Cuando Cassie terminó de hablar, Sunny permaneció en silencio por un momento. Luego, dijo:
—¿Algo más? ¿Más detalles?
La chica ciega negó con la cabeza.
—Debido a la ventisca, era difícil ver lo que rodeaba la isla en ruinas y ya estaba demasiado dañada como para reconocerla. Así que... no, no más detalles. Uh... llevabas una armadura de metal, creo. No el Manto del Titiritero.
Sunny se masajeó las sienes con una expresión sombría en su rostro.
—Bueno... no es tan malo como esperaba.
Cassie inclinó la cabeza un poco.
—¿No lo es?
Una sonrisa oscura apareció en sus labios.
—Ya sabemos que tus visiones son fáciles de malinterpretar. No nos has visto morir, realmente... ¿verdad? La luz apagándose en nuestros ojos, nuestros cuerpos destrozados, y así. Solo nos viste gravemente heridos y cayendo en la oscuridad. ¿Y qué? Ya he caído una vez en el Cielo Abajo, y aquí estoy, como nuevo.
La chica ciega titubeó.
—¿Cayó al Cielo Abajo?
Sunny hizo un gesto indiferente con la mano.