_Subaru: …Perdón. Me comporté como un idiota.
_Julius: No, no te disculpes. Tienes razón. Soy yo quien está equivocado — Si alguien debe disculparse, soy yo.
Ambos bajaron la mirada, y cerraron sus ojos.
Los dos sentían un peso inaguantable.
Aunque Subaru y Julius se desahogasen, seguirían siendo incapaces de hacer algo para que el país no dude de Wilhelm.
_Subaru: Entonces, ¿con Reinhard pasa lo mismo?
_Julius: …Siguiendo la misma lógica, Reinhard le guardaría rencor al reino por enviar a su abuela a morir y al mismo tiempo matando a su predecesora, pero ese no es el caso.
_Subaru: Entonces…
_Julius: No obstante, el reino no duda que Reinhard no tenga intenciones de rebelarse. Esas sospechas van dirigidas hacia Heinkel-sama.
Al nombrarse el padre de Reinhard, los ojos de Subaru se abrieron de par en par.
Aunque se trataba de un nombre que no quería escuchar, no podía simplemente taparse los oídos para ignorar el tema. Cualquier conversación que involucrara ese nombre sería desagradable.
_Subaru: ¿Cómo es la relación de Reinhard con su padre? Aparte de la obvia relación de sangre.
_Julius: Hubo un periodo de tiempo en el que Reinhard le daba a Heinkel-sama su total y completa obediencia. Eso podría parecer normal dado que son padre e hijo, pero… hubo una vez que excedió los límites de lo normal esperable.
Julius desvió la mirada de los ojos de Subaru, como si hablara con arrepentimiento.
Su relación «excedió los límites» de una relación típica entre padre e hijo. Sus palabras fueron tan ambiguas que se volvía complicado entender a qué se referían. Pero Julius no parecía tener ganas de profundizar al respecto, y volvió a dirigir su mirada a Subaru.
_Julius: Conforme Reinhard crecía y se volvía más autosuficiente, esa actitud debió haber desaparecido. Pero, sin saber con certeza si Reinhard aún obedecería o no lo que Heinkel-sama le diga, esas dudas no pueden disiparse.
_Subaru: …Entonces, para evitar que Heinkel le dé a Reinhard la orden de rebelarse contra el reino, Heinkel fue favorecido, ¿verdad?
_Julius: Puede que sea incluso peor. Aunque esto sigue siendo un rumor que es considerado más como chisme… Te lo diré, dado que tú también eres amigo de Reinhard, y sentiste ira por su bien.
Con esa preocupante mención, Julius miró alrededor suyo.
Habiendo confirmado que nadie los escuchaba, se acercó más a Subaru.
Y entonces,
_Julius: El subcomandante fue considerado sospechoso en la investigación del secuestro de la princesa hace catorce años.
_Subaru: ¿¡—!?
_Julius: No hay evidencia concluyente. Sin embargo, ha sido interrogado repetidas veces sobre su sospechada implicación.
_Subaru: Si eso es verdad, entonces, el secuestro fue…
_Julius: La verdad detrás de eso ya no es relevante. Una persona tan sospechosa como él posee uno de los cargos más poderosos del reino, ese es el quid de la cuestión.
Subaru pensaba que poseer el título de Santo de la Espada era un glorioso honor.
Pero ahora, conforme más y más de la situación salía a la luz, Subaru comenzó a pensar que ese título era más una maldición que una bendición.
_Subaru: Pero, si él de verdad estaba relacionado con el secuestro, entonces Heinkel es la razón por la que su padre y su madre no pudieron encontrarse una última vez.
_Julius: …Eso no es todo. También he escuchado que fue Heinkel-sama quien recomendó que fuera Theresia-sama, quien ya había dejado el camino de la espada, la que tomara su lugar contra la Ballena Blanca.
_Subaru: ¿¡De verdad envió a su madre a luchar contra la Ballena Blanca!?
_Julius: De hecho existe un registro muy preciso de esto. El subcomandante se negó a luchar contra la Ballena Blanca y recomendó que lo hiciera su madre.
Completamente sin palabras. —Subaru no se sentía capaz de formular una respuesta.
A diferencia del rumor infundado de antes, lo último que dijo Julius estaba respaldado por verdadera evidencia.
Los registros y testigos indicaban que esto era un hecho.
Heinkel envió a su propia madre como su reemplazo para luchar contra la Ballena Blanca.
Su madre murió en batalla, y su padre tomó el camino de la espada de la venganza cuando no pudo estar con ella en sus últimos momentos. Sin embargo, en vez de enfrentar algún castigo, usó el talento de su hijo como escudo para proteger su cómoda y estable vida.
¿Cómo es esto posible? ¿Cómo podían existir seres humanos capaces de esto?
_Subaru: Tiene que haber alguna clase de error en alguna parte, ¿no…?
No quería creerlo.
No se trataba de creer en la humanidad de Heinkel. Subaru ya había aceptado que era la peor clase de persona, y cualquiera que hablara con él se daría cuenta de inmediato.
Sin embargo, lo que no quería creer era que semejante summum de la maldad, semejante inmoralidad, y semejante depravación siquiera pudiera existir.
Él deseaba creer que la ética, el honor, o incluso la naturaleza humana serían capaces de ponerle un límite a cuán malvada pudiera llegar a ser una persona.
Sin embargo, en la realidad podían ocurrir cosas que serían un pecado sólo de imaginarlas.
_Julius: …Lo siento. Eso no es algo que debí haberle dicho a alguien que aún no se había preparado mentalmente para ello.
Fue lo que Julius le susurró al perplejo Subaru, cuya voz estaba llena de pesimismo.
Subaru podía empatizar completamente con los sentimientos que el tono de Julius dejaba ver, algo que era muy raro en el siempre sereno Julius.
_Subaru: No… no es culpa tuya, sino mía por quererlo saber. Aunque las cosas serían un poco más fáciles si pudiera echarte la culpa.
_Julius: No estoy en posición de aceptar tus palabras. Obviamente, lo que te he dicho no eran más que rumores de los asuntos de otra familia, pero aun así hablé de ellos como si yo mismo los hubiera presenciado. Se mire como se mire, hablé sin pensar en la gravedad de estos rumores. Como caballero, debería estar avergonzado.
_Subaru: Pero sí los presenciaste, ¿no? Ya que eres amigo de Reinhard.
Subaru respondió a las palabras de autodesprecio de Julius.
Julius nuevamente levantó la cabeza hacia Subaru, quien asintió con la cabeza.
_Subaru: Aunque no conozco los detalles de tu amistad con Reinhard, puedo darme cuenta de que estás preocupado por él. Así que no reprocharé tu ira ni diré que es muy agresiva. Creo que está mal no involucrarse en algo así solo porque no te concierne.
_Julius: …Entonces, ¿qué harías tú?
_Subaru: ¿Está mal interferir cuando escuchas a alguien llorar cerca de ti? Si viera que mi amigo se siente desesperanzado, ciertamente le daría una mano. Si te preocupas por Reinhard, hacer eso sería lo más natural. Especialmente porque tus sentimientos no son como los míos.
Si Julius interfiriera únicamente para saciar su curiosidad, Subaru sin duda lo trataría con desdén.
Pero los sentimientos de Julius, del mismo modo que sus palabras y actitud habían demostrado en esta conversación, no eran algo así de vergonzoso.
_Subaru: ¿No te lo acabo de decir? No hace falta aferrarse tan rígidamente a tu honor de caballero o como lo llames. E incluso aunque lo hagas, quitarte ocasionalmente tu armadura y convertirte en Juli no sería tan malo. ¿Quién dice que actuar de manera natural y relajada no llevará a mejores situaciones?
«Juli» era el seudónimo que Julius había usado durante la batalla contra el Culto de la Bruja.
Debido a su cargo, Julius no podía unirse a ningún grupo de mercenarios, por lo que ocultó su identidad de manera elegante con una ligera falsedad. Era un nombre que tarde o temprano todos dejaron de usar, incluso Julius mismo. Sin embargo, ese Julius fue el que menos había actuado como caballero.
_Julius: Juli, ¿eh?... ¡ese nombre salió de la nada!
_Subaru: Fue de hace tanto tiempo, y solo fue usado una vez. Hasta yo estoy sorprendido de haberlo recordado.
_Julius: «No hace falta aferrarse tan rígidamente a tu honor de caballero o como lo llames». Realmente has dicho algunas cosas complicadas. Estoy seguro de que sabes cómo me llaman.
_Subaru: Es precisamente porque te llaman así y no sé qué otras cosas más que te has vuelto tan rígido de cuerpo y mente. Deberías quitarte esa armadura al menos cuando te bañes, y luego hacer algunos estiramientos conmigo antes de volver a ponértela.
Subaru dobló su espalda hacia delante hasta lograr poner las palmas de sus manos en el suelo, como si estuviera presumiendo de su recién descubierta flexibilidad.
Su cuerpo había sido bastante rígido antes de empezar a practicar parkour, pero desde entonces Subaru había aprendido a moverse con mayor ligereza y maleabilidad.
Y entonces, dirigiéndose a Subaru, quien seguía presumiendo,
_Julius: Si lo que estás tratando de hacer es ganarme, no puedo evitar suspirar.
_Subaru: ¿¡Oh!?
Mientras hablaba, Julius abrió sus piernas por completo e hizo un split. Subaru no podía evitar admirar el gran control de Julius sobre sus delgadas piernas y la flexibilidad y elasticidad de su cadera.
¿Era eso una muestra de que Julius podía superar con facilidad a Subaru en todo?
_Subaru: Nggg… ¡pero! ¡pero! Si estuviéramos tocando el laúd-lira o cosiendo, ¡sin duda te ganaría…!
_Julius: Aunque no veo mucho mérito en ganar en pasatiempos, también he empezado a tocar instrumentos musicales. Pero debo decir que la sastrería es algo ciertamente complicado.
_Subaru: ¡Grrr! ¡Tú lo dijiste! ¡Pasatiempos! Un pasatiempo de un tipo como tú sólo puede ser superficial. Jamás formaré una banda contigo. ¡Mi puesto de cantante principal sería robado!
Julius reacomodó sus piernas y se puso de pie.
Entonces sacudió su flequillo frente a Subaru, y luego sonrió hacia el cielo como si estuviera alardeando por una victoria.
_Julius: Ya veo. Conque así se siente mirar al cielo y sentir la brisa, como Juli.
_Subaru: ¿Eh?
_Julius: En retrospectiva, el cielo que vi en ese entonces también se sintió de alguna manera diferente de lo normal. Así que esta es la razón.
_Subaru: Cada vez te entiendo menos. Bastardo pretencioso.
Subaru se encogió de hombro por el fastidio y se puso de pie sobre el suelo del pasillo. Julius entrecerró sus ojos mientras lo miraba, aún deslumbrado por el sol.
Al final, el incómodo aire que rodeaba su conversación se había dispersado.
Naturalmente, lo que habían discutido aún seguía bien presente en sus recuerdos, y aún había nudos formados en sus pechos. Pero, aun así, podían al menos trabajar juntos para superar su frustración.
—Viendo únicamente esa escena, aquellos dos parecían un par de amigos normales y corrientes.
Luego de terminar su importante y a la vez trivial conversación con Julius, Subaru salió del Pabellón Fluvial del Plumaje junto a Emilia y Beatrice.
_Emilia: Te vi en el patio charlando con Julius, como si, por primera vez, se llevaran muuuy bien. ¿Sobre qué hablaban?
_Subaru: En primer lugar, es un error pensar que me llevo bien con ese tipo. En cualquier caso, ¿sobre qué crees que estábamos hablando?
_Emilia: «¿A dónde deberíamos ir a jugar la próxima vez?» Algo como eso.
_Subaru: ¡¿Acaso somos amigos de la escuela?!
Aunque fuera cierta la espontánea suposición de Emilia sobre su relación con Julius, y él y Subaru hubieran ido a la misma escuela, ellos claramente estarían en grupos sociales completamente diferentes. Las escuelas, al igual que la sociedad, se rigen jerárquicamente.
En cierto modo, ¿no existía universalmente algo similar a una división de clases?
_Subaru: Ya sea en este mundo o en el otro, esas dificultades son las mismas...
_Emilia: Ey, dime, ¿de qué hablaron?
_Subaru: Quería preguntar acerca de estos recientes sucesos hostiles. ¿Qué pasó exactamente antes? ¿Qué precedió a eso? ¿Qué va a pasar después? Ese tipo de temas.
_Emilia: ¿No es eso llevarse bien?
Emilia ladeó la cabeza con un aire de duda, y Subaru dejó salir un suspiro.
Escuchando únicamente las triviales palabras del final de su conversación, ellos tal vez podrían parecer amigos. Pero, tratándose de él y Julius, eso era imposible. Él no era un amigo, sino algo infinitamente más molesto.
Aunque era imposible decir exactamente qué era.
_Subaru: Bueno, definitivamente no es un amigo. No hay duda de eso.
_Emilia: Cabezota...
Emilia se volteó para mirar a Beatrice, quien suspiró silenciosamente en respuesta. Subaru se sintió algo molesto al ver cómo claramente ambas se entendían.
En cualquier caso, su conversación con Julius en el patio había tratado sobre Reinhard, Wilhelm, y su relación con Heinkel Astrea.
Por lo que, si Subaru le transmitiera con sinceridad el contenido de su conversación a Emilia, él se sentiría bastante culpable. Además de dudar en revelar los asuntos privados de la familia Astrea, Subaru no quería causar un estrés innecesario a Emilia.
Después de todo, era una situación complicada y desesperanzadora.
La historia de la familia Astrea no era algo fácil de abordar para alguien que no perteneciera a esa familia.
Julius conocía esa historia y, al reconocer la preocupación de Subaru, le reveló todo únicamente a él.
— Y aun así, Subaru sintió una sensación de náuseas en su estómago.
_Emilia: Entonces, Subaru. Aunque es agradable dar un paseo como éste, ¿qué estás planeando?
_Subaru: …
Mientras Subaru luchaba con la ansiedad en su interior, Emilia de repente sonrió y pronunció tal comentario.
Tomado por sorpresa, Subaru se quedó momentáneamente sin palabras. Parpadeó rápidamente y se encogió de hombros.
_Subaru: Eso me ha dolido, Emilia-tan. Sólo tenía el puro deseo de pasear por la hermosa ciudad de los canales contigo. A lo sumo, sólo tengo la pequeña tentación de llevarte cerca de una fuente y apreciar tu apariencia cuando estés empapada de agua.
_Emilia: Uhh~, Subaru, sí que eres una persona bastante cabezota para decir eso. Incluso yo sé que algo tan trivial no es tu verdadera intención.
_Beatrice: …
Emilia se quejó haciendo unos adorables pucheros, y Subaru se llevó una incómoda mano a su frente. Él miró a Beatrice en busca de ayuda; sin embargo, la pequeña niña que caminaba entre los dos lo observó con la misma expresión que tenía Emilia.
Sin ningún apoyo, Subaru rápidamente levantó sus manos en señal de rendición.
_Subaru: Está bien, me rindo. Lo siento mucho. No te echaré agua, Emilia-tan.
_Emilia: ¡Su-ba-ru!
Cuando su nombre fue gritado con enfado, Subaru dejó caer sus manos y esta vez se rindió de verdad.
_Emilia: Subaru, eres un travieso.
_Subaru: Viste a través de mí, Emilia-tan. Aunque, ya que fui tu mentor, debería ser recompensado... bien, bien, seré serio ahora.
_Emilia: Cielos…
Al ver que Emilia había levantado la mano en un gesto de «te golpearé», Subaru solo podía sonreír.
_Subaru: No intentaba ocultar nada, solo quería darte una pequeña sorpresa. Ahora mismo nos dirigimos a aquel parque de Priestella en el que ayer inesperadamente conocí a la diva.
_Emilia: Wow, ¿diva-san? Mmm, entonces, ¿ella estará allí hoy?
_Subaru: Tus brillantes ojos son adorables. Sí, tengo la información de contacto de la famosa diva. Aunque tengo fe en la capacidad de Otto para negociar, también tengo fe en que su mala suerte probablemente nos privará de esta oportunidad. Así que esto es por si acaso.
_Emilia: Ya veo. Y si nos llevamos bien con diva-san, entonces pedirle a Kiritaka-san que nos intercambie el mineral sería como un favor personal.
_Subaru: Exacto. Bien pensado.
Subaru formó un halo de ángel sobre su cabeza intentando escabullirse. Emilia era muy inocente.
De hecho, aunque la transacción no sería tan simple y directa como Emilia había dicho, no hacía falta señalar su error.
Emilia sólo quería llevarse bien con Liliana. Subaru podía manejar todas las demás cosas en secreto.
_Subaru: No puedo evitar sentir que los gustos de Emilia-tan y Liliana tendrán algún tipo de reacción química...
_Emilia: ¿Reacción química?
_Subaru: Por lo que parece, creo que tú y Liliana se llevarán bien, Emilia-tan.
_Emilia: ¿Tú crees? Jaja, eso espero.
Disculpándose mentalmente con Emilia, quien estaba ansiosa por reunirse con la diva, Subaru ya se sentía un poco exhausto por la fatiga que conllevaría el encuentro con Liliana.
Aunque Subaru esperaba que Liliana estuviera en el parque para cumplir sus objetivos, rezó para que no tuviera que volverla a ver.
Si ella no estuviera allí, la tarde se convertiría en simplemente una cita con Emilia; y aunque Subaru quería evitarlo, no podía negar que lo disfrutaría.
_Subaru: Emilia-tan, ¿no quieres surcar las aguas en un crucero conmigo? Creo que sería divertido, y fortalecería nuestros lazos.
_Emilia: No estoy segura de qué es un crucero, pero creo que te marearías si lo hiciéramos. Eso te cansaría, así que deberíamos evitarlo.
_Beatrice: Además, el parque está justo frente a nosotros, de hecho. Ahora no es el momento de rendirse, supongo.
Beatrice jaló la mano de Subaru, quien se sentía incómodo, y lo llevó hacia delante mientras ella seguía caminando.
Esta vez llegaron a su destino sin contratiempos, por lo que Subaru abandonó cualquier resistencia después de ver la entrada al parque.
La fuente ubicada justo en el centro del parque de la ciudad mostraba un espectáculo inesperado.
El público reunido en el parque era más numeroso que el de ayer.
_Subaru: Ya que hemos llegado más temprano que ayer, estaba preparado para la posibilidad de que Liliana no estuviera aquí...
Sin embargo, al ver a la multitud reunida, ese pensamiento resultó ser sólo una mera preocupación.
El recital de hoy parecía animado, con ovaciones y aplausos de los fanáticos oyentes, una atmósfera alegre dominaba el parque.
_Subaru: ¿Aplausos y gritos?
_Beatrice: Hoy parece bastante más animado que ayer, de hecho.
Viéndose igual de confundida que Subaru, Beatrice ladeó la cabeza.
Aunque el canto de Liliana había sido transmitido por el dispositivo mágico esta mañana; sus cantos, típicamente pacíficos, alejaban silenciosamente a su audiencia de la realidad. Era precisamente por esa naturaleza que la presencia de esta multitud enloquecida pareció extraña en cierta forma.
La situación esperada albergaba algo inesperado.
_Emilia: Todo el mundo parece estar disfrutando. Ella realmente merece el título de diva-san.
Aunque Emilia estaba ansiosa por atravesar la multitud para tener una buena vista, Subaru tenía un mal presentimiento sobre toda la situación.
Mientras se acercaban al frente de la concurrida audiencia, Subaru empezó a sentir una incómoda sensación de arrepentimiento.
_Subaru: …
Sin embargo, no podía poner en palabras ese sentimiento, y por eso no tenía excusa para detenerse.
Además, Emilia estaba deseando ver aquel alboroto por sí misma. Después de todo, Subaru no podía traicionar esos ojos amatista que brillaban con expectativa.
Poco después, el fanatismo de las masas se convirtió en una ronda estruendosa de aplausos, mientras ellos continuaban empujando a través de la multitud.
Es decir, la causa de ese alboroto estaba llegando a su fin. El lugar donde se concentraba la vista de la multitud se hizo visible.
Allí,
_Liliana: ¡Ese fue un baile realmente increíble! ¡Después de ver este extraordinario baile empecé a volverme loca!
_???: En absoluto, tu actuación y tu canto fueron los que capturaron completamente mi atención. Lo merecía. Ha pasado mucho tiempo desde que vi tal despliegue de habilidad.
Allí, hablando y estrechándose las manos entre sí, estaban la diva y una mujer de un llamativo vestido rojo sangre.
La intuición de Subaru había acertado.