—Yo solía pensar demasiado en cosas que realmente no importaban. Siempre estaba ansiosa por lo que sería la próxima cosa que sucediera, y eso a su vez me había hecho perder muchas cosas. Me sentí como un alma perdida en los siete años que he estado separada de Qin Chu. Ahora que él regresó, puedo sentirme despierta y viva de nuevo. Zhixin tenía razón, la vida es corta, y yo realmente no debería estar pensando tanto y preocupándome como una tonta. Debería tomar las cosas paso a paso. El hecho de que estoy junto a Qin Chu en este momento me hace muy feliz —dijo Huo Mian lentamente.
—¡Maldita sea, chica! Bien por ti por pensar así. Es verdad, cada uno tiene su propia forma de vida, y realmente no deberíamos complicar nuestras vidas. Qin Chu es Qin Chu, y su madre es su madre. Al final, te casaste con él, no con sus padres. Sabes, a pesar de su edad, el niño Zhixin es bastante filosófico. Debería acudir a él para que me guíe si alguna vez me siento mal, jaja.