¡Gorgeous!
¡¡Tiger!!
Garfiel hizo una pose, inclinándose hacia atrás con las manos extendidas hacia el cielo. Con los ojos brillantes, los niños susurraron de emoción mientras lo imitaban.
Mientras Garfiel compartía emociones con los niños que lo rodeaban, Mimi corrió hacia él, con sus ojos también brillando de emoción.
_Mimi: ¡¡Garf, fue genial~!!
Ella se apresuró a unirse a la fila de niños que rodeaban a Garfiel y también posó.
Las risas entusiasmadas de los niños, Mimi y Garfiel resonaron a través de los canales de agua.
—Las ovaciones y aplausos habían cesado hacía ya mucho tiempo, dejando como único espectador al dueño de la góndola, contemplando la escena con una sonrisa.
Garfiel estaba presumiendo enérgicamente mientras compartía comida con los niños en un puesto.
_Garfiel: 'Ntonces, mi asombroso ser dijo "Ahora, no te dejaré dar ni un solo paso más, basura inferior! ¡Este es el territorio del Capitán y estás completamente atrapada aquí!".
¡Asombroso~! ¡Genial~!
¡Woah! ¡Qué emocionante~!
Mientras Priestella era teñida por el resplandor del atardecer, Garfiel contó historias del año pasado a Mimi y a los niños.
Lo que acababa de describir era uno de los acontecimientos más impresionantes que había ocurrido: La Caza de la Araña de Tierra.
Una aldea cercana fue atacada por una mabestia conocida como "Araña de Tierra", y de alguna manera Subaru, Garfiel y Otto se vieron envueltos en ese problema; pero salieron triunfantes gracias a la perfecta combinación de la fuerza de Garfiel y el ingenio de Otto y Subaru.
Uno de los niños rescatados escuchó con alegría lo que contaba Garfiel. Era un niño rubio, de unos seis o siete años.
Tenía rasgos encantadores y sonrisa que seguramente algún día haría suspirar a las mujeres. Pero ahora mismo, era tan solo un niño que admiraba el estilo de vida de Garfiel.
Después de comprar y comer con los niños, Garfiel se encargó de escoltarlos hasta sus casas, uno por uno. Cuatro de los cinco niños habían regresado a sus casas ilesos, lo que significaba que este niño era el último.
_Garfiel: Siendo un grupo tan pequeño, se fueron bastante lejos para jugar. ¿No crees que fue peligroso?
Mientras realizaban el trayecto hasta la casa del niño, Garfiel preguntó eso frunciendo el ceño.
La aventura de los niños los había llevado hasta la intersección de los Distritos Uno y Dos, cerca de donde se encontraba la sede de Muse. Mientras caminaban, Garfiel no podía evitar pensar que se habían alejado demasiado.
De hecho, vinieron desde el Distrito Tres. Sin desvíos, el trayecto tomaría casi una hora en completarse.
El niño sonrió en respuesta.
_Niño: A veces, la diva va al parque del Distrito Uno. Así que la estábamos buscando.
_Garfiel: La diva… ¿Es por eso? El capitán dijo que su canto es muy poderoso, pero mi asombroso ser sospecha un poco.
Frotándose la nariz, a Garfiel le resultaba difícil estar de acuerdo con la afirmación del niño.
Garfiel sólo había conocido a la diva Liliana una vez, en la sede de la Compañía Muse. Esa breve interacción fue suficiente para dejar huella en él. Liliana era, sin ninguna duda, una chica con una fuerte personalidad. Sin embargo, esa fuerte personalidad era más bien incompatible con la impresión de una cantante pura y honesta.
_Mimi: Garf, ¿nunca has oído el canto de la diva? ¡E~s realmente~ increíble~!
_Garfiel: ¿Lo has 'scuchado, enana?
_Mimi: ¡Sí~! ¡No me dormí y llegué hasta el final~! ¡Mimi es increíble~! ¡Alábame~!
Garfiel acarició obedientemente la cabeza de Mimi. En respuesta ella dijo "¡Yuju ~!" y felizmente se fue corriendo, antes de darse la vuelta y observarle con expectación.
_Mimi: Entonces, ¿pudieron escucharla cantar?
_Niño: No, no la encontramos. Llegamos un poco tarde. Pero, como habíamos llegado hasta esa calle tan lejana…
_Garfiel: ¿Por eso aprovechasteis para jugar en el río? Bueno, menos mal que mi asombroso ser estaba justo allí.
_Niño: ¡Gorgeous Tiger!
_Garfiel: ¡Ja!
Mientras el niño extendía la mano hacia el cielo, Garfiel imitó su movimiento. Ese gesto hacía referencia a "Gorgeous Tiger".
Posando juntos con energía, el niño pronto dejó caer sus brazos con un suspiro de rendición. Ante eso Garfiel ladeó la cabeza.
_Garfiel: ¿Por qué te ves tan deprimido? Si suspiras, tu felicidad se 'sfumará, ¿sabes?
_Niño: Bueno, es que.... cuando llegue a casa, mi hermana se enfadará conmigo.
_Garfiel: ¿Qué?
Cuando el niño reveló su miedo a su hermana, Garfiel reaccionó exageradamente agarrándose los hombros con preocupación.
_Garfiel: Ah, lo siento. Pero, ¿por qué va a estar tan 'nfadada?
_Niño: Porque... me fui sin decir nada.
_Garfiel: Ah…
Este muchacho parecía no haberle informado a su hermana que hoy saldría con amigos. Por ello, probablemente su familia estaría frustrada y muy preocupada.
Garfiel conocía ese sentimiento. Como hermano, la presencia de una hermana era como una barrera aterradora, sin importar cuánto tiempo pasase.
Estuvieron separados durante diez años; pero, aunque Garfiel había crecido, el miedo a llevarle la contraria a su hermana había aumentado en vez de disminuir.
_Garfiel: Tranquilo. Déjalo en mis manos.
_Chico: ...¿Eh?
Garfiel le dio unas palmaditas en el pecho con orgullo mientras el niño revelaba su sorpresa.
Como si tratara de aliviar su abatimiento, Garfiel se rio, mostrando sus afilados dientes.
_Garfiel: El miedo a una hermana mayor es algo con lo que mi asombroso ser 'stá familiarizado. Si tu aterradora hermana viene corriendo a por ti, mi asombroso ser te protegerá.
_Niño: ¡Eres como un hermano mayor!
El tierno niño abrazó a Garfiel con fuerza. Ante esa escena, Mimi se unió al abrazo, agarrando a Garfiel por la espalda.
De esa manera, estando sujeto por delante y por detrás por los pequeños, Garfiel renovó su determinación y se dirigieron a la casa del niño.
El sol ya se estaba poniendo, y ya no podrían volver al ryokan para la hora de cenar, pero hoy no había sido un mal día.
Por mucho que lo intentara, Garfiel no se imaginaba a sí mismo cenando tranquilamente en el mismo salón que Reinhard. Sin embargo, después de una noche para reflexionar, probablemente sería capaz de estar en el mismo salón.
Eso fue gracias a los niños que admiraban a Gorgeous Tiger, así como la inescrutable y alegre actitud contagiosa de Mimi.
_???: —¡Fred!
Por el camino, una voz ensordecedora y aguda llegó repentinamente a los oídos de Garfiel.
Levantó la cabeza, sorprendido, y fue entonces cuando vio la figura de una niña corriendo. Tenía el pelo rubio, largo y elegante, y estaba mirando fijamente al niño que estaba junto a Garfiel.
El niño la miró y abrió la boca.
_Niño: Hermana…
_Hermana: ¡Tú! ¿¡Cuánto nos preocuparás antes de quedarte satisfecho?!
La niña saltó hacia adelante para dar una fuerte patada a su hermano, cuyo cuerpo rebotó suavemente.
Garfiel, que estaba siendo testigo de la escena, se quedó inmóvil por la sorpresa y fue incapaz de detener a la hermosa muchacha antes de que ella pateara a su hermano.
Durante ese momento, la niña miró fijamente a Garfiel y acto seguido le clavó el talón en el pie.
_Hermana: Tú, persona sospechosa, ¿qué quieres de mi hermano Fred?
_Garfiel: Arg... antes que nada, mueve el pie, enana.
Enfrentándose a su ataque y sus airadas palabras, Garfiel contestó con voz firme. Al ver que sus ataques preventivos no habían causado ningún daño, la niña retrocedió con una expresión tímida.
Aunque ella había pensado que Garfiel se enfadaría, él no se enfadó, sino que se quedó sorprendido.
Él nunca imaginó que detrás de esa hermosa niña habría una hermana que le diera patadas indiscriminadamente a su hermano pequeño.
Por suerte, tras recibir la patada, el chico llamado Fred tuvo un impacto suave gracias a Mimi. Gritando "¡Ey~!", ella corrió hacía el niño, abrazándolo en el aire y aterrizando suavemente.
Los dos se pusieron de pie, quitándose la suciedad mutuamente.
Viendo toda la escena por el rabillo del ojo, Garfiel soltó un suspiro. La primera en reaccionar fue,
_Hermana: ¿Qué, qué hay de esa actitud tuya? Si tienes algo que decir, dilo, pero no me hagas nada a mí o a Fred... D-doy miedo cuando me enfado…
_Garfiel: En primer lugar, aquí hay un malentendido. Y, en segundo lugar, no le pegues a tu hermano de esa manera. Podrías accidentalmente causar una lesión grave. ¿Lo 'ntiendes?
_Hermana: Uhh…
Agachado, Garfiel le habló calmadamente a la niña.
La hermana del niño también era joven — tendría unos diez años, es la edad en la que surge la pubertad precoz, provocando que todos los jóvenes se esfuercen más de lo normal. Su inicial cara agresiva se había desvanecido, y su expresión cambió a una de lágrimas debido a la tranquila y firme respuesta que dio Garfiel.
Lo que dijo ella era sin ninguna duda un farol, pero había reunido coraje para enfrentarse a Garfiel. Podría decirse que, en un desafortunado giro de los acontecimientos, el resultado que obtuvo ella fue más temible que recibir un grito.
_Fred: G-Gorgeous Tiger… Por favor, no te enfades demasiado con mi hermana.
Incapaz de soportar ver a su hermana temblando, el niño se quitó el polvo y se posicionó detrás de ella, suplicándole a Garfiel. La expresión de su hermana reveló que su autoestima estaba siendo herida por la súplica de su hermano, pero ella aún albergaba la dignidad de intentar defender a su hermano de Garfiel.
Aunque no habían empezado con buen pie, Garfiel creía que no tenían una mala relación entre ellos.
_Garfiel: ¿Así que mi asombroso ser parece un mal tipo? Es un poco desagradable oírlo.
_Mimi: ¡Un tipo malo! ¡Ser un tipo malo no es bueno, Garf! ¡Sé Gorgeous Tiger!
Mimi saltó y dio un golpe a la cabeza de Garfiel. Aunque no dolió, fue bastante desconcertante.
La inútil confrontación entre los hermanos y Garfiel continuó.
Y justo cuando Garfiel se preguntaba cuánto tiempo duraría esto…
_???: Hija, Fred, ¿dónde están?
La voz que interrumpió la situación provenía de otra persona.
Al oír esa suave voz, los hermanos se miraron a los ojos. Garfiel observó cómo los dos corrieron hacia el origen de la voz.
El niño y su hermana llegaron a la esquina del camino, donde una mujer había aparecido. Corrieron hacia ella sin dudarlo.
Era una mujer rubia, probablemente se trataba de su madre.
_Fred: ¡Mamá!
_Hermana: Mamá, esa persona sospechosa, llamada Gorgeous Tiger, y Fred…
La hermana mayor se aferró a su madre, sollozando, y el hermanito defendió la inocencia de Garfiel. Después de escuchar las divagaciones de los niños, la madre en cuestión sonrió.
Con sus hijos aún aferrándose a ella, ella sonrió y miró hacia Mimi y Garfiel, quien detuvo sus pasos.
_Garfiel: …
_Mimi: ¿Garf?
Garfiel se quedó helado, y Mimi se dio la vuelta, examinándolo.
Sin embargo, Garfiel era incapaz de responder a la preocupación de Mimi. No tenía ánimo para tal cosa; porque su corazón estaba en un mar de caos y estaba siendo azotado por olas de confusión.
Porque la persona que estaba allí era…
_???: Bueno, parece que has cuidado a mis hijos, mis disculpas. Si te parece bien, ¿podrías decirme qué pasó?
Ella habló en un tono suave y calmado que no contenía ni el más mínimo signo de maldad o sospecha.
Dando unos pocos pasos, llegó hasta delante de él. Mientras Garfiel temblaba y se estremecía ante su presencia, ella ladeó su cabeza, como si estuviera confusa.
Esa expresión, esa actitud, esa voz… todo se apoderó de Garfiel como si fuera una ilusión.
_Garfiel: —¿Mamá?
Un murmullo salió de su garganta.
_???: Lo siento mucho, no esperaba invitados, así que no he limpiado.
_Mimi: N~, ¡no nos molesta~! ¡Luce limpio~! ¡Muy limpio~! ¡El cuarto de Mimi es mucho más caótico~!
_???: Ah, mmm, eso no es bueno.
La mujer acarició con naturalidad a Mimi, quien estaba recostada en el sofá, pateando con sus piernas y luciendo muy cómoda.
Inmerso en esta escena, Garfiel observaba en silencio a la mujer. Su largo cabello rubio fluía hasta sus caderas, su piel era blanca como la nieve, su delgado cuerpo tenía la dulzura de una mujer, y su suave rostro mostraba un par de ojos claros y tranquilos de color verde esmeralda.
Ella parecía ser tan joven como para tener 25, pero Garfiel sabía que al menos debía tener 35.
Esa disparidad era lo que confundía a Garfiel.
_???: Señor Gorgeous Tiger, ¿el té no es de su agrado? Lo siento, ni siquiera pregunté qué le gustaría tomar.
La mujer, que dijo llamarse Reala Thompson, frunció el ceño ante el silencioso Garfiel, quien fue traído de vuelta a la realidad al escuchar aquella voz.
Al darse cuenta de que aún no había tocado la taza de té que le habían servido, Garfiel rápidamente levantó la copa.
_Garfiel: No, no, mi asombroso ser sólo 'staba siendo un poco tonto... lo 'spaciosa que es 'sta habitación resulta ser algo 'xtraño, eso es todo.
_Reala: ¿De verdad? Mi familia es muy grande, y también lo es nuestra casa, pero eso la hace difícil de limpiar. Luce como si estuviera descuidada de nuevo.
El gran patio de su casa y los exquisitos acabados a la vista demostraban su clase social. Reala aceptó la excusa rápida de Garfiel sin un atisbo de duda y con voz suave. Su sonrisa, su dulce tono, todo acerca de ella atacó a Garfiel con nostalgia.
Sin embargo, Reala no dijo ni una palabra ante la mirada de Garfiel. Este detalle causó dolor al corazón de Garfiel.
La mujer que decía ser Reala Thompson lucía exactamente igual que Reshia Tinsel, la madre de Garfiel, quien estaba grabada claramente en su mente.
La separación de Garfiel y su madre ocurrió poco después de su nacimiento, y los recuerdos acerca de su madre eran escasos.
Aun así, Garfiel recordaba cada detalle de su rostro, luego de haberla visto en aquella detestable Tumba en la que tuvo lugar la Prueba. Ahí, él atestiguó su separación con su madre.
Gracias a la Prueba, Garfiel conocía su rostro, su voz, su amor… y su desafortunada muerte poco después de irse del Santuario. Así que, para Garfiel, ver a su madre de nuevo era un sueño imposible.
Lo que significaba que la mujer frente a él ahora mismo también debería ser imposible.
_Reala: Mimi-san, sus orejas parecen muy suaves. ¿Me permitiría poder tocarlas?
_Mimi: ¡Por favor, adelante~!
Reala felizmente estiró su mano, y acarició las orejas de Mimi con una mirada de satisfacción.
La sonrisa de Mimi era una que tan solo una pequeña niña podría esbozar. Ellos eran una extraña pareja, un delgado hombre-bestia y una sospechosa demihumana, pero habían sido invitados a entrar sin ningún reparo. Esta mujer simplemente no tenía cautela.
Tales actitudes eran, para Garfiel, todas asociadas a la maternidad.
Su madre Reshia fue una mujer bastante desafortunada. Sus padres habían perdido todo debido a deudas, y la habían vendido a un traficante de esclavos, quien fue emboscado por unos bandidos demihumanos que hicieron de Reshia su concubina.
Fue entonces cuando ella quedó embarazada de Frederica; y, cuando su vientre comenzó a crecer, los bandidos la abandonaron. Fue encontrada por otra banda de ladrones demihumanos y pasó mucho tiempo con ellos.
Frederica creció en ese régimen de bandidos. Aunque ella no hablaba muy a menudo de esos tiempos, se alegraba de que Reshia se hubiera marchado de ese grupo de bandidos al embarazarse de Garfiel, lo cual indicaba que había sido un ambiente bastante pobre.
Luego de un infortunio tras otro, Reshia comenzó a vagar junto a su hija mientras aún estaba embarazada de Garfiel. Afortunadamente, no paso mucho tiempo hasta que Roswaal, un extraño pero agradable aristócrata, las salvara.
Roswaal le había hecho una propuesta; él los llevaría al Santuario, donde les sería otorgada seguridad y refugio. En el Santuario, Ryuzu se convirtió en su guardián.
La forma en que la vida la había tratado a ella sólo podía ser resumida como "cruel".
Sin embargo, la personalidad de su madre era desconocida para aquellos que sólo oyeran las historias. Los que realmente conocieron a su madre, nunca evaluarían su vida como desafortunada.
_Ryuzu: Ah, Reshia. Esa niña siempre era inexplicable y anormalmente optimista, y siempre miraba hacia el futuro. Pese a sufrir días dolorosos donde bien podría haber muerto, siempre diría, "Tal vez algo bonito pase mañana. Aunque hoy sea un día duro, mañana quizás sea mejor". Como una niña pequeña, siempre observaba las pequeñas cosas lindas de la vida.
_Frederica: Nuestra honorable madre... podría lucir como una tonta mujer que abandonaba las cosas muy fácilmente, y, para ser honesta, creo que nunca tomó lecciones de cómo sobrevivir mejor... pero era increíblemente amable. Ella es mi persona favorita. Con todo mi corazón, soy feliz de ser su hija.
_Roswaal: ¿Es acerca de tu madre, Reshia-san? Pu~es… a~unque no tuve muchas oportunidades de hablar cara a cara con ella, era misteriosa. ¿O tal vez sería mejor decir "increíble"? Era mucho más sensible a la felicidad que la mayoría de las personas. Era siempre alegre, i~ncluso por las cosas más insignificantes. Ella encontraba felicidad incluso en las peores situaciones. Exacto~. E~so no es algo que me desagrade.
Ryuzu, Frederica, e incluso Roswaal hablaban con cariño sobre ella.
En el Santuario, cualquiera que hubiese conocido a su madre decía lo mismo. Ella era alguien que siempre estaba relajada y feliz.
Si ese no hubiese sido el caso, ella no hubiera tomado la tonta decisión de irse del Santuario para buscar al padre de Garfiel, quien seguramente había encontrado la desgracia.
Pero poco después, ella misma sufrió otra desgracia y murió, y su felicidad se perdió.
— Garfiel nunca encontró la respuesta de dónde terminó la felicidad de ella.
_Garfiel: Si no la 'ncuentro, es mejor rendirse.
Manteniendo su puño cerrado, Garfiel se clavó las uñas en la palma de la mano.
Él debería haberse rendido. Pero nunca había entendido eso. Tomó mucho tiempo, pero finalmente logró aceptarlo.
Ese era claramente el caso, pero... ¿Por qué, ahora, ella había aparecido de nuevo?
Con su actitud descuidada y alegre de siempre.
_Garfiel: …
Para evitar que ella lo notara, él se resignó a observar sus expresiones y comportamiento.
Nada parecía extraño. El comportamiento de su madre de tratarlo como un desconocido parecía completamente natural, y cuanto más miraba Garfiel, más fascinación mostraba ella.
¿Esta era su respuesta?
Ella tenía una nueva vida. Ella vivía feliz sin conocer a Garfiel.
"No me interesa saber sobre tus asuntos", fue la respuesta de su madre a—
_Fred: Mamááá.
_Hermana: Mamá, tengo hambre.
Garfiel había estado en silencio mientras Mimi y Reala jugueteaban. El hermano y la hermana se unieron a ellos después de ir a sus habitaciones para cambiarse.
La hermana clavó una severa mirada en Garfiel, e inmediatamente después se acurrucó cerca de su madre.
_Hermana: Mamá, dile a los invitados que se vayan, y luego podemos comer.
_Reala: Hija, ¿por qué dices eso? ¿No ves que estamos muy agradecidos al señor Gorgeous y a Mimi por cuidar de Fred? Él estuvo a punto de ahogarse mientras jugaba en un bote.
_Hermana: Acerca de eso, ¿no podría ser que el señor Gorgeous fue quien lo hizo? Así podría venir a nuestra casa para aprovecharse de nuestra generosidad. Quizá quiere dinero.
_Reala: Oye, hija, eso es demasiado cruel. Pero tienes razón, debemos darle las gracias por lo que ha hecho por Fred... ¿deberíamos darle dinero?
_Hermana: ¿Mamá?
La hermana, que se dio cuenta de que sus propias palabras serían la razón de la bancarrota de su familia, cayó en pánico. Por otro lado, Reala, quien había fallado en captar la razón del berrinche de su hija, miró alrededor en confusión.
Esa graciosa interacción entre madre e hija hacía que respirar fuera más difícil que caminar descalzo sobre espinas. Tras beber su té de golpe, Garfiel dejó su taza sobre la mesa ruidosamente.
_Garfiel: Ya que mi asombroso ser no parece ser bienvenido aquí, 'ntonces nos iremos.
_Mimi: ¿Ehh? ¿Por qué~?
_Garfiel: Por ninguna mierda en particular.
Aunque Garfiel quería irse, Mimi continuaba resistiéndose. Sin embargo, como si no la hubiera oído, Garfiel la levantó. Mientras él se levantaba para irse, Reala parecía angustiada, mientras que su hija le hacía una mueca.
Y cuando Garfiel pensaba en respetar sus sentimientos—
_Fred: No te vayas, Gorgeous Tiger.
Aferrándose al dobladillo de los pantalones de Garfiel, el pequeño hermano impedía que se marchara.
Por un segundo, por razones desconocidas, Garfiel vaciló en retirar las pequeñas manos del niño. Pero—
_Hermana: Cielos, Fred, cómo eres…
—Mientras Fred abogaba para que el sospechoso criminal se quedara más tiempo, su hermana se puso las manos en la cadera con enojo. Reala aplaudió, capturando la atención de todos.
_Reala: Todo el mundo, miren, no es bueno no llevarse bien. Tú estás incitando a nuestros invitados a irse, pero Fred parece querer que se queden, así que no los fuerces a hacer nada, hija.
_Hermana: Pero, mamá...
_Reala: Pero nada. Señor Gorgeous y Mimi, quédense un rato más, ¿vale? Estaría encantada de compartir la cena con ustedes, y hoy me saldrá muy rica.
_Fred: Mamááá, todos los días dices que te saldrá rica…
_Reala: Sí, obviamente. Mamá siempre hace su mayor esfuerzo en cada plato para ustedes dos.
Reala se arremangó para mostrar su bíceps; pero, se veía tan flácido, que todos los presentes pusieron una expresión asustada; Garfiel más que nadie.
Ante las palabras de Reala, Fred puso cara de felicidad mientras que su hermana hizo una expresión de pensar qué remedio.
Todo parecía indicar que dicha cena se llevaría a cabo, pero Garfiel tenía miedo de aceptar la invitación.
Esta armoniosa atmósfera provocó un profundo dolor en el corazón de Garfiel.
Suprimiendo el dolor en su pecho, Garfiel rezó para que su voz no temblara.
_Garfiel: Lamento declinar su invitación, pero algunos de mis compañeros 'stán 'sperando por mí. 'Starán preocupados si llegamos tarde, así que deberíamos irnos pronto.
_Reala: …
Ante su respuesta, las caras de ambos hermanos se pusieron rígidas, y Reala frunció el ceño con sus ojos cerrados.
_Reala: Entiendo, no tiene sentido forzarlos a quedarse si les molesta.
_Garfiel: —hk.
Esto fue lo que más le dolió a Garfiel en todo el día.
Tanto perder contra Reinhard en aquel duelo, como el impacto inicial de ver a Reala, parecían trivialidades en comparación con cómo se sentía ahora.
Inconscientemente, Garfiel puso una mano cerca del pecho, como si necesitara confirmar si su cuerpo seguía entero. Y al ver a Garfiel así,
_Mimi: Garf, vamos.
Mimi, quien recién se había rehusado a irse, gentilmente entrelazó la mano de Garfiel con la suya para guiarlo a la salida. Viendo su preocupación, Garfiel obedeció silenciosamente.
Así que, con sus manos en el picaporte de la sala de estar, listos para irse…
_???: ¡Ya estoy en casa! Oh, ¿tenemos invitados?
Al otro lado de la puerta había un hombre bien parecido y con una magnífica barba.