—¿Tienes a alguien formidable de esa raza contigo y no sabes nada de él? ¿Esta es la inteligencia de la que presumes? —se burló la bruja.
—¿No es suficiente poder usarlo en tu contra? —replicó Oriana—. ¿Qué importa si no sé quién es o a qué raza pertenece? —Una sonrisa burlona se dibujó en su rostro—. Si me lo dices, podría incluso concederte una gota extra de mi sangre, así no te faltará durante el ritual.
Edna reconoció el sarcasmo y resopló —Descúbrelo por tu cuenta.
—Bien, de todas formas no me interesa saber sobre él —afirmó Oriana con indiferencia.