—¡Shen Feiwan! —la voz de Fu Shiyan se hundió con una ira creciente.
Su rostro se tornó cada vez más severo.
Miró a Shen Feiwan desde su punto de vista más elevado.
Fu Shiyan era alto y robusto, casi llegando a los 188 cm, mientras que Shen Feiwan apenas alcanzaba los 163 cm.
Sin sus tacones, Shen Feiwan parecía excesivamente pequeña a su lado, y Fu Shiyan proyectaba fácilmente una abrumadora sensación de presión.
A ella no le gustaba esa sensación.
—Levanta la mirada —ordenó Fu Shiyan.
—Ya he dicho que no fue nada… ¡Ugh! —Shen Feiwan frunció el ceño hacia Fu Shiyan.
Su barbilla fue abruptamente atrapada por Fu Shiyan, apretando sus mejillas hacia afuera.
—Ouch… —el ceño de Shen Feiwan se frunció.
—¿Quién te golpeó? —preguntó Fu Shiyan.
Desde este ángulo, la huella del pulgar en su rostro se veía aún más evidente.
—Suéltame primero —dijo Shen Feiwan, resistiendo persistentemente.
La fría mirada de Fu Shiyan permaneció, pero aun así liberó su rostro.