La herida de Abigail fue atendida. Agradeció al médico y salió. No lo vio por ahí.
—¿A dónde ha ido?
Recordó que él dijo que volvería en un minuto, pero no había venido a hablar con el médico. Supuso que todavía estaba en el teléfono.
Abigail supuso que algunos problemas habían surgido en el trabajo. Justo cuando giró para ir a la farmacia, lo vio en el vestíbulo.
Estaba con una mujer. Con la bata blanca que la mujer estaba poniendo, parecía ser una médica. Pero se veía triste, y Cristóbal parecía estar consolándola.
Los ojos de Abigail estaban en sus manos, que estaban apoyadas en los hombros de la mujer. Su pecho subía y bajaba rápidamente. No le gustaba la forma en que él la miraba.
Tanta ternura en sus ojos... Parecía importarle mucho esa mujer.
Cristóbal le acarició la cara y le secó las lágrimas. —Basta ya. Tienes que ser fuerte. Su voz era suave y calmante.
—Dos años, Chris... No puedo olvidar nada —Anastasia sollozó y lo abrazó.