—Para evitar sus intensas miradas, ella rápidamente terminó todos los bocadillos, se despidió de ellos y salió rápidamente del mundo pequeño.
Todo el mundo se culpaba por ahuyentar a la maestra. Especialmente Xiao Li y Lu Long, quienes empezaron a pelear por la fruta otra vez.
—Lu Long lanzó la fresa 🍓 a su boca y la tragó.
—¡Eh, cosa verde! ¡Robaste mi fresa! —Xiao Li saltó sobre la mesa y apuntó con su pata de zorro blanco a Lu Long, el caldero de dragón verde.
—No lo hice —Lu Long se quedó sin palabras. ¡Solo había recogido ese tazón de fresas del campo de fresas!
—¡Esas fresas las planté yo! —Xiao Li abrió bien sus redondos ojos morados.
—No puedo evitarlo; ¡soy el preciado caldero de píldoras de la maestra! —Lu Long encogió sus hombros y lanzó otra fresa a sus labios mientras levantaba las cejas a Xiao Li, con la intención de provocar la ira de Xiao Li.
—¡Maldición! ¡TÚ, DÉBIL CRIATURA VERDE, estás pidiendo una paliza!
—¿Qué dijiste, ZORRO BLANCO?