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Mientras el cielo se oscurecía y el sol se escondía detrás del horizonte, Arlan se preparaba para dejar la mansión Wildridge con sus caballeros. Alex y Nathanial llegaron para unirse a ellos.
—¿Adónde van que llamaste al Señor Perryl de vuelta? —preguntó Oriana, descansando cómodamente en la cama.
—Ha habido un grupo misterioso rondando la capital durante un tiempo. Hemos capturado a algunos de ellos y esperamos encontrarnos con su líder esta noche —respondió Arlan, de pie frente al espejo.
Oriana dejó de lado la manta y salió de la cama para acercarse a él. —¿Son una amenaza? —Extendió su mano para ayudarlo con su abrigo oscuro.
—Aún no estamos seguros, pero sabemos que van tras Luis Mortimer. Necesitamos averiguar por qué y cuál es su exacto propósito —contestó él, permitiéndole ayudarlo.
—¿Estarás fuera por mucho tiempo?
—Podría tomar hasta la medianoche o algo así.
—¿Qué voy a hacer aquí sola? ¿Debería ir contigo?