—¿Crees que es muy ruidoso? —Dongfang Moqing miró al hombre con máscara de rakasha de arriba abajo como si estuviera juzgando un producto.
—Es muy ruidoso —Shenlian Yingyue asintió.
—¡¡Malditos sean!! —El hombre estaba tan enfadado que no pudo controlar su poder y terminó destruyendo la mitad de la montaña junto a él, en las afueras de Ciudad Vela Dorada.
La Ciudad Vela Dorada estaba rodeada de frondosos bosques y altas montañas.
Ahora, el bosque y algunas montañas estaban arruinados por el poder del hombre solo. Es increíble que una persona pueda tener el poder de destruir todo.
—Por favor ve y colócate lejos. Si todos vienen, diles que no interfieran. Yo puedo ocuparme de él —Shenlian Yingyue le dijo seriamente a Dongfang Moqing.
—Ok —Él asintió y obedientemente voló de regreso a posarse en el árbol, manteniéndose en silencio como si fuera un don nadie.