—Ya no siento nada hacia él. El odio nace del amor, y ahora no siento ni amor ni odio hacia la familia Huo y el Señor Huo. Ustedes son como extraños para mí.
—Eh, esta es la primera vez que te oigo decir algo así de tu padre.
—No admitiré que es mi padre. Por mí, preferiría llamar padre al Sr. Jing, mi padrastro.
—Oh sí, escuché que el falleció hace tiempo, ¿cómo está tu madre?
—Ella se encuentra muy bien, gracias por preguntar.
Huo Mian se expresaba de manera muy educada, pero mantenía distancia.
—Tu madre hizo muy bien educándote. Dejando de lado la ropa sencilla, eres más bonita que Huo Yanyan —comentó Jiang Hong.
—Solo soy una ciudadana normal. No tengo derecho a ser comparada con alguien de alta sociedad; está siendo demasiado amable, Señora.