Había pasado la mejor noche de mi vida junto al chico que amaba. Shinki era tierno y salvaje a la vez. Posesivo y protector.
Sentía que mi amor hacia él crecía cada vez más. Lo abrazaba con fuerza, mientras él sonreía rodeandome a su vez con sus brazos.
-¿Te quedarás con tu padre?
-¿Es lo que quieres que haga Shinki?
-Si mi amor, tu padre y tú se necesitan mutuamente.
Luego se colocó boca arriba y él se puso encima de mí, acariciando mis platinados cabellos mientras que yo colocaba mis manos sobre sus nalgas.
Nos besamos salvajemente, estabamos avidos el uno del otro. Cuánto nos amabamos por dios, al punto de volver a fundirnos en un mismo ser.
Cuando transcurrieron un par de horas más, nos duchamos juntos. Momentos luego estuvimos listos para desayunar, cuando su celular sonó.
Shinki atendió, y acorde iban pasando los segundos su rostro fue cambiando. Iba volviéndose mucho más oscuro.
- No...no se te ocurra hacerlo o te arrepentirás ¿oíste....Menma?
Cuando colgó se veía agitado, guardó su celular y tras colocarse su campera negra se disculpaba conmigo porque debería irse. Pero no permitiría que esa basura se Menma siga dañandolo.
Lo abracé con fuerza, podía sentir su intensa desesperación.
- Yo iré contigo
- No Boruto es...
- No me importa, nos ayudamos mutuamente ¿oíste?
-Gracias mi amor pero...no quisiera que lo veas...él...
- Ven mi amor, vamos pero no les diremos nada a mi papá aún.
-De acuerdo
Salimos con una excusa pero prometimos volver. Así fuimos a la mansión de Gaara, donde me iba a encontrar con el maldito de Menma. En el auto, Shinki me decía:
-Veas lo que veas por favor no me dejes Boruto.
- Nunca lo haré. Descuida mi amor.
Cuando llegamos ví asombrado la fachada de la mansión de los Sabaku, era inmensa. Cuando entramos oímos los gritos de un hombre que se acercó a nosotros furioso.
Al verlo me quedé en una pieza. Y al parecer no era el único. Quien estaba frente de nosotros era nada menos que el maldito abogado que tanto me acosaba.
-Tú - dijo el abogado - ¿Qué demonios haces aquí en mi casa?
- ¿Su casa? - miré a Shinki desconcertado sin lograr entender nada - Shinki ¿de qué habla? ¿Qué hace él aquí?
- ¿Acaso no lo sabes Boruto? - preguntó el abogado - Shinki es mi hijo.
Aquello me dejó helado por unos instantes, lo miré detenidamente y luego volví a ver a Shinki, sin encontrar otro parecido más que el color de sus cabellos.
-Shinki.....tú....él....¿él es...?
- Es Gaara Sabaku, mi padre - dijo con intenso dolor, luego mi miró a los ojos - Por eso te dije Boruto....veas lo que veas....no me dejes....
Aquello no me lo esperaba, nunca me imaginé que mi amado Shinki era el hijo del maldito abogado que tanto me acosaba y que quería destruir a mi papá.
-¿Que no te deje? Shinki ¿acaso sales con él? - Gaara estaba más que asombrado - ¿Es broma?
- No padre no lo es
- ¿El es el chico que me contaste? ¡¿Te volviste loco Shinki?!
- ¡No me grites padre!
Mi mundo se derrumbaba por segunda vez, pero en ésta ocasión fue peor ya que me sentí un imbécil por haber dañado a mi papá.
Miré nuevamente al abogado Sabaku con odio intenso y dije con voz de hielo:
- No dejaré que destruya a mi padre. ¿Me escuchó? Al fin lo alejé de la fortuna de mi padre. Maldito corrupto - luego miré a Shinki con dolor intenso - ¿Cuándo pensabas decirme la verdad?
Shinki me miraba con desesperación y dolor pero no dejé que me afecte. No delante de ellos.
- Vaya vaya ¿con que hay una pequeña reunión familiar aquí y nadie me dijo nada? - ahí apareció él, Menma, y rodeó a Gaara con su brazo derecho de forma posesiva - No te estás portando nada bien amor, me ocultas cosas y sabes perfectamente que odio que me ocultes cosas a mí - Pude notar el terror de Gaara y el odio de Shinki.
- No es así Menma, y-yo tampoco s-sabía nada.
- No te creo mi amor - Menma apretó a Gaara contra su cuerpo.
- Menma suelta a mi padre - dijo Shinki pero Gaara lo miró horrorizado - Él dice la verdad, no sabía nada sobre lo mío con Boruto. Ya estoy aquí tal como lo exigiste, sueltalo.
-¿Soltarlo? Pero si es mío, mi marido. Y nos amamos ¿verdad Gaara?
- V-Verdad M-Menma.
- Vamos a desayunar todos juntos entonces.
Sin decir nada más se fue arrastrando consigo a Gaara quien se veía sumiso y aterrado junto a su esposo. Nada que ver al cruel y altanero abogado que siempre solía ver.
Cuando quedamos solos Shinki derramaba lágrimas de pesar mientras me decía:
- Boruto por dios...no te vayas mi amor...yo...yo no...
- ¿Eres su cómplice también?
- ¡No! Yo fui y soy sincero cuando te digo que te amo Boruto.
- Te conté todo por dios y tú....tú nada me dijiste. ¿Por eso me hiciste quemar las amemanzas que él me enviaba? ¿Para no perjudicar a tu padre?
-No....no es así....yo en serio quería ayudarte Boruto.
-¡Mentira! ¡Todo fue una maldita mentira!
- No, no lo es. Te amo Boruto
Cuando quiso tocarme me alejé, no estaba preparado para ésto.
- No Shinki, no. Tú me....mentiste maldita sea.
- Mi padre era diferente antes de que conociera a Menma. Por favor creeme
- ¡Tu padre me acosa Shinki! - él cerró los ojos con pesar - Me amenaza y...y...me manoseó la última vez. Tú lo sabes porque te conté todo.
-Boruto mi amor...te supliqué que....que...no me dejes por favor....
- Ustedes quieren quedarse con el dinero dd mi papá y alejarme de él.
- No, yo no quiero eso.
- Y pensar que por tí estuve a punto de dejar a mi papá. Maldito....¡Maldito!
Sin oír nada más me fuí de ese horrendo lugar, solo quería matarme.
Acabar con mi vida y con todo. ¿Cómo era posible que me haya enamorado del hijo del maldito abogado corrupto? Y encima Shinki no me dijo nada.
Empezaba a deambular de nuevo sin rumbo cuando una voz me despertó. Frente mío estaba un viejo amigo.
- ¿Mitsuki?¿Eres tú?
- Boruto pero que sorpresa - Nos miramos unos instantes en silencio hasta que el dijo - No estas bien ¿verdad?
Mitsuki siempre fue así de perseptivo, él y yo fuimos compañeros del secundario. Lo miré desolado.
- Como siempre tienes razón Mitsuki.
- Vayamos por una cerveza.
-¿Como en los viejos tiempos Mitsuki?
- Así es Boruto.
Llamé a mi padre y le avisé que llegaría tarde y sin Shinki.
- Papá....perdón...perdón por....por haberte dañado anoche. Pero debes saber algo
- ¿Qué hijo?
- No te dejaré, no me importa qué pase, qué diga el maldito testamento. No me iré de tu lado.
- Me alegra saberlo hijo.
- Nos vemos más tarde.
Al guardar mi celular, sentí un inmensa dolor en mi pecho, porque había enfrentado a mi papá haciendolo sufrir por una mentira.
Mi amigo Mitsuki me esperaba en su moto. Suspiré profundo y me acerqué a él, sujeté el casco que me dió y tras colocarmelo, subí atrás.
-¡Sujétate Boruto!
Sin responder nada me aferré a su torso con fuerza. Él encendió el motor y nos alejamos del lugar y la zona aristócrata para adentrarnos en la zona sur.
Lo que los demás llamarían los pobres y el bajo. O sea mi auténtico hogar, sitio donde me crié.
A medida que me adentraba allí sentía que el tiempo nunca pasó. Me aferré a Mitsuki con mayor fuerza y respiré profundo. Tenía que relajarme.