La noticia pronto se difundió como el viento por toda la ciudad de Jarrosus.
Todos se quedaron pasmados, incluido el castellano Isaac. Se sorprendieron por la alta habilidad del Gremio de la Magia. Para ellos, el Gremio de la Magia ahora era absolutamente un bandido que no atendía a razones. Mientras tanto, las fuerzas de Jarrosus habían mantenido una apariencia de calma, pues todo se hacía a puertas cerradas.
La lucha entre las fuerzas principales siempre había existido, pero nadie se había atrevido a ponerla sobre la mesa.
A menudo, dos fuerzas luchaban en secreto, pero, cuando los dos líderes se reunían, hablaban armoniosamente sobre vino y rosas. Era como cuando se realizó la subasta. De todas las fuerzas presentes, ¿quién no tenía alguna enemistad con otra? Pero, bajo la seducción de las treinta y tres botellas de poción mágica arcana, la subasta siguió sin problemas y nadie fue asesinado en el acto.