Eso era exactamente en lo que estaban trabajando. Habían logrado confirmar que Dolly era una de las amigas de Isabela y estaba en la misma casa que Benita el día de la boda.
Todas las evidencias apuntaban hacia ella, pero aún necesitaban una última pieza para confirmar que fue ella quien en realidad cargó el supuesto revólver vacío y, mejor aún, reemplazó el de Benita.
Pero todavía no se le había dado permiso para revelar nada a Lauren. Quién sabe cuán emocionada podría estar y terminar interfiriendo con la investigación inconscientemente.
—No lo sé —dijo Lauren mientras observaba a Steffan volver a su asiento.
—Solo siento que, ya que Dolly parecía más desesperada por tenerte que cualquiera de esas damas, sería más lógico que ella quisiera verme muerta. Además, Benita nunca quiso que yo muriera… si vamos a creer lo que dijo… solo quería asustarme para que no me casara contigo.