Wang Chen se sintió perjudicado, pero él no pudo aclarar el malentendido.
Había sido golpeado sin razón y ahora, lo estaban discriminando...
La enfermera que lo atendía probablemente odiaba a esas personas que rompían las relaciones de otros. Durante el tratamiento, el rostro de ella permaneció oscuro mientras le aplicaba el medicamento en sus heridas violentamente.
Le dolió tanto que Wang Chen sintió ganas de caer al suelo y dar vueltas del dolor...
Mientras esperaba fuera de la habitación, la cara de Shangxin se llenó de preocupación cuando escuchó los gritos que salían del interior de la misma.
Al ver la expresión de preocupación en su rostro, Tang Yuansi se acercó y le volteó la cara para que ella lo viera de frente. En voz baja, él le dijo:—¡Te puede gustar cualquiera, excepto Wang Chen!
—...
Qué loco.
Shangxin puso los ojos en blanco y lo ignoró. Ella se volteó para ver en dirección a la clínica.