Y cuando hizo alarde de esa frase ante los niños y sintió sus alabanzas y brillantes ojos, Subaru decidió no decepcionarlos.
Obviamente, también tenía algo que ver con los brillantes ojos de Emilia mientras lo escuchaba decir todo eso.
_Subaru: Soy el Caballero de Emilia. Y quiero pelear por Emilia. Pero eso no significa que sólo vaya a proteger a Emilia mientras ignoro a todos los demás. Anastasia-san, Julius es tu Caballero. Él quiere pelear por ti más que por nadie en este mundo; pero eso no es suficiente. Las presumidas criaturas llamadas Caballeros somos terriblemente codiciosas, ¿sabes?
_Anastasia: …
_Subaru: Seguiremos posando hasta el día de nuestra muerte; y eso obviamente incluye a Julius. Si preguntas por qué, es debido a que este tipo es el "Más Perfecto de los Caballeros"; lo que significa que este tipo ama posar más que cualquiera de nosotros.
Dejando a Anastasia estupefacta y sin palabras, Subaru le dirigió a Julius unos pulgares arriba. Inmediatamente, Julius que había estado escuchando en silencio, hizo un gesto de consternación.
Al ver esta rara expresión de estupefacción en los rostros de Anastasia y Julius, los labios de Subaru esbozaron una sonrisa más bien inapropiada.
_Subaru: Es claro y simple el por qué vamos a matar a esos bastardos, pero si debemos asumir la culpa de abandonar a alguien con tal de conseguirlo, entonces eso es simplemente estúpido. Salvaremos a todos, y aniquilaremos a esos bastardos. Aunque terminemos perdiendo por culpa de nuestras convicciones, así es como lo haremos.
Renunciar a una posibilidad desde el principio no era lo mismo que fallar tras haberlo intentado.
Era evidente para todos que eso era una mera auto-satisfacción, pero—
_???: —Vivir por satisfacción propia, esa debe ser la forma de vivir más humana que hay. En esto, estoy de parte del colega.
_Subaru: ¡—!
Mientras Subaru estaba ocupado tejiendo su ingenuo idealismo, una voz completamente nueva se mezcló en la conversación.
Sorprendido por la adición de esa nueva voz, todos miraron simultáneamente hacia la entrada del vestíbulo. Parado allí, la persona bajo el fuego cruzado de las miradas de todos se encogió de hombros incómodamente.
_???: Ey ey, si todos ustedes siguen mirándome tan intensamente, me preocuparé, ¿saben? Sé que no luzco tan bien; así que estoy seguro de que no voy a cumplir con sus expectativas.
_Subaru: —Al.
Un hombre usando un casco de negro azabache hizo sus típicas bromas y gestos para mostrar que no tenía intenciones de hacer daño—Era Al, una de las personas con las que se llevaba mejor y que, desde que se separaron en el ryokan esta mañana, había estado en paradero desconocido.
Vistiendo sus ropas usuales y su habitual aire, Al miró alrededor de la habitación.
_Al: ¿Éstas son todas las caras conocidas que hay en el Ayuntamiento? Pensé que habría más.
_Subaru: … Están con Crusch-san escaleras arriba. Pero más importante que eso… ¿dónde has estado?
_Al: ¿Yo? Ah, sí, corrí como loco y encontré un rincón donde esconderme cuando el problema comenzó. Cuando vi que la situación se había calmado un poco, salí a dar un vistazo. Luego también escuché la transmisión, y vine al Ayuntamiento esperando encontrar a mi colega o a alguien que sepa lo que está sucediendo.
Mostrando su increíble optimismo despreocupado, Al respondió mientras hacía crujidos metálicos jugando con su casco. Al escuchar sus palabras, ninguno de los presentes pudo evitar sentirse desanimado por su respuesta.
Era la clase de desdén dirigida a alguien que decidió salvar su propio pellejo aun a pesar de que sus amigos estaban en apuros.
_Al: Ey, no me miren así. ¿No es como si fuera mi culpa llegar tarde? Quiero decir, siento no haber estado allí, pero era totalmente un caso de mala suerte, ¿saben? Además, dudo que un tipo como yo hubiese marcado la diferencia.
_Garfiel: Oye, Capitán. ¿Quién demonios es 'ste tipo? ¿'Stá jugando con nosotros?
Viendo a Al decir eso encogiéndose de hombros, Garfiel, que ya estaba irritado desde el principio, estaba rozando su límite.
Ahora que lo pienso, Garfiel y Al aún no se habían conocido. Cuando Priscilla apareció en el ryokan y destrozó la atmósfera amigable de todos, Garfiel no estaba presente.
Así que para él, Al debía ser un hombre extraño que simplemente se había mostrado desde ninguna parte.
_Subaru: Espera Garfiel. Ese tipo es Al. Él es el Caballero de la candidata de la Selección Real, Priscilla. No te lo he dicho aún, pero las cinco candidatas están todas reunidas en la ciudad ahora mismo, y—
_Al: —Corrección, colega. Soy simplemente el lacayo de Princesa-san, no su caballero. No me gustaría estar atrapado con un título tan tenso como ese. Oh, sin ofender, colega.
Mientras Subaru hablaba para detener a Garfiel, Al lo corrigió con un toque de ironía. Ver esa actitud no hacía otra cosa que provocar que Garfiel apretara sus colmillos y sobresalieran las venas azules de su frente.
_Anastasia: ¡Vale, suficiente! ¡Basta! ¡Esto se 'tá vorviendo confuso, así que cállense!
Antes de que sus bromas pudieran escalar a algo más, Anastasia dio una palmada para regresar a la atmósfera anterior.
Luego, con sus redondos ojos mirando directamente a Al,
_Anastasia: Apareces repentinamente y enseguí'a arruinas la atmósfera; eres como tu líder, ¿eh? Hacer alarde de tus defectos de personalidad sólo empeorará aún má' la impresión que la gente tiene de ti, Detente.
_Al: Auch… tu advertencia me ha dolido; pero lamentablemente soy así. La gente siempre dice que les pongo de los nervios. Supongo que alterar el ritmo de la gente también puede ser considerado una técnica de supervivencia.
Metiendo el dedo a través de la abertura entre su casco y su cuello, Al dijo esto mientras se rascaba la parte trasera de su cabeza.
Recibiendo su refutación con un suspiro, Anastasia miró hacia Subaru.
_Anastasia: Las cosas se complicaron má', pero mi postura no cambiará. Debemo' aceptar la premisa de que tendremo' que hacer sacrificios, y partiendo de ahí, podemo' empezar a planear cómo obtener la victoria. Si no quieres que haya víctimas civiles, Natsuki-kun, entonces empieza a pensar en cómo lo lograrás. Aunque digo esto, yo tampoco quiero ver má' muertes.
_Subaru: Entonces, no te importaría si voy a revisar los refugios, ¿no?
_Anastasia: …Eres libre de usar tu tiempo como te plazca. En cuarquier caso, nuestra necesidad de aumentar nuestras fuerzas no ha cambia'o. Si encuentras a arguien en los refugios que pueda pelear, tráelos pa' que nos acompañen.
Reaciamente, Anastasia dejó de oponerse a Subaru. Tener su completa aprobación sería simplemente esperar demasiado; así que en esta ocasión, Subaru no tenía quejas.
_Anastasia: Llévate er Espejo de Comunicación. 'Taremo' en contacto, pero por ahora, vamos a fijar tu tiempo límite pa' vorver en seis horas desde ahora. Ten cuida'o, no debemo' cometer ningún error má'.
_Subaru: Tiempo límite, ¿eh? …Olvidé preguntar, pero ¿qué hora es?
_Julius: Sigue siendo el mismo día, aunque se aproxima la medianoche. Contando desde ahora, sólo tenemos nueve horas.
Julius le dijo el tiempo límite en lugar de Anastasia.
Si la siguiente reunión estratégica era dentro de seis horas, en la práctica, Subaru sólo tendría tres horas para usar libremente a partir de entonces. Tenía que encontrar una manera de convencer a Anastasia en ese lapso.
Entonces, tendrían que arreglárselas para conseguir la fuerza y un plan necesarios para derrotar al Culto de la Bruja y destruirlos antes de que el tiempo se agotara. Sólo entonces, la ciudad sería salvada—No, eso no sería suficiente.
Tenía que recuperar a Emilia. Arrebatar a Glotonería los recuerdos de Rem. Devolver sus formas normales a la gente transformada por Lujuria. Y sólo entonces, su victoria sería completa.
_Subaru: No tenemos mucho tiempo. ¿Tienes un mapa de la ubicación de los refugios?
_Anastasia: Sí. Toma tantas copias como necesites. Marcamo' los refugios donde Ricardo y los niños de Colmillo de Hierro ya visitaron, así como argunos revisa'os ahora.
Anastasia le hizo un gesto a Ricardo, quien le dio a Subaru el mapa de su ruta. Por las marcas del mapa nuevo, Subaru podía ver que el Colmillo de Hierro había empezado por los más lejanos e hicieron su camino hacia atrás.
Considerando el estado de la pierna de Subaru, era de gran ayuda que sólo los refugios más cercanos fueran los que quedaran.
Era casi como si lo tuvieran planeado de antes, y le hubieran dejado estos de antemano.
_Julius: Subaru, iré contigo.
_Subaru: Julius… no, mejor tú no. Aunque sería bueno tener más gente, sería un problema si no dejamos suficiente fuerza de combate en el Ayuntamiento.
Subaru rechazó la oferta de Julius porque dejaría al Ayuntamiento demasiado vulnerable.
Ricardo volvería a patrullar, y Subaru ya tenía la intención de llevarse a Garfiel con él. Wilhelm seguía escaleras arriba, pero sería una carga muy pesada dejarle la protección del Ayuntamiento a él solo.
Además, ya había una amenazante nube negra sobre la facción de Crusch en este momento.
Al escuchar la respuesta de Subaru, Julius, con pesar, asintió estando de acuerdo.
A Subaru siempre se le hacía raro ver a Julius perder su compostura de esta manera; así que Subaru le dio a Julius unas palmaditas en el hombro y sacudió su barbilla hacia Garfiel.
_Subaru: Garfiel vendrá conmigo. Y veremos si podemos encontrar a algún otro combatiente en los refugios. Intentaremos contener el pánico mientras estemos allí.
_Garfiel: S-Sí, 'ntendido. Yo me 'ncargo.
Tardando un poco en notar la invitación de Subaru, Garfiel rápidamente levantó su barbilla y asintió.
Al recibir esta confirmación, Subaru extendió el mapa en sus manos y, con el Ayuntamiento en el centro, comenzó a preguntarse por cuál lado de Priestella debía comenzar.
Su primera prioridad debería ser asegurar sus fuerzas de combate—es decir, averiguar qué pasó con Reinhard.
_Al: Si es posible, ¿podemos mirar en los refugios cercanos al ryokan primero? Creo que Princesa-san no pudo haber ido más lejos de ahí.
_Subaru: En ese caso, estará más cerca si vamos a través de esta… espera un momento.
Con su dedo en el mapa, Subaru de repente se detuvo para mirar a Al, quien se había metido en la conversación. Viendo a Al ladear la cabeza y mirarle confundido, Subaru lo apuntó con el dedo.
_Subaru: ¿También… vienes?
_Al: Sí; ir solo sería un problema. Y también sería un problema no encontrar a Princesa-san. Después de todo lo que ha pasado, no harás que yo vaya de un lado a otro solo, ¿no? Con las cosas como están, me asusta que algo pueda pasar si no la encontramos pronto.
_Garfiel: …Un perfecto amor 'ntre amo y sirviente, ¿eh, tú?
Era un sentimiento improductivo, pero Subaru estaba encantado de que una persona más se les uniera. Al escuchar que Al también les acompañaría, Garfiel hizo una expresión de disgusto; pero, llegados a este punto, estaba listo para dejar de lado su desconfianza por ahora.
Por mucho que los irritara, no había duda de que querían salvar a Priscilla.
_Subaru: En cuanto a Priscilla… la vi en el parque en la Primera Calle unos quince minutos antes de que el caos iniciara. En ese caso, ella debería estar en un refugio cercano.
_Al: ¿De verdad? ¡Esa es una poderosa información, colega! ¡Vamos a empezar desde ahí!
Encantado ante la nueva información, Al violentamente palmeó la espalda de Subaru. Y así, acompañados por un alegre Al y un ceñudo Garfiel, los tres salieron del Ayuntamiento en su expedición hacia los refugios.
Todo el tiempo, mirándolos desde atrás mientras se iban—
_Echidna: Parece que nos hemos convertido totalmente en los malvados.
_Anastasia: Silencio, pier de zorro. Y no es como si no lo haya pensa'o bien… pero si Natsuki-kun sigue diciendo lo mismo cuando vuerva, entonces eso significará que ér es totarmente incapaz de pensar.
Con una expresión de cansancio en su rostro, Anastasia suspiró, mientras que la piel de zorro se encogió de hombros ligeramente.
Y nadie más notaría esta breve interacción entre ellas.
En cada distrito de la ciudad de Priestella había 25 refugios, haciendo un total de 100.
Siguiendo la sugerencia de Al de empezar la búsqueda desde el Distrito Uno, donde sería más probable encontrar a Priscilla, el grupo de tres avanzaba tan cuidadosamente como podía para evitar cualquier posible enfrentamiento.
_Al: Aun así, ¿no estamos exagerando un poco? Tenemos al coleguita con nosotros, así que no hay razón para estar tan asustados, colega.
_Subaru: No es que esté siendo demasiado precavido. Nuestra fuerza es limitada y nos enfrentamos a un enemigo muy formidable, así que no podemos bajar la guardia ni por un segundo. Además, debemos preocuparnos no sólo del enemigo, sino también de no exaltar a la gente.
Aunque Subaru no había estado de acuerdo con Anastasia en el Ayuntamiento, no podía ignorar la posibilidad de que la ansiedad del pueblo se intensificara y convirtiera en violencia. Por eso su plan era patrullar los refugios para reclutar luchadores capaces y, al mismo tiempo, verificar la situación y evitar que el pánico se expandiera.
_Al: Vale vale, entendido… Bueno, no me molesta escoger la ruta más segura. Ya que, si llegáramos a meternos en una pelea, únicamente podríamos contar con nuestro coleguita.
_Subaru: …Lo has dicho muchas veces, pero… ¿estás seguro de que no puedes luchar? Quiero decir, lograste llegar a salvo al Ayuntamiento, ¿no?
_Al: Si tuviera que escoger entre "Puedo luchar" y "No puedo luchar", diría que puedo. Pero eso es sólo dentro de los límites humanos. Si tengo que ir en contra de gente sobrehumana, acabaría muerto en menos que canta un gallo como un esbirro de segunda. No no no, eso sería demasiado temerario.
Al agitó su brazo derecho en señal de impotencia, haciendo chirriar las bisagras de su casco.
Aunque no estaba muy de acuerdo con esa actitud, Subaru podía entender a qué se debía. Había barreras que él nunca podría sobrepasar.
Quizás el cuerpo de quienes nacían en este mundo estaba hecho de algo diferente que les permitía sobrevivir; porque, sin importar cuán duro entrenara, Subaru jamás podría mirar a Julius o Garfiel —y mucho menos a Reinhard— y pensar "Definitivamente los alcanzaré algún día".
_Subaru: Pero esa no es razón para no pelear, ¿cierto?
_Al: ¿No lo es? Creo que no tener oportunidad de ganar es razón más que suficiente para no pelear. Pero sí, supongo que es diferente si requiere dejar atrás algo importante... pero yo no soy ese tipo de personaje.
_Subaru: …
_Al: No te molestes, colega. Tus grandiosos ideales están muy bien… pero no son para mí; eso es todo. Uy.
Con ambos habiendo tomado su decisión, sería inútil continuar esta discusión. Viendo que Subaru guardaba silencio, Al se disculpó por arruinar el ambiente— pero entonces, Al notó algo que lo hizo levantar el rostro. Ahora él miraba hacia donde aterrizó Garfiel, que regresaba de haber explorado el camino adelante.
Casi sin hacer sonido, con brazos y piernas sobre el suelo, Garfiel arrugó su rostro.
_Garfiel: No lo sé… no hay nada en las tres calles más adelante. Hay tanto silencio que da repelús. 'Stán vacías, pero eso lo hace todavía más sospechoso.
Garfiel olisqueó el aire, como si sintiera que algo andaba mal.
Querían evitar un combate, pero no encontrar nada de lo que habían esperado era incluso más preocupante. Era una sensación inquietante, pero éste no era momento de dudar.
_Subaru: Es problemático, pero no hay otra opción. El refugio está justo delante. Por ahora, iremos allí rápidamente. El camino es seguro, ¿verdad?
_Garfiel: Ni los ojos ni la nariz de mi asombroso ser 'stán captando nada. Maldición, 'sto es 'xtraño.
Rascando su corto cabello rubio, Garfiel pateó el suelo con frustración.
Subaru asintió, mientras que Al se encogió de hombros, sin objeción alguna.
Habían pasado quince minutos desde que salieron del Ayuntamiento, pero contrario a lo que habían imaginado, habían avanzado sin encontrar problema alguno. Habían estado preparados para, en el peor de los casos, encontrar las calles llenas de miembros del Culto. No sería una exageración decir que estaban decepcionados.
_Al: Estoy algo sorprendido, pero parece que el Culto de la Bruja no trajo consigo muchos seguidores a este ataque, ¿no?
Mientras corrían, Al miró a su alrededor mientras hablaba sobre la situación; y entonces Subaru le miró.
_Subaru: ¿Qué te hace pensar eso?
_Al: Simple: porque parece que no tienen gente suficiente para vigilar. A ti también te lo parece, ¿no, colega? En comparación con cuán eficientes fueron capturando todos los puntos claves de la ciudad, están descuidando mucho sus defensas. Y también por cómo están dejando que la resistencia haga lo que le plazca. Si de verdad quieren que se cumplan sus demandas, no lo habrían hecho de esta manera.
_Subaru: Supongo que, para asegurar que sus demandas se cumplan, sería más seguro cerrar el paso a las áreas. Entonces, debe haber un motivo por el que no lo hayan hecho. ¿Qué es lo que buscan conseguir con esto?
_Al: No sé nada sobre eso… Aunque, bueno, si tuviera que adivinar…
Al había estado a punto de abandonar el tema, pero viendo a Subaru dirigirle una mirada severa, Al hizo lo que debió haber sido una sonrisa amarga bajo su casco y, luego de pensarlo por un momento,
_Al: Les da igual que se cumplan o no sus demandas, ¿no crees?
_Subaru: ¿Qu—?
_Al: Si fueran tan importantes, habrían tenido más cuidado con los detalles. Pero creo que tú y yo estamos de acuerdo en que dejaron un agujero tan grande en sus defensas que el viento se cuela fácilmente… Así que no pueden estarse tomando sus demandas seriamente. Si se cumplen, bien. Si no, también estaría bien. Eso es lo que creo que están pensando.
_Subaru: ¿Qué demonios…? ¡Entonces sólo lo hacen para molestarnos!
_Al: Sí, bueno. ¿No es eso lo que siempre hacen?
Subaru se quedó sin habla, y Al respondió con indiferencia. Ante esa última pregunta, Subaru tragó saliva, incapaz de negarlo.
Sólo era para molestarlos.
Considerando lo retorcido que era el Culto, no era cosa de risa. El hecho de que de alguna manera siempre parecían tener ventaja en todo lo que ocurría en este asedio era también un misterio.
Durante el asalto al Ayuntamiento, era casi como si Capella y Alphard hubieran estado esperando para emboscarlos, pero la ausencia de Sirius y Regulus indicaba que no estaban empleando todas sus fuerzas. Lo mismo ocurría con el hecho de que no habían matado a ninguno de los aliados de Subaru.
Y ahora, el hecho de que no estaban haciendo esfuerzo alguno por defender la ciudad que habían capturado sólo demostraba que no estaban tomando las precauciones adecuadas para alcanzar sus supuestos objetivos.
_Garfiel: ¡Capitán! No hagas caso a un tipo como 'ste. Y tú, si sigues llenándole la cabeza al Capitán con ideas raras, aplastaré la tuya, ¿queda claro?
Mientras Subaru se sumía en sus pensamientos, Garfiel le gritó a su lado, y luego movió su fiera mirada hacia Al, que corría junto a él.
_Garfiel: Hablando sin parar toda esa basura incomprensible… ¡Sólo cierra el pico, bastardo que no quiere luchar! ¡No me importa qué carajos 'stán planeando, solo me aseguraré de aplastarlos, machacarlos y mandarlos volando! ¡Eso es todo lo que necesitas saber!
_Al: ¿No crees que estás volviendo a decir algo muy extremo? Admito que creo que soy débil para luchar contra ellos cara a cara, pero no es bueno decir que no importa lo que están planeando. ¿O quieres decir que será más problemático si descubrimos lo que quieren?
_Garfiel: Maldito…
Apretando sus dientes con un estridente sonido, Garfiel se detuvo en seco, derrapando sobre el suelo. Al mismo tiempo, Al también se detuvo, y los dos se miraron mutuamente con mucha tensión en la atmósfera.
Inmediatamente, Subaru se interpuso entre los dos y presionó sus manos contra los tórax de ambos.
_Subaru: ¡Esperen! ¿Qué hacen, chicos? No es momento de pelear entre nosotros, ¿no creen?
_Garfiel: Él no es uno de nosotros, Capitán. Creo que 'ste tipo no es nada bueno. Lo mejor será que acabe con él aquí.
_Al: Evito pelear siempre que puedo, pero no elegiré la ruta pacífica de la no-resistencia contra alguien que quiera mi sangre.
Garfiel hizo crujir sus nudillos, y Al su cuello.
Viendo sus actitudes agresivas, Subaru estaba a punto de explotar de furia.
Sintió una ira hirviente apuñalándolo desde dentro de su pecho que le incitaba a apalear a esos dos a muerte; y entonces—
_Subaru: …Qué raro.
Subaru estaba perplejo por haber estado a punto de perder el juicio inclinándose rápidamente por una respuesta asesina. Se mire como se mire, era demasiado radical; y más todavía teniendo en cuenta que ellos eran sus propios aliados.
Era como si la discusión entre los dos frente a él lo estuviera llevando a la locura.
_Subaru: ¿Acaso…?
Justo cuando Subaru pensó que no podía explicar sus desequilibradas emociones, un escalofrío recorrió su espalda—porque, sin duda, él había sentido esa sensación enfermiza muchas veces anteriormente.
_Subaru: ¡¿Sirius está cerca… y por eso estamos siendo afectados?!
Tensando sus mejillas, se ordenó a sí mismo permanecer consciente mientras miraba a su alrededor. No había indicio de esa psicópata a la vista, ni de su chillona voz; pero esa leve sensación de náusea seguía aposentada sobre su cuerpo.
_Subaru: ¡Ey, Garfiel, Al, deténganse! Respiren hondo, cálmense. Ustedes también han notado lo extraño que es que ambos se odien así de pronto, ¿cierto? Tiene que ser la influencia de Ira. Nos está haciendo perder el control de nuestras emociones.
_Garfiel: ¿Eh? ¿De qué hablas, Capitán? 'Sto es porque 'ste bastardo me 'stá tocando las… no, 'spera.
_Subaru: …
Garfiel sostuvo su cara con la palma de su mano, intentando digerir lo que Subaru había dicho. Meneó lentamente su cabeza, parpadeando varias veces:
_Garfiel: No es broma. Siento como si hasta ahora no hubiera sido yo mismo.
_Subaru: Ese es el poder de Ira. Pero, sólo para confirmar, ¿estás seguro de que no hay enemigos cerca?
_Garfiel: No hay olor, ni rastro de ellos. No puedo haberme 'quivocado. A menos que…
La razón por la que Garfiel estaba tan perturbado por ese pensamiento, era precisamente por lo mucho que confiaba en sus propios sentidos.