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—Creo, debe ser vuestro Sumo Sacerdote —dijo alguien.
¡Esta frase encendió de inmediato al público!
Para la gente de Miaojiang, aparte de su creencia en dioses y Buda, su figura más venerada es el Sumo Sacerdote.
¡En sus corazones, el Sumo Sacerdote es el ser más cercano a lo divino!
¡Él se comunica con el Cielo y la Tierra, y con los espíritus y deidades de abajo!
¡Sin embargo, el hombre ante ellos se atreve a profanar a su Sumo Sacerdote!
¡Cómo podría el Sumo Sacerdote hacerles algún daño!
¡El Sumo Sacerdote es su Guardián!
¡Este tipo está solo balbuceando!
El segundo hermano de Luo Qi empuña directamente el tenedor en sus manos hacia Ren Feifan.
El sonido del aire acelerado le señala a Ren Feifan la seriedad de la situación.
¡Sus buenas intenciones de ayudarlos fueron recibidas con tal trato!
Ren Feifan inicialmente quería ayudar a estas personas, pero ahora, ¡no tenía intención de ofrecer más ayuda!
De repente, Luo Qi se lanzó frente a Ren Feifan.