En ese momento, Reinhard había bajado su postura y agarró el tobillo izquierdo de Regulus, para hacerlo girar. En un campo rotatorio de violenta destrucción, la espalda de Regulus golpeó una pared.
Al impactar, una lluvia de polvo se dispersó mientras el cuerpo de Regulus, aún siendo blandido de un lado a otro, atravesó y derrumbó un edificio.
_Reinhard: Aunque tengo la sensación de que tocarte directamente es muy peligroso, trataré de acostumbrarme a ello lo más rápido posible.
_Regulus: ¿Qué, haces esto para poder llamarlo un amigo? Cada vez me pareces más y más hipócrita. Tu naturaleza propia sin bases no tiene amigos decentes. Con alguien conocido como un violador, tener una amistad es—gh.
_Reinhard: —Lidiar contigo en verdad es insoportable; y mucho más cuando difamas a mis amigos.
El viento repentinamente envolvió sus cuerpos, seguido de una rápida sensación de ascenso.
Si dieras un vistazo, las siluetas de ambos estaban suspendidas en medio del cielo nocturno y directamente al lado de ellos, la luna llena brillaba enormemente. En aquel lugar, donde la luz de la luna caía, Regulus chasqueó la lengua.
_Regulus: Ya deberías saber que no depende de la fuerza. Creer que tirarme desde esta altura terminará con esto es ser demasiado ingenuo, ¿no crees? ¿Te estás burlando de mí?
_Reinhard: Podría intentar arrojarte abajo con fuerza y dejarte clavado en la tierra… pero esas no fueron mis instrucciones.
_Regulus: ¿Qué estás…?
En medio del aire, sin soporte alguno, Reinhard cambió la dirección arriba y abajo girando su cuerpo ligeramente. Regulus, aún siendo agarrado de su pie, fue sometido a la fuerza centrífuga y siendo blandido por Reinhard, sus ojos se agrandaron a la vez que miraba hacia abajo.
_Regulus: No me digas que…
_Reinhard: Por lo visto, lo que está por venir es conocido como "La primera ola". Ojalá no vuelva a verte después de esto.
Extrañamente, Reinhard había dicho algo sarcástico, pero Regulus no tuvo tiempo para pensar en eso.
Reinhard, únicamente usando la fuerza de su brazo, arrojó a Regulus hacia abajo. Como si hubiera sido lanzado por un látigo, el denso cuerpo de Regulus fue acelerado hacia abajo con el impulso de una bala. Regulus, envuelto por el viento, sólo podía ver cómo se acercaba rápidamente a la superficie de un canal de agua.
_Regulus: ¡Sólo es agua!
Rotando rapidísimo mientras caía, Regulus extendió sus manos, con la intención de hundirlas en el agua. Reinhard, que ahora estaba más arriba en el aire, caería al mismo lugar tarde o temprano y estaría desprotegido.
Y entonces, su tranquilo rostro podría ser destruido de un sólo golpe.
Ante ese pensamiento—
_Subaru: ¡—Emilia, hazlo!
_Emilia: ¡Ul Hyuuma!
Oyendo las voces de ese hombre y mujer que él odiaba, vio de reojo a ese par que detestaba.
Un chico de cabello negro haciendo un gesto con un dedo y una chica de cabello plateado quien conjuraba silenciosamente.
En el siguiente instante, cayendo desde arriba de Regulus, carámbanos fueron disparados a una velocidad superior a la de Regulus.
Los carámbanos alcanzaron las extremidades de su esmoquin blanco, acelerando su caída. Además, el último golpeó directamente la espalda de Regulus, congelando su cuerpo.
Un total de cinco carámbanos ataron las extremidades de Regulus, usando su cuerpo como un punto de congelación cuando cayó en el canal. Centrado en donde Regulus había caído, la magia de hielo se extendió inmediatamente en el agua como una mano, congelando el flujo del agua. Esa tumba de hielo abarcó todo el canal de agua.
_Subaru: ¡Operación Caída en el Charco, apodada "Operación I" fue completada con éxito!
_Reinhard: Ojalá haya sido efectivo.
Iluminado por la luz de la luna, Reinhard aterrizó al lado de Subaru, quien vigilaba el canal de agua congelado.
Tras haber arrojado a Regulus desde el cielo, la trayectoria de la caída debería haberle imposibilitado evitar caer en el agua, pero sería un milagro que una sola gota de agua lo hubiese rozado.
Que Reinhard pudiera moverse tan bien en medio del aire, a estas alturas, ya ni siquiera sorprendía.
_Emilia: Sellar su rango de movimiento y lanzarlo al agua, para luego congelarlo. Es imposible que vuelva a emerger de nuevo, supongo.
Desde el otro lado de Reinhard, Emilia vigilaba el agua.
Quien propuso los planes de batalla fue Subaru y quien los ejecutó fue Reinhard. Sin embargo, Emilia había sido la que llevó a Regulus a un estado de desesperación. Aunque él había sido un asesino loco, Emilia tenía cara de remordimiento, como era de esperar.
Si todo procedía sin problemas, pronto no sería más que un cadáver ahogado.
Emilia sentía que se había excedido; y tenía motivos para pensarlo.
_Subaru: …
Mirando de reojo a Emilia, Subaru meditó cruzándose de brazos.
Aunque se sentía muy apenado por ella, tener a Regulus ahogado era el mejor resultado de esto. Y si eso no era posible, dejarlo al menos moribundo.
Sin embargo, la peor posibilidad también debía ser esperada. Por ejemplo—
_Subaru: ¡Reinhard!
_Reinhard: ¡—gh!
—Justo frente a sus ojos, la superficie del hielo se agrietaba y justo después, un chorro de agua salió disparado directamente hacia ellos.
Al ver el agua impulsada, Reinhard agarró a Emilia y Subaru mientras el chorro de agua se les acercaba. Sus brazos envolvieron sus cinturas y dio un salto hacia atrás. Una vez estuvieron suficientemente lejos del alcance del agua, Reinhard agudizó sus ojos.
_Reinhard: Parece que esto todavía no ha sido zanjado.
_Subaru: Cierto. Teniendo en cuenta eso, este tipo es temible, tal y como me imaginaba.
Reinhard y Subaru estaba mirando cosas distintas.
Reinhard estaba viendo a la silueta parada en lo más alto de un trozo de hielo flotante; mientras que Subaru miraba los resultados provocados por el chorro de agua que esa silueta había lanzado caprichosamente.
Gotas de agua volaron, cayendo cerca de donde el grupo de Subaru estaba parado.
El resultado no había sido nada tan encantador como gotitas de agua salpicando el suelo y mojando la tierra, sino que cada gota de agua perforó a través de la tierra, esculpiéndola como si mordiera con la fuerza de una bestia gigantesca.
Este poder destructivo no era inferior a esas piedras y arena lanzadas por Regulus.
Lo que quería decir que, así se trate de sólido o líquido, el poder de ataque de Regulus seguía siendo constante.
_Emilia: …Su cuerpo… no está congelado en absoluto. Tal y como sucedió en la catedral.
Murmurando esto, Emilia miró a Regulus, aún parado sobre ese trozo de hielo flotante.
Subaru le había confiado la tarea de congelar su cuerpo y extremidades usando magia. Siguiendo las instrucciones de Subaru de "no mostrar piedad", el carámbano perforó justo en medio del cuerpo y extremidades de Regulus, semejante acto debió haberlo dejado más que moribundo.
Sin embargo, cuando él cayó en el agua, la punta del carámbano no había penetrado su cuerp, y así Regulus estaba simplemente congelado en la superficie, justo como lo estuvo en la iglesia.
Contra Regulus, ni congelarlo ni la magia era efectivo.
Además, él también podía anular ataques como proyectiles y golpes.
_Subaru: Cuando se quitó de encima las llamas de Ira, sospeché un poco, pero… ¿acaso su habilidad de invencibilidad no tiene ramas de especialización en ataque físico o mágico?
_Reinhard: ¿Has podido averiguar algo gracias a la Operación I?
_Subaru: Sobre eso, si no nos acercamos más… ¡¿—?!
Interrumpiendo la respuesta de Subaru a las palabras de Reinhard, había una anomalía en el canal.
Un vórtice apareció en el agua congelada de la superficie, lejos de donde estaba la rotura. Gradualmente, su impulso incrementó, empujando el hielo flotante que Regulus ocupaba. Y entonces—
_Subaru: ¡Un dragón de agua—!
Saltando del centro del vórtice, el dragón apuntó sus colmillos hacia Regulus, quien estaba parado en lo más alto del hielo.
Se trataba de uno de los domesticados dragones de agua que normalmente nadaban libremente por los canales de agua que rodeaban la ciudad. El dragón de agua, que debería haber estado entrenado para no atacar personas, abrió sus mandíbulas enormemente, con el objetivo de atacar la delgada cintura de Regulus.
Tal vez, incluso ese dragón de agua había sido influenciado por Ira, una tragedia que nunca debió haber ocurrido—sin embargo, sus mandíbulas no tuvieron oportunidad de cerrarse.
_Subaru: —gh.
La garganta de Subaru involuntariamente se atoró ante el grotesco espectáculo ocurriendo frente a él.
Lo que sucedió en este momento, ¿cómo podría siquiera ser descrito?
—Las fauces del dragón de agua se dislocaron en el mismo momento en el que se habían agarrado a Regulus.
Como en un juego de Daruma Otoshi, la mandíbula del dragón de agua se salió.
Manteniendo su impulso mientras volaba hacia Regulus, su mandíbula se giró. Incapaz de corregir la dislocación, la mandíbula que debió haber arrastrado a Regulus al canal de agua se partió en dos con un gran temblor.
Las partidas mitades del dragón de agua derramaron sangre en el agua mientras se sumergían.
Después de un momento, una exagerada cantidad de sangre y vísceras que una vez fueron un dragón de agua flotaron a la superficie; ésta había sido una muerte grotesca.
_Reinhard: Emilia-sama. De ser posible, ¿podría hacerme una lanza?
_Emilia: …¿Eh?
_Reinhard: Una lanza. Una lanza de hielo, por favor.
Encarado con la misma mirada, Reinhard murmuró esto a la desconcertada Emilia. Atando cabos, Emilia enfocó rápidamente su maná. Después de muchos intentos infructíferos, eventualmente Emilia creó una lanza de hielo, y se la dio a Reinhard. Después de comprobar la calidad de la lanza,
_Reinhard: Mis disculpas.
Agarrando la lanza de hielo, movió su muñeca hacia atrás apuntando a Regulus y lanzó el proyectil.
La lanza voló con fuerza. Sin embargo, no era la punta afilada la que había sido apuntada a Regulus. Mientras iba de lado, su mástil golpeó directamente a Regulus.
Pero lo importante era que, cuando el mástil de la lanza golpeó a Regulus, se partió en dos y cayó en el canal de agua.
_Emilia: ¿Qué significa esto?
_Subaru: Ya veo… Así que era eso, Reinhard.
Viendo el estado de la lanza rota, Emilia ladeó la cabeza en confusión. Al lado de ella, Subaru comprendió el por qué Reinhard había hecho esto, estremeciéndose por su resultado.
Al escuchar la afirmación de Subaru, Reinhard asintió.
_Reinhard: Emilia-sama, ¿vio lo que le sucedió a la lanza cuando lo golpeó?
_Emilia: Se rompió, ¿verdad? Una lanza de hielo es diferente a una de verdad, así que es natural que se haya partido en dos al ser sometida a tanta fuerza…
_Reinhard: No exactamente, la lanza no se rompió. La parte de la misma que lo golpeó ha desaparecido. La parte que lo golpeó está perdida, separada. La lanza no fue partida en dos, sino en tres.
La explicación de Reinhard sirvió como respuesta a lo que le había pasado tanto a la lanza como al dragón de agua.
Ni un objeto, ante el contacto con Regulus, podía penetrar su cuerpo. Con una barrera ordinaria, la colisión habría provocado que el proyectil rebotara o se destruyera ante el impacto, pero nada de esto sucedió.
El cuerpo de Regulus literalmente denegaba cualquier objeto que colisionara con él.
_Regulus: Qué expresiones tan ingenuas tienen. Así es.
Justo cuando los tres alcanzaron un consenso, la voz de Regulus sonó repentinamente desde el hielo.
La tranquilidad de su voz lo hacía sonar como si tan sólo estuviera susurrándose a sí mismo. En el instante que Subaru pensó eso, tuvo el escalofrío más fuerte hasta el momento.
_Regulus: No lo entienden, noloentiendennoloentiendennoloentienden. Todos ustedes, realmente, realmenterealmente no entienden nada. Es inútil. Hagan lo que hagan, no podrán ganar. No conseguirán nada. No importa cuánto se esfuercen y luchen, no tiene sentido. ¿Por qué no pueden ver eso? Se los diré, les mostraré, los forzaré a ver… lo que nunca entenderían.
Regulus se susurró eso mientras saltaba del hielo. Habiendo tan sólo saltado hacia adelante ligeramente, su cuerpo cayó en picado al canal; por un momento, su silueta desapareció de la vista. Sin embargo, con una mano en el borde del canal, se impulsó a sí mismo desde el agua, escalando de nuevo a la calle. Entonces, una vez más, miró a los tres con desdén.
_Reinhard: Su cuerpo no está mojado en lo más mínimo. Su respiración se mantiene intacta. Naturalmente, los fragmentos de hielo no necesitan siquiera mencionarse; no tiene ni una sola gota de sangre esparcida en él. Sus ropas están completamente limpias, e igualmente sin manchas de agua.
Observando a Regulus, Reinhard dio un reporte rápido.
Habiéndolo escuchado, Subaru asintió y trató de considerar todas sus preocupaciones mientras reprimía su horror. Parecía que todo lo que quería confirmar combatiéndolo había sido comprobado.
Sin embargo, no había ni rastro de buenas noticias; éste era el peor comunicado posible.
_Reinhard: Subaru, mi espada.
_Subaru: S-sí…
Ante la petición de Reinhard, Subaru rápidamente le dio la espada que había estado sosteniendo todo este tiempo. Mientras Reinhard gentilmente comprobaba el mango de su amada espada, Emilia miró desde un lado, preguntándose tímidamente,
_Emilia: ¿La espada puede desenvainarse?
_Reinhard: No, el mango sigue atascado. Parece que no será obediente… pero no hay otra arma que pueda ser usada para confrontarlo.
_Emilia: Ya que tu espada no puede ser desenvainada, ¿qué harás? ¿Atacarlo directamente con la vaina?
_Reinhard: No exactamente. Pero es algo así.
Sin rastro de tensión en su voz, Reinhard caminó hacia adelante.
Se colocó a sí mismo frente a Subaru y Emilia, ocultándolos del campo de visión de Regulus.
_Reinhard: Subaru, por favor permite que la tarea de ganar tiempo sea dada a mí. Tú puedes continuar descifrando su poder.
_Subaru: Se siente como si la dificultad subió un escalón. Pero me esforzaré.
_Emilia: ¡Y-yo también me esforzaré!
_Reinhard: Entonces, yo también me esforzaré. —¡Vamos allá!
En ese mismo instante, Reinhard saltó hacia adelante.
Regulus, quien se había quedado esperando, lo recibió con tranquilidad.
_Regulus: Oye, ¿no lo viste? Lo que le pasó a ese lagarto y ese ataque con lanza de antes… ¿Acaso no tienes la peor imaginación del mundo?
_Reinhard: Si sólo enfocas tu atención en la moneda que hay a tus pies, terminarás perdiendo de vista lo verdaderamente importante—fue lo que dijo una vez mi superior.
_Regulus: Me da igual.
El suspiro de Regulus, profundo y desinteresado, se solapó con el inicio del golpe de Reinhard.
El sonido de los músculos y huesos siendo penetrados por algo filoso resonó a través del aire y la garganta de Subaru no pudo evitar endurecerse. Vio mientras Reinhard agarraba la vaina, estrellando la empuñadura de la espada en Regulus.
_Regulus: Ah, parece que ni siquiera tienes una estrategia.
El sonido de aquellos golpes eran distintos a cómo acabó el dragón de agua y la lanza de hielo; al menos la amada espada de Reinhard no se rompería golpeando a Regulus, sin importar qué hiciera.
Sin embargo, Regulus no reaccionó a los ataques. Los golpes previos de Reinhard, aunque sin causar daño, habían podido al menos mandarlo a volar; pero ahora, incluso ese efecto se había perdido.
_Reinhard: Siéntete libre de estar orgulloso. Eres la segunda persona que me fuerza a usar la Espada Dragón Reid.
_Regulus: No puedo evitar pensar que lo dices irónicamente; te estás burlando de mí, ¿no? Así no es como se usan las espadas, ¿no crees? Semejante denigrante mirada y semejantes palabras de desprecio… hacia alguien tan iluminado como yo, ¡obviamente lo entendería!
_Reinhard: Eso es completamente— ¡gh!
Mientras provocaba a Regulus, Reinhard osciló a una proximidad corta. Encarado con esas puntas de dedos mortíferas, los movimientos evasivos de Reinhard pusieron a todo su cuerpo en moción.
Repentinamente, sus piernas se detuvieron. No, más bien, se les impidió moverse.
Las piernas de Reinhard cedieron, arrodillándose allí mismo.
Su pierna derecha se había abierto, derramando copiosas cantidades de sangre.
_Subaru: ¡¿Fuiste golpeado?! ¡¿Qué sucedió?!
Subaru gritó, mientras que Reinhard fruncía el ceño en medio de su confusión.
Ni Subaru, observando desde la distancia, ni Reinhard, desde muy cerca, sabían qué había pasado. Al ver que fallaban en hallar el porqué, el causante de esa confusión procedió a dar su opinión.
_Regulus: Con tu reacción de visión sobrehumana, puedes escapar de las partículas de grava y agua. Pero eres muy ingenuo, ¿verdad? Si de verdad quieres confrontarme, no me permitas respirar. No puedes, ¿verdad? Hace un momento, exhalé, ¿recuerdas?
_Reinhard: Incluso su respiración…
Estando Reinhard agachado, Regulus se dispuso a darle una patada sin piedad.
Con un golpe directo, su ataque sería suficiente para mandar a Reinhard a volar en pedazos. Ante su ataque, Reinhard no tenía tiempo para esquivar.
Rápidamente, levantó la espada en sus brazos, bloqueando el golpe con su vaina negra—
_Reinhard: ¡Ughh…!
_Regulus: ¿Qué crees que puedes hacer, con esa molesta vaina de por medio? Aferrándote a algo de lo que no eres digno, ¿por qué la gente como tú hace esas cosas? No puedo entenderlo para nada.
—Pero, con esa acción defensiva, el cuerpo de Reinhard fue mandado a volar como si fuera una pelota de juguete.
Aunque fue protegido del poder fatal de la patada, cayó en la calle, estrellándose con las estructuras circundantes. Mientras el cuerpo de Reinhard rodaba y rodaba, la destrucción sólo continuaba.
Era como si el cuerpo de Reinhard se hubiera convertido en una bala de cañón cuando fue mandado a volar.
_Regulus: Bien, y ahora…
_Subaru: ¡—!
Viendo a Reinhard a la distancia, Regulus pareció recordar algo mientras se giraba. Siendo firmemente fijado por esa mirada, Subaru se tensó inmediatamente.
Emilia, que estaba a su lado, inmediatamente recitó un conjuro y en un instante el cielo estaba lleno de una multitud de carámbanos que volaron implacablemente hacia Regulus.
Sin embargo, los resultados hablaron por sí mismos.
_Regulus: Una mujer que no puede entender la situación es desagradable. Tener que gastar tiempo en disciplinarlas es una pena. Bueno… la mayoría de las mujeres no saben entender la situación, así que primero tienen que ser instruidas. Después de ser domesticadas, son mucho mejores.
Estrellándose en su cuerpo y destruyéndose en fragmentos, esos carámbanos fueron incapaces de siquiera moverlo antes de caer al suelo. Lánguidamente, Regulus se les acercó.
_Subaru: ¡Emilia! ¡Tratar de pelear es inútil por ahora! ¡Si seguimos sin entender el misterio, incluso si atacamos, no tendrá efecto alguno!
_Emilia: ¡Pero…!
_Subaru: ¡Déjalo, por ahora sólo huyamos de aquí!
Agarrando la muñeca de la obstinada Emilia, Subaru trató de alejarla de Regulus.
Las acciones de Subaru sólo sirvieron para animar aún más a Regulus.
_Regulus: Jaja, ¿están intentando huir? Bueno, es natural. Ahora que la situación es así, sin ninguna posibilidad contra mí… aunque debieron haberlo comprendido antes de tocar mi puerta como un niño… Si quieren huir, entonces huyan.
¿Qué es lo que trama?
Regulus los vio huir con nada más que una sonrisa.
Sin embargo, dada esta oportunidad para escapar, necesitaban aprovecharla. Ahora no podían permitirse parar de correr ni un segundo para pensar—
_Regulus: —Pero, primero tendrán que irse.
Mientras hablaba, Regulus se aproximó al canal; inclinándose sobre él, agarró de la superficie una de las mitades del cadáver del dragón de agua.
Agarrando su cola, mostró una sonrisa feroz.
_Emilia: E-Ey, Subaru… Tengo un muuuy mal presentimiento sobre esto…
_Subaru: Qué coincidencia, yo también.
Nadie tenía idea de lo que haría Regulus.
Sin embargo, cada mínima acción que tomaba tenía resultados completamente extraordinarios, eso era tan claro como el agua.
Por lo tanto, los pasos de Subaru y Emilia se aceleraron.
Tomándose su tiempo, Regulus rio desagradablemente mientras levantaba su cabeza, antes de comenzar a moverse. Puso pie en el techo de un edificio adyacente, luego saltó a sus pisos superiores, aterrizando en otra estructura más alta, hasta que finalmente alcanzó un edificio con la altura de una torre del tiempo.
Después de eso, ambas partes estaban tan alejadas entre sí, que parecían del tamaño de guisantes.
Sin embargo, pese a la distancia que ganaron, Subaru seguía pudiendo ver la cara de Regulus.
—Mostrándose tan claramente, estaba la asesina sonrisa burlona del villano.
_Regulus: Adelante, si quieren intentar esconderse, veamos si pueden. —Puta indigna de convertirse en una novia y bastardo que cuida a esta mujer como a un tesoro. ¡Les daré una lluvia de sangre!
Regulus levantó la mitad del dragón de agua con sus dos manos y torció el cadáver sin misericordia.
La carne del dragón se partió con un crujido desagradable y la goteante sangre brotó. Los restos sangrientos fueron alegremente sacudidos por Regulus desde la alta plataforma donde él se encontraba.
Sosteniendo la cola del cadáver, aún bañada en sangre, como si sacudiera una toalla mojada.
Mientras lo centrifugaba sobre su cabeza, la sangre se esparcía en un halo que no parecía tener fin.
Lejos, lejos, hasta que su impulso la llevó a donde Subaru y Emilia huyeron.
Entonces, el resultado fue—
_Emilia: ¡¡—Subaru!!
_Subaru: ¡¡Corre corre corre corre CORREEEEE!!
La lluvia de sangre se convirtió en una lluvia de destrucción, arruinando la ciudad. Este bombardeo de área se dirigía directamente hacia las dos personas que se habían visto forzadas a escapar.
_Ricardo: ¿Por qué esa cara? ¿Hay argo que te preocupe?
Justo antes de llegar a la torre de control, Ricardo habló con el caballero, cuya expresión era rígida.
Deteniéndose, Julius alzó una ceja, sorprendido.
_Julius: Qué inesperado, Ricardo. Nunca imaginé que tú mostrarías preocupación por los problemas de los demás.
_Ricardo: No confundas esa frase con argo má'. Sólo 'toy yo contigo. Digas lo que digas, será un secreto también para la señorita.
_Julius: ...Bueno, tampoco es que estés equivocado.
Aunque era raro, Ricardo a menudo hacía acertadas observaciones sobre la gente.
De no ser así, no habría sido capaz de asumir su papel como líder de Colmillo de Hierro; cualquiera lo pensaría al escuchar meros fragmentos de su espléndida carrera. Preocuparte sólo por ti mismo e ignorar tus alrededores no era manera de sobrevivir. Esto se aplicaba tanto a esclavos como a mercenarios.
_Ricardo: Ese crío sí que es brutar. Aun así, jugaré el paper que se me ha asigna'o, así que puedes confiar en mí. También tendré en cuenta tu opinión, yerno.
_Julius: Eso de "yerno" me asusta. No tengo esa clase de extraños sentimientos hacia Anastasia-sama.
_Ricardo: ¿Qué?, es cosa de la señorita, eh. Quizá sea sobre Mimi. Ademá', ella no ha logra'o convencer a la señorita aún.
_Julius: …
Julius sonrió amargamente. El gesto de suavemente agitar su cabeza fue agraciado como siempre, pero esta vez le faltaba precisión a la hora de escoger las palabras apropiadas.
Y al ver ese gesto,
_Ricardo: Hay argo raro con la conquista der Ayuntamiento. La señorita también lo piensa. Ella no ha oí'o musho ar respecto, pero yo forzaré a que sarga to'o.
_Julius: Parece que no tienes piedad.
_Ricardo: Por supuesto, es cuestión de vida o muerte. No quiero darle la esparda a arguien que 'tá confuso. ¿Vas a hacer arguna clase de excusa pa' negarlo?
_Julius: …No, es justo como dices. Era yo quien estaba equivocado. Ciertamente, que yo dude en hablar incrementa el riesgo que corremos.
Julius asintió con la cabeza a Ricardo y arqueó sus cejas con elegancia.
Sin embargo, Julius no dijo nada más. Viendo esto, Ricardo se deshizo de su aletargamiento y habló con voz decaída.
_Ricardo: ¿Por qué te detienes? Es triste que 'tés tan confundi'o. Sólo déjalo salir to'o y habla con franqueza, ¿no pue'es ar meno' hacer eso? ¿Qué te lo impi'e?
_Julius: …
_Ricardo: Julius.
_Julius: Me disculpo. No logro escoger las palabras apropiadas para expresar lo que quiero decir. El motivo de mi preocupación es, como has adivinado, el Arzobispo del Pecado que fue encontrado en el Ayuntamiento. Roy Alphard de Glotonería, era él, sin duda alguna. Sin duda, pero...
Julius cortó sus palabras a medio camino al tiempo que sus ojos amarillos se llenaban de incertidumbre.
_Julius: Al igual que otros Arzobispos del Pecado, quizá Glotonería también posea una habilidad inexplicable. El poder de alimentarse de recuerdos y de nombres fue descubierto hace tiempo en la batalla contra la Ballena Blanca. Sin embargo...
_Ricardo: ¡Julius!
Ricardo gritó al instante que cierta ansiedad se aposentó en su corazón. Julius inmediatamente reconoció lo que significaba.
—La atmósfera se sacudió, todo sonido desapareció del mundo, y una luz se alzó en el cielo.
Sólo podía haber una situación en que esa extraordinaria luz inundara el cielo nocturno. Debía ser el resultado de un ataque del individuo más fuerte de este mundo.
_Ricardo: Qué técnica tan vistosa. Pue'o asumir que se trata der Santo de la Espada, ¿no?
_Julius: Ah, Reinhard, cierto. Parece ser que Subaru y los otros ya han entrado en contacto con Codicia. No podemos permitirnos más demoras. Debemos apresurarnos.
Cuando un Arzobispo del Pecado era atacado, los demás Arzobispos no se reunían para defenderse y contraatacar; pero eso no significaba que no fueran a tomar alguna clase de acción.
Julius y Ricardo aceleraron el paso, aproximándose a la torre de control.
_Ricardo: ¿Qué pasa con ese tar Glotonería? ¿Dices que es un monstruo extraordinario?
Cargando en el hombro su enorme machete, Ricardo presionó a Julius para que continuara lo que estaba diciendo antes de la interrupción. Éste giró la cabeza y miró hacia atrás, con una expresión que negaba lo que acababa de decir.
_Julius: No. Aunque la vez anterior no pareció que atacara en serio, la habilidad de Glotonería no parece ir más allá del conocimiento humano en sí mismo. Si nosotros dos somos sus oponentes, será suficiente para enfrentarse a él. —Sin embargo, la excentricidad del enemigo es un asunto totalmente diferente.
_Ricardo: …
La inevitable preocupación que Julius sentía era por el hecho de que él mismo no conocía el límite de su verdadera excentricidad. Y el inusual egoísmo de Julius le había hecho evitar mencionar esto durante la reunión estratégica anterior.
Para Julius, Glotonería era un oponente perturbador e impredecible; pero aún así, creía que era su deber cruzar espadas con él.
Ricardo no conocía la razón.
Podría decirse que ni siquiera Julius lo sabía con certeza.
Corriendo sobre el adoquinado, doblaron la esquina hacia la salida de la calle. Allí se encontraba una de las cuatro torres de control, pintada de diferente color al resto de los edificios; y frente a ella estaba...
_???: A~h, sabíamos que vendrían. Esperábamos que vinieran, eh. ¡Así eh, así es, así sí es, así es ¿cierto?, así es ¿verdad?, creo que así es, ¿no es así?, parece que así es eh, precisamente porque parece que así es—! ¡Valió la pena la espera—!
—Delante de la entrada de la torre de control, un único chico se encontraba de pie en medio de la plaza adoquinada.
Vestido con sucios harapos, de cabello castaño oscuro, dejado crecer durante un largo tiempo hasta llegar a una longitud considerable. Sus ojos desquiciados brillando de felicidad, su boca dejando ver sus caninos afilados y una lengua que goteaba, colgando de ella.
Era un chico joven, con ambos brazos colgando hacia abajo. No importa cómo lo miraras, apenas parecía tener fuerza alguna y se veía como un simple niño vagabundo, pero un aura peligrosa manaba de su cuerpo.
_Ricardo: Sólo pa' confirmar… Es ér, ¿cierto?
No hacía falta preguntarlo. No cabía duda de que era él; estaba confirmado.
Como respuesta a Ricardo, Julius sólo bajó la barbilla silenciosamente.
No había duda o error posible: el Arzobispo del Pecado de Glotonería se encontraba frente a ellos.
Él era la peor clase de blasfemo que depredaba los nombres y recuerdos de otras personas.
_Julius: Roy Alphard…
_Roy: Sí, respuesta correcta. Ese es nuestro nombre. Estamos felices de que lo recuerdes. Felices eh. Felices ¿eh? Creo que felices. Porque estamos felices. Precisamente porque estamos felices, ¡bebiendo glotonamente—! ¡Comiendo glotonamente—! Sería provechoso comer y beber, e~h. Y también…
Declarando su nombre, Alphard rio con terrible brutalidad. Miró con fiereza directamente a Ricardo, parado justo al lado de Julius.
Su boca se abrió y sus orificios nasales se ensancharon mientras sus ojos se llenaban de éxtasis.
_Roy: Y esta vez parece que obtendremos un cachorrito. Eso nos hace indescriptiblemente felices. Después de todo, nuestro estómago habría estado en apuros si fuera sólo Julius Euclius-kun, e~h. Digas lo que digas, no habría tenido ningún tipo de sabor, ¿no creen?
_Julius: Por lo visto he empezado a aburrirme de tus insultos. De modo que para terminar con esto rápido, pedí a mi amigo que me acompañara esta vez. Aunque es poco elegante tener a más de una persona…
_Roy: A~h, es buena, esa forma de comenzar. Hacer eso para subir la confianza en sí mismo puede ser bueno y típico de Julius-kun, e~h; pero también de mal gusto. Nuestro paladar es exigente, por lo que saborear eso es un poco problemático; aún así, nos intriga, ya que ¡Julius-kun es uno de los de mayor nivel que hemos visto hasta ahora—! Ordenado y consistente, e~h.
_Julius: Vaya vaya… A pesar del gran recibimiento de antes, dices cosas muy poco amigables después.
_Roy: ¡Eso sí es inevitable—! Nuestra, nuestra intención no es esa… es que somos un tira y afloja constante. Pero queremos que ignores un poco esta ligera desigualdad de personalidad, porque tal es nuestra esencia—.
Agitando sus brazos, Alphard no cambió su postura hasta el final. Ante esa actitud provocativa, Julius se mantuvo en calma, pero Ricardo fue incapaz de contener su desagrado. Chasqueó su lengua e hizo crujir los huesos de su cuello.
_Ricardo: Oh,no tienes pelos en la lengua, ¿eh, shico? Pero si crees que me contendré sólo porque seas un shico, 'tas mu' equivoca'o. Lo que obtendrás por tus peca'os no será mu' bonito. Yo sería capaz de atravesar dimensiones sólo pa' darte una paliza. Aplastaré esa cabeza que tienes, shico.
_Roy: Oh, qué miedo, qué miedo. No nos mires con esa cara que dá miedo. Nos disculpamos si te ofendimos al llamarte "cachorrito", e~h, Ricardo Welkin. Aún así, hace tiempo que ansiábamos encontrarte, ¿sabes? ¡No nos asustes, con esa ruda y fuerte voz tuya, e~h!
_Ricardo: ¿—?
Habiendo sido llamado por su nombre, Ricardo miró de reojo a Julius, quien había fruncido el ceño.
Era extraño. Las palabras de Alphard no deberían ser más que los delirios de un loco, pero la enorme sensación de incomodidad no podía ser fácilmente ignorada. Por ejemplo, ¿en qué momento aprendió el nombre de Ricardo?
_Ricardo: Mardito mocoso espeluznante… ¿De dónde y cómo es que sabes nuestros nombres?
_Roy: No he hecho algo tan sabio como intentar investigarlo, e~h. Es sólo que, para nosotros, es obvio saberlo. ¿No es así, Julius-ku~n?
_Julius: Aunque quieras que asienta, no puedo responderte. No sé tanto sobre ti. Si lo harás así, de la misma forma romperé el flujo.
_Roy: ¿Ves?, ahí está esa aburrida conclusión de nuevo. Aunque nos preocupa mucho, ¡es angustiante, insatisfactorio y desagradable—! Esconderlo en el corazón, ¡priorizar pensar en los demás antes que en uno mismo—! Es algo virtuoso en un caballero, e~h; pero muy aburrido como persona.
Desenvainando su espada de caballero, los labios de Julius susurraron algo en voz muy baja.