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Justo en ese momento, un número de guardias reales comenzó a entrar en la corte real, cargando pesadas cajas de almacenamiento de madera. Empezaron a colocarlas una por una en la corte real, abriendo las tapas para revelar su contenido.
Oro y plata. Cada caja estaba llena de lingotes de plata y oro, dejando a todos con los ojos abiertos. Tanta riqueza podría alimentar al reino entero durante un año. El que los poseyera era la persona más rica aquí presente.
—¿Qué es esto, Arlan? —preguntó Ailwin, tan sorprendido como todos los demás.