El cuerpo de Ricktor estaba extremadamente herido, más de lo que admitiría. Repetía ciertas palabras en su cabeza: que aún estaba bien, que estaría bien, que aún podía luchar.
Estaba forzando su cuerpo, tratando de no enfocarse en el dolor que quedaba de su lucha con Crine. Su Qi era débil, pero lo imaginaba feroz y fuerte como un dragón. Mirando adelante, podía ver a Dame y a los demás luchando contra Murkel, luchando contra su padre.
Al final, sin embargo, cuando dio otro paso hacia adelante, sintió que su rodilla cedía y se tambaleó ligeramente hacia el suelo. Logró poner todo su peso en la rodilla para evitar caer completamente plano en el piso.
—Ricktor, ya te dije que estás demasiado golpeado —dijo Mada mientras él también bajaba, casi cayendo él mismo. Había sido golpeado por Crine y ahora la lucha para él había terminado. Toda la energía que había acumulado estaba escapando de su cuerpo.