En unos pocos minutos, Lin Huang alcanzó a Li Yanxing y al resto.
Viendo que Lin Huang estaba de vuelta, Li Yanxing advirtió una sombra en la esquina de su ojo. Leng Yuexin sintió algo raro, pero ninguno de ellos dijo nada. El hombre joven con sombrero entonces dijo, mientras reía: ―Pensé que habías sacrificado tu vida por el cuerpo muerto del monstruo.
―El Dragón de Armadura de Oro Carmesí todavía no estaba muerto y su sangre atraería a otros monstruos. No vale la pena si cambio mi vida por dinero. Yo solo tenía muchas ganas de orinar ―respondió Lin Huang inocentemente.
Escuchando su explicación, no dijeron nada, puesto que Lin Huang se acercaba a su destino y pronto se separarían.
No mucho más tarde, Lin Huang le preguntó a Leng Yuexin: ―Señorita Leng, ¿es el Dragón de Armadura de Oro Carmesí parte de los dragonantes?