— Listos para ese plan, el grupo llegó fuera de la oficina.
Todos estaban exhaustos física y mentalmente.
A pesar de todo, la esperanza de alcanzar su objetivo les llenó con la energía suficiente para mover sus cuerpos increíblemente heridos.
Y entonces, ese destello de esperanza —
_Subaru: ...No puede ser.
Subaru murmuró reflexivamente luego de alcanzar la parte superior de la escalera y asomarse al pasillo.
Otto asomó la cabeza por encima de él y Petra por debajo de él y, viendo todos lo mismo, estuvieron de acuerdo con Subaru con expresiones completamente estupefactas.
_Frederica: ¿Qué pasa? ¿La oficina del Amo...?
Frederica se sentó en las escaleras detrás de ellos mientras les preguntaba a los tres exploradores.
Pero, por sus reacciones, seguramente ella haya supuesto que la situación se veía mal.
Subaru atenuó el sonido de sus pasos mientras se daba la vuelta y dijo con bastante preocupación,
_Subaru: Hay uno muy feo asentado fuera de la maldita oficina.
A Subaru le recordaba al monstruo llamado Quimera.
Una cabeza como de león, y con el cuerpo delgado de un caballo o una cabra. Su larga cola se movía como una serpiente y, aunque la criatura era más pequeña que el hipopótamo de la domadora de mabestias, era lo suficientemente grande como para bloquear el amplio pasillo de la mansión. Una rara entidad que parecía haber salido de algún mito — con una destreza en combate fácilmente adivinable.
_Otto: Esa es... la mabestia Guiltylowe. Vi-vive en lo profundo de los bosques llenos de miasma, algo como el rey de las bestias... y ahora, en una aldea humana... Se supone que no es el tipo de mabestia que podrías llevar contigo a una mansión...
_Subaru: ¿Cuáles son las posibilidades de que lo estemos sobreestimando y en realidad sea un debilucho? Como que parezca eso, pero en realidad su personalidad sea suave y que le demos Katsuobushi y sea feliz, o algo así…
(NdT: Katsuobushi: Un alimento preparado a partir de atún listado seco, fermentado y ahumado.)
_Otto: No sé qué es Katsuobushi, pero ¿estás proponiendo acercarte a eso con comida? Probablemente terminarías cortado en dos por la bestia.
La declaración de Otto llevó a Subaru a pensar en lo enorme que era la cabeza de Guiltylowe.
De hecho, con una boca tan grande, Subaru era un aperitivo de dos bocados.
_Subaru: No, pero Garfiel transformado es aún más grande. Vale, vamos por él y comparemos sus tamaños. Si nuestro tipo es más grande, entonces él se escabullirá desanimado.
_Otto: Si volvemos por él, entonces esa mujer nos cortará en pedazos. Deja de hacer bromas, Natsuki-san… ¿Alguna idea?
Otto se divertía con las bromas de Subaru, pero su mirada estaba llena de expectativa.
Era como si esperara que a Subaru se le ocurriera alguna idea durante ese pequeño intercambio.
Pensando que Otto imponía unas expectativas ridículas, Subaru regresó la mirada a Frederica y Petra,
_Petra: Subaru.
_Frederica: Subaru-sama.
Y ellas también lo miraban con expectativa.
_Subaru: ...En serio, ¿qué clase de expectativas están depositando en mí?
Dando un gran suspiro, Subaru tembló por el peso de las grandes expectativas. Ajustó la posición de Rem en la espalda y cerró los ojos.
Subaru pensó en cuáles eran sus posibles fuerzas de combate actualmente.
Frederica estaba herida y Otto prácticamente no tenía magia. Ni Petra ni Subaru eran luchadores, y estaban en el tercer piso del ala principal de la mansión. No había manera de que pudieran llamar a Garfiel desde aquí, e incluso pensar en la ayuda de Beatrice era ridículo.
Lo cual significaba, que a Subaru sólo le quedaba pelear usando todo lo disponible, como siempre.
Las habilidades de cada uno, sus capacidades, los objetos disponibles, la situación del enemigo, los requisitos. Subaru pensaba en todo eso, consideraba todo, reflexionaba sobre todo eso — y suspiró.
_Subaru: Cuando parece que ni la fuerza física ni las fuerzas mágicas funcionarán… Es el momento de apostar todo en mi inigualable conocimiento del Siglo XXI.
※ ※ ※ ※ ※
Lo primero que atrajo la atención del Guiltylowe fue un sonido.
_Guiltylowe: —
Habiendo oído el resonar de un objeto golpear fuertemente una y otra y otra vez el suelo, Guiltylowe levantó el hocico.
El Silencioso Rey del Bosque. Algunas localidades efectivamente se referían al Guiltylowe como tal y, a diferencia de otras mabestias, él no realizaba ruidos prescindibles ni rugidos innecesarios.
Al contrario de su gran silueta y su apariencia extraña, se elevaba con destreza a través de los desperdicios, sin realizar el mínimo sonido al acercarse a su presa antes de asestar un único golpe mortal y matar a la criatura.
Esas cazas sigilosas y letales eran su punto fuerte.
Por eso, aunque su Ama ordenara esta caza basada en yacer en un solo lugar esperando realizar una emboscada, Guiltylowe sólo podía considerarlo como un desperdicio de sus habilidades.
Aunque, naturalmente, él no tenía una mínima intención de ser ingrato e ir en contra de las órdenes de su Ama.
Porque el quebrantamiento de su cuerno le permitió al Guiltylowe escapar de su maldición.
_Guiltylowe: —
El Guiltylowe meneó el hocico de un lado a otro, buscando la fuente del sonido mientras rumiaba las órdenes de su Ama.
Permanecer delante de la puerta, y cazar cualquier enemigo que pudiese acercarse — Ese fue el deber que le había sido ordenado al Guiltylowe, y el deseo de su Ama.
Tap, tap, tap. Esos sonidos desamparados claramente eran pasos.
Muchas criaturas bípedas, como su Ama, hacían ese sonido al caminar. Entre ellos había algunos realmente fuertes, que ni siquiera hacían ruido al caminar… sin embargo, el dueño de aquellas pisadas no lo era.
Eran indefensas, no calculadas, no intencionales, sin cuidado — No poseían una pizca de gracia.
El Guiltylowe dedujo que era un humano débil, irritante incluso para usarlo de alimento.
_Guiltylowe: —
Silenciosamente, el Guiltylowe se deslizó alejándose de la puerta.
Los pasos se oían desde la escalera oeste, la dirección desde la que había estado oyendo intermitentes sonidos de batalla desde hace algún tiempo.
El Guiltylowe sabía que su Ama había traído a otras mabestias. Ella había ordenado a muchas mabestias inferiores al Guiltylowe en cuanto a fuerza y tamaño que rodearan la mansión, pero su Ama le encargó que defendiera la puerta, se montó sobre una tonta mabestia grande y se fue a cazar.
El Guiltylowe no estaba satisfecho con que ella eligiera a esa bestia de tamaño meramente grande para su cacería y lo haya dejado a él para que vigilara la retaguardia. Pero si los enemigos al menos fueran fuertes, entonces podría estar de acuerdo con su razón para ser traído aquí, y preservaría el honor.
Por lo tanto, el Guiltylowe no hizo nada tan tonto como abandonar su puesto para atacar a los enemigos sin importar a qué bestias se enfrentaran, hasta que lograran llegar a este mismo lugar.
Un debilucho que no pudiera llegar hasta Guiltylowe, no era merecedor de una batalla.
Un debilucho masacrado por bestias más débiles que él, no ameritaba ser cazado.
Sin embargo, su presa había derrotado a las otras mabestias y había llegado a este lugar. Cuando Guiltylowe sintió su presencia, en su interior, se emocionó.
— ¿Y esto es lo que había estado esperando?
Algo frágil, ignorante de lo que significaba esconder su presencia, con tan débil sed de lucha.
Un movimiento de sus garras, o un brote de sus colmillos, haría que ese frágil e inferior ser se desbaratara en pedazos.
_Guiltylowe: —
Lo único que sentía en su interior fue ira. Solo ira.
Sus colmillos desgarrarían a la presa, sin consumir ningún trozo de carne, él la dejaría esparcida por el suelo.
Eso era lo único que aliviaría ese ardiente sentimiento de ofensa.
Siguiendo los pasos, Guiltylowe se movía sin proyectar ninguna sombra bajo la luz de la luna. Si había alguien que lo viera deslizando su gran silueta silenciosa, seguramente pensarían que estaban observando una pesadilla.
El asesino azabache se acercó a la fuente de los pasos encontrando que la presa parecía haberse detenido en la siguiente curva — el Guiltylowe sacó las garras para diseccionar a su presa por detrás.
_Guiltylowe: ¡—!
Sin el más mínimo sonido, el Guiltylowe estiró el cuello y atacó la espalda de la presa.
No obstante,
_Guiltylowe: ¿—?
La presa que atrapó, que sintió que había estado dentro del alcance de su ataque, no se veía por ningún lado. Inseguro de dónde mover la pata elevada, Guiltylowe se detuvo por un milisegundo, sintiendo que algo no cuadraba.
Él olfateó mientras giraba la cabeza.
¿Adónde se ha ido la tonta, frágil y débil presa?
_Guiltylowe: ¡—!
Una vez más, el ruido de las pisadas asaltó los oídos de Guiltylowe.
Bajó la cabeza y miró en dirección del sonido, para encontrar una respuesta en lo que parecía estar resonando en la escalera.
El ruido de los pasos de la presa, descendiendo, corriendo por la escalera.
Parecía que se habían dado cuenta de su presencia y aceleraron un poco para evitarlo.
Pero mientras el Guiltylowe se diera cuenta de eso, jamás permitiría huir a la presa.
El Guiltylowe giró la cabeza. Vio la puerta que su Ama le ordenó proteger.
Puede ser que se haya estado distanciando de su puesto, pero esa presa seguramente era la presa por la que su Ama le ordenó aquello.
Si matase a la presa, eso equivaldría a cumplir las órdenes de su Ama.
Con esa decisión, Guiltylowe persiguió a la presa que huyó torpemente.
De hecho, le estaba enseñando a la presa que, en cuanto le dieran la espalda —independientemente de si estaban dentro del alcance de sus ataques—, perderían cualquier medio de resistencia.
Para el Guiltylowe, quien se precipitó sobre las montañas y reinó sobre los bosques como Rey, la cacería de presas que huían era un acto diario de diversión.
La única presa digna de ser engullida en forma de carne por él, eran las verdaderamente fuertes.
Toda presa que le dio la espalda y perdió los colmillos para resistirse solo existía para que él no olvidara cómo se sentía la sangre y la violencia en sus garras y colmillos — y esta presa también debía aprender eso.
El Guiltylowe bajó la escalera, siguiendo las pisadas.
Pateó la pared en el descanso de la escalera, cruzando el aire hasta el piso de abajo. Llegó al segundo piso, luego al primero en busca de su presa y después llegó a la planta baja del edificio.
Percibió las distantes señales de lucha.
El olor de su Ama, y el hedor de la molesta bestia tonta que la acompañaba. Los aromas restantes pertenecían a la sangre y al acero, la fragancia de un guerrero.
_Guiltylowe: —
Si le fuera posible, preferiría aventurarse en esa dirección y participar de la lucha.
Deseaba blandir las garras y los colmillos en presencia de su Ama, desgarrando al guerrero y ahogándolo en un mar de sangre, saboreando la dulce victoria.
Sin embargo, no debía desear tal cosa en este momento, pues tenía órdenes que cumplir.
— Si cazara rápidamente a esta presa, tal vez se le permitiría participar.
_Guiltylowe: —ϡ .
El Guiltylowe sentía un ardor cada vez más intenso en sus colmillos, y su cuerpo temblaba.
Oyó los pasos nuevamente y acechó hasta escuchar una puerta que se cerró más abajo, en el oscuro pasillo, antes de mirar en dirección a la puerta recientemente cerrada.
Se acercó y, de pie silenciosamente ante la puerta, Guiltylowe utilizó su larga cola para abrir con destreza el portón.
No era la primera vez que invadía una morada de criaturas bípedas y blandía sus colmillos.
Él entendía la estructura de estas "puertas", por lo que comprimió su enorme silueta a través de la puerta mientras se escabullía en la habitación. Había anticipado que la presa estaría esperando aquí mismo en este momento, pero no pudo encontrar el más mínimo atisbo de ella y, una vez más, Guiltylowe sufrió una sorpresa total.
Pero su decepción esa vez no duró mucho.
_Guiltylowe: —
Girando la cabeza, la visión de Guiltylowe se posó en una esquina de la habitación — en el armario.
Del espacio entre las dos puertas del mueble, sobresalía la tela de la ropa de la presa. Seguramente entró en pánico y sus ropajes quedaron atrapados allí. La superficialidad de esta presa, creyendo que se escondían del Guiltylowe sin darse cuenta de eso, era humillante.
El Guiltylowe caminó silenciosamente. Se arrastró cerca del armario.
Levantó la cola, afiló la punta y no vaciló ni un segundo.
_Guiltylowe: ¡—!
Su puñalada atravesó fácilmente el armario como si su cola fuera una lanza.
Dejo un agujero redondo como si fuera hecho por un taladro — y muchos de ellos, agujeros del tamaño de una moneda aparecieron uno tras otro en el armario, ensartando a la patética presa que intentaba esconderse en su interior.
Cuando más de veinte agujeros cubrían el armario, el Guiltylowe dejó de atacar con la cola.
Extendió su pata delantera y tiró de la puerta del armario para poder observar a la patética presa muerta. La puerta perforada se abrió fácilmente y la presa dentro —
_Guiltylowe: —¿¡Grawh!?
En el instante en que Guiltylowe iba a confirmar la presencia de un cadáver, un ardiente golpe en la nariz le hizo retroceder.
Un hedor terriblemente intenso atravesó sus fosas nasales, la sensación era tan dolorosa que podía aullar. Miró rápidamente hacia atrás, donde se encontraba el armario, para encontrar una botella transparente, rota y derramando un líquido incoloro.
El hedor venía de esa sustancia. Y la presa no estaba dentro del armario.
La tela sobresaliente sólo había sido ropa del armario.
_Guiltylowe: ¡—!
Una vez más, oyendo el ruido de los pasos fuera de la habitación, Guiltylowe se dio la vuelta.
Su nariz no funcionaba, pero sus ojos y oídos estaban bien. Vio una sombra corriendo por el pasillo y, mientras lamentaba el desdén de su nariz discapacitada, la persiguió.
El Guiltylowe nunca había experimentado tal humillación en su vida
Esta no era una confrontación valiente y honesta contra Guiltylowe, quien había abrumado a todos sus enemigos que tuvo hasta este momento, ni quien fácilmente hundía sus colmillos en una presa que huía.
Esta era una entidad que luchaba tan horriblemente por su miserable vida que el Guiltylowe nunca había visto antes una presa así.
Sin duda, mátala. Asesínala. Aplástala, extiende sus restos sobre la tierra, pisotéala.
_Guiltylowe: —
Olvidando incluso silenciar sus pasos, la masiva silueta del Guiltylowe irrumpió en la habitación donde las pisadas huyeron.
Fácilmente atravesó las puertas gemelas. Lo que le dio la bienvenida fue una habitación notablemente más grande que las que había visto hasta ahora.
Una gran mesa se encontraba en el centro de la habitación, y en la parte posterior, había una chimenea.
Sobre el blanco mantel de la mesa estaban encendidos unos candelabros. En una habitación donde la luna era la única fuente de luz, las llamas parpadeaban embrujadas.
_Guiltylowe: —
El fuego irritaba al Guiltylowe.
Incluso durante el día, cuando la gran estrella de fuego blanco permanecía en el cielo, el Guiltylowe detestaba que el fuego estuviera cerca de él. Después de todo, el bosque en el que vivía quedó envuelto en llamas y perdió su pacífico hogar. Su cuerno estaba roto y comenzó a obedecer a su Ama durante esos sucesos, así que el fuego provocaba recuerdos tanto de liberación como de humillación para Guiltylowe.
_Guiltylowe: —
No oía pasos, pero oía otra cosa.
Frente a la puerta por la que acababa de entrar, en el otro extremo de la gran sala, había otra puerta.
Desde ese espacio, probablemente más estrecho, más allá de la puerta, percibió algo.
Guiltylowe olfateó, pero su sentido del olfato aún no se había recuperado. No podía oler el aroma de la presa orinándose de miedo. Cuando mutilara a su presa, probablemente tampoco sería capaz de oler o saborear su sangre correctamente, lo cual era una decepción.
Pero podía posponer esas sensaciones para otro momento, siempre y cuando lograra matar a la presa.
En este momento, sólo borrando esa sensación de humillación que ardía en su pecho y haciendo que la presa que lo deshonró gritara en su último aliento, le ofrecería al Guiltylowe algún consuelo.
_Guiltylowe: —
El Guiltylowe se dirigió directamente hacia la habitación. Luego apuñaló a la puerta con la cola. La llenó de agujeros igual que el armario, y abrió la puerta antes de tomar un respiro y saltar adentro.
_Guiltylowe: ¡¡—σσσ!!
Irrumpió en la habitación, rugiendo.
Su bramido intimidaba a la presa, asustaba al débil para que pudiera lograr una compensación con las garras y los colmillos clavados en su carne.
Azotó con la cola, repartiendo destrucción por toda la habitación, haciendo brotar polvo de las bolsas y las cajas destrozadas que estaban colocadas en las alacenas. Su pata delantera se estrelló contra el suelo rompiéndolo y triturándolo a través del tapete que cubría el suelo para hacer brotar polvo nuevamente desde abajo — pero no.
Esas columnas de polvo tan gruesas que bloqueaban la visión de Guiltylowe se estaban volviendo cada vez más gruesas.
_Guiltylowe: ¿¡—!?
La visión del Guiltylowe se ahogaba en blanco, lo cual invadió su tráquea en cuanto respiró, haciéndole toser. Una grandísima cantidad de harina o algo parecido estaba bailando en el aire.
Suficiente harina como para robarle su visibilidad, e incluso para robarle el aliento necesario para rugir.
_ ???: ¡Lo tenemos!
Alguien, una criatura, habló.
Guiltylowe no oyó su voz desde esa habitación, sino desde la anterior,
_???: Cómete esto, el alma de la ciencia — ¡¡Explosión de harina!!
Con un sonido, algo se lanzó en el cuarto cubierto de blanco. La cosa brillante era uno de los candelabros de la habitación anterior.
El candelabro golpeó la pared, su llama parpadeante cayó al suelo y se volvió más grande por un instante.
Guiltylowe: —
_???: ¿Q-qué…?
Pero eso fue todo.
El candelabro seguía caído en el suelo sin hacer nada en particular. El dueño de la voz sonaba como si hubiera malentendido algo, y Guiltylowe sabía que estaba de pie petrificado afuera de la habitación.
_Guiltylowe: ¡—ϡ!
Los instintos del Guiltylowe le decían que nunca tendría otra oportunidad como ésta. El enemigo había cometido un error, y si ese error no hubiera sucedido, Guiltylowe habría estado en peligro. Al comprender eso, el Guiltylowe retorció su cuerpo optando por escapar de esa habitación.
Si pudiera salir a una habitación espaciosa, un lugar donde pudiera mover las patas y la cola libremente, ningún plan que se le ocurriera a la presa presentaría algún problema.
Él usaría la abrumadora diferencia de poder para forzarlos a someterse y obtener la victoria.
No había necesidad de hacer nada más que eso—
_???: Sí, ¿no te lo dije? ¡Que en lugar de hacer esa cosa sin sentido…!
_???: ¡Es más rápido hacer esto!
Justo cuando Guiltylowe pensó en salir de la habitación, oyó hablar a dos presas más.
Una en voz baja y la otra en voz alta. En el instante en el que se dio cuenta que son presas de diferentes sexos, el Guiltylowe sintió que la alacena que se encontraba a sus espaldas se derrumbaba sobre él.
La cuerda que atravesaba la entrada estaba conectada a la pata de la alacena.
Tirando con fuerza, la alacena se derrumbó sobre el Guiltylowe. Pero su tamaño sólo le permitió golpear el enorme trasero de Guiltylowe.
La fuerza del golpe infringió al Guiltylowe un daño equivalente a cero.
Tomando el golpe con calma, Guiltylowe cortó la cuerda con las garras.
Y cuando se preparó definitivamente para saltar fuera de la habitación -
_Guiltylowe: ¿—?
La alacena se abrió y el líquido que se desbordó fluyó por todo el cuerpo de Guiltylowe.
Se sentía viscoso, a diferencia del agua. Era ligeramente amarillo, y tenerlo sobre su orgulloso pelaje negro era desagradable para el Guiltylowe.
Pero esa incomodidad desapareció al instante.
_Guiltylowe: ¿¡—¡?
_???: Con ustedes, la gran inversión personal de Otto Suwen en el comercio de aceite. ¡Llévate todo lo que desees!
La voz de la presa llamaba desde fuera del cuarto.
Pero el Guiltylowe no tenía margen de maniobra para pensar en la débil voz de la presa en este momento.
— El aceite que cubría su cuerpo se incendió, y la detestable llama le quemaba todo el cuerpo.
_Guiltylowe: ¡¡—ϡ!!
El Rey de las Bestias, descendido desde las llanuras y obsesionado para siempre con su trono en los cielos boscosos, sin saber nunca qué le había vencido, ardía en llamas tan grandes como su humillación.
_Subaru: Otto, si no recuerdo mal, habías mencionado algo sobre usar magia de agua y viento para hacer que los pasos resuenen lejos.
_Otto: ...Pues ahora que lo dices, creo que sí hablamos de eso antes; me impresiona que lo recordaras. No es imposible para mí hacer magia tan simple ni siquiera con el poco maná que tengo ahora, pero... ¿cómo lo usaría? La única vez que hago eso es cuando quiero que alguien se dé la vuelta por un momento.
_Subaru: La usaremos exactamente como dijiste. Haces resonar unos pasos, atraes su atención y los guías hacia una trampa. —Y luego yo lo golpeo con el poder de la ciencia.
_Otto: Suenas absurdamente seguro de esto, aunque ¿qué es exactamente este "poder de la ciencia"?
_Subaru: Simple, fuerte, una muerte segura: una explosión de polvo. Los métodos y materiales son sencillos y rápidos. Lo único que necesitas es un poco de fuego y harina. Si es tan poderoso como sé que es, será más que suficiente para matar a un solo monstruo.
※ ※ ※ ※ ※
_Otto: ...Eso fue lo que dijiste, entonces te creí y te ayudé en eso, ¡y esto es lo que pasa!
_Subaru: ¡Cállate! ¡El avance científico siempre viene con sacrificios! ¡¿Por qué no funcionó?! No había suficiente harina, o no había suficiente fuego, o... ¿Las leyes de la física son diferentes en este mundo? Así que por eso la explosión de polvo no...
_Petra: ¡Auughh! Nada de eso importa, ¡concéntrense en salir de aquí! Ahh, ¡oh no! ¡Oh no!
Petra interrumpió, gritando, la pelea de gritos de Subaru y Otto.
Los tres estaban en la cocina del primer piso, iluminados por el resplandor de las llamas.
Porque,
_Subaru: ¡Usaste demasiado aceite! ¡¿Cómo vamos a apagar esto?! ¡Se está extendiendo!
_Otto: ¡¿Crees que es posible ser tacaño con el aceite cuando se caza un monstruo tan ridículamente enorme?! Y si no pudiéramos apagar los materiales inflamables y simplemente los dejáramos allí, ¡los resultados serían los mismos de todos modos! ¡Definitivamente vas a pagar por esto después!
_Petra: ¡Deténganse, chicos! ¡No es momento para esto! ¡No podemos apagarlo! ¡Corran!
_Subaru: Suenas como un estudiante de secundaria que no se recupera de un percance con fuegos artificiales...
Dijo Subaru, exasperado, cuando notó que el mantel en sus manos se había encendido en llamas. El fuego no se apagaba por mucho que lo cubriera con el mantel, así que se resignó a tirar la tela al fuego.
El fuego de la despensa se había extendido en un instante, y las llamas habían comenzado a bordear también el comedor y la cocina. Parecía que las piedras mágicas que se usan para cocinar serían alcanzadas por el fuego y explotarían en cualquier momento.
_Subaru: Hemos sacrificado demasiado por esto...
Dijo Subaru, frunciendo el ceño mientras miraba hacia abajo al cadáver carbonizado que cayó en el umbral entre la despensa y el comedor. Era la bestia que estaba bloqueando la puerta de la oficina en el tercer piso, la que Otto atrajo abajo con su magia furtiva, y luego se cubrió con el aceite del almacén y se quemó hasta morir.
Tenía una inteligencia inversamente proporcional a su fuerza, y gentilmente activó cada una de las trampas sin sospechar nada. Afortunadamente, aparentemente era susceptible al fuego, entró en pánico cuando se prendió en llamas y se quemó sin hacer nada más.
Subaru se enfrentó a un dilema cuando su explosión de polvo falló, pero el plan de Otto y Petra de usar aceite los llevó a la victoria.
Por una vez, se podría decir que la incapacidad de Otto y Petra para entender las conferencias de Subaru sobre el terror de las explosiones de polvo, y la insistencia tonta de crear un plan de respaldo, los salvó.
Pero el problema que surgió de eso era que las llamas que mataron a la mabestia, incluso después de matar a la bestia, no se apagaron.
El fuego quemaba las paredes de la mansión, quemaba la comida dentro de la despensa, lenguas de fuego llegaban hasta las patas de la mesa del comedor.
Apestaba a humo, a un mundo fatal y ardiente. La visión de Subaru comenzó a nublarse. En esta tierra sin brigadas de bomberos, les faltaban magos de agua para apagar el fuego.
_Subaru: Sé que necesitábamos hacer esto, teniendo en cuenta que Garfiel y Elsa están luchando y las mabestias están merodeando... pero esto es tan grande que tendremos que reconstruir el edificio...
_Otto: Este no es el momento de discutirlo, Natsuki-san. Seguiremos a Frederica y escaparemos. Rápido, antes de que la escalera del tercer piso deje de existir.
_Petra: ¡Deprisa! ¡Deprisa!
Todo se sentía irreal para Subaru mientras observaba cómo las llamas envolvían el familiar paisaje; entonces, Petra y Otto lo jalaron de las mangas de su chaqueta.
Otto y Petra eran las únicas personas aquí además de Subaru. Frederica y Rem se separaron de ellos cuando comenzaron sus planes para atrapar a la mabestia, y también se les encomendó la tarea de juzgar cuándo la bestia se alejaba de la puerta, y luego asegurar el pasaje oculto en la oficina.
A Subaru le preocupaba confiarle la tarea a Frederica, quien estaba herida, y a Rem, pero pensando en la habilidad de combate pura, era un plan sensato. Incluso si Frederica era incapaz de usar un brazo, era más que capaz de derrotar a Subaru y Otto.
En cualquier caso, lograron repeler a la mabestia.
Mientras rezaban para que su percepción de la situación hubiera sido correcta y no hubiera otros enemigos en el pasaje, el equipo de Subaru salió corriendo del comedor y subió la escalera, en dirección al último piso.
_Subaru: ¿Qué hacemos si Garfiel muere en el fuego?
_Otto: ¡Seguramente Garfiel no es tan estúpido, estará bien! ¡Y es posible que escape atacando a través de las mabestias de afuera!
Subaru estaba preocupado por la propagación del fuego y en cómo eso despejaba el campo de batalla para Garfiel. Aunque lo que gritó Otto era cierto, Subaru se preguntaba si eso sería tan así.
Petra: ¡Frederica onee-sama!
Mientras Subaru le daba vueltas a la situación en su cabeza, los tres llegaron al tercer piso.
Sin aliento, Petra vio a Frederica de pie fuera de la oficina y la saludó con la mano. Frederica pareció percibir que la lucha del grupo fue exitosa, y justo después lució aliviada.
_Frederica: Qué alivio, ustedes están a salvo. Me reconforta que no falte nadie.
_Otto: Por favor, discúlpeme, ¿puedo preguntarle por qué dice esto mientras me mira fijamente? ¿Quiere decir que parece probable que yo desaparezca? Por favor, deténgase, ¡estoy a punto de llorar!
_Subaru: Sí, sí, solo cálmate, cálmate. Dejaremos para más adelante la mejora de su recepción, y por ahora pensaremos en cómo tratar nuestros problemas actuales. Frederica, ¿cómo está el pasaje?
_Frederica: Funciona sin problemas. Y he confirmado que el camino en sí también es seguro, al menos hasta la habitación interior... Por cierto, ¿soy yo o hay olor a quemado?
Frederica entrecerró los ojos mientras cuestionaba sobre el hedor. Subaru hizo una mueca de dolor, miró a Otto y a Petra, y ambos negaron con la cabeza.
_Subaru: Ahm, bueno, cometimos un par de errores, y el fuego que usamos para derrotar al monstruo fue realmente enorme. Y entonces...
_Frederica: La mansión ha empezado a arder... Suponía que el edificio no volvería a un estado de completa normalidad, pero ahora se quemará por completo... Aunque no se puede comparar con nuestras vidas.
_Subaru: Oh, lo entiendes. Sep. Sí, es un sacrificio inevitable.
_Frederica: Tengo poca conexión sentimental con esta mansión. En cambio, el sentimiento de Ram por el edificio probablemente es fuerte, así que mejor prepárate para un buen regaño después.
_Subaru: Wheuhghhh...
Imaginando el implacable e interminable castigo, Subaru de repente sintió temor por su reunión.
Pero era bueno que pudiera pensar en el futuro de esa forma. Frederica sonrió forzadamente ante la actitud de Subaru, y una atmósfera relajada se extendió por toda la escena.
_Subaru: En fin, nos hemos impuesto otro límite de tiempo, así que salgamos de aquí rápido. Frederica tomará la delantera, luego Petra y luego Otto. Si alcanzan una zona segura al salir del pasaje... No estoy seguro de en qué lado de la barrera estarán; pero, en cualquier caso, sigan las instrucciones de Frederica. El mejor plan es reunirse con los aldeanos que huyeron con Patrasche, si pueden.
Poniendo fin a las bromas, Subaru explicó rápidamente cuál era su dirección actual.
Las caras de Frederica y Otto se tensaron al asentir con la cabeza; pero Petra frunció el ceño, y al levantar su pequeña mano,
_Petra: ¿Subaru?... L-Lo que has dicho ha sonado un poco raro, ¿no? Casi suena como si no fueras a venir con nosotros...
_Subaru: —Así es. Lo siento, pero no me iré contigo. Nos separamos aquí.
_Petra: ¡¿Por qué?!
Gritó Petra sorprendida.
Ella extendió la mano y agarró la manga de él con sus dedos temblando, tratando de evitar que él se fuera.
_Petra: ¡Vamos a huir! ¡La mansión se está quemando, y hay muchos monstruos que dan miedo! Aunque pelees contra ellos, no podrás vencerlos, ¿verdad? ¿No huirás?
_Subaru: Bueno, tienes razón, así que no tengo excusas, pero no voy a pelear. Aunque supongo que, en cierto sentido, es una batalla.
Mientras se alegraba por la preocupación de Petra, Subaru desenganchó suavemente sus dedos. Él vio el dolor impregnar los grandes y redondos ojos de ella, causándole dolor a su corazón.
Otto le dio a ella golpecitos en los hombros por detrás, teniendo cuidado de no asustarla.
_Otto: Petra-chan. Natsuki-san tiene algo que hacer. Mientras no lo haga, no puede irse de la mansión.
_Petra: ¡Pero! ¡Subaru es débil! ¡Está en peligro! ¡Deberíamos dejarte atrás en su lugar, Otto-san!
_Otto: ¡No estás diciendo eso porque creas en mi fuerza, ¿verdad?!
Sacudiendo la cabeza, Petra miró a Subaru con lágrimas en los ojos. Subaru se arrodilló para ponerse al nivel de los ojos de Petra y le dio unas ligeras palmaditas en la cabeza.
_Subaru: Lo siento, Petra. Tú, Rem y Frederica escaparán de la mansión a salvo. Pero ese no es el único motivo por el que volví a la mansión. Todavía hay una persona más a la que tengo que sacar de aquí.
_Petra: ¿B-Beatrice, sama?
_Subaru: Sí. ¿La has visto?
Petra negó con la cabeza.
Hacía unos diez días que ella empezó a trabajar aquí. No había visto a esa chica encerrada ni una sola vez en el tiempo que llevaba viviendo aquí. En verdad, Beatrice se enclaustraba acérrimamente.
Aunque, en todo caso, Subaru también fue de los que nunca salía de su habitación excepto para ir al baño.
_Petra: ¿R-Realmente ella está por aquí? ¿No estás pensando demasiado, y engañándote a ti mismo de que ella...?
Aunque probablemente no tuviera la intención de hacerlo, Petra comenzó a dudar de la realidad.
¿Podría ser que esta persona sólo exista dentro de tu propia cabeza? Eso era lo que ella estaba preguntando.
_Subaru: Ella da muchos quebraderos de cabeza, es solitaria pero una completa entrometida, siempre intenta asumirlo todo sola y responde todas las preguntas por su cuenta y sufre por ello, no puede resolver los problemas por sí misma, así que quiere que otra persona lo termine por ella.
_Petra: …
_Subaru: Realmente preferiría no pensar que mi imaginación pudiese inventarse a alguien así. Si fantasease con alguien, sería con un personaje amable con su indicador de cariño nivel MAX.
Beatrice nunca haría ni una sola cosa que Subaru quisiera, no sabía qué deseaba ella o los demás, estaba tratando de dejar de pensar, y era el colmo de la molestia.
Y por eso, Subaru necesitaba enseñarle a ella.
_Subaru: ¿Sabes, Petra? Beatrice tiene básicamente la misma edad que tú. Y con lo madura que eres en muchos aspectos, podrías parecerte a su primera amiga.
_Petra: ¿Su primera amiga?
Subaru recordó el pasado que Theta le había mencionado.
Pensó en Lewes Meyer, la vieja amiga de Beatrice que dejó una cicatriz permanente en el corazón de la niña.
Puede que Beatrice y Lewes no lo hayan reconocido ellas mismas, pero desde una perspectiva externa, obviamente eran amigas.
_Subaru: Petra. Cuando yo regrese con Beatrice, definitivamente sé su amiga. Te gustará. Porque es muy divertido molestarla.
_Petra: ¿Más que a Otto-san?
_Subaru: Sí. Ya ni siquiera necesitarás a Otto nunca más.
Otto parecía que quería decir algo, pero Subaru conscientemente lo ignoró.
Él alejó la mano de la cabeza de Petra y se puso de pie.
_Subaru: Lo haré. Buscaré a Beatrice. Me esforzaré al máximo para evitar morir en el fuego; pero, si me quemo hasta morir, entonces quiero que aparezca en los registros que morí por culpa del aceite de Otto.
_Otto: Realmente preferiría que eso no pasara. Si no vuelves a salvo te daré una bofetada, lo juro.
Dijo Otto, enfadado, mientras ponía sus manos sobre los hombros de Petra y la acercaba a él.
Como si trazara una línea entre Subaru y ellos cuatro.
_Subaru: Frederica. Cuento contigo.
_Frederica: Sin importar mi salud, juro que abriré un camino para nuestra huida.
_Subaru: No te excedas. Si no podemos salvarte, no tendrá sentido que yo viniera hasta aquí.
Los ojos de Frederica se abrieron de par en par.
No era frecuente que Subaru la viera tan sorprendida. Se sentía bien de alguna forma.
Finalmente, Subaru miró a Rem, en la espalda de Frederica. La princesa dormida no mostraba señales de despedirse de Subaru.
No hay problema. El destino de Rem no es despedirse de Subaru. El destino de Subaru es darle la bienvenida.
_Petra: ¡Subaru, ten cuidado!
Dando la espalda a los cuatro, Subaru se lanzó a correr.
Incluso en su despedida, la voz de Petra llenó de emoción la espalda de Subaru. Pero él no miró hacia atrás.
Petra tampoco desearía que lo hiciera.
Las llamas se estaban extendiendo por toda la mansión.
— Con su mano sobre una puerta no afectada, Subaru debía preguntarse si este fuego alcanzaría la Biblioteca Prohibida.