La puerta de la Cámara de Comercio de Muse apenas se diferenciaba de los edificios que la rodeaban. Las calles 1ª y 2ª separaban a los residentes de Priestella de los turistas y la Cámara de Comercio estaba situada directamente entre las dos.
Esta posición tenía como propósito indicar el poder del propietario de este edificio. Era tanto el edificio más interno como el más externo, destacando su exclusividad de una manera casi exagerada.
_Liliana: Y aquí está, la tan esperada Cámara de Comercio de Muse.
Saltando con un movimiento parecido al de un baile, Liliana señaló el edificio enfrente de ella. Aunque había edificios más altos a cada lado, la Cámara de Comercio, de cuatro pisos, se veía increíblemente alta. Al ver eso, Subaru se sintió un poco arrepentido.
_Subaru: Sabía que no se vería tan bien como se veía desde la entrada de Priestella, pero aun así estoy un poco decepcionado… No robó mi corazón como lo hizo el Pabellón Fluvial del Plumaje.
_Liliana: ¿El Pabellón Fluvial del Plumaje? ¿Ese edificio tan raro en el distrito uno? Si usas eso como referencia, incluso Kiritaka-san parecería pobre. Pero bueno, dejando eso de lado…
Liliana movía su cuerpo hacia arriba y hacia abajo con movimientos exagerados mientras extendía las palmas de sus manos.
_Liliana: Bueeeno, ya que he cumplido nuestro trato, ¿podrías devolverme mi preciado laúd-lira? Si no lo tengo de vuelta para el día de mañana, no estoy segura de cómo sobreviviré.
_Subaru: Ah, cierto, cierto. Aquí tienes.
Subaru ya se había cansado de cantar y tocar ese instrumento en forma de rascador de espalda a mitad del trayecto.
Liliana lo cogió con prisa, hiperventilando como si estuviera en pánico, revisó si tenía rayones y luego comenzó a restregar su rostro contra él y a besarlo.
_Liliana: Ahhhh, qué bien es tenerte de vuelta. ¡Prometo que no te dejaré de nuevo!
_Subaru: Es impresionante lo mucho que tu actitud me molesta. Creo que es la actitud que más me ha fastidiado desde Petelgeuse.
_Liliana: Jooo, no sé quién es, pero suena parecido a mí. ¡Cuéntame sobre él! Si algún día llegara a conocer a ese tal Petelgeuse, ¡puedo asegurar que no nos llevaríamos mal! _Subaru: Era un arzobispo del Culto de la Bruja.
_Liliana: ¡Y ahí va de nuevo! ¡Deja de ser tan bromista! ¡Ese debería ser tu nuevo nombre!
Liliana le contestó a Subaru con una sobrerreacción, pero ladeó la cabeza ante su fría respuesta y, poco a poco, empezó a mostrar una expresión seria.
_Liliana: Espera, ¿hablabas en serio?
_Subaru: Exacto. Probablemente no tengas más oportunidades de compararte con alguien que ya está muerto, así que aprovecha.
_Liliana: Esperaesperaesperaespera, ¡espera un momento!
Ante las palabras de Subaru, Liliana objetó con una energía impresionante. Su reacción sorprendió a Subaru, quien se preguntaba si estaba molesta por ser comparada con un Arzobispo del Pecado. Lo que ella dijo después lo sorprendió aún más.
_Liliana: Lo que acabas de decir, ¿por qué suena como si hubieras conocido a un Arzobispo del Pecado?
_Subaru: …¿y si así fuera?
No sabía a lo que se refería, pero parecía algo importante. No había anticipado tal reacción después de decirle la identidad de Petelgeuse como un arzobispo. Pero, era probable que ella se hubiera encontrado a la plaga conocida como Culto de la Bruja, puesto que aparecían por todas partes.
Al ponerse nervioso, Subaru alertó a Beatrice con la mirada, la cual prestó mucha atención a la situación, lista para actuar si llegara a ser necesario. Fue una reacción tardía, y podría significar el fin para ambos.
Se sentía un ambiente pesado en el aire. Con dos personas preparadas, observando cada uno de los movimientos para preparase ante una batalla inminente. Liliana habló. Y dijo,
_Liliana: ¿No serás acaso… el Lolimancer, Natsuki Subaru-sama?
_Subaru: Ugh.
_Beatrice: Ugh, supongo.
Bajo la brillante mirada de Liliana, Subaru y Beatrice respondieron al unísono.
El título oficial de Subaru era el de Caballero de Emilia, bueno, ese era el título por el cual era reconocido. La gente solía llamarlo el Caballero de la Bruja, uno de los muchos enigmáticos nombres con los que estaba relacionado.
—El caballero de la semielfa es una persona misteriosa que siempre lleva a una niña con él.
_Liliana: ¡Fuiste una pieza clave en la caza de una de las tres grandes mabestias, La Ballena Blanca, codo a codo con la duquesa Crusch Karsten, con el Demonio de la Espada, Wilhelm Van Astrea, refiriéndose a ti como su benefactor! ¡Y luego, con la ayuda de la famosa empresaria Anastasia y la duquesa Crusch, venciste al Arzobispo de la Pereza! ¡Y hay rumores sin confirmar de que también eres el héroe que venció al Gran conejo, que plagó el mundo durante 400 años!
_Subaru: ¡Cómo pica pica pica pica pica!
_Liliana: ¡Qué reputación!
Liliana, con ambas manos levantadas, tenía la expresión de una chica que había hecho realidad sus sueños mientras contaba los méritos de Subaru.
Algunos eran precisos, y otros un tanto exagerados, pero Subaru no logró encontrar un error grave en lo que ella dijo.
Aun así, sus palabras lo avergonzaron tanto que le produjo picor por todo el cuerpo, mientras que Beatrice puso cara de insatisfacción, pero feliz.
_Liliana: Y el que lleva a una niña cuya habilidad con la magia es legendaria, ¡eres Subaru-sama, ¿verdad?!
_Beatrice: Jeje. Vaya vaya, te has dado cuenta de la verdad, de hecho. Sí, el partner de Betty, Subaru, superará incluso a las más notables figuras de la historia y se convertirá en la estrella más brillante conocida por la humanidad, supongo. ¡Respétalo más, de hecho!
_Subaru: ¡O-oye!
Beatrice, con la frente en alto, y Liliana, reverenciándole. Estas dos causaban más dolores de cabeza que cualquier rebelde, y parece que el espectáculo que estaban haciendo en la Cámara de Comercio había captado la atención de quienes trabajaban ahí; pero, al ver que Liliana se estaba arrodillando, regresaron a sus puestos de trabajo.
_Subaru: ¿Siempre eres tan exagerada? ¡Todo el mundo tiene una expresión como diciendo «ah, pero si sólo es Liliana, como siempre» en sus rostros!
_Liliana: Ah, por favor. Se me acelera demasiado el corazón. Wawawawawa, una leyenda ante mí, qué ilusión ver a una leyenda con mis propios ojos. Ujiji.
El malestar previo de Subaru casi había desaparecido, pero Liliana se ponía cada vez más loca, incluso babeando de la emoción.
_Liliana: Bueno, ¡¿podría ser que—que la persona con la que te vas a encontrar en la Cámara de Comercio sea quien yo estoy pensando?
_Subaru: …¿Quién?
_Liliana: Es sólo que con el laúd-lira he compuesto un montón de canciones basadas en la famosa Emilia-tan. Sé que es una persona real, ¡pero es que en mi mente no puedo dejar de verla como un personaje ficticio! Si es quien yo creo que es, ¡entonces es Emilia-tan! Ujiojio, ¡qué bien!
Ignorando a Subaru completamente, Liliana corrió hacia la Cámara de Comercio. Habiéndose quedado quieto y aturdido por un instante, el estupefacto Subaru sólo pudo perseguirla dentro del edificio.
_Beatrice: ¡Subaru! Esa chica, ¡Incluso dejó tirado su instrumento, de hecho!
_Subaru: ¡¿De verdad ella debería tratar así el instrumento con el que se gana la vida?!
Agarrando en el aire el laúd-lira que le lanzó Beatrice, Subaru corrió hacia el interior de la Cámara de Comercio. Al ver al personal de la recepción sorprendidos mientras miraban fijamente el piso de arriba, Subaru dedujo que Liliana había subido corriendo las escaleras.
_Recepcionista: Y-y usted es...?
_Subaru: Venimos con Emilia-sama, debería estar con Kiritaka-san justo en este momento. Deberían haber avisado que llegaríamos tarde, ¿verdad?
_Recepcionista: Sí, ellos se encuentran arriba… pero, Liliana-sama…
_Subaru: Conozco el camino, ¿puedo subir?
Viendo el tenso gesto de asentimiento de la joven recepcionista, Subaru se apresuró tras Liliana. No había una razón para estar tan intranquilo, pero la idea de Liliana y Emilia conociéndose lo ponía nervioso. O, quizás, habría sido más adecuado decir que su encuentro podría generar una atmósfera problemática.
Lo más aterrador era que la extraña personalidad de Liliana chocaría con la de Emilia, y que la experiencia y habilidad de Emilia en interacciones sociales era muy insuficiente. Incluso podría aprender algo de Subaru.
_Subaru: Liliana estaba actuando de una manera extraña. Al final, resultará ser tan rara como parecía.
_Beatrice: No quiero ni pensar en lo que pasaría si no la detenemos, de hecho.
Escuchando las palabras de Beatrice, Subaru se dio prisa para llegar al tercer piso. Aunque no la alcanzó, logró ver la parte trasera de sus ropas. Ahora sólo le quedaba llegar a la meta. ¡Era el momento de demostrar sus habilidades de parkour!
_Subaru: ¡Vamos!
Corriendo por las escaleras, Subaru comenzó a saltar escalones, usando su mano para hacer una rotación horizontal muy elegante, acercándose a Liliana poco a poco, antes de alcanzarla en una habitación frente a las escaleras.
_Subaru: Liliana, ¡ESPERA!
_Liliana: ¡¿Waah?!
Liliana, quien seguía babeando, gritó de sorpresa mientras Subaru se echaba hacia atrás, con fatiga.
_Liliana: Oh, me alcanzaste, pero no me rendiré tan fácilmente. ¡No señor!
_Subaru: Si quieres conocer a Emilia cueste lo que cueste, puedo pedirte una cita en privado, pero ahora mismo ella está en una reunión muy importante.
_Liliana: Ah… bueno. Supongo que me dejé llevar un poco demasiado.
El tono serio de Subaru pareció calmarla un poco. Liliana relajó sus hombros y Subaru sacudió la cabeza mientras le daba su instrumento.
_Liliana: Ah, gracias.
_Subaru: El instrumento con el que te ganas la vida es increíblemente importante. No lo dejes tirado por ahí. No habría sido raro que alguien cogiera el instrumento de la importante diva y lo hubiera vendido.
_Liliana: No te preocupes, Kiritaka-san me lo dio. A él le gusta hacer un montón de compras.
_Subaru: ¡Tu patrocinador es extraño!
Hablándole a Subaru con una sonrisa amarga, Liliana sostenía su preciado instrumento cerca de su pecho. Su expresión era de sinceridad e incredulidad por haber sido capaz de abandonar el instrumento tan fácilmente. Puesto que ella lo había tirado por su ambición, Subaru no sabía si creer en esa sonrisa.
_Liliana: Bueno, estoy de acuerdo en dejar mi encuentro con Emilia para más tarde… pero primero, ¿puedo discutir algo con Subaru-sama?
_Subaru: ¡Deja de llamarme de esa manera tan incómoda! ¿Y de qué quieres hablar?
_Liliana: ¡No sabría por dónde empezar! Quisiera saber qué tan exactas son las historias. Para no sólo oírlas, sino también cantar sobre ellas. Puedo escribir tantas canciones usándolas como inspiración, ¡quizás incluso una heroica canción que sea cantada de generación en generación! ¡El sólo pensarlo hace que me emocione!
Con un puño en alto, los ojos de Liliana brillaban con energía.
Mientras esta confusa escena ocurría, Beatrice finalmente logró alcanzarlos a la vez que caía de cara cerca de Liliana y Subaru.
_Beatrice: Ah, tú, chica extraña. No estés tan cerca de Subaru, de hecho. Quítate de ahí, supongo.
_Liliana: No te preocupes, no es para tanto. De hecho, también tengo unas cuantas preguntas para la niña que sigue al Lolimancer.
_Beatrice: ¡Betty no es una niña, supongo! ¡Es una mujer en toda regla, de hecho!
_Subaru: ¡Ustedes dos son tan groseras, siempre discutiendo así! ¡Shhh! Emilia-tan está en medio de una negociación allí dentro…
Por un lado, Beatrice, quien estaba de muy mal humor y, por el otro, Liliana, quien no se daba cuenta de que era la causa. Subaru estaba en medio de esa disputa y, frustrado, sin querer levantó su voz; y justo entonces…
_Emilia: ¿—Subaru?
La puerta se abrió inesperadamente y el nombre de Subaru fue pronunciado desde el interior.
Mirando a través de la puerta, Subaru vio lo que parecía una recepción, donde todo el mundo estaba sentado en una silla alta, viéndolo con expresiones de sorpresa.
Emilia, Otto y Garfiel. Sentado frente a ellos había un joven esbelto que llevaba ropa muy bonita. Quien había abierto la puerta era un hombre de mediana edad que probablemente era quien acompañaba al joven.
_Subaru: A-ah... Emilia-tan. Qué coincidencia.
_Emilia: ¿Coincidencia? ¿Por qué estabas siendo tan ruidoso… ¿eh? ¿Kiritaka-san?
Viendo a Subaru hacer un gesto de vergüenza, Emilia puso una mirada de confusión mientras se giraba hacia el joven frente a ella, quien se levantó y agarró algo de la mesa. Entonces él miró en la dirección de Subaru.
_Kiritaka: No, noNOnoNO, ¡¡NO TOQUES A MI LILIANA!!
Alzando su voz repentinamente, el joven lanzó una pieza azul brillante de mineral mágico.
Energía pura concentrada explotó frente a Subaru, cuya visión fue momentáneamente cubierta de azul. Al presenciar dicho brillo, apenas logró pensar en algo como «caramba, qué bonito» antes de que el impacto lo devorara.
—Y así fue como terminó el primer día de negociaciones.
Las negociaciones entre Emilia y Kiritaka Muse se habían desarrollado inesperadamente sin problemas.
Kiritaka, como hombre de negocios, probablemente había estado tratando de no mostrarse a favor de un solo candidato para la Selección Real. Sin embargo, Emilia se había acercado a él directamente, lo que significaba que esta reunión era un evento bastante importante para él.
Obviamente, Emilia no consideraba sus propias acciones de esa manera y estaba tomando pequeños sorbos del té de cortesía. Garfiel, que era cada vez más adicto a los postres de acompañamiento, tampoco había estado considerando las consecuencias políticas de sus acciones.
Se podría decir que, en la sala de recepción de la Compañía Muse, el único que podía leer a Kiritaka era Otto.
_Kiritaka: Entiendo que han recorrido un largo camino. Por favor discúlpenme por no haber sido capaz de reunirme con ustedes lo antes posible. Aunque entiendo que es una falta de respeto, debido a mi posición no es prudente viajar libremente... además, me he apegado bastante a este lugar.
_Otto: No, en absoluto. Esa es una manera muy razonable de pensar. Nosotros somos los que deberíamos disculparnos por importunarlo en su apretada agenda.
_Kiritaka: Trataré todo lo que necesiten de mí con la máxima prioridad y cuidado.
Mientras intercambiaba saludos corteses, Otto examinó al hombre que estaba frente a él. El famoso Kiritaka Muse era conocido incluso más allá de Priestella. Su comportamiento mostraba una imagen majestuosa y con estilo.
Todavía era bastante joven, probablemente entre los veinticinco y los treinta. Su alto y delgado cuerpo estaba vestido con ropas finamente hechas, y su pelo dorado pálido estaba meticulosamente peinado en la parte posterior de su cabeza. Sus adornos de aspecto ostentoso mostraban buen gusto, y su concisa e introvertida naturaleza revelaba que probablemente era muy educado.
Otto, como el Ministro de Asuntos Internos de la Facción de Emilia —junto con Roswaal— sin saberlo había acumulado una cantidad impresionante de experiencia en negociaciones. Así que juzgó inmediatamente la actitud de Kiritaka como casi impecable.
Emilia era increíblemente afortunada de tener a Otto con ella.
Si Otto hubiera dejado que Emilia se encontrara con Kiritaka sola, seguramente se hubiera dejado influir por su habilidosa retórica y habría terminado gastando demasiado en cosas realmente inútiles.
Desde el año pasado, esa era la impresión que Otto tenía de Emilia.
_Kiritaka: ¿Puedo preguntar qué necesitan de mí? Según dijo el mensajero de Anastasia-san, lo que quieren es abastecido por nuestra empresa.
_Otto: Quizás sea demasiado pronto para decirlo. En realidad...
Interrumpiendo a Kiritaka, que había comenzado a abordar el tema principal, Otto miró a Emilia.
Emilia estaba satisfecha con dejar las negociaciones a Otto. Garfiel, de manera similar, mantuvo su habitual actitud, comiendo postres mientras fijaba su aguda mirada en un rincón de la habitación, observando a una sosegada figura que vestía de blanco de pies a cabeza.
En palabras de Kiritaka, el hombre de blanco estaba presente para proteger al personal de los visitantes excesivamente asertivos. «Recientemente, el mundo no ha estado en un estado de paz, por lo que me gustaría que pudiera unirse a nosotros».
Otto conocía al hombre de blanco.
Se decía que la Compañía Muse de Priestella poseía una fuerza de mercenarios conocida como Las Escamas del Dragón Blanco, un grupo que era conocido incluso en Lugnica. Este hombre probablemente era uno de sus miembros.
Los rumores afirmaban que su grupo operaba a nivel local; pero, hace unos años, formaron estrechos vínculos con la Compañía Muse. Si esos rumores eran ciertos, entonces Kiritaka era quien había formado una alianza con ellos.
_Otto: Tenemos una petición especial. Es decir, estamos buscando un tipo de piedra poco común, incluso para los estándares de la Compañía Muse. Estamos buscando un mineral mágico incoloro con una pureza excepcional. Espero que eso sea algo que podamos comprarle.
Teniendo en cuenta su evaluación de que Kiritaka no era alguien con quien pudiera darse el lujo de descuidarse, Otto declaró su petición. Jugar con términos vagos no tendría sentido. Después de todo, Kiritaka probablemente había descubierto la verdadera razón de su visita tan pronto como había sido preparada.
Y Kiritaka también entendió que no podía rechazar una solicitud directa de Emilia.
_Kiritaka: Ya veo. Efectivamente, almacenamos mineral mágico... y de hecho tenemos uno con un grado de calidad más alto que el de los comerciantes regulares. Emilia-sama, no importa cuánto mineral incoloro quiera, también estamos dispuestos a preparar...
_Otto: Kiritaka-san. Por favor sea directo con nosotros. Hemos hecho nuestra petición; mineral mágico incoloro de la más alta pureza. Eso es lo único que necesitamos.
_Kiritaka: ...Eso es bastante descortés.
Kiritaka no estaba falto de franqueza. Simplemente estaba usando una técnica de negociación. A pesar de comprender perfectamente las intenciones de Otto, Kiritaka tranquilamente mencionó los nombres de otros bienes que creía que le gustarían a Emilia. Para él, los bienes habían sido marcados como vendidos mucho antes de que la negociación hubiera comenzado. La única cuestión que quedaba era el precio.
_Otto: Estamos solicitando algo que, en efecto, puede ser un problema para usted, por lo que, para cumplir con el precio, hemos preparado algo que encontrará beneficioso: derechos mineros de mineral mágico en el Bosque de Elior, parte del territorio Mathers que apoya a Emilia-sama.
_Kiritaka: Por favor, no convierta esto en el tipo de fraude que confunde los precios. Somos la única empresa formal que comercializa mineral mágico sin procesar, por lo que no podemos considerar esa propuesta. En nuestra área de trabajo, el crédito lo es todo para nosotros. Estoy seguro que usted lo entiende, ¿verdad, Otto-sama?
Otto suspiró silenciosamente. Parecía que Kiritaka conocía sus orígenes.
El negocio de la familia Suwen no estaba ni cerca de ser tan famoso como el de la familia Muse, pero era difícilmente desconocido. Los principales actores que apoyan a cada uno de los candidatos seguramente fueron investigados junto con los propios candidatos.
Aun así, muchas preguntas quedaron sin respuesta de esas investigaciones, como el propio origen de Emilia. Su misterioso trasfondo no le ganó demasiados favores.
Garfiel había vivido en el Santuario toda su vida, y Emilia había pasado un siglo congelada en el Bosque de Elior. Tanto el Lolimancer como su espíritu de contrato eran de origen desconocido.
Por lo tanto, la identidad de Otto, que indudablemente había sido fácilmente descubierta, seguramente sería usada contra él frecuentemente.
_Kiritaka: ¿Otto-sama? Su aspecto parece haber cambiado. ¿Está bien?
_Otto: Por supuesto, por favor, no se preocupe por mí. Solo pensé en algo desconcertante y me hizo sentir un poco incómodo, eso es todo.
Sacudiendo la cabeza ante las palabras de Kiritaka, Otto decidió reservar esa retahíla de pensamientos improductiva para más tarde y, una vez más, instó a Kiritaka a dar una respuesta directa a su pregunta. Kiritaka tomó una actitud meditativa.
_Kiritaka: Evidentemente no nos rehusaremos a abandonar nuestros productos, no importa cuánto argumente y, por supuesto, vamos a seguir la solicitud de Emilia-sama.
_Otto: Entonces...
_Kiritaka: Sin embargo, el mineral mágico que están solicitando es especial. A decir verdad, cuando me enviaron por primera vez a la Compañía Muse en Priestella, el presidente —es decir, mi padre— me lo dio como regalo. Más que tratarlo como una mercancía, prefiero pensar en su valor sentimental.
_Otto: …
Independientemente de si la historia era verdadera o falsa, Kiritaka había hecho un movimiento astuto. Mientras escuchaba las palabras de Kiritaka, Otto se mordió el labio.
Como Kiritaka había dicho, el mineral mágico extremadamente raro que estaban solicitando era más que un mero producto comercial. Teniendo en cuenta la magnitud de las transacciones de la Compañía Muse, esta era una oportunidad demasiado buena para no buscar un beneficio adicional.
Entonces, ¿cómo podría compensarse el valor adicional? No con productos, sino con sentimiento. Dado que el mineral era importante, eso significaba que era necesario cambiarlo por algo importante.
_Emilia: Ya veo... No me di cuenta que era algo tan importante para usted.
La expresión de Emilia reflejaba que la historia de Kiritaka parecía haberla conmovido profundamente. Otto sólo podía concluir que Kiritaka no tenía madera de actor, teniendo en cuenta lo culpable que se veía.
Se necesitaba tanto acción como esfuerzo para obtener el resultado deseado. Otto pensó esto para sí mismo mientras se aclaraba la garganta.
_Otto: Aprecio su amabilidad. Aun así, todavía esperamos encontrar lo que vinimos a buscar aquí.
_Kiritaka: Entiendo. Soy un comerciante que vende mineral mágico, y sé que es mejor que brille en las manos de alguien que lo necesite en vez de tenerlo como decoración en mi hogar. Estoy dispuesto a dárselo. Sólo hay algunas condiciones.
_Otto: …Condiciones. Déjeme escucharlas.
Habiendo establecido que habría un precio adicional, Kiritaka comenzó la verdadera negociación. Después de que Otto aceptó escucharlas, Kiritaka levantó tres dedos.
¿Qué condiciones irrazonables serían? Incluso pensar en ello le dio a Otto un ligero dolor de estómago.
_Kiritaka: En primer lugar. La Compañía Muse sabía que Emilia-sama estaba buscando esta piedra mágica en particular. Sin embargo, para mantenerla fuera del alcance de personas malvadas, hemos ocultado que la tenemos. Espero que entienda eso.
_Otto: ...Eso es natural. Que nos diga esto sin intentar ocultar nada elimina toda sospecha.
Al principio, Kiritaka había negado cualquier conocimiento pasado de los asuntos de la facción de Emilia. Pero, con el fin de llevar este acuerdo a una conclusión exitosa, renunció a seguir ocultando ese conocimiento.
_Kiritaka: En segundo lugar. Después de firmar el acuerdo, quiero informar a la Compañía Hoshin de nuestra transacción y confirmar su legitimidad.
_Otto: Entiendo... eso no es problema.
Parecía que también había un acuerdo entre la Compañía Muse y la Compañía Hoshin. Parecía tener la intención de revelar semi-públicamente que Emilia tenía una deuda con Anastasia.
Aunque era un poco incómodo, era una petición legítima, por lo que Otto no podía negarse.
Hasta ahora, ninguna de las solicitudes se consideraría un factor decisivo. Entonces, tan pronto como dijera la tercera condición, aclararía las verdaderas intenciones de Kiritaka.
Otto contuvo un suspiro cuando Kiritaka agitó el tercer dedo delante de él.
_Kiritaka: Tercera. …Eviten todo contacto con la diva llamada Liliana, que actualmente está viviendo en esta ciudad.
_Otto: …¿Eh?
Al oír un nombre aparecer repentinamente de la nada, Otto se quedó inmóvil.
Obviamente, Emilia y Garfiel, que lo acompañaban, tuvieron la misma reacción— no, esos dos habían permanecido sin cambios desde que comenzaron las negociaciones. Emilia tomó un sorbo de té y Garfiel se quedó observando a la figura de blanco. A pesar de que le habían dejado todas las negociaciones a Otto, ver su flagrante falta de participación lo irritó.
_Otto: Lo siento, pero creo que pude haberle oído mal. ¿Acaba de decir que evitemos cualquier contacto con la diva...?
_Kiritaka: No, no hubo malentendidos. Estas condiciones son todo lo que pedimos. Si tienen alguna duda, por favor háganmela saber, y por favor consideren el acuerdo con cuidado...
_Otto: Si no le importa, ¿puedo preguntar la razón? En este momento, no puedo recordar que nuestro trato tuviera algo que ver con la diva.
_Kiritaka: ...No es algo que necesariamente tenga que ser dicho. ¿Puede aceptar esa promesa?
Su tono decayó, exponiendo por primera vez el lado emocional de Kiritaka. Otto, quien no podía entender la condición, estaba perdido sobre qué hacer.
En pocas palabras, la tercera petición sobrepasó los horizontes de su imaginación. Aceptar eso no planteaba obstáculos futuros para Emilia, y aunque ella podría arrepentirse por no haber sido capaz de conocer a la diva que había comentado Anastasia, no era lo suficientemente importante como para renunciar a este trato por eso.
El hecho de que hubieran llegado tan fácilmente a un acuerdo fue sorprendente.
Otto no se hubiera atrevido a imaginar que las negociaciones pudieran haber sido tan fáciles; aunque Kiritaka todavía podría cambiar de opinión en este momento. Subaru, quien se había perdido a mitad del camino, no tardaría en llegar, y sin duda alguna convertiría este asunto en algo problemático. Otto quería cerrar el trato antes de que él llegara.
_Otto: Emilia-sama, ¿está de acuerdo con esto?
_Emilia: Sí. Estoy un poco decepcionada, pero supongo que es inevitable.
Después de conseguir la confirmación de Emilia, Otto aceptó el trato. Kiritaka se conformó con aceptar ese compromiso, y la parte más estresante de la negociación llegó a su fin. Ahora, podrían discutir el precio monetario real y quizás llevarse algunos artículos pequeños.
_Kiritaka: Hay algunos productos de calidad que quizás les interese... ¿les gustaría verlos?
Kiritaka se levantó para tomar un cofre de madera de un estante. El cofre, habiendo sido colocado en la mesa, emitió un brillo al abrirse, deslumbrando a Otto y a Emilia.
En su interior había todo tipo de piedras mágicas, cuidadosamente dispuestas sobre cojines, de las cuales la más radiante era la transparente e incolora.
Esta era la piedra incolora que Emilia había estado buscando.
_Kiritaka: ¿Le gustaría inspeccionarla?
Ante las palabras de Kiritaka, Emilia levantó la cabeza.
Ella asintió, luego estiró sus nerviosos dedos hacia la piedra.
Pero, en ese momento,
_Garfiel: Emilia-sama.
_Hombre de Blanco: Joven Amo.
Simultáneamente, los dos guardias llamaron a sus respectivos amos. Ellos se giraron para mirarse y luego encararon a sus sorprendidos amos.
_Garfiel: Se 'stán acercando dos cosas ruidosas.
_Hombre de Blanco: Parece ser el sonido de pasos que vienen desde la planta baja. Déjeme ir a investigar.
Él caminó silenciosamente hacia la puerta y Garfiel tensó su cuerpo. El sonido de los disturbios se acercaba, hasta que parecieron estar justo en frente de la puerta—
_???: ¡Ustedes dos son tan groseras, siempre discutiendo así! ¡Shhh! Emilia-tan está en medio de una negociación allí dentro...
La voz era increíblemente familiar. Mientras ese pensamiento era compartido por tres personas en la habitación, el hombre de blanco abrió la puerta de la sala de recepción, revelando una cara familiar. Con una niña pequeña a cada lado de él, este hombre, Subaru, era verdaderamente digno del título de Lolimancer.
_Emilia: ¿—Subaru?
Al escuchar el llamado de Emilia, un pálido Subaru finalmente se dio cuenta de la presencia de todos los demás. En ese momento, Otto quería quejarse, pero decidió contenerse y observar las reacciones de los demás primero.
Y así, Subaru levantó sus manos y sonrió débilmente.
_Subaru: A-ah... Emilia-tan. Qué coincidencia.
_Emilia: ¿Coincidencia? ¿Por qué estabas siendo tan ruidoso... ¿eh? ¿Kiritaka-san?
Al oír la sorpresa de Emilia, la propia reacción de Otto también se atrasó.
Kiritaka metió una mano en el cofre de madera con piedras mágicas y miró a Subaru con una mirada casi frenética. Agarró una piedra mágica pura azul, y,
_Kiritaka: No, noNOnoNO, ¡¡NO TOQUES A MI LILIANA!!
Acompañando a su frenético grito, volaba una piedra mágica que había sido arrojada. Sin nadie que la detuviera, la trayectoria parabólica de la piedra se dirigió hacia Subaru, derribando su cuerpo en una explosión azul.