_Subaru: Y así nos apresuramos a hablar contigo, Lewes-san, ya que creemos que eres quien mejor los conoce.
_Lewes: Yo diría que su enfoque es concienzudo. No me importa que confíen en mí... pero no tengo mucho que decir sobre el tema.
_Subaru: ¿Eso qué significa?
_Lewes: Significa que estoy de acuerdo con Ram y Clin-bo. Es problema de ellos. No es algo en lo que unos terceros tengan que involucrarse demasiado.
No parecía que a Lewes le interesara demasiado la propuesta de Subaru, ya que bebía tranquilamente de su té. Sin embargo, ella era sin duda una figura clave en todo ese asunto. Subaru había invertido demasiado tiempo entrometiéndose en sus asuntos como para rendirse ahora.
_Subaru: Entiendo que sus circunstancias sean un molesto desastre porque he estado involucrado, aunque sólo haya sido tangencialmente.
_Lewes: …
_Subaru: Pero no creo que sea algo que se deba ignorar. Es decir, que es posible que se resuelva por sí solo con el tiempo... pero es frustrante tanto para ellos como para los espectadores, ya que están tratando de resolver las cosas, pero simplemente no está funcionando. Si un tercero puede hacer algo al respecto, entonces debería hacerlo.
_Lewes: Eso suena como un montón de terquedad entrometida.
_Subaru: Bueno, tengo la reputación de ser desvergonzado y denso.
Subaru sacó pecho con orgullo, aunque probablemente no fuera algo de lo cual presumir. Lewes le sonrió amargamente.
Los dos estaban en un rincón de la gran habitación que se le había dado a Lewes, sentados uno frente al otro en una mesa mientras bebían de sus tazas, mojando silenciosamente sus gargantas con té. Y entonces,
_???: Disculpen, ¿chicos?
Una voz les llamó desde una corta distancia.
La interlocutora entrecerró sus ojos de color amatista, atravesando con su mirada a Subaru.
La insatisfacción se notaba en la voz de Emilia, ya que no la estaban incluyendo en la conversación.
_Subaru: ¿Qué pasa, Emilia-tan? Aunque te ves muy linda cuando estás enfadada, justo ahora tu frente se está arrugando.
_Emilia: ¡Si piensas así, ¿no deberías venir a ayudar?! ¡Cielos! ¡Eres tan malo, Subaru! ¡Tontorrón!
_Subaru: ¿Quién dice tontorrón hoy en día?
Subaru sonrió ante el hábil y adorable uso del lenguaje obsoleto de Emilia mientras dejaba su taza de té sobre la mesa. Volvió a mirar a Emilia, y ladeó la cabeza ante la situación a la que ella se enfrentaba.
_Subaru: Realmente puedes llamar a esto un espectáculo. Un drama fantástico que se desarrolla entre una hermosa dama y unas hermosas chicas.
_Lewes: Diciendo eso vas a hacer que me sonroje.
_Subaru: Si tú también te mezclas será un drama entre varias hermosas chicas, una hermosa dama y una hermosa abuela.
_Lewes: Diciendo eso vas a hacer que me sonroje.
_Subaru: ¡¿En serio?!
Le sorprendió a Subaru que, justo cuando esperaba que ella le refunfuñara por eso, ella lo aceptara. Las mejillas de Lewes estaban ligeramente rojas mientras observaba a Subaru.
Ellos dos miraron a un grupo de Lewes idénticas a la ruborizada Lewes, rodeando a Emilia por todas direcciones.
—En total, ellos trajeron 26 dobles de Lewes del Santuario.
Ellas son las dobles serviles e insensibles, diferentes de la Lewes representativa. Aunque la facción no tenía tareas para ellas, no podían simplemente dejarlas por ahí, así que presentaban otro asunto para que todos reflexionaran.
Y el mayor problema aquí era,
_Emilia: No te quedes mirando, Subaru, ven a ayudarme.
_Subaru: Me encantaría, pero ellas no me van a escuchar. Garfiel y tú son los únicos que pueden comandarlas. Sólo tienes que engatusarlas con un lenguaje ingenioso y elocuente.
_Emilia: Ya lo sé, pero... acabamos de tener un terrible fiasco cuando les dije que "se alejaran". ¿Lo olvidaste, Subaru?
_Subaru: Cómo olvidar el alboroto de hace sólo tres días, cuando el grupo de búsqueda organizado tuvo que salir a buscar más allá de las montañas.
Subaru pensó en la debacle de hacía tres días.
Los cristales en el Santuario gobiernan el derecho de comando de las dobles. Uno estaba instalado en la Tumba y otro en el laboratorio, cada uno de los cuales reconoció a Emilia o a Garfiel como titulares del derecho, y actualmente aún lo son.
Esto significaba que las dobles permanecían en un estado como de muñeca, incapaces de actuar sin las órdenes de Emilia o de Garfiel. No prestaban atención a las instrucciones de nadie más. Garfiel decía que, si las dejaban sin tareas, literalmente se quedarían sentadas sin hacer nada hasta morir y desaparecer.
La debacle de hacía tres días ocurrió cuando Emilia, ignorante de los límites del derecho de comando, intentó que las dobles se apartaran un poco diciéndoles que "se alejaran".
La parte molesta fue que las dobles tienen sus propias diferencias personales, e interpretaron el comando de maneras ligeramente diferentes. Algunas de ellas se adhirieron perfectamente a las intenciones de Emilia, otras salieron de la mansión y las demás corrieron lejos de la mansión hacia el horizonte.
Si no fuera por la nariz y las piernas de Garfiel, no habrían podido recuperarlas todas. Ellos no podían dejar a estas hermosas chicas parecidas a muñecas caminando por ahí indefensas. Y era problemático si la gente empezara a cuestionar sobre las dobles.
_Subaru: Dos o tres gemelas es algo creíble, pero nadie creería en 26 gemelas...
Subaru no recordaba cuál era el récord mundial, pero seguramente haya sido menos de diez.
En este caso, era imposible usar la excusa de las hermanas; ni siquiera tenía sentido considerarlo.
Y en cuanto a por qué tenían que inventar excusas en primer lugar,
_Lewes: Obviamente, fueron hechas usando técnicas prohibidas. Francamente, sería un alboroto si la gente se enterara de lo que somos.
_Subaru: Me lo imaginaba…
_Lewes: Tomando a alguien como punto de partida, y construyendo un od artificial de naturaleza similar a ellos para hacerlos — esencialmente estarías haciendo soldados infinitos. Allí fuera hay gente que querría eso.
Dejando de lado la cuestión de la practicidad, ellas son perfectas para investigación, ya que son básicamente un sujeto de pruebas infinito. Puedes usar el derecho de comando para evitar que se rebelen, y se dispersan en maná cuando mueren, así que no hay nada que limpiar.
_Subaru: Lo cual sería una absoluta mierda.
_Lewes: Nos relaja saber que piensas eso, Su-bo.
Subaru sintió algo indescriptible al ver a Lewes sonreír suavemente.
Repulsión por el hecho de que un conocido pudiera ser explotado, y aversión por la cuestión ética. Esos sentimientos eran la razón por la que Subaru sentía hostilidad hacia al concepto en sí.
Pero, cuando disipase esos sentimientos, y considerase la técnica detalladamente, ¿cuánto tiempo resistirá realmente ante la mera conveniencia de la misma?
Todos, incluido él, seguirían un curso cada vez más fácil. "Odio ser tan débil", pensó él.
_Emilia: ¡Está bien! ¿Entonces qué se supone que debo hacer?
Al ser un poco excluida de la situación, Emilia gritó cuando llegó a su límite.
El grupo de Lewes no estaba haciendo nada, pero la presión silenciosa que ejercían sobre Emilia no era buena para su salud mental.
Subaru cruzó los brazos mientras se preguntaba qué hacer.
_Subaru: ¿Tal vez tratando de pacificarlas con una orden que no puedan malinterpretar?
_Emilia: ¿Como cuál? Fueron muy lejos cuando les dije que se alejaran, así que no sé qué hacer...
_Subaru: Creo que decir "siéntate" funcionaría.
_Emilia: ...Subaru, eres un genio.
No es para tanto, pensó Subaru, mientras Emilia les pedía a las Lewes que se sentaran, y cada una de ellas se sentó inmediatamente.
Ahora que todas estas niñas estaban sentadas a su alrededor con las piernas cruzadas, parecía que Emilia fuera la maestra de un jardín de niños, pero en realidad la situación era más desesperada que eso.
Tenían que encontrar una forma inteligente de lidiar con esto. Subaru tenía algunas propuestas relevantes que quería comentar cuando Roswaal regresara, así que ahora era cuestión de esperarle.
_Subaru: Como hay 26 de ellas, nombrarlas según las letras del alfabeto podría servir para individualizarlas y recordarlas a todas.
_Lewes: Te ves como si estuvieras planeando cosas nefastas de nuevo, Su-bo.
_Subaru: "Planeando cosas nefastas" suena mal. Lo único que hago es poner a funcionar mi cerebro para que todos los que conozco logren ser felices.
Subaru le dio una gran sonrisa. Lewes suspiró, completamente asombrada.
Dudando por un momento si ella creía o no en sus esfuerzos, Subaru decidió con optimismo que su sonrisa simplemente parecía poco confiable.
Cuando Emilia, liberada del enjambre de dobles, se acercó a Subaru y Lewes, Subaru le entregó una taza de té.
_Subaru: Buen trabajo, Emilia-tan. Te has esforzado bien, como siempre.
_Emilia: Gracias. Pero comparado con Garfiel, apenas estoy haciendo algo. Garfiel hace un buen trabajo ordenándoles a todas cuando es hora de comer...
Emilia bebió un sorbo y suspiró mientras miraba a las dobles.
Las personas que normalmente se ocupaban de estas chicas eran la Lewes representativa y Garfiel, el otro titular del derecho de comando.
Garfiel, más que ningún otro, atendía a las chicas con un cuidado exquisito, asegurándose de que ninguna de ellas muriera de hambre o se quedara varada, refunfuñando por ello constantemente.
Él tenía mucha más experiencia porque había estado interactuando con ellas durante todo su tiempo en el Santuario.
Aunque era poco probable que eso consolara a Emilia.
_Subaru: Bueno, hay que tomárselo con calma. Garfiel está haciendo cosas increíbles, pero creo que sería bueno tener una solución más avanzada.
_Emilia: ¿Solución avanzada?
_Subaru: Te lo diré cuando Roswaal regrese. Hasta entonces, ¿te apetece calmar mi mente entrando en pánico un poco más por estar rodeada de un grupo de niñas?
_Emilia: Jo, qué malo eres.
Emilia hizo pucheros con indignación, lo cual era adorable.
En cualquier caso, sus planes todavía estaban en etapa de borrador, y por lo tanto no estaban listos para el público. Él planearía más detalles antes de revelarlo y se deleitaría con los elogios.
_Subaru: De todos modos, ¿qué tal si dejamos el problema de las dobles de Lewes por un momento, y volvemos al tema?
_Lewes: Mi respuesta sigue siendo la misma. No creo que hacer algo... sea necesario para que ellos sigan adelante. Creo que ellos están intentando que yo no me preocupe. Actúan como si las cosas fueran razonablemente bien entre ellos cuando estoy cerca.
_Emilia: Qué desfachatado de su parte...
_Subaru: ¿Quién dice "desfachatado" hoy en día?
Subaru apartó la mirada para ignorar la mirada de Emilia, y pensó en los astutos hermanos.
Ellos tampoco estaban dispuestos a preocupar a Lewes. Y habían descubierto cómo compensarlo sin tener que discutirlo entre ellos.
Aunque se conocían tan bien, no podían dar el último paso. La razón principal para eso tenía que ser —
_Subaru: Como imaginaba, su madre es el motivo por el que no se acercan entre ellos, ¿eh?
_Lewes: …
_Emilia: Su madre... ¿la que los dejó en el Santuario cuando aún eran pequeños?
_Subaru: Sólo he oído la historia de segunda mano, y no he preguntado cómo era ella. No, en realidad Frederica me dijo que era una persona sin suerte, pero eso es todo. Me imagino que es obvio, pero tú la conocías, ¿verdad, Lewes-san?
Lewes llevó la taza de té a sus labios, dejando que el tiempo pasara. Pero eso no bastó para escapar de las penetrantes miradas de Subaru y Emilia.
Ella dejó salir un largo suspiro y, sin voltear a verlos,
_Lewes: Su madre, Leashia Tinzel, no es un tema del que me gusta hablar.
_Subaru: ¿Así que ella es alguien que preferirías no recordar?
_Lewes: No me desagradaba... En realidad, me gustaba mucho. Ella tenía ese carisma amistoso y amable, y... sus circunstancias eran lo desafortunado, lo cual puedes ver ya que la desgracia no la mató. Su familia se arruinó y ella iba a ser vendida como esclava, entonces unos bandidos demihumanos atacaron y destruyeron a los comerciantes. Los bandidos se la llevaron a casa como botín, y la embarazaron... es esencialmente la viva imagen de la desgracia.
_Subaru: …
Frederica le había contado a Subaru todo esto antes, pero le seguía pareciendo una historia terrible. Emilia no tenía palabras para describir lo desgarrador que era. Aunque la parte final de la historia pudo haber eclipsado su comprensión.
_Lewes: Pero Leashia no terminó en desgracia. Los bandidos la querían, así que vivió y crio a su hija. Luego, otra banda de bandidos destruyó la primera, y volvieron a entretenerse con ella.
_Subaru: La mayoría de la gente no se recuperaría después de todo eso.
_Lewes: Pero ella lo hizo. El grupo de bandidos se derrumbó, conoció a Ros-bo en sus viajes y se ganó su patrocinio, le confió a Frederica y a Gar-bo, y luego se marchó del Santuario para ir a buscar al padre de Gar-bo.
_Subaru: —¿Ella de verdad hizo eso? Garfiel dijo que su madre los había abandonado.
_Lewes: ...Probablemente esa sea su debilidad hablando, ya que hay esperanza en ser abandonado.
Subaru contuvo el aliento ante la palabra aparentemente inapropiada: Esperanza.
¿En qué parte de esta historia hay esperanza? Antes de que Subaru pudiera averiguarlo, Emilia bajó la mirada.
_Emilia: Ella no volverá porque nos abandonó... Eso significa que su madre podría estar viva, ¿esa es la esperanza?
_Lewes: …
_Emilia: Si ella prometió que se iba con un propósito, pero aun así no regresó... es demasiado aterrador pensar en ello.
Lewes sacudió la cabeza, con expresión de tristeza.
Lewes les había dicho a los hermanos la verdadera razón por la que su madre dejó el Santuario. ¿Y por qué la promesa de Leashia nunca se había cumplido? — Esta pregunta llevaba a una horrible respuesta.
Garfiel había visto la escena en la que perdía a su madre.
Y eso encajaba perfectamente.
_Emilia: Me pregunto si lo saben.
_Lewes: Leashia los dejó cuando Frederica tuvo la edad suficiente para ser consciente de sí misma. Dudo que ella lo haya olvidado. Y Gar-bo... bueno, quién sabe.
_Emilia: Creo que Garfiel lo recuerda... no, sí que lo recuerda. De lo contrario, no se vería tan alegre cuando mira a Subaru.
Era posible que Emilia estuviera pensando en algo diferente, pero Subaru creía que lo que ocurrió en el pasado de Garfiel —su despedida de su madre— se había resuelto y había llegado a su conclusión.
El problema era que Frederica y Garfiel no habían asegurado ese cierre por igual. Quizás Frederica seguía sintiendo algo muy arraigado acerca de todo este asunto.
Parecía que Frederica era quien evitaba a Garfiel. Esa era la impresión que tuvo Subaru cuando recordó la conversación entre ellos en el pasillo.
_Subaru: Por cierto, Lewes-san, ¿sabes algo de lo que le pasó a Leashia-san después de eso?
_Lewes: ... Nunca pregunté acerca de eso. Y eso no es una mentira. A veces simplemente no quieres saber la verdad, y eso aplica para mí.
Lewes apartó la mirada, ignorando la verdad que probablemente ya había sospechado. Subaru no era tan despiadado como para llamarlo debilidad.
Un tenue vapor se elevaba de los restos de té en la taza sobre la mesa.
Él observó cómo el vapor se fundía en la nada, y un sombrío silencio cayó en la escena.
※ ※ ※ ※ ※
_Subaru: Siento que si esto continúa, terminaremos metiéndonos más y más en sus asuntos luciendo como un par de entrometidos, pero, ¿cuáles son tus sentimientos sobre esto, Emilia-tan?
_Emilia: Uhmm... Preferiría muuucho evitar hacer eso.
Subaru y Emilia salieron de la habitación de Lewes y caminaban por el pasillo mientras consideraban sus logros, aterrorizados porque no habían podido producir resultados decentes.
Preferirían que esto no terminara con ellos envueltos en chismes y rumores.
Naturalmente, su principal prioridad era mejorar la relación entre Frederica y Garfiel; pero la vida te enseña que, cuando se está lidiando con problemas, más problemas surgen incluso de debajo de las piedras.
_Emilia: Pero, debido a que ni hablar con Ram ni con Lewes nos ha llevado a ninguna parte... ¿nos hemos quedado sin opciones? Ya que Roswaal tampoco ha vuelto.
_Subaru: Si asumimos que no debemos confiar en el enfoque pasivo de "se resolverá solo con el tiempo", entonces se podría decir que sí, el problema es meramente entre familiares. Pero el problema no es dónde está su madre... o lo que le pasó después de su despedida. Son sus estados mentales en comparación con los de ahora, y las posturas que adoptaron cuando se separaron.
_Emilia: ¿No sería más fácil encerrarlos en una habitación juntos?
_Subaru: Estoy en shock por tus planes inesperadamente bárbaros, Emilia-tan.
Subaru parecía sorprendido, pero Emilia lucía seria, ya que colocó un dedo sobre su labio inferior.
_Emilia: ¿Es que no sería bueno?... Creo que lo que necesitan no es tiempo, sino una razón para empezar a hablar. Ellos han considerado tantas cosas en estos diez años... así que, si tienen tiempo para hablar de todo eso, estoy segura de que conseguirán avanzar algo.
_Subaru: Hrnhmhm, pero eso también se siente pasivo. No es realmente diferente de la opinión mayoritaria de que "se resolverá solo con el tiempo". Cuando la gente dice que "se resolverá solo con el tiempo", quiere decir que la conversación de la que estás hablando ocurrirá naturalmente durante ese período.
_Emilia: Entonces, ¿por qué no hacemos que esa conversación ocurra forzosamente? Sé que mi idea es bastante extrema... pero creo que es básicamente lo que Ram y Lewes están diciendo. Que tenemos que dejárselo a ellos mientras están solos juntos.
Emilia levantó el dedo de su labio y lo movió delante de él. Subaru la escuchó con los brazos cruzados y el ceño fruncido, mientras deliberaba su propuesta.
¿Realmente eso era todo lo que necesitaban hacer?
Subaru entendía lo que ella estaba diciendo. De hecho, tenía mucho sentido. Él simplemente estaba preocupado debido a simples ansiedades.
¿Pero era realmente seguro que su participación fuera tan superficial? ¿No tenían que preparar las cosas con más detalle para que esto funcionara? ¿Nada se torcería, y la complejidad aumentaría innecesariamente?
_Emilia: Subaru.
_Subaru: N,ah.
Emilia dio un golpecito a Subaru en la frente.
Ella lo miró fijamente, devolviéndolo a la realidad.
_Emilia: Sé que te preocupas por todo, y que trabajas muy duro por el bien de todos...
_Subaru: Vas a hacerme sonrojar diciendo eso...
_Emilia: Pero yo me preocupo tanto por ti como tú por nosotros. Necesitas saber que no tienes que cargar con todo de esta manera. Ellos estarán bien.
_Subaru: ...Supongo que sí.
Con todo desestimado por la expresión "preocuparse por todo", Subaru sintió que un peso caía de su pecho.
La carga en su corazón era como una roca imaginaria—que él había ido acumulando sobre sí mismo.
_Emilia: Me alegraría que confiaras en mí, y que también siguieras mis ideas de vez en cuando.
Los hombros de Subaru cayeron mientras suspiraba.
Tal vez esa no era la conclusión que buscaba, pero parecía que los acontecimientos iban a terminar de acuerdo con el consenso general.
_Subaru: Está bien. Entonces se nos ocurrirá algo y...
_Joven: —Por todos los cielos, pero si son Natsuki-san y Emilia-sama. ¿Qué están haciendo aquí?
Y, justo cuando intentaba adoptar el plan de Emilia, alguien se entrometió.
Un joven de pelo gris con un montón de papeles apareció ante los dos. Al reconocerlo, Subaru se puso la mano en la barbilla, pensando.
En realidad, de todas las personas importantes de la mansión, sólo había una con la que no habían hablado por razones que no fueran la ausencia.
Con ese pensamiento, Subaru consideró lo útil que sería este hombre para abordar el problema, y asintió con la cabeza.
_Subaru: Está bien. Entonces se nos ocurrirá algo y lo llevaremos a cabo.
_Joven: ¡¿Te importa si te pregunto por qué siento que no existo en esta conversación?!
El grito de esta familiar voz resonó fuerte en la Mansión Miload.
Mientras trabajaba en la enorme montaña de papeleo, Otto escuchó a Subaru y Emilia sentarse en el sofá de la recepción.
Continuó retirando los documentos necesarios de la pila, con su pluma ocasionalmente lanzándose sobre ellos.
Garabateaba fórmulas en una hoja de papel, hacía algún tipo de cálculo antes de anotarlas en el papeleo, y hacía referencias a documentos cercanos mientras sellaba el primero con un sello.
Con lo bien que progresaba en su trabajo y lo rápido que se movían sus ojos, era cuestionable si estaba prestando atención a Subaru, pero sus ocasionales interjecciones sugerían que, por lo menos, no los estaba ignorando.
Emilia parecía impresionada mientras veía a Otto trabajar al mismo tiempo que Subaru, sentado junto a ella, le explicaba lo que habían estado haciendo. Terminó su explicación casi en el mismo momento en que Otto golpeó con su pluma en el soporte.
_Otto: ¿Así que están intentando mejorar la relación entre esos hermanos? …Pues, si quieren consultarme, podría decirles…
_Subaru: ¿A dónde quieres llegar?
_Otto: Están buscando consejo pertinente, de alguien con hermanos, ¿correcto? Entonces, creo que, en vez de consultar a un atolladero de hijos únicos, sería mejor que me consultaran a mí, que tengo tanto un hermano mayor como también un hermano menor.
Subaru se sintió abrumado por la abundante confianza de Otto.
Subaru nunca había preguntado sobre la composición de la familia de Otto, pero, aparentemente, era el hermano del medio de una serie de tres. Así que sí, Subaru y Emilia estaban deseando su consejo.
Sin embargo,
_Subaru: Pero, ¿no te habían echado de tu casa por ser un mal hijo? Sería útil si tuvieras buenas relaciones familiares, pero los consejos de ovejas negras no son muy útiles que digamos.
_Otto: ¡¿Quién estás insinuando que era un hijo tan malo que sus padres lo repudiaron?! ¡Nunca he dicho ni una sola palabra de algo así! ¡Mi hermano mayor heredó la casa, así que yo, como el del medio, me fui a comerciar por mi propia voluntad! Tal vez sea inesperado, pero me considero más listo que mis hermanos.
_Subaru: ¿Y si tú eres el único que piensa eso, mientras que tu familia se siente aliviada de que el parásito se hubiera ido?
_Otto: ¡¿Es que, de algún modo, te desagrada que yo esté aquí?!
Otto golpeó el escritorio con ambas manos, con la cara roja. Subaru sacudió la cabeza diciendo "Por supuesto que no".
La simple idea de que Otto estuviera ausente era aterradora. Es solo que Subaru terminó insultándole antes de poder darle las gracias.
Lo cual era otra de las virtudes características de Otto Suwen.
_Emilia: Pero, por alguna razón, pareces realmente poco confiable, Otto-kun. Me pregunto por qué será… a pesar de todo lo que has hecho para ayudar.
_Otto: E-Emilia-sama también…
Los pensamientos de Subaru se expresaron a través de Emilia mientras ella se llevaba su mano a la barbilla, pensativa. Al parecer, ella también había sido víctima de las virtudes de Otto.
El aura de confiabilidad de este hombre se correlacionaba inversamente con sus capacidades reales.
_Subaru: Mira cómo atormentas a Emilia-tan, bastardo pecador.
_Otto: ¡Completamente injustificado! ¡¿Qué he hecho yo?!
_Emilia: De todos modos, Otto-kun, te agradecería mucho que nos dijeras qué deberíamos hacer en cuanto a ellos.
_Otto: ¡Y directo al tema! ¡Definitivamente ustedes dos son amo y sirviente!
Otto pasó un rato reaccionando exageradamente, antes de parecer darse cuenta de que su histeria era totalmente inútil.
El respaldo de su silla rechinó al poner la mano sobre su cabello gris.
_Otto: Bueno, creo que lo más importante para empezar sería con sus sentimientos mutuos. Por lo que he visto, Garfiel no parece ser el problema. Su terquedad es similar a la de un niño, e imagino que le gustaría reconciliarse con lo mucho que ama a su familia.
_Emilia: Sí, yo también lo creo. Garfiel quiere hacer las paces. Pero Frederica tiene problemas para acercarse a él.
_Otto: Frederica-san debe estar en una posición algo difícil. Ella es la hermana mayor, así que, como superior, necesita dejar que Garfiel se salga con la suya si quieren reconciliarse. Pero, por lo que he oído, no parece que Frederica se haya equivocado. Puede que simplemente esté mostrando su generosidad fraternal. Si consideramos su capacidad para tolerar las rabietas de los jóvenes como el quid de la cuestión, entonces… ¿cuál es el problema?
Subaru miraba fijamente a Otto mientras expresaba cuidadosamente su argumento, y sacudió la cabeza frente a la queja de Otto.
_Subaru: No, es que me has dado una opinión más seria de lo que esperaba, y no se me ocurre cómo meter algún chiste entremedio…
_Otto: ¡Es un asunto serio que merece ser considerado seriamente para una conclusión seria!
_Subaru: Por favor, perdóname. Soy demasiado incompetente para jugar con tu enrevesada preparación…
_Otto: ¿Estás tratando de resolver problemas o de instigarlos?
Naturalmente Subaru quería resolverlos, pero dolía desafiar sus deseos primordiales.
Dejando de lado la conversación de Otto y Subaru, Emilia asintió con la cabeza en admiración a la respuesta a Otto.
_Emilia: Entonces… Tenemos que tratar primero los sentimientos de Frederica.
_Otto: Eso es lo que creo, sí. No parece que Frederica-san vaya a exacerbar la situación pensando que Garfiel es imperdonable. Y honestamente, dudo que sea necesario ser tan tiquismiquis con esto. Es uno de esos problemas que el tiempo puede resolv—
_Subaru: No queremos que el tiempo lo resuelva y es por eso que estamos tratando de apresurarlo. ¿Siquiera escuchaste todo lo que dije hasta el final? Este tipo…
_Otto: ¡Ni siquiera tendría que estar escuchando esto!
Sintiendo que Otto estaba llegando exactamente a la misma conclusión que todos los demás, Subaru resopló de forma algo despectiva. Otto reaccionó indignado, y Subaru lo presionó aún más diciendo,
_Subaru: Entonces, ¿dónde mostrarías esa magnanimidad de hermano mayor, si fueras tú? Mencionaste a un hermano menor, así que seguramente has tenido una pelea en la que has mostrado tu amplitud de miras. Esa es la historia que quiero ver, oír y cantar.
_Otto: Si me excusas del ver y cantar, entonces sí, te puedo contar. Honestamente, mi familia era bastante armoniosa. Mis hermanos eran buena gente, mis padres eran amables, y… espera, ¿alguna vez hemos peleado ant—
_Subaru: ¡¡Inútil!!
_Otto: ¡¿P-Por qué dices eso?! ¡¿Qué tiene de malo una familia pacífica?! ¿Estás sugiriendo que las relaciones no son genuinas si nunca involucran peleas? ¡Eso es ridículo! ¡¿Qué tienen de malo las relaciones pacíficas sin grandes defectos?!
_Subaru: ¡Como mínimo, es la peor carta que podrías haber jugado en esta situación!
Justo cuando parecía que a Otto se le iba a ocurrir algo conmovedor y útil, jugó un cero.
Viendo que Otto podía contrarrestar incluso las ridiculeces de Subaru, probablemente nunca se enfureció tanto como para empezar a lanzar maldiciones e insultos relacionados con temas familiares.
O quizás todos en la familia Suwen compartían el mismo temperamento fácilmente molestable de Otto. Un hogar donde la vida era pacífica, pero sólo porque no había atormentadores alrededor de su Edén vacío.
_Subaru: Este pobre y sobreprotegido muchacho…
_Otto: ¡Me da la sensación de que me estás insultando inmensamente, aunque puede que sea sólo mi imaginación!
_Emilia: …Jujuju.
Otto le gritó a Subaru, quien le había dado rienda suelta a su imaginación. Entonces Emilia, que observaba la conversación, se llevó la mano a la boca, al no lograr reprimir una sonrisa.
Los dos hombres fijaron su mirada en Emilia y ella sacudió la cabeza.
_Emilia: No, lo siento. Es sólo que parece que se llevan muuuy bien… casi como hermanos.
_Otto: Estoy bastante seguro de que mis hermanos fueron más amables conmigo que esto…
_Subaru: No digas eso, hermano mayor. Siempre te tratamos así, hermano, simplemente no te diste cuenta. Enfréntate a la realidad, hermano mío.
_Otto: ¡Oh, cállate!
Otto ya había agotado todas las palabras y la fuerza de voluntad necesarias para responder. Subaru le hizo una mueca mientras continuaba incesantemente: "Hermano mío, querido hermano, carnal, colactáneo, consanguíneo, tato, mi sangre, hermano mayor", y así sucesivamente. Emilia dio un aplauso con sus manos.
_Emilia: Ah. ¿Qué hacen ustedes dos cuando se reconcilian? Creo que Otto-kun siempre cede, pero descubrir esto podría acercarnos a la respuesta.
_Subaru: Es increíble cuán naturalmente se convirtió todo eso en que Otto siempre cede.
_Emilia: ¿Y si intentas dejarle ganar, Subaru?
_Subaru: ¡Yo…. incluso suponiendo que me rindiera ante todos los demás en el mundo… absolutamente nunca, jamás, me rendiría ante Otto…!
_Otto: ¡Oh, cállate!
Profirió Otto frente al atroz pequeño drama de Subaru, frotando sus sienes mientras pensaba. Parecía que estaba considerando seriamente la idea de Emilia.
_Otto: Eerhm, qué hago cuando discuto con Natsuki-san, hmm…
_Subaru: Normalmente: ¡renunciar!
_Otto: ¡La respuesta ni siquiera merecía ser considerada y ahora incluso me estoy preguntando qué diablos estoy haciendo!
Otto se agarró la cabeza sobre el escritorio mientras Emilia se levantaba y le daba una palmadita de consuelo. Aunque estaba celoso de la amabilidad de Emilia, Subaru juzgó que no sería capaz de conseguirlo por sí mismo en esta escena y se palmeó el regazo antes de ponerse de pie.
_Subaru: Bueno, eso en verdad ayudó. Lo intentaremos con Frederica primero y, dependiendo de cómo vaya eso, juzgaremos cómo llevaremos a cabo el plan de Emilia.
_Otto: ¿Te das cuenta de que estás haciendo una montaña de un grano de arena y que, probablemente, te estás partiendo el lomo por nada?
_Subaru: Sigo pensando que es mucho mejor que partirte el lomo a ti. ¿No estás de acuerdo?
_Otto: —Haah…
Otto suspiró resignado.
La manera en que su boca se relajó y se convirtió en una sonrisa era esencialmente la respuesta a su pregunta.
Seguramente Emilia también percibió lo mismo que Subaru en la expresión de Otto, ya que se estiró fácilmente en el acto y le sonrió a Otto.
_Emilia: Bueno, Subaru y yo nos vamos ya. Siento haberte interrumpido cuando estabas tan ocupado.
_Otto: No, no, no, soy yo el que los invitó. Además, estoy tan rodeado de sofocantes montañas de papeleo, que un respiro ocasional ayuda a que sea más fácil…
Ante la preocupación de Emilia, Otto cambió de expresión rápidamente.
_Otto: Esperen un momento, ¿por qué estoy trabajando tan frenéticamente en el papeleo feudal del Margrave Mathers? En algún momento me pidieron que ayudase con algunas tareas municipales, y luego se me permitió incluso inspeccionar los registros administrativos del territorio…. Estoy casi seguro de que sólo intentaba asegurar una cotización de los precios del aceite…
_Subaru: Ups, Emilia-tan. Si nos quedamos más tiempo, estaremos impidiendo el trabajo de Otto. ¡Dejemos la habitación mientras nos tomamos felizmente de la mano!
_Emilia: ¿Eh? Oh, emm, sí, vamos.
Otto se llevó la mano a su frente, comenzando a sentirse desconcertado por sus circunstancias actuales, justo cuando Subaru y Emilia lo abandonaban. Subaru aprovechó el momento para agarrar la mano de Emilia y salir de la Oficina de Otto. Y, justo cuando Subaru puso su mano en la puerta para huir de la habitación,
_Otto: Oh, Natsuki-san—
_Subaru: ¿Hm? ¿Qué? Sólo relájate. No estás sentado ahí por un error, un hipnotismo o una sugerencia poderosa. Sólo has sido seducido por las circunstancias, la delicadeza conversacional y…
La frase de Subaru se cortó a medio camino.
No pudo seguir bromeando porque sintió algo serio en la mirada de Otto mientras miraba a Subaru. Como si estuviera tratando de hablar de algo importante.
Subaru cerró la boca y Emilia ladeó la cabeza. Otto miró a los dos mientras un instante de vacilación le atravesaba.
Pero todo eso se dispersó en cuanto Emilia miró hacia atrás.
_Otto: —No, no importa.
_Subaru: Vamos, ahora tengo curiosidad. Si vas a decir algo, dilo.
_Otto: Me gustaría decirlo, pero… bueno, digamos que en este momento sólo sería como intentar retener una nube. Lo discutiremos cuando las cosas empiecen a parecer más esperanzadoras. Ya que aún no puedo decir si esto te ayudaría o si sólo te traería malestar.
Otto se rascó la cabeza mientras explicaba su vacilación.
Subaru intentó hacer que Otto cambiase de opinión mirándole en silencio, pero él simplemente se sentó de nuevo y levantó su pluma.
_Otto: Volveré a mi trabajo, así que te dejo el caso de Garfiel a ti. Cuando el gabinete militar no funciona correctamente, el gabinete civil en la retaguardia está demasiado preocupado como para poder trabajar.
_Subaru: —Lo entiendo. Pero cuando puedas decirnos lo que sea que haya sido eso, por favor hazlo, Ministro de Asuntos Internos.
_Otto: Por supuesto, iba a… ¿gabinete, civil? ¿Ministro de Asuntos Internos?
_Subaru: Vamos, Emilia-tan. ¡Lo estaremos molestando si nos quedamos más tiempo!
Dejando a Otto atrás, mientras éste empezaba a preocuparse por su cambio de posición una vez más, Subaru se apresuró a arrastrar a Emilia de la mano y abandonar la habitación.
Los ojos de Emilia se movieron confusos, mirando a Otto justo cuando la puerta se iba a cerrar.
_Emilia: ¡Ah, um, emm, Otto-kun, buena suerte con tu trabajo!
Sin tener claro si estaba preocupada por él o si le estaba dando un empujón en la espalda, Emilia gritó a Otto al salir de la habitación.