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Seguía siendo invierno, ¿quién abriría las ventanas por la noche? Huo Mian estaba segura de que había cerrado las ventanas antes de acostarse, ¿cómo podían abrirse de repente? ¿Alguien... había entrado?
Al pensar en eso, Huo Mian sintió que se le ponían todos los pelos de punta. Rodó por la cama y encendió la luz del dormitorio. Luego, bajó las escaleras con una linterna.
Después de revisar exhaustivamente toda la casa, Huo Mian no vio nada sospechoso y tampoco le faltaba nada... ¿Había sido una alucinación? No podía ser, las ventanas realmente estaban abiertas.
Inquieta y sin poder dormir, Huo Mian decidió llamar a los guardias de seguridad para pedirles la grabación de las cámaras de seguridad afuera de la casa de su madre. El guardia de seguridad no accedió hasta que Huo Mian le dio 1000 yuanes. Sin embargo... la grabación era completamente normal.