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79.12% Re: zero arco 3, 4, 5. / Chapter 398: El Peso del Amor. Parte3

章節 398: El Peso del Amor. Parte3

Realmente parecía como si él simplemente estuviera planeando dejarlos ir. No habría ningún problema si Regulus se iba por sí solo, pero—

_Subaru: ¡Detente, bastardo! ¡No huyas así sin más! ¡Suelta a Emilia! O si no…

_Regulus: Lo consideré, pero—

_Subaru: ¡¿—?!

Regulus se detuvo y sólo giró su cabeza para sonreír.

Bajo esa sonrisa, Subaru sintió como si una espada rozase su espina dorsal, poniendo rígido todo su cuerpo, y tragó saliva.

Era imposible prever el siguiente movimiento de Regulus.

_Regulus: —creo que, si mi futura esposa despierta y descubre que ha perdido a uno de sus ayudantes, se sentirá sola, y si no invito gente constantemente, se pondrá caprichosa. —Así que no te mataré.

Regulus tocó gentilmente el suelo con la punta de su zapato.

Aunque era un gesto similar a ajustarse el zapato para estar más cómodo, su pie claramente se clavó en la losa de piedra como si fuera una pala que se adentraba en un terreno blando.

Siguiendo la dirección hacia donde miraba la punta de su zapato, los restos del pavimento volaron hacia Subaru.

Sin puntería, sólo algunas balas de tierra rozaron el exterior del pie derecho de Subaru— y, en el siguiente instante, el pie de Subaru desapareció.

_Subaru: ¿—Eh?

La garra de una bestia le había desgarrado el pie. En su pie derecho, el blanco de los huesos, el rosa de la carne y el amarillo de la médula ósea fueron limpiamente expuestos en una sección transversal retorcida. Sus venas habían sido cortadas, y la sangre brotaba rápidamente.

Antes de que pudiera comprender qué acababa de suceder, el dolor lo atacó.

_Subaru: ¡¿—hk?! ¡Gah, ahk! ¡¿AAaahh?!

El mundo se volvió blanco puro, como si su cabeza estuviera siendo pinchada por incontables agujas filosas.

Con un grito atorado en su garganta, Subaru fue incapaz de soportar su propio peso a la vez que caía hacia el suelo. Sus estirados dedos desesperadamente sostuvieron su pierna derecha. La herida era tan grande que la palma de su mano derecha no podía cubrirla.

_Beatrice: ¡¿Subaru?! ¡Subaru! ¡Subaru, espera, supongo! ¡Ahora mismo!

Cayendo al suelo junto a Subaru, Beatrice se dio cuenta de la gravedad de la herida de Subaru y entró en pánico a la vez que conjuraba un hechizo curativo. Regulus asintió satisfecho ante la escena.

_Regulus: Esta es la represalia adecuada por tu comportamiento imprudente hasta ahora, así que lo dejaré pasar. Aunque consideré la posibilidad de que lo vuelvas a hacer de nuevo, creo que aun así quiero ver qué harás en el futuro. Este dolor te detendrá si piensas en dañar a otras personas de nuevo. No me lo agradezcas. En lugar de eso, ayuda a alguien más la próxima vez.

_Subaru: ¡Aaa—hk! Kah, guh, ¡¡ugoaAah!!

¡Dolordolordolordolordolordolordolordolordolor—!

Una neblina de agonía. Molares a punto de romperse por apretar los dientes. Un mundo brillante. La ausencia del arriba y del abajo. ¿Estaba durmiendo? ¿O estaba vivo? ¿O tal vez estaba muerto?

Ni idea. Ni idea ni idea. Ni idea, pero sí se algo.

_Subaru: ¡E-milia…hk! Wa, guh—hk, t—hk.

_Beatrice: ¡Subaru, no te muevas tanto! Si tienes que vomitar, voltéate a un lado. Si no lo haces, tu garganta...

Soportando dolor y locura, Subaru movió su cabeza. Su corazón latía como una campana de alarma, y empezó a atragantarse con algo que parecía ser sus propios órganos.

Mientras soportaba desesperadamente el cuerpo de Subaru, la pequeña Beatrice hizo todo lo que pudo para conjurar magia curativa. Sin embargo, alguien se burlaba de ella.

_Beatrice: …Esto es serio, supongo.

_Sirius: Lo siento. Pero, esto obviamente no es una broma. ¿No es obvio?

Detrás de Beatrice, con despreciables susurros, Sirius respondió en un tono oscuro.

Alrededor de ella, una multitud de personas rodaban a la vez que gritaban de dolor.

Todos ellos, con sus manos en la herida de sus piernas derechas, buscaban desesperadamente salvación. Al igual que Subaru, sus pies derechos habían sido desgarrados por una bestia.

_Sirius: Mi amado Petelgeuse diría que ese dolor es vivir, y que esos sentimientos permitirían que el Amor fuera expresado. Lo sé mejor que nadie. Pero creo que hay una mejor manera de representar esa forma de Amor. Gracias. Esa representación se estaría convirtiendo en uno. Después de todo, ¡el Amor es una plegaria para convertirse en uno! Ver los mismos paisajes, sentir las mismas emociones, vivir la misma vida, terminar con la misma muerte, ¡eso es Amor!

Tras abrir sus manos, éstas se chocaron una contra la otra en una ronda de aplausos atronadores.

La respiración de Sirius estaba muy agitada mientras fijaba su intensa y celosa mirada sobre Beatrice.

_Sirius: Independiente de quién se trate, todos deberían experimentar la misma sensación que él. Sin embargo, sólo a ti y a esa sucia semibruja les será denegada esa experiencia. ¿Quién les concedería semejante honor?

_Beatrice: …No hay nada más feo que una mujer celosa, de hecho. Hagas lo que hagas, hace mucho tiempo que Betty y Subaru están unidos, supongo. Betty es de Subaru, de hecho.

_Sirius: ¡—!

Beatrice se negaba a encogerse bajo las crueles palabras de Sirius.

La psicópata y la espíritu se miraron la una a la otra, hasta que Sirius se dio vuelta, rompiendo la interacción.

_Sirius: Ahora, sólo puedo dejarlo a tu cuidado. Después de todo, debo priorizar las instrucciones del Evangelio. Sí, a regañadientes. Lo siento. Lo siento. Tú sabes que no busco nada más que retornar a ti lo más pronto posible.

Hasta ahora, Sirius seguía actuando como una loca de amor por Subaru, cuyos ojos seguían expresando el intenso dolor que estaba sintiendo. Y entonces, la psicópata salió de la ensangrentada plaza.

Increíblemente, Beatrice no le dio caza. Ella entendía que negarse a permitirle escapar causaría más sacrificios.

_Beatrice: …Subaru.

Con agitados ojos, burbujas amarillas estallaban de la boca de Subaru.

Beatrice presionó su palma contra la herida, tratando de detener el flujo de sangre. La herida era tan mortífera, que cualquier flaqueo en su concentración resultaría en la muerte de Subaru.

Para Beatrice, salvar a Subaru era, naturalmente, su mayor prioridad. Aunque, había otra prioridad que Beatrice debía afrontar.

_Subaru: Si no tratas a las demás personas heridas…

Sin embargo, el número de personas rodando y gimiendo de dolor en la plaza era mayor a treinta.

Todos ellos habían sufrido la misma herida que Subaru; pero, cruelmente, la curación efectuada sobre Subaru no les afectaba. Ella debería curar cada herida individualmente.

Beatrice tenía que soportar la carga de pensar que, aunque agotase toda su reserva de maná, aun así, ella seguramente no tendría suficiente para todos.

_Beatrice: …Subaru, lo siento, de hecho.

Tratando de curar la herida de Subaru desesperadamente, decidida a mantener una fachada fuerte, Beatrice habló con una voz ronca.

Un torrente de lágrimas fluía por sus blancas mejillas.

_Beatrice: Lo siento. Lo siento...

Beatrice dio voz a una serie de disculpas.

Aunque ella era consciente de que su voz no podría alcanzar a Subaru, ya que él yacía inconsciente por el dolor.

Aunque ella sabía que ella no podría resolver nada.

_Beatrice: Lo siento, de hecho, Emilia.

Sirius había creado muchas víctimas y se fue de la plaza.

Y Regulus se llevó a Emilia con su abrumador poder.

— Los dos Arzobispos del Pecado andaban sueltos por Priestella, la ciudad de las compuertas.


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章節 399: Una Voz Estridente. Parte1

Un sonido penetrante.

Abrupto, vibrante, pesado, vacío, distante, cercano.

La vibración provenía de algún lugar cercano, el sonido sacudía la membrana de su cráneo, viajando a través de sus huesos hacia sus manos y pies.

El flujo de su sangre se ralentizó, como si se hubiera introducido algo tan espeso como el lodo en sus venas; sus órganos se sentían flácidos, como si se hubieran llenado de arcilla; y el oxígeno no llegaba a su cerebro, provocando que sus pensamientos fueran nebulosos y poco confiables.

El fuerte sonido cesó y, mientras sus ojos se movían bajo sus párpados, su cuerpo se sentía completamente exhausto. Acompañado por náuseas y fatiga, Subaru lentamente abrió sus ojos.

_Subaru: …

La oscuridad a la que él ya se había acostumbrado desapareció por una súbita luz blanca, la cual sus ojos eran incapaces de aceptar. En esa luz blanca, formas indistintas se movían, como si niños hubieran arrojado pintura negra por todas partes en una habitación pintada de blanco.

El mundo que gradualmente comenzaba a ver parecía tranquilo, y esa profunda emoción también cambió a algo lejano.

Cuando sus ojos recobraron la normalidad después de decenas de segundos, Subaru pudo ver ante él una habitación oscura y un techo sucio. En su entorno sintió la presencia de muchas personas corriendo inquietas, además de sus siluetas.

_???: ¡Ey, nii-chan, has desperta'o!

Una voz muy fuerte hizo que los oídos de Subaru pitaran con un zumbido.

Al oír semejante volumen de voz innecesario, las personas que corrían inquietas dejaron de correr y miraron en dirección a esa voz.

_???: ¡Señorita con orejas de gato, por aquí! ¡To'os los demá', sigan trabajando! ¡Lo siento, pero sigan trabajando! ¡No hay tiempo que perder!

_???: En serio, eres molesto, nyan. La gente aquí necesita silencio, así que vuelve al trabajo.

El enorme hombre bestia que hablaba con dialecto de Kararagi hizo un gesto con las manos para disculparse por su voz alta mientras se le acercaba una chica joven algo enojada— pero era un chico.

Llevando un vestido revelador, Ferris, cubierto de sangre, miró a Subaru con un suspiro de alivio.

_Ferris: Ahora que has despertado, ¿puedes comprender la situación? …De hecho, ¿puedes hablar siquiera?

_Subaru: …Ah, ¿Ferris?

_Ferris: Sip, el Ferri-chan favorito de todos. Tú eres Natsuki Subaru-kyun, y justo ahora estamos en un improvisado hospital de campaña, nyan, ya que fuiste gravemente herido. ¿Lo entiendes?

Ferris rápidamente explicó la situación a un ronco Subaru. Reluctante, su cerebro procesó las palabras, una por una.

Girando la cabeza, Subaru miró a sus alrededores. Finalmente, descubrió que estaba acostado sobre una cama simple hecha de pedazos de tela.

Y, como Ferris había dicho, este lugar parecía un hospital de campaña.

Muchas personas yacían retorciéndose de dolor, esperando ser atendidas como Subaru.

Una escena terrible en la que se juntaban el olor de la sangre y las voces sollozantes por doquier. La magia de curación no era suficiente, y agujas y suturas también se utilizaban para tratar las heridas.

_Subaru: ¿Qué... está ocurriendo, exactamente?

_Ferris: Parece un caos, ¿verdad? Intenta recordar, lentamente, lo que sucedió antes de desmayarte. Si recuerdas eso, tendrás la respuesta.

Las palabras de Ferris no eran amables, pero no era debido a su estado de ánimo. En realidad, no le quedaba energía para la amabilidad. Sus mangas estaban recogidas, y su blanca piel y su rostro estaban manchados de sangre.

Imaginar la cantidad de trabajo que Ferris, un sanador de primera clase, habría tenido que realizar durante esta tragedia no era difícil. Y la causa de dicha tragedia era...

_Subaru: El Culto de la Bruja...

_Ferris: En serio, esos tipos son lo peor. La idea que tenía sobre ellos era demasiado ingenua... Nunca esperé que pudieran hacer algo así, nyan. Obviamente nadie más lo habría esperado.

Mordiéndose los labios con remordimiento, Ferris bajó su mirada ante Subaru.

El pesar de Ferris era evidente. Aunque Subaru lo entendía, había otras incertidumbres.

_Subaru: ¡¿E-Emilia?! ¿Dónde está Emilia? ¿Ella está aquí?

_Ferris: …

_Subaru: Ese bastardo, Codicia... el Arzobispo tomó a Emilia. Entonces, yo...

Subaru comenzó a temblar, comprendiendo la causa de su intranquilidad.

En la mirada baja y el silencio de Ferris, Subaru encontró una respuesta clara: Emilia no estaba allí.

En ese caso, si su vaga impresión justo antes de perder el conocimiento era correcta, ella había sido raptada por Regulus.

_Subaru: ¿Qué hay de Beatrice?

_Ferris: …Beatrice…

_Subaru: Sí, Beatrice es la niña pequeña que estaba junto a mí, ¿qué le ha pasado? Ella lleva un vestido, dos tirabuzones, y tiene una cara arrogante y adorable… ¿Q-qué hay de Beatrice?

Emilia seguramente había sido secuestrada por Regulus.

A juzgar por la actitud de Regulus, la posibilidad de que lastimara a Emilia, aunque no era seguro, debía de ser baja. Aunque ese tipo no tenía perdón por sus acciones, por lo menos ése era el caso.

¿Pero qué le había sucedido a Beatrice? Sirius y Regulus habían estado presentes, y Sirius había mostrado una fuerte hostilidad hacia Beatrice.

Como Subaru había sido transportado a salvo hasta este hospital de campaña, habían conseguido escapar de Sirius.

¿Pero quién había protegido a Subaru?

_Subaru: Oye, dímelo por favor. ¿Beatrice…?

_Ferris: …

Al no encontrar una respuesta a su ansiedad, Subaru demandó desesperadamente una respuesta a Ferris, quien cerró sus ojos. El gigantesco hombre-bestia parado junto a él, Ricardo, el jefe del grupo Colmillo de Hierro, miró a un lado.

Subaru siguió la dirección de esa mirada.

_Subaru: Beatrice.

A una distancia de la gente que recibía tratamiento médico, yacía una solitaria damisela con un vestido.

Al verla inmóvil en una cama improvisada similar a la suya, Subaru se movió para quitar la manta que cubría su estómago y correr hacia ella.

Sin embargo, al levantar su torso, un dolor severo lo sacudió. Para colmo, su pierna derecha se negó a obedecerlo, y perdió el equilibrio.

Su cabeza se sentía pesada por la fatiga, y no comprendía por qué no podía mover su pie derecho.

Apresurándose a echar un vistazo, el horror de su propia pierna dejó a Subaru sin palabras.

_Subaru: Oh...

_Ferris: Subaru-kyun habría perdido su pie entero sin la curación de Beatrice. Más tarde tendrás que darle las gracias a esa pequeña.

El pie derecho de Subaru había perdido la mitad de su carne, y su tamaño era muy diferente del de su pie izquierdo. Estaba cubierto por varias capas de gruesos vendajes, y su talón estaba entablillado. Todo eso le había hecho perder el equilibrio.

No pudo evitar tocarlo con sus dedos, y en ese momento, una descarga de entendimiento lo golpeó.

_Subaru: ¡Ya recuerdo!

El último ataque de Regulus antes de que se marchara.

Él había tomado a Emilia, dicho algunos sinsentidos, lanzado el suelo con el pie tan fácilmente que parecía que hubiera lanzado arena, y las balas de tierra habían golpeado el pie de Subaru.

En ese momento, el pie derecho de Subaru había sido herido, como triturado por las garras de un animal salvaje.

_Ricardo: Cuando llegué ar sitio, tu pie estaba conecta'o sólo por unos pocos tendones. Una pequeña señorita que lloraba estaba curándolo desespera'amente hasta que te conseguimos ayu'a.

_Ferris: Después de eso, Subaru-kyun fue traído aquí y curado por Ferri-chan. Aunque el tratamiento de Ferri-chan no garantiza que tu pie quede igual que antes, ahora los huesos y los nervios están enlazados, y la piel se está regenerando, así que no hagas nada que pueda lastimarlo.

Cruzando sus muñecas, Ferris formó una X, preparado para lidiar con Subaru si se negaba. Sin embargo, Subaru obedeció en silencio, centrando su atención en la cama de Beatrice.

Ferris emitió un gran suspiro al ver a Subaru intentar desplazarse como un gusano. Entonces, una mano enorme agarró a Subaru.

_Ricardo: En cuanto a llevarte hacia la señorita, yo pue'o hacer eso, nii-chan.

_Subaru: Gracias, lo siento por esto.

_Ricardo: De na'a, de na'a.

Ricardo movió la cama entera de Subaru junto a la de Beatrice. Desde ahí, Subaru se inclinó adelante para observarla mejor. La pequeña dormía tan silenciosamente que Subaru no podía escuchar su respiración.

A pesar de que era un espíritu, Beatrice dormía como un ser humano. A diferencia de Puck, ella no podía desmaterializarse, así que ella reducía la carga de la materialización de su maná de esta manera.


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