"El mago luchaba por respirar, pero sin importar lo que hiciera, permanecía indefenso, incapaz de escapar del peligroso hombre frente a él. Se dio cuenta de que era imposible que este hombre fuera humano. ¿Cómo no pudo ver a través de él? ¿Podría ser que este poderoso hombre llevaba un antiguo artefacto que podía ocultar su verdadera raza?
Al siguiente momento, Arlan y ese mago desaparecieron del callejón, solo para aparecer muy lejos de la ciudad, en un lugar desierto en un bosque cercano. Arrojó a ese mago al suelo como si fuera un trozo de basura. El mago se arrastró por el suelo, queriendo escapar, pero antes de que pudiera pronunciar un conjuro, una espada atravesó su pierna derecha, haciendo que gritara de dolor.
—¡Ahhhhhhh!
No pasaron ni tres segundos cuando la punta de la espada atravesó la palma del mago, clavándola en el suelo.
—P-Para! Ten piedad
—Si te oigo intentar entonar un hechizo para escapar, cortaré tu otra pierna la próxima vez. ¿Entiendes? —dijo Arlan.