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54.32% Pisotear los Cielos / Chapter 43: Capítulo 43

章節 43: Capítulo 43

Liam se despertó y notó varias cosas. La primera era que se encontraba en su cuarto, en la sala común de Ravenclaw. No había nadie más en la habitación así supuso que Dumbledore lo había llevado mientras estaba inconsciente.

También notó un sentimiento extraño, como si algo malo le fuera a pasar pronto, y lo atribuyó a lo que había cortado en su Segunda Separación. Tenía el conocimiento de las novelas xianxia de su mundo anterior, pero no había esperado algo parecido a una tribulación celestial hasta ese momento. Su maestro tampoco le había hablado de ello, así que probablemente no fuera algo común.

Sin embargo el hecho de que existiera una tribulación significaba que, o bien los cielos tenían una voluntad propia o algún cultivador desconocido había impuesto algunas leyes al mundo. Liam se decantaba más por la segunda opción.

Era cierto que, para establecer algún tipo de ley mundial, el cultivador debería ser inimaginablemente poderoso, pero ya había visto algo similar.

Entonces quedó la pregunta de por qué alguien haría algo así. ¿Quizás para controlar el crecimiento de los cultivadores? Era posible, sin embargo Liam solo podía formular hipótesis, sin probar nada.

Tampoco podía estar seguro del tiempo que le quedaba antes de tener que enfrontar la tribulación, pero podía adivinar que no serían más de cinco días y eso lo preocupaba. Una cosa era que él enfrentara la tribulación, pero al no saber cuándo ocurriría había una posibilidad de que tuviera gente a su lado.

La mejor idea sería probablemente aislarse hasta que pasara la tribulación. El bosque sería un buen lugar, de nuevo, pero se sintió mal al pensar en las posibles criaturas mágicas que morirían debido al proceso. Cuando luchó contra Dumbledore mantuvo una barrera hasta el ataque final, que la rompió. Aun así, ambos habían dirigido sus ataques hacia el cielo, por lo que el bosque no fue muy dañado.

El problema era que la tribulación lo llevaría al límite. La lucha contra su maestro fue agotadora, pero no había la tensión que tendría una batalla a muerte. Entonces no confiaba plenamente en poder concentrarse en sobrevivir mientras mantenía una barrera lo suficientemente poderosa como para restringir los rayos.

Fue entonces que se le ocurrió una idea. Quizás nadie más que él podría crear una barrera lo suficientemente poderosa, pero mantenerla era otra cosa. Liam podría levantar el hechizo y no tendría que hacer nada más, ya que la magia la suministraría la otra parte.

Justo cuando estaba pensando en quién podría hacer el trabajo, sintió algo que le hizo sonreír: alguien abriéndose paso a un nuevo Reino.

-Vaya, ese Ji Ming lo ha logrado finalmente -pensó, su sonrisa no desapareció mientras se movía por el castillo.

Encontró a su amigo desmayado en su habitación. Su magia era poderosa, incluso más que la suya con su recién adquirida Segunda Separación. Si su cuerpo fuera tan fuerte como el de Liam, probablemente ya hubiera superado a Dumbledore.

-El Reino de la Corroboración del Camino -Liam habló en voz baja y para sí mismo -. Tiene un concepto extraño.

Los dos primeros Reinos, la Recolección de Magia y la Formación del Núcleo, consistían en fortalecer la magia de uno, algunos podrían juntar esos dos para formar una primera fase en el camino del cultivador. La segunda, entonces, vendrían a ser la Separación del Espíritu y la Corroboración del Camino, en el que se les daba más importancia tanto a la moral y principios del propio cultivador, como a sus objetivos y metas.

Para esta segunda fase, lo más importante era una sola cosa: "Convicción". El cultivador no debía vacilar ni un solo momento a la hora de avanzar a través de cada uno de los avances. Era por esta razón que el último paso del Reino de la Corroboración del Camino se llamaba de esa forma, Convicción.

Ahora Ji Ming había logrado entrar en el Reino, pero antes de poder formar su Convicción necesitaría reafirmar sus Principios, que era un proceso más largo y tedioso de lo que se pensaría en un primer momento.

Dumbledore le explicó cuánto tiempo tardó él en cruzar esa parte... ¡Fueron diez años! Diez años de entrenamiento mental sin descanso. Sin embargo, una vez había logrado completar su entrenamiento, pudo decir con orgullo que era el mago más poderoso del mundo.

Voldemort aún estaba a medio camino y le llevaría varios años más lograr alcanzar el punto en el que estaba el director de Hogwarts.

Al cabo de unos minutos finalmente se despertó Ji Ming y vio a Liam, que le sonreía. Soltó una carcajada feliz.

-Lo has logrado -el primero en hablar fue Liam -. Ahora estás a la par con los mayores expertos del mundo.

-Eso es, a partir de ahora debo darlo todo -el cultivador chino tuvo un extraño momento de seriedad.

Por supuesto, Liam le había contado a su mejor amigo acerca del Reino Ancestro.

-Por cierto, Ji Ming, necesito que me ayudes en algo -al decir Liam estas palabras, su amigo se sorprendió, pues no era alguien muy propenso a pedir ayuda -. Recientemente logré la Segunda Separación, pero corté algo que, digamos, cabreó un poco a quienquiera que reine allí arriba.

Ji Ming se preocupó.

-He leído acerca de eso en la librería de cultivadores, en China -informó, sorprendiendo un poco a Liam -. Mi maestro también me contó que antaño, cuando los cultivadores enfurecían a los cielos al querer ascender demasiado rápido, relámpagos rojos bajaban y los destruían.

-Veo que sabes sobre el tema, eso ayudará -respondió Liam -. Necesito un favor bastante grande de tu parte. Para no afectar a la fauna del bosque quiero mantener una barrera activa mientras la tribulación cae sobre mí, pero para eso alguien debe sostener esa barrera con su propia magia.

Ji Ming lo entendió y accedió rápidamente.

-No te preocupes, déjamelo a mí.

Liam llamó rápidamente a Kuromaru, que apareció como si fuera una sombra y le entregó un mensaje para Dumbledore, no quería preocupar al director. Además, se le ocurrió otra cosa.

-¿Quieres que te acompañemos para ver como te juegas la vida? -preguntó Ron indrédulo.

Liam asintió.

-Harry pasara por momentos difíciles durante este Torneo y eso lo llevará a comprender mejor el mundo de la cultivación -explicó -. Así que quiero que vosotros también veáis una situación de este estilo.

-Pero... ¿es necesario que pases por esto, Liam? -cuestionó Hermione preocupada.

-Este es el precio de buscar poder, tienes que enfrentar situaciones de vida o muerte -sonrió al ver como sus dos alumnos se preocupaban por él -. Ya he pasado por varias antes, no será esta la que me derribe.

Llevó a los dos volando mientras Ji Ming le seguía.

-Por cierto, ¿alguno de vosotros está interesado en aprender acerca de las barreras? -preguntó mientras empezaba a formar al menos treinta de alto nivel.

Al no tener que aguantarlas con su magia, no se preocupaba por poner tantas. Ji Ming era más que capaz de mantenerlas activas durante incluso una semana, pues no tendría que hacer nada más.

Ron y Hermione, al ya siendo cultivadores, podían ignorar la ley de Transformaciones Elementales y, por lo tanto, transfigurar cualquier cosa en comida.

No fue hasta el tercer día que las cosas se intensificaron. El cielo se oscureció, pero no con nubes ordinarias. Liam entendió que la tribulación llegaría pronto, así que cubrió su cuerpo con varias barreras.

El primer relámpago fue demasiado rápido como para que cualquiera de los presentes lo esperara. Ron y Hermione gritaron al ver el destello rojo cayendo sobre su maestro.

Liam se mantuvo recto y de pie, gracias a sus barreras apenas había notado el golpe. Luego cayeron el segundo y el tercero, que lograron atravesar las barreras en el cuerpo del cultivador, haciéndole apretar los dientes al sentir la descarga.

Cayeron cinco más seguidos y Liam apenas resistió de pie, pequeñas descargas recorrían su cuerpo. Entendió que no aguantaría si continuaba actuando de forma pasiva.

Cuando cayeron los siguientes rayos, Liam invocó a Ama no Sakahoko y cortó a través de ellos, recibiendo solo el daño de las chispas rojas que su arma no logró cortar.

Los cielos retumbaron y empezaron a aparecer nubes rojas, como si de un ejército se tratara. Los espectadores vieron esto con un poco de horror, Liam era el que tenía el cuerpo más fuerte entre ellos y, aun así, estaba sufriendo por esos relámpagos.

Fortaleciendo su resolución, Liam se elevó del suelo, imponente como el poderoso cultivador que era. El terrible viento sacudió los árboles, pero no llegó a fuera de la barrera. El cultivador miró con ojos desafiantes las nubes rojas.

-Lánzame lo que quieras, tú que dominas las leyes de este mundo -habló en un tono alto y claro -. Sin embargo, debes saber que nada de lo que hagas logrará reprimirme. Corté mi conexión con los cielos para separarme de cualquier imposición de alguien más.

Su magia salió totalmente bajo control de su cuerpo, formando una capa azul que hacía brillar a Liam casi como un dios.

Los cielos tronaron, la tierra fue sacudida e innumerables destellos rojos cayeron en picado hacia Liam. Sin embargo él no los evitaría esta vez, ¡usaría la tribulación para fortalecerse!

Impactaron su cuerpo descubierto y rasgaron su camiseta, apretó los dientes y movió su puño, liberando un cañón de aire que destruyó todos los relámpagos.

Soltó una carcajada.

-Espero que esto no sea todo lo que tienes, de otra manera me sentiría muy decepcionado -las palabras provocativas hicieron temblar de rabia a los cielos.

Cayó un rayo más grande, de aproximadamente cinco metros de diámetro. Liam levantó la mano y agarró el relámpago con su palma. Le dolió, pero no le importaba. Retorció la electricidad roja y esta se deshizo.

Liam miró hacia arriba, hacia las nubes rojas, y sonrió salvajemente. Empezó a subir muy deprisa. Esta vez fueron seis relámpagos tan gruesos como el anterior los que descendieron hacia el chico.

Canalizó magia en sus puños y lanzó ambos hacia adelante, golpeando los rayos como si fueran sólidos. El choque provocó un sonido de gong que los tres espectadores escucharon. Liam consiguió deshacer cuatro de los seis, pero los otros dos lo golpearon y lo hicieron descender un poco.

Su cuerpo brillaba con electricidad y, sin que él lo supiera, algo empezó a formarse dentro de cuerpo.

Sin darle tiempo a Liam para recuperarse, nueve relámpagos más cayeron... ¡y eran el doble de gruesos que los anteriores!

El cultivador tosió sangre, pero volvió a girarse, cada vez le dolía menos el cuerpo. Sus ojos brillaron con el deseo de luchar. Una presión inmensa apareció en el área. Ron y Hermione no pudieron mantenerse de pie y cayeron al suelo, aunque ver a su maestro luchar de esta manera les creó una profunda impresión.

Liam soltó un grito y voló a toda velocidad hacia el cielo. Las nubes rojas empezaron a girar con rabia y pronto se formó un tornado de más de dos quilómetros de altura. Si no fuera por las protecciones establecidas por la barrera, que entre otros efectos no permitía que nadie viera lo que sucedía dentro.

Los tres espectadores solo podían ver la batalla debido a que así la configuró Liam.

El tornado giró furioso hacia Liam, que cubrió su cuerpo con aún más magia. En este punto la batalla parecía el enfrentamiento entre un sol azul en miniatura y un gigante rojo que arrasaba todo. El pelo de Liam revoloteó con el viento cuando ambas fuerzas colisionaron.

Liam apretó los dientes, el viento le estaba desgarrando la piel poco a poco, así que tenía que hacer algo. Empezó a mover los brazos como si quisiera darle un abrazo al tornado.

El gigante rojo empezó a retorcerse ante la fuerza del cultivador.

-Desaparece -ordenó Liam.

Hizo un último movimiento y el tornado desapareció. Durante la pelea había ido subiendo, y ahora se encontraba delante de las imponentes nubes rojas. Dentro de ellas se escucharon los truenos que resonaban como gritos de guerra.

-Estoy listo, dame lo mejor que tengas -Liam dijo en tono frío.

La electricidad se condensó hasta un punto casi inimaginable. Liam finalmente decidió darlo todo y su cuerpo se iluminó. Contrastaba con las nubes negras y rojas en el cielo.

-Ese rayo, no lo va a intentar combatir, verdad? -preguntó incrédula Hermione.

Ji Ming no respondió, confiaba en su amigo más que en cualquier otra persona.

-Esperemos que lo logré -dijo.

Entonces, con un silencio terrible, cayó el último rayo de la tribulación. Era tan grande como la más alta montaña en el planeta y tan grueso como el propio castillo de Hogwarts.

Liam vio pasar su vida por delante, sus experiencias y entrenamientos vividos con su maestro, con Ji Ming o con sus estudiantes.

-No voy a morir aquí -su voz no dejó espacio para discusión -. Treinta Dioses Ataque del Vacío.

Fue un ataque profundo, no hay otra palabra para describirlo. Liam movió su puño como si estuviera atravesando cristales, sintió que el espacio se removía en el trayecto de su golpe.

La colisión pareció suceder a cámara lenta y, por un momento, todo quedó en silencio... luego, explotó.

La explosión llenó todo el espacio en la barrera y rompió veintinueve de las treinta que Liam había colocado durante tres días de meticulosa preparación.

Ron y Hermione gritaron el nombre de su maestro y Ji Ming deshizo la barrera. Esperaron a que se desvaneciera el polvo.

Entonces vieron una figura en el aire. Liam sonrió y levantó el puño en señal de victoria. Su cuerpo, que estaba chamuscado y echaba humo, no quitó la sonrisa de su cara.

-Chúpate esta -le habló directamente al cielo.

Fin del capítulo.


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