```
—Oi. —Al oír su intención, la sonrisa de Shiro se contrajo mientras levantaba la mirada hacia él.
Sin embargo, en el momento en que levantó la vista, notó que él ya no estaba por ningún lado.
—¿Él... él acaba de escapar? —Shiro murmuró mientras su sonrisa se contraía.
—Estoy bastante segura de que si se hubiera quedado, ya lo habrías atravesado. —Nimue soltó una carcajada.
—Quiero decir, no estás equivocada pero ¿tiene que correr tan rápido? No es como si pudiera herirlo tan fácilmente para empezar.
—Diría que es más una cuestión de orgullo. Al fin y al cabo, está delante de sus subordinados. Perder así su primera vez sería una manera bastante mala de arruinar su reputación. —Mientras Nimue y Shiro conversaban, Keiko y Keomi estaban paradas no muy lejos detrás de ella con sus armas escogidas.
Viendo que Nan Tian había desaparecido, miraron las armas y se preguntaron si deberían devolverlas.