que éste no era el momento para hacerlo.
Ante el impaciente Subaru, Anastasia suspiró con cansancio.
_Anastasia: Si no te hubieras perdi'o la transmisión, nos habríamo' ahorra'o este alboroto. Qué molesto.
_Subaru: ¿La transmisión? ¿Qué tiene que ver con esto la transmisión del Culto de la Bruja?
_Echidna: —Tiene que ver porque una de sus demandas fue "entreguen sus espíritus artificiales".
El zorro blanco respondió la pregunta, yendo al grano.
El contenido de esa demanda dejó la mente de Subaru en blanco mientras trataba de comprender las implicaciones de ello.
La transmisión, el Culto de la Bruja, los espíritus artificiales. Todo esto significaba que…
_Subaru: Quieren decir que…
_Echidna: Por complicado que sea de creer, ellos quieren que entreguemos nuestros espíritus artificiales… es decir, yo (boku) o la niña que te acompaña. Así que, ¿no crees que era obvio que íbamos a querer tener una charla contigo?
_Subaru: ¿Cómo supiste que Beatrice es un espíritu artificial?
_Echidna: Lo noté en el momento en que la vi, no soy capaz de expresarlo de otra manera. No estoy muy segura de cómo lo sé; pero creo que ella también podría notar lo mismo de mí si me viera moverme y hablar.
Con una actitud más cautelosa, el zorro blanco respondió las preguntas de Subaru una por una.
Por lo menos, Beatrice no había mencionado nada sobre el manto de zorro blanco cuando se encontró con Anastasia por primera vez en el ryokan. No obstante, también era posible que Beatrice hubiera notado algo pero que, insegura de cuán acertada pudiera ser su percepción, decidiera no declarar sus preocupaciones.
¿Por qué tenía que llevar ella sola todo ese peso sobre sus hombros?
Cuando Subaru se decidió a preguntarle eso a Beatrice, sintió que le terminarían respondiendo de vuelta con la misma pregunta.
_Echidna: Que la niña que estaba a tu lado no pudiera detectarme adecuadamente era inevitable. A pesar de ser un espíritu, poseo muchos defectos, y no puedo establecer un contrato decente con nadie. Ni siquiera puedo usar magia de combate con pericia. Aunque, para compensar por todo eso, confío en mi habilidad para ocultar mi presencia, y esa confianza sigue sin menoscabar hasta la fecha.
_Subaru: No puedes formar un contrato… entonces, tú y Anastasia…
_Anastasia: Esta shiquilla y yo no compartimo' la relación de espíritu y contratista. A nuestra relación le farta argo esenciar pa' ser ese tipo de relación… En vez de eso, podrías considerarno' cómplices.
_Echidna: Deseo presenciar el futuro de esta niña, es por ello que la he seguido todo este tiempo. Habiendo estado con ella por ya algunos años, nos hemos convertido en algo así como compañeras de conversación. De vez en cuando, ella incluso discute sus asuntos de negocios conmigo.
El zorro blanco habló con una breve sonrisa, y Anastasia se rascó ligeramente el cuello. Su relación parecía armoniosa, y Subaru asumió que ellas compartían cierto nivel de confianza.
_Subaru: ¿Por… por qué me revelarías tus asuntos internos que no tienen nada que ver con la batalla que nos ocupa ahora mismo?
_Echidna: ¿No sería lo más normal que te reveláramos algunos de nuestros asuntos si queremos ganar tu confianza? Además, con las vidas de toda la población de la ciudad en juego… en este momento tan crítico, recae sobre nosotros el tomar medidas. No nos serviría de nada entrar en un conflicto con nuestros aliados por esconder un pequeño y relativamente insignificante detalle.
_Anastasia: Yo rearmente quise detenerla, pero… esta shiquilla no hace caso a los consejos de los demá' después de haberse decidi'o, así que… ar menos por er momento, me gustaría que aceptaras escusharla.
Echidna estaba siendo inusualmente franca y honesta, y las palabras complementarias de Anastasia sonaban muy convincentes.
Apenas ahora, Subaru se dio cuenta de la razón de la frialdad de Anastasia de hace un rato: se había portado de esa manera para crear un ambiente en el que pudiera estar a solas con Subaru. Y para eso, con tal de poder persuadir a Subaru exitosamente, había sacado a Julius y Garfiel de la habitación deliberadamente.
_Anastasia: Naturarmente, no pretendo cumplir con las demandas der Culto de la Bruja; pero para eso será necesario que Natsuki-kun, ar iguar que yo, hagamos las veces de no entender a qué se refieren con "entreguen sus espíritus artificiales", pa' que los demá'' tampoco entiendan a qué se refieren con esa demanda. Si no hacemo' eso, aunque reshacemo' su demanda, no to'os podrían aceptar nuestra postura tan fácirmente.
_Subaru: No tengo intención alguna de escuchar lo que sea que tengan que decir esos terroristas, así que estoy completamente de acuerdo contigo… Pero eso no significa que todas mis dudas respecto a esa Echidna con forma de zorro se hayan despejado.
_Anastasia: Sí que te molesta ese nombre. ¿Acaso la Echidna que conoces era tan mala persona, Natsuki-kun? Si es así, me parece argo problemático verte tratar a mi shiquilla de esa manera.
_Subaru: Me disculparé si se trata de alguien completamente diferente, pero su actitud e incluso sus patrones del habla son casi idénticos. Además…
_Anastasia: ¿Ademá'?
Subaru estaba tratando de buscar las palabras adecuadas para explicarle a la confundida Anastasia.
Subaru aún no tenía claro qué eran exactamente los espíritus artificiales, pero lo que sí sabía era que Beatrice y Puck habían sido creados por la bruja Echidna.
Por lo que era de esperarse que, si ese zorro blanco de verdad se trataba de un espíritu artificial, entonces ella también debió haber venido de las manos de Echidna.