"\—¿Q-Qué... sabes...? —Las palabras que escaparon de sus labios eran apenas un susurro de pánico.
\En un torrente de cruda emoción, Arlan cerró la brecha entre ellos, sus rostros lo suficientemente cerca como para hacerla sentir su aliento acariciando sus mejillas.
\—Lo sé —dijo simplemente, su voz teñida de disculpa y algo más—. Por lo tanto, no estás permitida abandonarme. Quédate a mi lado como si nada hubiera cambiado.
\En su voz sincera había una súplica silenciosa.
\«¿Él lo sabía...? ¿De verdad? ¿Desde cuándo...?»
\La resistencia de Oriana se desmoronó al comenzar a sentirse nerviosa.
\—Su Alteza —empezó ella.
\Puso un dedo en sus labios para impedirle hablar. —No tienes permiso para hablar, a menos que sea para decir que te quedarás a mi lado.