—No, me agrada este lugar.
Entonces Su Yu dio un par de pasos enromes y se sentó en una mesa de madera. Wei Liao y Tango Chuan lo siguieron. Qin Chu ladeó su cabeza para ver a Su Yu y asintió en su dirección, por lo menos, debía saludarlo.
Su Yu también era un hombre educado, por lo que asintió en respuesta al saludo de Qin Chu. Huo Mian estaba riendo cuando vio a Su Yu sentándose en la mesa al otro lado de la suya. Ella inmediatamente paró de reír, se volteó y se sentó al lado de Qin Chu.
Ella de verdad no sentía mucho por Su Yu pero la mirada de él hacía que el mundo entero sintiera celos de ella. Sin importar si ella estuviera llorando, riendo, o creando caos. Él amaba ver todo lo que ella hacía, y su mirada siempre denotaba emociones profundas.