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53.67% Re: zero arco 3, 4, 5. / Chapter 270: La piedra de kwein no se puede levantar sola. Parte2

章節 270: La piedra de kwein no se puede levantar sola. Parte2

« Cuando termine tu contrato con Emilia, volverás a ser un espíritu libre, ¿verdad? » 

« Bueno, supongo que así será. Pero, aunque sea libre, mi poder es muy inmenso. Alguien común y corriente como tú no sería capaz de proveer el maná suficiente para mantenerme. Además, sin importar quién sea, no tengo ninguna intención de contratar alguien que no sea Lia. »

« Entonces, el maná para mantenerte… ¿realmente es demasiado? »

« Sí. Para explicarlo de alguna manera, Subaru, digamos que tratas de controlarme; incluso tomando el maná del ambiente… Mmm, supongo que te agotarías en más o menos, un día. »

« ¿Eh…? Eso suena más duro de lo que me esperaba. ¿Pero con eso bastaría para que pudieras pelear? »

« Solo si ese día del que estamos hablando yo no estuviera materializado y tú solamente estuvieras llevándome. En cambio, si me materializara, mmm… supongo que te dejaría seco en cinco segundos. ¿Quieres intentarlo?»

« Va a ser que no. Pero hombre, en serio, ¿qué ha pasado con eso de que yo tengo afinidad con los espíritus? »

« Si hablamos de esos espíritus de por aquí, sería algo completamente distinto. Pero incluso si fuera así… mis circunstancias son especiales. Después de todo soy un espíritu especialmente hecho para Lia. »

« — »

« La idea de utilizarme, aun después de que mi contrato con Lia se rompa, haciéndola enloquecer, está teniendo algunos contratiempos. »

« No te pedí que hicieras todo esto para conmocionar o enloquecer a Emilia. Pero… ¿Me estás tomando el pelo? Supongo que mis ideas eran erróneas, entonces... »

« Lo siento. E incluso suponiendo que probablemente funcione, está el problema del anclaje… de hecho, ya que estamos aquí, podríamos haber sido capaces de hacer algo al respecto. »

« Anclaje… ¿Algo como el cristal que tiene Emilia en el cuello? »

« Ese es realmente especial. Pero con suerte debería haber algo hecho del mismo material por aquí, y podríamos al menos averiguar algo si tomamos prestado un trocito de ese cristal. Pero, de cualquier forma, incluso si estoy encerrado dentro del cristal y me quedara allí, el maná no es… »

« —Entonces, hay algo que quiero preguntar. »

« ¿Hm? ¿Sí? »

« Dejando de lado si es un contrato, ¿es posible tenerte encerrado dentro del cristal si tú estás de acuerdo con ello? Mmm, siempre y cuando ahí haya suministro de maná. »

« Correcto. Pero, encontrar ese suministro de maná sería increíblemente difícil. Porque estaría literalmente drenando el maná, en mi caso. Absorbiendo y absorbiendo, hasta que estés incapacitado… »

« — »

« …¿Subaru? »

« Dime una cosa, Puck. »

« ¿Mmm? »

« Esos reemplazos para el cristal que mencionaste, ¿dónde puedo encontrarlos? »

※ ※ ※ ※ ※

—Un cristal azul estaba adentrándose dentro del hombro derecho del tigre, expulsando una tremenda luz.

Ni pulido ni lijado, la punta filosa del cristal cortado se encontraba dentro de la piel del animal, donde arrebataba la vitalidad de la criatura y la desviaba lejos.

_Subaru: ¡—ghh!

Deslumbrado por la luz, Subaru cayó hacia atrás como si fuera empujado por fuertes vientos. Cayó de culo y se retiró mientras observaba la escena delante de él, donde el tigre aún tragado por el humo aún no se había dado cuenta de la alteración de su propio cuerpo.

Ese cristal era tan grande que ocupaba toda la mano, y drenaría vorazmente el maná de las criaturas en las que sea clavado. El mero hecho de tenerlo guardado en su bolsillo había cansado a Subaru increíblemente.

¿Qué efecto provocaría cuando fuera aplicado directamente en el cuerpo? La respuesta estaba justo enfrente suya.

_Garfiel: —Auh, ¿¡Aaaghh!?

La niebla se despejó.

Para cuando se liberó de la obstrucción visual de la niebla y la confusión forzada por la magia, el tigre —Garfiel— ya había perdido la mayor parte de su carne animal, volviendo a su forma original como un joven humano.

Su pelo se desprendía y caía al suelo. Sus extremidades tan extensas como troncos atados regresaban a un grosor normal. Sus colmillos y garras se contrajeron, y su esqueleto crujía mientras volvía a su forma humana.

Quien más se veía desconcertado por esta transfiguración era el propio Garfiel.

Sus ojos se abrieron en conmoción al ver que había perdido su forma bestial y había vuelto a su cuerpo original. Él levantó los brazos, mirándose las manos humanas con ojos temblorosos y dorados.

_Garfiel: Qué, ridícu… qué, demonios…

_Subaru: Te lo dije, Garfiel. —No me meto en peleas que no puedo ganar.

La cabeza de Garfiel se levantó para mirar a Subaru.

Subaru se limpió la parte de atrás de su ropa cuando se puso de pie, con su rostro hinchado, pero con una sonrisa insidiosa. Garfiel comprendió la alternación de su cuerpo, y el hecho de que estuviera severamente herido. Giró su cabeza, para darse cuenta del objeto foráneo incrustado en su hombro.

_Garfiel: ¿Qué cojones, es'sto? No, esta cosa es…

_Subaru: Estaba bastante seguro de que reconocerías esa luz. Los dos deberíamos reconocerla.

_Garfiel: ¡Tú! Bastardo, dónde… conseguiste…

_Subaru: Obvio. —Del cristal de Lewes Meyer. Es uno de los cristales de la reserva para mantenerlo funcionando.

—El laboratorio en las profundidades del bosque.

Lewes Meyer se convirtió en la piedra angular de la barrera para proteger el Santuario. El cristal que la mantenía atrapada y eternamente cristalizada dependía de cierta fracción de las dobles para mantener sus funciones.

En intervalos regulares, las dobles de Lewes conmutarían los mecanismos de conducción dentro de la baja base del brillante cristal. Y por supuesto, había una cantidad finita de esos cristales. El suministro del Santuario se acabaría tarde o temprano, y ya no funcionaría para mantener sus facultades.

_Subaru: Lo que significa que tienen que traerlos aquí regularmente junto con comida y materiales. Cuando se es uno de los patrocinadores de Roswaal, hay bastantes oportunidades para tomar, digamos, uno de ellos.

_Garfiel: Pero… con solo hacer eso… apuñalándome, no puedes, drenar mi fuerza así como así… ¿Qué maldito, truco pusiste…?

_Subaru: Bueno… ¿Quizás hay un absurdo e insaciable monstruo dentro del cristal?

Con la respiración entrecortada, Garfiel se esforzaba por hablar.

Se palpó el hombro, intentando sacar el cristal de alguna manera—pero el cristal azul prácticamente rechazaba los dedos de Garfiel mientras se quedaba tercamente en su carne, firmemente.

Dando un profundo suspiro, Subaru relajó su cuerpo mientras se giraba para ver detrás suya.

Observó a Emilia, quien calladamente lo miraba desde arriba. Incluso a ella le debió parecer que su situación estaba abocada al desastre.

De todas formas, ella nunca intentó parar la batalla de Subaru. Esta misma chica que previamente había intentado detenerlo frenéticamente al verlo pelear en batallas pasadas, testaruda e irracionalmente, tanto ella como él.

Incluso Subaru comprendió que entre ellos había algo que definitivamente no podía llamarse confianza. Desde luego, ese algo entre ellos aún no podía ser descrito con palabras.

El cristal había detenido las acciones de Garfiel.

Emilia debería haberse dado cuenta de algo al ver ese resplandor, pero ella no sabía qué era. Aun así, no había ningún problema en que ella no lo supiera. Por el momento.

_Subaru: Mírame, Garfiel.

_Garfiel: ¿Eh…?

_Subaru: Si deseas pararme, entonces hazlo con tus propias manos. No te dejes llevar por esa sangre adentro de ti, que no te deja controlar lo que estás haciendo. Eres tú quien se burla de los demás.

Caminó hacia delante.

Su cuerpo crujía, con sangre goteando sin pausa de cualquier lado.

Su vida se derramaba, pero no tenía intenciones de pararse o de dejarse detener.

_Subaru: Estás intentando detenernos. Nosotros te detendremos. —Emilia desafiará la Tumba. El Santuario será liberado. No tenemos tiempo para quedarnos sentados en un punto muerto.

_Garfiel: ¡Sólo estás diciendo cualquier mierda que te da la gana! ¡Quién demonios te preguntó! ¡Quién cojones te dio permiso! ¡Este lugar, así como es, quedándose tal cual, sin ningún cambio, está bien así!

_Subaru: No es como si pudiera quedarse sin cambios, quedarse estancado, así por siempre. Alguien se habría dado cuenta de eso… hace siglos, antes de que el lugar terminase así.

_Garfiel: ¡Hay gente! ¡Que no quiere que cambie! ¡Que quiere que se quede igual!

_Subaru: Sé que todo iría bien si tú pudieras quedarte eternamente reinando como el guardián del lugar, manteniendo todo sin ningún cambio. Pero, verás, hay cosas que no puedes lograr solo, sin importar cuánto lo intentes.

Tanto el paso del tiempo como las nuevas generaciones, tarde o temprano dejarían atrás a Garfiel.

Tarde o temprano, él perdería el poder necesario para proteger el Santuario sin cambios.

_Subaru: Al igual que nos hemos unido para acorralarte, llegará un momento en el que no lo podrás manejar por tu propia cuenta. En cualquier segundo.

Subaru caminó, para llegar a donde estaba Garfiel.

Garfiel agarró el cristal de su hombro, con la respiración entrecortada miró a Subaru con firmeza, quien le devolvía la misma mirada.

Ambos sabían que lanzar solamente palabras entre ellos no bastaría.

Y por eso—

_Subaru: Desplómate, Garfiel. Contempla el poder de la numerosidad.

_Garfiel: ¡Debe de haber otras malditas maneras de'ecir eso!

Garfiel rugió.

Un puño subía desde abajo, pero flojamente. Con el cristal drenando su energía, escasas fuerzas quedaban en Garfiel. Subaru relajadamente ladeó la cabeza—y no logró moverse como quiso, comiéndose un golpe en la cara. Su visión dio vueltas.

_Garfiel: ¡Eres tú el que está acabado! ¡Y entonces mi asombroso ser derrumbará la tumba abajo, y tú y los demás, los mantendré aquí hasta que se mueran!

_Subaru: ¡Entonces esa mierda era lo que estabas planeando, eh!

Subaru respondió estirando sus vacilantes piernas y sacando un puñetazo hacia arriba. Inevitablemente, el puño golpeó la cara de Garfiel. Por primera vez en la batalla, Subaru acertó un golpe.

Con una postura penosa, con el centro de su cuerpo inestable y sus brazos sin extenderse completamente, su puñetazo fue más lamentable que las rimas del Equipo Rocket.

Naturalmente no podía esperar que ese golpe fuera tan fuerte como quisiera, pero contra el actual Garfiel, era más que suficiente. 

_Garfiel: —Gh, ghaug.

En estos momentos, sumado a sus heridas corporales, el maná que mantenía su cuerpo estaba siendo drenado de su núcleo. Garfiel se mantenía al borde de la incapacitación marcial, y el ataque de Subaru sería el golpe decisivo para arrojarlo al suelo.

Pero,

_Garfiel: ¡No funcionará!

_Subaru: ¡Ghhge!

Los dos pies de Garfiel pisotearon el suelo tan fuerte como pudieron, bajando su postura mientras dirigía su codo hacia el estómago de Subaru. Éste gritó, pero utilizó su cabeza para golpear la frente de Garfiel con un cabezazo. Ambos retrocedieron ante el dolor de sus cráneos a la vez que dirigían sus puños cuando levantaban sus cabezas, ambos acertando su golpe.

Al impactar los puños de ambos en la mejilla del otro, la sangre empezó a fluir de las narices de los dos. Subaru estaba en el límite del daño físico, mientras que Garfiel estaba, incluyendo factores mentales, en estado crítico.

El resplandor del cristal en el hombro de Garfiel se volvía cada vez más tenue.

Eso quizás demostraba que Garfiel ya casi no tenía maná. O, dicho de otra manera: demostraba que la batalla estaba llegando a su fin.

_Subaru: ¡—Ghhabh!

_Garfiel: ¡Que te'stás durmiendo!

En cuanto bajó su guardia, su puño impactó en su mejilla, enviando su cara al suelo de un golpe.

Por un momento, el golpe mandó a volar su consciencia, pero inmediatamente rechinó fuertemente sus dientes; el dolor de sus dientes rompiéndose hizo que su consciencia volviera.

No podía confiar en más trucos para evitar caer inconsciente. Ahora el objetivo se comportaba de una forma diferente, con una singularidad de otro planeta. Subaru tendría que resistir todo el dolor por su cuenta.

Negligencia. Presunción. Idiotez.

Subaru siempre sería débil, y nunca serías superior en una pelea.

_Subaru: Y por eso… ¡No puedo estar relajándome!

_Garfiel: Ggha!

Estiró su brazo izquierdo para enganchar a Garfiel por el cuello, enviándolos a ambos al suelo. Con su cuerpo maltratado, Subaru hizo muecas de dolor mientras intentaba levantarse, y entonces un dolor atroz atravesó su brazo izquierdo, quedándose tirado en el suelo.

Cuando miró, vio los colmillos de Garfiel mordiendo en la parte superior de su brazo.

_Subaru: ¡Geeuhe!

_Garfiel: —Ghggg!

_Subaru: ¡Aaaihg! ¡Suelta! ¡Eso duele, cabrón!

Subaru golpeó a Garfiel en el rostro para hacer que lo soltara. Su brazo se liberó cuando sus colmillos se aflojaron, pero con una extremidad perforada hasta el hueso no tenía esperanza de que se moviese. Y su brazo derecho—


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章節 271: La piedra de kwein no se puede levantar sola. Parte3

_Garfiel: ¡Te… tengo!

Subaru extendió su brazo derecho en un intento de recuperar su izquierdo, pero entonces Garfiel sujetó su hombro. Aunque quizás haya perdido la fuerza para desgarrar o patear, no había perdido la fuerza para sujetar. Con una aplastante fuerza, suficiente como para destrozar una roca, Garfiel destruyó el hombro derecho de Subaru, incluyendo los huesos.

Un sordo crujido resonó a través de la atmósfera junto a los gritos silenciosos de Subaru.

La parte superior de su brazo izquierdo había sido desgarrada y su hombro derecho tenía los huesos rotos, ambos habían perdido sus capacidades motrices. Con sus brazos incapacitados, los ojos de Subaru se abrieron cuando Garfiel lo golpeó, haciéndolo caer.

_Garfiel: ¡Es el fin! ¡Ahora no hay naa' que puedas hacer! Lo que debí haber hecho era esto… ¡Convertirte en una jodida sardina desde el principio!

Viendo a Subaru retorciéndose en el suelo, las mejillas de Garfiel se retorcieron en victorioso júbilo. Se paró con sus pies inestables antes de levantar la cabeza al cielo, a la vez que gritó.

El aullido de un animal, una canción de triunfo. Ahora Subaru sólo podía esperar a ser pisoteado, acabado, y—

_Subaru: …Cuántas veces te lo tengo que decir. ¡Que no decidas mi final!

Un cabezazo impulsado desde abajo golpeó a Garfiel en la nariz, haciendo que sus ojos dieran vueltas.

Obviamente tropezó. Subaru se levantó con sus brazos colgando flojamente. Era imposible. Ridículo. Ésta no era una cuestión de fuerza de voluntad, sino que era un problema de una dimensión completamente diferente.

_Subaru: Mi final, y tu final… ninguno está decidido todavía.

_Garfiel: M-maldito… no me jodas… no te atrevas a levantarte. Deja de levantarte… mi asombroso ser…

El rostro de Garfiel se retorció en agonía mientras retrocedía un solo paso del erguido Subaru. Como si le tuviera miedo, a él que era incapaz de usas sus brazos y solamente capaz de pararse como estaba ahora.

_Garfiel: ¡Qué mierda logrará esta persistencia tuya! ¡La gente aquí, hasta el último d'ellos! ¡Cada uno d'ellos es un despojo sin esperanzas! ¡El exterior los rechazó, y éste es el único lugar que tienen! ¡Ellos van afuera, ¿y qué?! ¡¿Qué les sucederá?!

_Subaru: Sal de aquí, y serás algo. Si vas a estar aquí para morirte pacíficamente, entonces inténtalo. Pero ya ninguna de esas opciones estará disponible aquí.

No importaba cuánta fuerza tuviera Garfiel ni cómo peleara: no cambiaría el futuro próximo.

Garfiel por sí solo no podía parar la amenaza que presentaba el Gran Conejo. No importaba cuánto lo intentara, él fallaría en salvar a un mínimo de gente. Y cada vez que esa cantidad aumentase, él perdería su fuerza, hasta que tarde o temprano fuera derrotado por el hambre insaciable.

Si Subaru pudiera contarle acerca de dicho futuro, quizás podría ponerse en acción.

Pero eso no significaba que cambiaría su mentalidad.

Solamente sería un impulso temporal. Su corazón se quedaría sellado dentro del Santuario. Cuando supiera que el peligro había pasado, él regresaría aquí, y seguiría pretendiendo que este lugar era un paraíso mientras se sumergía en un estancamiento.

Ignorando el empujón en su espalda, ignorando las manos que se le ofrecían, ignorando todo eso, Garfiel Tinsel fingiría el luto por la muerte de su madre, consolándose incesantemente.

_Subaru: Deja este lugar, Garfiel. Este obstáculo del que estás asustado no existe.

_Garfiel: ¡Hay un obstáculo! ¡Es mi asombroso ser! ¡Mi asombroso ser es un obstáculo inevitable, separando el mundo interior y el exterior! ¡Mi asombroso ser, y Nana, y los demás! ¡Todos nos detuvimos! ¡Ya es el fin para nosotros!

Ellos se dieron por vencidos. La gente del Santuario temía la conexión con el mundo exterior, atrincherándose en su paraíso, y rindiéndose en contactar con el mundo más allá del bosque.

Y Garfiel estaba intentando proteger ese encerrado paraíso. Afirmó que lo haría.

Eso era equivalente a dejar que sus vidas fueran consumadas. Todo por culpa de una persona, yendo y haciendo cosas por su cuenta.

_Subaru: Entonces romperemos ese obstáculo... ¡Aquí y ahora, nosotros!

_Garfiel: ¡Ese hombre! ¡Y Ram! ¡¡Los he puesto a dormir! ¡Y tú vas a acabar igual! ¡Ese nosotros del que hablas ya no existe! ¡Aquí estará el final para mi asombroso ser y para todos ustedes!

_Subaru: ¿Piensas que es jodidamente inteligente rendirse? ¡Es jodidamente obvio que es más genial no hacerlo! ¿Piensas que cuando abandonas todo y te detienes, significa el final para ti? ¡Sólo toma un pequeño descanso y vuelve a caminar otra vez! ¡La oportunidad para seguir adelante te visitó hace muchos años ya!

Garfiel experimentó una Prueba que provocó que temiera al mundo exterior, sin embargo, Lewes y Frederica lo amaron.

Frederica eligió caminar en ese mundo exterior, para crear un lugar donde la gente del Santuario pudiera vivir cuando la barrera se rompiese algún día.

Ella se había girado para mirar atrás, y ofrecerle su mano a Garfiel.

Ella había visto a un Garfiel detenido, y le había ofrecido caminar de nuevo.

Por supuesto. Después de todo, Frederica era la hermana de Garfiel.

Cuando un hermano pequeño se encuentra atrapado en llanto, son las hermanas mayores quienes les tienden la mano.

_Subaru: Dijiste que Frederica fue al mundo exterior y te dejó atrás. Pero estás equivocado. Estás absolutamente equivocado, Garfiel. No estás ligado a la barrera. Si quisieras seguirla, podrías ir en cualquier momento. ¡Eres tú el que abandonó todo!

_Garfiel: …Mi asombroso ser.

_Subaru: ¡Eres tú el que se alejó primero, Garfiel! ¡Pero jodes y jodes y jodes con que fue la culpa de tu hermana! ¡¿No crees que es jodidamente patético?!

El interior de su pecho ardía. ¿Qué demonios estaba diciendo? Estaba empezando a perder la compostura.

En las profundidades de sus entrañas, en ese núcleo, algo oscuro se retorcía.

La puerta sobrenatural bajo su ombligo, que conectaba a Subaru con el mundo exterior, había perdido su función.

Entonces, ¿qué era exactamente ese dolor que afirmaba su presencia en el fondo de su cuerpo justo ahora?

Aún inseguro de su cabeza, de su cuerpo, de este hombre delante suyo, Subaru gritó.

_Subaru: ¡En cualquier ocasión! ¡En cualquier momento! ¡Cuando quieres actuar! ¡Cuando quieres cambiar! ¡¡El instante en el que piensas, eso marcará la línea de partida!!

Sufrir el fracaso, perderlo todo, revolcarse en resignación y parar, abrazar tus rodillas y acurrucarse.

Incluso si la decepción de uno mismo, la decepción de los demás, la sensación de ser aislado causada por ser abandonado por tus seres queridos; todo eso se sentía como si te empujaran desde lo más profundo, y te quedaras estancado por pensar que no vales nada.

_Subaru: Levanta la cabeza otra vez, camina por el camino enfrente de ti. ¡Nadie puede obligarte a que te rindas!

¡Abandonar! ¡Renunciar! ¡Rendirse!

Idioteces. Todo eso es tan absurdo, que no merece ninguna atención.

Si hay alguien abrazándose las rodillas, y sientes el capricho de gritarle, es mejor que le apoyes.

¡Da todo lo mejor de ti! ¡Tú puedes hacerlo! No sé qué te ocurre, pero si te levantas y sigues corriendo, llegarás a alguna parte.

—Su pecho ardía.

_Subaru: ¡¿Me equivoco, Garfiel?!

Él pronunció el nombre de la persona delante suyo, el cual tenía unos débiles ojos vacilantes y una cara pequeña.

—Sus entrañas ardían.

_Subaru: ¡¿Me equivoco, Emilia?!

Él pronunció el nombre de la chica detrás suyo, la cual bajó la mirada hacia él, con su compostura en el límite entre la debilidad y alguna otra cosa.

—Sus ojos derramaban esa sensación de tristeza.

_Subaru: ¡¡Di— ¿Me equivoco, REM?!!

Levantó la cabeza, con la boca abierta y los ojos abiertos de par en par. Subaru pronunció el nombre de la persona que le dio los ánimos para que no se detuviera.

Le había enseñado que darse por vencido y llegar a un punto muerto no debería significar el final.

Natsuki Subaru deseó que el poder que se le dio ese día alcanzase a todas y cada una de las personas.

_Subaru: —

Un poder que no le pertenecía a Subaru se retorció dentro de su cuerpo, chillando su llanto de nacimiento.

Alentando el hecho de su nacimiento, y dándole la bienvenida.

Con Natsuki Subaru como un intermediario, otra vez se conectó al mundo.

Calor, derramándose.

En el centro del cuerpo de Subaru, un calor ardiente le quemaba.

En el espacio delante de Subaru, cuyos rojizos ojos derramaban sangre escarlata, algo se arremolinaba y tomaba forma, manipulando el mundo.

_Garfiel: ¡Mi asombroso seeeer!

Garfiel saltó.

Alzó sus garras para cortar, desnudó sus colmillos para mostrarlos, sin usar más las palabras, sino las acciones, para negar las afirmaciones de Subaru.

Incapaz de hilvanar palabras, incapaz de dar forma a sus sentimientos, este era el único método que podía concebir.

No sabía nada más. Y así, Garfiel alzó sus garras contra Subaru.

El calor que se derramaba del sangrante Subaru se congregaba justo enfrente de él, pero no se daba cuenta.

Justo enfrente de Subaru, hacia el cual Garfiel estaba saltando, apareció una deformación en el espacio, una fisura inconcebible en el mundo, pero él no se daba cuenta.

—No se daba cuenta de la abrumadora fuerza extendiéndose desde esa fisura.

Naturalmente. Él no podía verla. Más bien: nadie excepto Subaru podía verla. Porque esa cosa, con la que sólo Subaru podía interferir, era la mano oculta.

_Subaru: —

El mundo parecía moverse en cámara lenta.

Esta sensación era muy familiar para Subaru. Ya que, al estar al borde de la muerte, o en el instante antes de sufrir una herida fatal, o cuando sufría un castigo por expresar el tabú del Retorno por muerte, siempre aparecía para causarle dolor y eso le deprimía.

Pero, a diferencia de aquellas veces, esta ilusoria sensación estaba presente solamente por el bien de Subaru.

Veía muy claramente a Garfiel, quien se acercaba cada vez más.

Lleno de hostilidad—pero, también mostraba el berrinche de un niño.

Subaru concentró su mirada en la barbilla de Garfiel.

De alguna manera, lo sabía. Antes de hacer que suceda, entendió algo.

Únicamente tenía que fijar su objetivo, y dejar que la cosa de la que él estaba tirando, se soltase. Sólo eso, y seguramente sucedería algo.

—Y entonces Subaru lo hizo.

_Garfiel: ¡¿—?!

Ese poder desatado gritó en júbilo, atacando al indefenso Garfiel desde abajo.

El extendido torrente de fuerza tomó la forma de un puño, extendiéndose en la forma de un brazo, el cual soltó un puñetazo en el rostro de Garfiel a mitad de camino de su salto, lanzándolo hasta el cielo.

_Garfiel: ¡¿—qu, qué?!

Golpeado por un ataque completamente imprevisto, Garfiel no logró estabilizarse al golpearse en el suelo por la caída.

Dio vueltas hasta detenerse, tirado sobre la tierra. Subaru entendió que había lanzado el golpe decisivo.

Simultáneamente, una increíble cantidad de algo le fue arrebatada de su interior.

_Subaru: Euhg, auh… au,

Cayó de rodillas, su cuerpo doblándose mientras vomitaba todo lo que podía. Pero no salió ni una sola gota de sangre o bilis. Ni una gota de escarlata o saliva, nada extraño quedaba dentro de él. Eso era un golpe final, después de tanto esfuerzo.

El torrente de poder liberado y dispersado inmediatamente después de golpear a Garfiel.

Su fuente probablemente permanecía dentro de Subaru incluso ahora, pero no sentía que pudiera sacarlo. Como mínimo, el presente Subaru carecía de más cartas que jugar en su mano.

Si usaba ese brazo más de lo que ya lo había hecho, necesitaría sacrificar más todavía.

Pero, dado que la pelea había finalizado, por el momento esa necesidad era—

_Subaru: Vamos… no puede ser.

_Garfiel: —No… me sub'es,times…

Destrozado y rondando la inconsciencia.

Su visión se nublaba y estaba tan exhausto que cualquier parpadeo podría ser el último.

Había gastado increíbles energías, pero Garfiel Tinsel, con un terrible sangrado nasal fluyendo por su rostro, volvía a estar de pie.

_Subaru: En serio, qué duro eres de pelar… 

_Garfiel: Si mi asombroso ser no… no parará, no ha, no ha terminado…

La consciencia de Garfiel ya estaba a mitad de camino de irse.

Su mirada desenfocada parecía mirar a Subaru aunque no lo miraba en absoluto. Su tenacidad estaba permitiendo a Garfiel continuar en pie, rechazando perder.

Seguramente, Subaru podría empujarlo y eso derribaría a Garfiel.

Pero Subaru también carecía de la fuerza para ejecutar ese ataque. Estaba a diez segundos de perder también la consciencia, siempre y cuando no recibiera un golpe.

Ambos se habían esforzado hasta más allá del límite, habiendo usado todo el poder de su posesión para alcanzar el mejor final para cada uno.

Siempre había sido verdad para Garfiel, pero inequívocamente también para Subaru, todas sus estrategias habían terminado.

Si Otto y Ram no hubieran agotado a Garfiel, Subaru probablemente no habría sido capaz de llegar tan lejos.

Fue ingenuo por pensar que él podría hacer algo siempre y cuando tuviera el cristal azul como su As escondido. Ayudarse a mantenerse consciente, y debilitar a Garfiel hasta el extremo; incluso con ambas estrategias, Subaru seguramente no lo habría logrado.

El cristal azul en el hombro de Garfiel centelleó.

Parecía un incentivo y una reprimenda para un Subaru a punto de hundirse en el fracaso, quien, involuntariamente, se encontró a sí mismo cerca de dar una sonrisa irónica.

Subaru, el cristal, Otto, Ram.

Todo ese poder combinado, y ellos aun así no podían derrotar a Garfiel. Él era, sin duda, fuerte. Subaru sinceramente reconocería eso. Y entonces,

_Garfiel: Y ahora, tú…

_Subaru: No… pienses mal de esto, Garfiel. Dije que estamos rompiendo ese obstáculo.

_Garfiel: No hay nadie…

Con pasos inestables, Garfiel se acercó a Subaru.

Su brazo se alzó a lo alto y, en su punta sucia de sangre, había garras sin brillo. 

Si esas garras lo alcanzaban, Subaru alcanzaría su final. 

Garfiel puso toda su concentración en este ataque.

Y por eso, no se dio cuenta de lo temblores y el ruido de lo que se aproximaba.

—El impulso final, para asegurar la derrota de Garfiel.

_Garfiel: ¡¿Ter,minado?!

_ ???: ¡— ϡ!

Ahogando su grito venía el majestuoso rugido de un dragón de tierra.

El dragón negro embistió con la cabeza contra un Garfiel indefenso, golpeándolo por el costado y mandándolo a volar.

_Garfiel: —¡¿Gaugh?!

Golpeado con un impacto que literalmente lo mandó lejos, el sorprendido Garfiel salió disparado tan fácilmente como una piedrecilla al ser pateada.

Rebotó una, dos, tres veces en la tierra, levantando nubes de polvo y amontonándose en suciedad antes de quedarse tirado boca abajo en el suelo.

No se retorció ni una pulgada.

Viendo esto, el contribuidor del despiadado ataque final arqueó su cabeza, rugiendo.

_Subaru: ¿Qué piensas, Garfiel…?

Al lado de Patrasche, mientras ella bramaba por la victoria, Subaru llamó al caído Garfiel. Con una voz tan frágil, que era cuestionable que Garfiel la hubiera escuchado.

¿Cuál fue la llave que decidió esta batalla?

Era simple: en una pelea contra el poderoso Garfiel, el débil Subaru no peleó solo. Lo que significaba que,

_Subaru: Este—es el poder de la numerosidad.

_Garfiel: Debe de haber, otras… malditas, maneras de, decir eso…

Inmóvil, Garfiel respondió agriamente a las palabras de Subaru, cuyas mejillas se relajaron ligeramente al escucharle.

_Subaru: Bueno, es una combinación de los sentimientos de todos, una victoria por vínculos.

_Garfiel: Haah… es como, la piedra de Kwein no puede alzarse sola…

Con eso dicho, Garfiel se quedó en silencio.

Viendo ese hecho, Subaru comprendió su victoria definitiva, antes de mirar al cielo.

_Subaru: Finalmente escuché un dicho con sentido…

Con esa satisfecha declaración, abandonó toda consciencia y se dejó caer.


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