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73.35% Re: zero arco 3, 4, 5. / Chapter 369: Invitados no deseados. Parte2

章節 369: Invitados no deseados. Parte2

_Priscilla: ¿Eso es todo? Rostros congelados en un ambiente sin vida. ¿Les gusta tanto este aire rancio? ¿O es que cada vez que nos encontramos, se forma una atmósfera así? Si es así, es increíblemente lamentable.

Priscilla frunció el ceño mientras observaba toda la habitación y hablaba en un tono provocativo mientras se abanicaba el rostro.

Debido a su abrupta aparición, nadie pudo refutar sus insultos.

_Priscilla: Qué recibimiento tan malo. Deliberadamente honré este lugar con mi presencia. Poner la frente en el suelo y tratarme con admiración y elogios es la reacción correcta.

_Subaru: ...Así es como la gente trata a una deidad. No sucederá a menos que ganes y te sientes en el trono de Lugnica.

_Priscilla: ¿Mmm?

Subaru no pudo evitar comentar la arrogancia de Priscilla. Oyendo su murmullo, Priscilla se giró para mirarle, atrapando a Subaru con su brillante mirada.

_Subaru: ¿Qué?

_Priscilla: ... ¿Quién eres? Había oído que ésta sería una reunión de tontas que no saben cuál es el lugar que les corresponde y que competirán por el trono. Obviamente, también traerían a los tontos que las apoyan. ¿Pero por qué está presente un plebeyo vulgar como tú?

_Subaru: ¿Lo dices en serio?

Subaru fue detenido por la hostilidad a la que se enfrentaba.

Las palabras de Priscilla no eran ni bromas ni burlas. Ella lo estaba diciendo en serio.

Priscilla había olvidado por completo la existencia de Subaru.

Aunque no se veían desde hacía un año, la idiotez de Subaru en el Castillo en aquella ocasión no podía habérsele olvidado tan fácilmente.

Aunque sería correcto decir que se trataba de una actitud típica de Priscilla, no era una actitud que fuera particularmente apreciada.

_???: Princesa, eso es demasiado, ¿no? Aunque no sé cuánto vale él para usted, para mí es casi como un hermano. Es un oponente muy interesante, ¿no?

Una voz frívola atravesó la pesada atmósfera.

Esa voz era un poco vacilante, y estaba acompañada por el sonido del metal. Un hombre con un solo brazo pronunció palabras tranquilizadoras al entrar por el pasillo para unirse al lado de Priscilla.

Su cara estaba totalmente cubierta por un casco, y su amplio y macizo físico daba la impresión de que era un hombre fuerte. Era Al, un sirviente de Priscilla y, al igual que Subaru, un hombre invocado de otro mundo.

Y, obviamente, había acompañado a su líder hasta aquí.

Él se ubicó entre Priscilla y Subaru.

_Al: Ey, ¿se acuerda, verdad? Sería difícil de olvidar cuando un tipo aparece en el Castillo y hace algo idiota para avergonzarse frente a tanta gente. Es este tipo. Princesa, recuerdo que incluso se abrazó el estómago cuando se rio de eso.

_Priscilla: No lo recuerdo. Por cierto, Al, yo nunca me reiría tanto que necesitaría abrazar mi estómago. No menosprecies una presencia tan honorable como si fuera la de un plebeyo cualquiera. Aunque seas tú, no seré tolerante la próxima vez. Te cortaré la cabeza.

_Al: ¿Ves, colega? Siento no haber podido hacer nada. Tal vez os llevéis mejor si trabajas duro para mejorar.

_Subaru: ¡Dame un poco más de reconocimiento por las cosas que he hecho en el último año!

Rápidamente Al dejó de intentar refrescar la memoria de su ama y en su lugar se giró para disculparse con Subaru, inclinando su cabeza. Subaru suspiró, sintiendo que Al no había cambiado en absoluto ese último año.

Aunque, para Al, un tipo de mediana edad, sufrir un cambio notable sería bastante poco probable.

_Heinkel: Llega un poco tarde, Priscilla-sama. ¿Cuánto tiempo iba a hacerme actuar solo? Había oído que se suponía que llegaría antes...

_Priscilla: Silencio, plebeyo. Bailarás como se te ordenó. Hasta que yo dé la orden de parar, deberías bailar hasta la muerte. Aquellos que malinterpretan sus deberes o intentan corregir un error que creen que cometí son condenados a muerte.

_Heinkel: Glup...

Por otro lado, Heinkel, al darse cuenta de que la atmósfera de la habitación había cambiado, se giró inmediatamente hacia Priscilla, quien estaba de pie detrás de él. Sin embargo, cualquier tipo de actitud argumentativa hacia Priscilla sería totalmente inútil.

Aunque Heinkel fue avergonzado por la inflexible Priscilla, Subaru levantó la mirada después de escuchar su conversación.

_Subaru: Priscilla, ¿tú trajiste a ese tipo?

_Priscilla: Escucha, plebeyo. ¿Quién te ha permitido el atrevimiento de hablarme sin el debido honorífico? Incluso yo, compasiva y generosa como soy, cuando me encuentro con una persona tan insolente, debo advertirte que mi paciencia tiene un límite.

_Al: Princesa.

Al la llamó brevemente mientras veía la brutal mirada alojada en sus ojos mientras ella miraba fijamente a Subaru.

Entonces, Priscilla cerró un ojo y dejó salir un breve suspiro.

_Priscilla: No sé por qué, pero parece que a mi sirviente le agradas. Al, quien te salvó la vida... No, no hay necesidad de agradecerle a Al. Suplica mi perdón. Si lo haces, te perdonaré.

_Subaru: ...Gracias por su generosidad y consideración. Entonces, ¿la respuesta a mi pregunta es...?

_Priscilla: Si piensas que yo traje a este plebeyo aquí, entonces estás en lo correcto. Él está presente porque yo lo llamé.

_Subaru: ¡¿Para qué?!

Subaru levantó la voz ante la asertiva Priscilla y cuestionó su propósito.

Los invitados no deseados llegaron uno tras otro. Subaru necesitaba saber qué clase de complot se estaba tramando aquí.

Sin embargo, ante la pregunta de Subaru, Priscilla simplemente ladeó la cabeza, y,

_Priscilla: Quizás porque parecía interesante.

_Subaru: …¿Interesante?

_Priscilla: Exacto. Disputas familiares distorsionadas, o la alegría y la tristeza que vienen de las relaciones. Esas actuaciones tan feas son muy emocionantes. De hecho, ¿lo ves? El Santo de la Espada y el Demonio de la Espada actuaron más bien como humanos. Tal vista es muy rara.

_Subaru: ¡PRISCILLAAA!

Esa perspectiva retorcida y desnaturalizada enfureció a Subaru.

Como dijo Priscilla, la disputa familiar de Reinhard era rara de ver. Y ese mar de amargura no era algo que necesitara ser conocido.

Si Heinkel no hubiera aparecido, una historia tan oscura nunca habría salido a la luz. Aun así, el abuelo y el nieto habían estado tratando de restaurar su relación.

Por haber estropeado eso—

_Al: Detente, colega. No tiene sentido que haya una pelea aquí. La pésima personalidad de la Princesa no es algo de un día o dos. Piensa en ello como algo de mala suerte... Las estrellas cometieron un error.

_Subaru: Si sabes que tu líder tiene una personalidad pésima, entonces deberías estar tratando de llevarla por el camino correcto. Es irresponsable sólo ser indulgente.

Con su único brazo, Al detuvo a Subaru mientras negaba lentamente con la cabeza.

Como su mano estaba agarrando la muñeca de Subaru, si algo pasaba, no podría desenvainar su espada tan rápidamente.

En otras palabras, estaba indicando que no tenía ningún deseo de luchar.

Al darse cuenta de esto, Subaru respiró hondo. Miró a su alrededor y se dio cuenta de que él era el único que se había dejado llevar por su ira impulsiva.

Dejando a un lado a los forasteros, ni siquiera Julius y Ferris querían empezar nada; porque, como ésta era una reunión para las candidatas al trono, nadie quería considerar la posibilidad de que alguien saliera herido aquí.

_Subaru: ¡Pero entonces, por mucho que sufran sus corazones…!

_Emilia: Subaru…

Los ojos vacilantes de Emilia llamaron a Subaru, quien había estado sumergido en su furia. Sintiendo un tirón en la manga, Subaru también sabía que Beatrice le estaba dando su apoyo.

Sintiendo el apoyo de las dos, Subaru fue incapaz de inclinar la cabeza.

_Anastasia: La furia der feroz sabueso parece haber disminui'o. Me pregunto argo... Aunque no te envié una invitación, ¿cómo te enteraste de esta reunión?

Priscilla parecía dispuesta a marcharse y continuar con su agenda. Sin embargo, Anastasia aprovechó la oportunidad para detenerla.

Aunque el tono de Anastasia era suave, estaba bastante alerta.

_Anastasia: …Después de to'o, no se debe permitir que ande suerto un niño que habla demasia'o.

_Priscilla: No me hables con ese tono tan presuntuoso, se me están pudriendo los oídos. Soy más que capaz de seguir el ritmo de una ladina que piensa rápido.

_Anastasia: Caramba. No pue'o creer que no me estés tratando como un «plebeyo».

_Priscilla: Si no has visto lo que deberías haber visto, entonces ese nivel de ignorancia te coloca en la misma categoría que todos estos otros tontos. ¿Será que eres tan tonta como para querer que te ignore?

Ellas dos estaban inmersas en una batalla de palabras. Sin embargo, Priscilla quizás estaba provocando deliberadamente la retórica natural de Anastasia centrada en los negocios.

Anastasia acarició tranquilamente la bufanda que llevaba en el cuello.

_Anastasia: Que la información se haya firtra'o es bastante preocupante, ¿sabes?

_Priscilla: Todo lo que llega al oído de otra persona se ha filtrado de la boca de alguien sin precaución. Y cuanto más se aprende, más agujeros se pueden encontrar. No eres la única que observa y escucha a los demás. Esto es algo así.

_Anastasia: Ah, pero verás, creí que tú no te rebajarías ar espionaje pa' tratar con gente como nosotros.

_Priscilla: Un insecto volador zumba cerca de mi oído. ¿Pero qué puedo hacer sin conocer su ubicación? Tendría que atrapar al insecto utilizando mis ojos y mis oídos, que es precisamente lo que he hecho. Obviamente, lo mismo aplica para ti.

La implicación de Priscilla era que, al igual que en el caso de los insectos voladores, no había necesidad de pasar por alto ninguna información.

Subaru opinaba lo mismo que Anastasia. Era inconcebible que Priscilla hubiera adoptado las tácticas apropiadas y las hubiera puesto en práctica contra sus facciones enemigas.

Y el resultado de esa negligencia provocó las terribles condiciones de hoy.

_Felt: Ese señor es el padre de Reinhard, ¿cierto?

Ignorando la conversación, una voz frívola cambió el tema.

Todavía comiendo y con su boca manchada de salsas, Felt recorrió la habitación con su mirada y se cruzó con la de Priscilla.

_Felt: Después de todo, he tenido algunas experiencias en el Castillo, así que entiendo lo que estaba pasando en la conversación. No me interesan las relaciones familiares de este tipo. Pero si ese señor está contigo, entonces eso es otro cantar.

_Priscilla: ...Ohh. Pero si es la niña de los suburbios.

_Felt: Aunque realmente no me preocupo por él, no soy ajena a él. Las tierras de la Casa Astrea son de hecho un salvavidas para nosotros. Salvo que ese tipo no le ha dado las tierras a Reinhard. El poder de la familia sigue en manos de ese señor.

Al lado de Felt, las mejillas de Reinhard se tensaron ligeramente.

Subaru se dio cuenta de la preocupación de Felt.

Como huérfana, Felt no tenía nada a su nombre, y actualmente utilizaba las tierras de Reinhard como su base, donde, poco a poco, fue acumulando apoyo.

Pero esas tierras no eran de Felt, sino de la familia Astrea, y Reinhard se las había prestado a ella. 

Sin embargo, Reinhard no era el dueño de esas tierras. Incluso él las había pedido prestadas a la familia Astrea.

_Heinkel: Je. Parece que finalmente te has dado cuenta de la gravedad de la situación, idiota.

Heinkel intervino en la conversación con una expresión de orgullo y se reía insinuando un «como yo esperaba». Parecía como si hubiera estado esperando que el tema volviera a Reinhard y Felt.

_Heinkel: Es verdad. La cabeza de la familia Astrea sigo siendo yo. No le he pasado el puesto a Reinhard, ni pienso pasárselo. Después de todo, los incómodos asuntos de la política no deberían agobiar a nuestro ocupado Santo de la Espada.

_Felt: Como cabeza de la familia, debería estar avergonzado. Cuando fuimos a los territorios de los Astrea, sólo lo mantenían un puñado de funcionarios y doncellas con los ojos enrojecidos. Ahora que lo hemos estado restaurando, ¿realmente se atreve a volver a gobernarlo?

_Heinkel: Aunque sólo sea de nombre y aunque sea irresponsable, sigo siendo la cabeza de la familia. Y lo que es más, ¿no han empezado a mejorar mis tierras? La gente debería estar clamando en apoyo de su Lord ahora. Mi gente me quiere tanto que me conmueve hasta las lágrimas.

Heinkel se burló implacablemente de Felt, quien trató de tragarse su ira.

Ante esas viles y venenosas palabras, los ojos de Subaru se tornaron blancos de rabia. La habitación estaba llena de miradas de ira y odio.

Ahora estaba claro. Ese hombre era completamente anormal.

_Heinkel: Es tal y como dice tu sentido de crisis, líder de Reinhard. Los territorios de los Astrea son míos. Sin embargo, nunca te apoyaré. ¡Puedes ver claramente a quién apoyo!

Heinkel estaba de pie como en un escenario, esperando aplausos. Él señaló a Priscilla, una clara declaración de que apoyaría a una candidata diferente a la que apoyaban su hijo y su padre.

_Heinkel: He oído hablar de tus logros en el último año, ocupando mi lugar como Lord de esas tierras. Además de estar de acuerdo en que has tenido grandes logros, también diré — que ya es hora de que abandones esas tierras. Si lo entiendes, date prisa y dámelas…

_Priscilla: Ey, plebeyo.

_Heinkel: —¿Ehh? ¿Qué pasa, Priscilla-sama? Estoy haciendo algo muy importante ahora mismo.

_Priscilla: Cállate.

La violencia resultante tenía que ser vista para ser creída.

Poco después de terminar de hablar, Priscilla abrió su abanico ante Heinkel, quien abrió los ojos de par en par. Siguiendo el movimiento del abanico, una ráfaga aterradora golpeó el esbelto cuerpo de Heinkel con un poderoso impulso, mandándolo al suelo.

Los ojos de Heinkel quedaron en blanco, habiendo perdido el conocimiento después del impacto. Pero el ataque de Priscilla fue un paso más allá.

Ella lo levantó del suelo con una patada, y rápidamente levantó su mano para golpearlo nuevamente.

_Al: Princesa, calme su ira. Si no, él morirá.

_Priscilla: …

Antes de que Priscilla pudiera dar el golpe final, Al la detuvo sujetándola de la muñeca. Él había previsto que ella daría rienda suelta a su indignación.

Priscilla se giró entonces hacia su sirviente con casco.

La mano de Priscilla estaba sosteniendo una espada carmesí. Tenía una curva de estilo occidental y una hoja estrecha, pero estaba grabada con llamas en forma de ola. Incluso a primera vista, era una espada inusual, habiéndose materializado en un abrir y cerrar de ojos en la mano de Priscilla, y desapareciendo de ella igual de rápido.

Al ver que la espada desapareció, Al liberó lentamente la muñeca de Priscilla.

_Al: En serio, deme un respiro. Incluso desenvainó su espada Yang; eso no es bueno para mi corazó— ¡gah!

_Priscilla: Eso fue muy grosero, Al. ¿De quién recibiste permiso para atreverte a tocar mi impecable piel? Te ganaste mi favor por capricho, así que profanar mi cuerpo es un mero sueño que yace al final de otro sueño.

Con su mano libre, Priscilla golpeó con fuerza el estómago de Al. 

Ella exhaló por la nariz, y luego miró al lastimoso Heinkel que se retorcía en el suelo.

Después de presenciar la mirada brutal en sus ojos, sin duda se lo merecía. Sin embargo, lo que dijo Al también era cierto. 

_Priscilla: Sin embargo, hay algo de verdad en lo que has dicho. Sería excesivo matarlo.

_Al: Si así lo cree... entonces espero que sea más gentil conmigo en el futuro—gah.

_Priscilla: Silencio. No soy un demonio. Te permitiré lamerme los pies más tarde como recompensa.

_Al: ¡No lo diga como si eso me excitara! ¡Eso conducirá a malentendidos!

Al, que había caído de rodillas después de recibir el golpe, se defendió desesperadamente, pero no recibió la atención de Priscilla. Con sus rojos ojos del color de la sangre, y luego de haberse calmado por el momento, ella dirigió su mirada a Heinkel y chasqueó los dedos.

_Priscilla: Schultz. Saca a este plebeyo de aquí. Aunque es idiota, parece ser un recluta que vale la pena. Considerando lo que requirió todo esto, sería una lástima renunciar a él.

_Schultz: Como ordene, Priscilla-sama.

En respuesta a su llamada, otra figura entró en la sala.

Parecía un niño demasiado joven que había estado esperando en el pasillo.

Tenía rizos rosados y esponjosos, una figura delgada y femenina, un agradable rostro y una voz aguda que indicaba que aún no había llegado a la pubertad. Ver a un niño subdesarrollado vestido con un uniforme de mayordomo no era ético.

Un joven que, sólo por las apariencias, parecía de la edad de Beatrice.

_Schultz: Me disculpo, Heinkel-sama.

Schultz tomó los pies de Heinkel y comenzó a esforzarse para sacarlo fuera. Obviamente, era muy poco razonable esperar que un niño pudiera sacarlo. Sin embargo, Schultz no se quejó de la orden de Priscilla, y al mismo tiempo trató a Heinkel con una actitud de respeto.

_Al: Schultz-kun siempre trata de ser valiente y fuerte, sin importar el tipo de orden que reciba. Princesa, necesita recordar elogiarlo más tarde.

_Priscilla: Eso es natural. Es mi empleado y me sirve de todo corazón. Ese estado indefinido no es simplemente una lealtad tonta e imprudente. Le permitiré más tarde que me lama los pies.

_Al: Schultz-kun no se daría cuenta de que está bromeando y haría exactamente lo que le pide con lágrimas en los ojos. Por favor, dele una recompensa más normal.

_Priscilla: Mmm... Entonces quizás le dé el honor de ser sostenido por mi cuerpo mientras duermo.

_Al: …Bueno, eso no debería ser un problema. Pero ahora quiero estar en su lugar.

Ese fue el diálogo apático entre Priscilla y Al mientras veían a Schultz y Heinkel irse.

Finalmente, todos los forasteros habían sido removidos. Ahora, sólo quedaban los miembros de las facciones de la Selección Real.

_Felt: Entonces, ¿qué va a pasar con ese tipo? ¿En serio quieres alejarnos del territorio Astrea para debilitarnos?

_Priscilla: No tienes que tomarte en serio las palabras de ese plebeyo. ¿No fuiste tú la responsable de la revitalización de ese territorio? Si el Lord regresa a su casa con la intención de ahuyentarte, ¿quién lo seguirá? Aunque la gente es tonta e ignorante, no son unos tontos sin corazón que olvidan a quién deben dar las gracias. Si creas una ola grande, correspondientemente una ola grande volverá a ti. Él no podrá convocar ninguna ola.

_Felt: ... Entonces, ¿por qué invitaste a ese tipo?

_Priscilla: Ya se ha dicho, ¿no? La situación me pareció interesante. Tarde o temprano, todo lo que quiero estará en mis manos. Eso es un hecho comprobado. En ese caso, sólo variará la ruta. Y esa ruta la decido precisamente yo. Al final, lo traje como un juguete para matar el tiempo.

No importa lo que pase, el resultado no puede ser cambiado.

La absoluta confianza que Priscilla tenía trascendía el sentido común e imponía irrazonablemente su voluntad sobre el mundo. La única manera de lidiar con ello sería rendirse e inclinarse, o combatirlo con una actitud similar. Y, por lo tanto,

Aquí, cuatro candidatas la miraron directamente sin vacilar en una expresión de confrontación. Aceptando esas miradas, Priscilla dejó salir una risa cordial y encantada.

_Priscilla: Excelente. El resultado ha sido decidido, pero el viaje naturalmente tendrá su parte de feliz emoción. Yo misma he decidido que todas ustedes están por encima de los plebeyos. Y, una vez que se hayan hecho dignas de ser mis oponentes... entonces, yo misma, por supuesto, les daré la bienvenida con todas mis capacidades.

«Aún no son dignas de ser mis enemigas», ese era el juicio que Priscilla acababa de hacer.

No, ella lo había dicho hacía mucho tiempo. Todavía trataba a Emilia como a un insecto. Ella no las veía como enemigas en absoluto.

Entonces,

_Felt: Me aseguraré de hacerte llorar y lamentar esa arrogancia.

La declaración de Felt reflejó exactamente la voluntad de todos los ocupantes de la habitación.


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章節 370: Acostumbrado a llevar esa armadura.

—A estas alturas, ya era imposible recuperar la atmósfera original de la reunión.

Satisfecha tras escuchar las afiladas palabras de Felt, Priscilla se fue del hotel llevándose a Al a rastras. Podría decirse que estaba encantada de haber logrado su cometido en ese lugar.

Considerando el daño que había causado, ella era realmente egoísta.

Todos habían vuelto rápidamente a concentrarse en su desayuno, incapaces de conversar tan alegremente como hacía un rato.

El impacto que ella había dejado era increíblemente hiriente para todos los presentes. Especialmente en cuanto a los sentimientos de Reinhard y Wilhelm, los cuales debían ser algo inimaginable para cualquier persona ajena.

Aun así, ambos hombres poseían tanta fortaleza que no permitirían que sus preocupaciones fueran evidentes en sus expresiones.

Naturalmente, la inminente reconciliación entre el abuelo y el nieto tendría que posponerse; lo cual era suficiente para que un fuerte nudo se formara en el corazón de Subaru.

_Otto: Menos mal que Garfiel no estaba presente.

Esas fueron las últimas palabras de Otto antes de que partiera hacia la Cámara de Comercio de Muse después de desayunar.

Justo como había dicho, se hubiera convertido en un asunto muy serio si Garfiel u otro individuo con tendencias iracundas hubiera estado en el desayuno. No era difícil imaginarse a Garfiel lanzándose encima de Heinkel en un arrebato de ira y causando una violenta tragedia.

Todos los que estuvieron presentes durante el desayuno tenían, en su mayoría, una naturaleza calmada y racional. Quizás Priscilla tuvo en cuenta incluso eso para sentir una mayor satisfacción.

_Subaru: …¿Cómo fue posible? El colmo de las coincidencias.

La suerte de la que Priscilla se jactaba de manera arrogante estaba más allá de lo imposible.

No había hecho más que traerles el peor de los resultados. Y aunque doliera admitirlo, era algo innegable.

La preocupación de Emilia y Beatrice sin duda dolía más que cualquier clase de indignación que Subaru hubiera sentido.

Incluso Felt había actuado con racionalidad, dejando a Subaru como el único que permitió que sus emociones le hicieran quedar mal. Subaru quería pedir perdón por su falta de consideración, tanto a sus amigos como a sus rivales.

Emilia y Beatrice habían vuelto a sus habitaciones para descansar brevemente antes de acompañar a Subaru en su paseo.

Subaru aprovechó este momento a solas para intentar disipar su frustración caminando, con sus pasos más fuertes de lo normal.

El interior de sus zapatos presionando contra sus pies parecía un reflejo de su frustración.

Pensando de esa manera, Subaru comenzó a aplicar más y más presión en sus pisadas, tratando de dejar salir sus sentimientos de esa manera, hasta que,

_Julius: No pises el suelo tan fuerte, le causarás problemas al personal del hotel.

Subaru, que tenía su mirada fija sobre sus pies, dirigió su mirada hacia la fuente del sonido.

Sin darse cuenta, había caminado hasta el pasillo que dirigía al patio. De pie en el patio se encontraba Julius, siendo aireado por el viento.

Su mano acomodaba su cabello purpura hacia atrás con un gesto ensayado, y toleraba la brisa fría formando una imagen muy dramática.

Como siempre, el atractivo rostro de Julius inspiraba envidia en Subaru, quien chasqueó su lengua hacia el joven hombre antes de tomar asiento junto a él en el pasillo.

_Julius: Emilia-sama y Beatrice-sama no se encuentran contigo, ¿correcto?

_Subaru: En efecto. Ninguna de las dos es una niña indefensa. Están en la edad en la que quieren tener algo de privacy, y yo poseo la suficiente delicacy como para respetar ese derecho. Ya establecí una hora y lugar para una date más tarde.

_Julius: Aunque no estoy muy familiarizado con algunas de las palabras que usaste, parece que has aprendido a comprender mejor lo que piensan otros.

_Subaru: ¡Gh, eres un…!

Dejando de lado las formalidades, Julius fue el primero en pronunciar palabras instigadoras de enfrentamiento. Sin embargo, luego de ver la expresión de Julius, el enfado de Subaru desapareció.

Julius sacudió su cabeza ligeramente.

_Julius: Me disculpo. Si de verdad fueras incapaz de ser considerado con otros, no le habrías alzado la voz al subcomandante frente a todos… Debería ofrecerte mi gratitud.

_Subaru: Suena como si me lo estuvieras agradeciendo, pero por favor no lo hagas. Ese tipo simplemente es de los que caen mal desde el inicio. Comparado con la forma en que los demás mantuvieron la calma, debí haberme visto horrible.

_Julius: En absoluto. Fue precisamente por tu precipitada forma de actuar que los demás pudieron mantenerse en calma, yo incluido. Parece que tus impulsivas reacciones en verdad fueron de ayuda.

_Subaru: Desde el principio no estabas planeando halagarme, ¿verdad?

Subaru frunció el ceño ante la genuina forma de hablar de Julius.

Julius siempre era sutilmente burlón cuando hablaba con Subaru, aunque se trataba de algo recíproco, así que Julius no tenía toda la culpa. En cualquier caso, era casi imposible que se hablaran con honestidad el uno al otro.

_Subaru: Lo sé. Debería actuar con mayor calma y serenidad para dar la imagen de caballero. Incluso teniendo el título de caballero, no puedo mantener la cabeza fría de manera voluntaria, incluso aunque todos esos modales básicos los enseñan desde la escuela primaria.

_Julius: Exacto. Ciertamente, desde el punto de vista del caballero, tu comportamiento de ninguna manera fue elogiable. Sin embargo.

Julius guardó silencio al mirar a Subaru, quien estaba incómodo.

Su siguiente acción ocasionó que los ojos de Subaru se abrieran de sorpresa.

_Subaru: ¿Qué estás haciendo?

_Julius: Justo lo que parece.

_Subaru: Lo que parece es que me estás haciendo una reverencia.

Julius estaba agachado e inclinaba su cabeza hacia Subaru.

Estos no eran los modales de un caballero. Ni tampoco un ritual ceremonial. No había inspiración alguna para este gesto. Esto era algo completamente raro en Julius.

_Julius: Gracias. Te lo agradezco. Gracias por mostrar la indignación que yo no pude.

_Subaru: …No tengo ni la menor idea de lo que estás hablando.

_Julius: Rendir honor al título de caballero significa que, sin importar la situación, debes actuar siempre con virtud. Incluso si tu propio amigo está siendo menospreciado, incluso si se dirigen a tu amigo con palabras inhumanas, no puedes permitirte actuar según tus propios sentimientos. Pero tú no eres así.

Manteniendo su postura, Julius le agradeció a Subaru repetidas veces.

Subaru no podía hacer más que sentirse perplejo ante tal inesperada reacción.

_Julius: Atrapado entre mi título y mis emociones, rápidamente decidí reprimir mi ira. Pero, al ver tus apasionadas palabras, me sentí avergonzado de mí mismo. Por lo que, quiero agradecértelo.

_Subaru: En vez de liberar tu ira, ¿eh?

_Julius: …

Subaru murmuró algunas palabras de comprensión, y Julius finalmente levantó la mirada.

Con una sola frase, Julius finalmente había revelado sus verdaderos sentimientos, los cuales se reflejaban en su mirada. Al verlo, Subaru no podía más que gruñirle.

_Subaru: Pero qué estupideces dices. De verdad, ya déjate de tonterías.

_Julius: …Que me deje de tonterías, ¿eh?

_Subaru: Pues claro. ¿Por qué debería enojarme en lugar de otra persona? Estaba molesto porque personalmente me sacaron de mis casillas, no porque hubiera otra persona que también quisiera gritarle a ese tipo mal afeitado. Yo jamás podría hacer algo tan ingenioso como expresar la ira de otra persona.

Como si estuviera malentendiendo el asunto, Subaru le dijo estos genuinos pensamientos a Julius.

Subaru no consideraba su propia ira como alguna clase de noble indignación. Después de todo, sólo Reinhard y Wilhelm podrían entender sus propios sentimientos.

Subaru no era más que alguien externo que simplemente se había molestado porque esa atmósfera había sido ensuciada. Su ira era únicamente por su propio bien.

_Subaru: Si estabas molesto, ¿por qué no dijiste nada? No hubiera podido lidiar calmadamente con el viejo yo sólo, pero si me hubieras echado una mano tal vez hubiéramos podido callarlo.

_Julius: A pesar de todo, él sigue siendo el subcomandante de los caballeros. Sería bastante problemático si me enemistara con un oficial comandante.

_Subaru: Esto no tiene nada que ver con tu rango. Y acabas de decir «a pesar de todo»; sé más flexible, por todos los cielos. Te la pasas pensando constantemente en comportarte como caballero, o en cómo actuar con el porte de un caballero, o cualquiera de esas cosas. ¿Es que acaso tu corazón también viste armadura de caballero?

_Julius: …

Frente a un callado Julius, Subaru descansó sus codos sobre sus rodillas y su rostro sobre sus manos, dando un suspiro exagerado. 

Se trataba de una discusión tonta. Subaru no solo había rechazado la gratitud de Julius, sino que ésta también lo había hecho enojar.

Recordar la causa del incidente, incluido Heinkel, lo hizo enojar todavía más.

_Julius: «Incluso mi corazón viste armadura de caballero»… ah, eso duele.

_Subaru: Puede que la forma en la que lo dije haya sido muy artística, pero ignóralo. Sólo bromeaba.

_Julius: No, lo tendré en cuenta. Me alegro de haber aprendido una lección de ti. Esto es algo que jamás habría creído posible hace un año.

_Subaru: Tal vez ya hayamos dejado atrás esa incómoda situación, pero aún me ocasiona pesadillas.

De vez en cuando, Subaru tenía sueños que ocurrían en el campo de entrenamiento de los caballeros, y que trataban sobre su confrontación con Julius y la subsecuente brutal paliza.

Aunque el sufrimiento físico que experimentó aquella vez era algo doloroso de recordar, lo que tuvo que sufrir mental y emocionalmente dolía mucho más. El recuerdo de su propia incompetencia se había grabado con claridad en su mente, lugar donde, de vez en cuando, se volvía a reproducir cual película.

Aunque sus pesadillas no consistían únicamente de su duelo con Julius, de todas formas se trataba de algo capaz de rivalizar con los recuerdos de tantas muertes.

_Julius: Si te es posible, preferiría que dejaras de hacerlo. Solo pensar en encontrarme contigo en tus sueños cada noche no es nada agradable.

_Subaru: Eso es gracioso viniendo del culpable. ¿No crees que preferiría que mis sueños sólo trataran de mí teniendo intimidad con Emilia-tan?

_Julius: Así que ahora tienes que recurrir a tus sueños para que siquiera exista la posibilidad de que puedas conquistarla, en vez de hacer uso de tus capacidades en la realidad. Cuadra con tu estilo.

_Subaru: Eres un bastardo, no me trates como basura luego de elogiarme. ¡Además, mira quién habla!

_Julius: Anastasia-sama es una mujer encantadora. No hay más grande honor que poder servirle de cerca. Naturalmente, creo que debería estar muy feliz con mi puesto.

Frente a la respuesta calmada de Julius, Subaru dejó salir un gruñido como de gato.

La incomoda atmósfera había desaparecido junto con aquella reverencia mientras Julius recuperaba su imagen de siempre.

Subaru frunció el ceño aún un poco incómodo, pero estaba aliviado; y entonces tosió y cambió el tema de conversación.

_Subaru: Sobre aquel hombre mal afeitado… dijo que era el subcomandante o algo así, ¿eso es verdad?

_Julius: Es comprensible que lo dudes, pero sin duda alguna es la verdad. Ese hombre es el Subcomandante de los Caballeros del Reino de Lugnica, Heinkel Astrea.

_Subaru: ¿Acaso están ciegos? ¿O sordos? ¿O sólo mal de la cabeza?

_Julius: De verdad lo cuestionas todo. Por supuesto, ninguno de los caballeros de alto rango o de los escuderos tienen permitido cuestionar cuán calificado está el subcomandante. De hecho, el título de subcomandante sirve más de decoración, y hasta la fecha, nadie lo ha visto cumplir con sus deberes.

Julius respondió mientras sacudía la cabeza, y la imaginación de Subaru comenzó a dibujar la imagen de un oficial de alto rango.

Que se te otorguen increíbles recompensas mientras evitas cualquier clase de responsabilidad verdaderamente importante — esa era exactamente la manera en que Subaru imaginaba a la mayoría de los oficiales de alto rango del gobierno, y esa era exactamente la situación de Heinkel.

Además de eso, las personas que lo rodeaban eran conscientes de su incompetencia y sabían de su comportamiento.

_Subaru: ¿Será que se está aprovechando de su estatus como padre del Santo de la Espada?

_Julius: …Ese no es… completamente el caso. Tomar el puesto de subcomandante no es algo que se escaparía de la atención de su hijo, Reinhard. Aunque la imparcialidad de Reinhard es universalmente conocida, ¿qué ocurre cuando el asunto involucra a su familia? No todos confiarían en él.

_Subaru: No creo que Reinhard estuviera dispuesto a romper su código moral por su padre.

_Julius: Incluso siendo así, sigue siendo su padre. Sin importar lo que otros piensen, para Reinhard, él es sin duda alguna un miembro de su familia con el que comparte sangre. Nadie puede saber de verdad lo que él piensa.

Julius hablaba con calma para tranquilizar al enfadado Subaru.

Apretando sus dientes, Subaru dejó salir un gruñido de irritación. 

Sin importar cuán mediocre pudiera ser, mientras siguiera siendo el padre de Reinhard, entonces sólo el corazón del propio Reinhard sabría si debería renunciar o no a su relación.

Como un caballero que valoraba la imparcialidad y el civismo, no debería dejarse engañar por la paternidad. Pero no sería fácil para Reinhard cortar por completo una relación como esa.

Obviamente, para las personas ajenas a ello, no les costaría tener una postura firme respecto a lo que Reinhard debería o no hacer, pero hacer eso sería increíblemente arrogante.

_Subaru: Dijiste que «no es completamente el caso», ¿entonces hay más razones? Qué más podría…

_Julius: También es la cabeza de la Casa Astrea, y el hijo de Wilhelm-sama. En pocas palabras, está relacionado con el mejor caballero del reino y la anterior Santa de la Espada. No obsequiarle un puesto de alto rango podría conducir a la traición por parte de ellos, y esa es una posibilidad que no podemos ignorar.

Al escuchar la respuesta breve y sin emociones de Julius, Subaru sólo necesitó unos segundos para comprender lo que implicaba.

_Subaru: ¡Maldito país! ¡Ya sea Reinhard! ¡O Wilhelm! ¡Eso jamás sería creíble! ¡Creer que si Heinkel le llegara a guardar rencor al país entonces toda la familia del Santo de la Espada también lo haría…! Tratarlos con tanta cautela, como si fueran explosivos inestables… ¡Si así es como son las cosas, entonces…!

Si así eran las cosas, entonces ¿no era eso un insulto hacia Reinhard y Wilhelm?

Su honor era evidente, y aun así el país los creía capaces de cometer traición.

La ira que Subaru sintió en ese momento había alcanzado el nivel de ira que sintió durante el encuentro con Heinkel. Julius sacudió la cabeza y presionó su mano sobre el hombro de Subaru.

_Julius: Tu ira era previsible. Sin embargo, el reino tiene que tener en cuenta cualquier posibilidad.

_Subaru: ¡Algo imposible no es una posibilidad! ¡Algo como eso obviamente nunca pasaría!

_Julius: …Wilhelm-sama era el antiguo comandante de los caballeros de Lugnica.

_Subaru: ¿¡—!?

Subaru, que había estado tratando de escapar del agarre de Julius, sin darse cuenta dejó de moverse al escuchar esas palabras.

_Julius: Hace catorce años, alguien de la familia real fue secuestrada en la capital. Durante ese tiempo, Wilhelm-sama encabezaba a los guardias, y había sido puesto a cargo de la búsqueda.

_Subaru: ¿Y qué con ello? Incluso yo conozco eventos famosos como ese.

Felt era esa «alguien de la familia real» que había sido secuestrada durante su niñez — este era el rumor que se había esparcido por todos lados. Subaru, que ya había descartado dicho rumor, no había entendido el significado de las palabras de Julius.

_Subaru: Sé que la descendiente real nunca fue encontrada. ¿Y qué? Wilhelm-san se hizo responsable, y entonces renunció como caballero, ¿y creen que esa es su razón para odiar al reino? Pero entonces…

_Julius: En aquel momento, la anterior Santa de la Espada fue enviada en una expedición para subyugar a la Ballena Blanca — justamente durante los días en que Wilhelm-sama había sido enviado a buscar al secuestrador.

_Subaru: …

Pensando en las palabras de Julius, Subaru se sumergió en sus pensamientos.

Algo que Wilhelm dijo una vez parecía poder llenar el espacio en blanco que quedaba.

Wilhelm había dicho que no había estado junto a su esposa cuando ella murió.

_Subaru: …Por culpa de la búsqueda del miembro de la familia real secuestrado, Wilhelm no pudo estar con su esposa cuando ella murió; ¿y por eso creen que Wilhelm odiaría a la familia real y al reino?

_Julius: Desconozco cuál era la verdadera intención de Wilhelm-sama. Pero, es verdad que luego de que la búsqueda de la princesa terminara y que la gran subyugación acabara en fracaso, Wilhelm-sama se retiró de su puesto en la guardia. Luego de ello, esa rama de los caballeros habría terminado colapsando de no ser por los pasos que Marcus-sama dio para reorganizarlos.

_Subaru: ¡Eso no me importa! ¡Estoy tratando de hablar de Wilhelm-san! Tú… ¿de verdad crees eso? ¿Que Wilhelm-san les guardaría rencor a todos debido a su esposa? ¡Eso es… es…!

¿De verdad pensaban que Wilhelm van Astrea levantaría una bandera de rebelión en contra del reino a causa de su propio resentimiento? ¿Acaso alguien sería capaz de pensar eso luego de ver a alguien tan profundamente enamorado y dispuesto a darlo todo por su amor? ¿Nunca lo han mirado a los ojos, o visto lo admirable que era?

¿Jamás habían visto la honesta hoja del Demonio de la Espada?

_Subaru: ¡Él jamás haría algo así, ¿por qué nadie lo entiende?!

_Julius: …

Esta vez Subaru sí logró quitarse del hombro la mano de Julius, empujó el pecho de Julius y se puso de pie mirando fijamente a Julius, quien retrocedió y le devolvió la mirada a Subaru con sus ojos amarillos, pareciendo admirar la ira de Subaru. Entonces lo entendió.

Entendió que había dirigido su ira hacia donde no debía. Que lo que Julius había dicho no reflejaba lo que él pensaba. Que la actitud de Julius ya había demostrado qué era lo que pensaba de verdad.

Después de todo, hace un año, Julius había consolado a Wilhelm luego que matara a la Ballena Blanca.

Había consolado a Wilhelm, quien había pasado catorce largos años tratando de vengar a su esposa.

No cabía duda de que él jamás sospecharía de que Wilhelm fuera a crear una revuelta en contra del reino.


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