Ahora estaban justo afuera en medio del bosque. Aiden miraba a Jake directamente a los ojos.
Aiden estaba concentrado, su mirada firme. Le mostraría con quién tenía que lidiar.
—No tendrá más remedio que entrenarme después de que le muestre ese movimiento. —murmuró para sí mismo.
Durante los últimos días, Aiden había estado practicando un nuevo movimiento basado en uno de sus antiguos mentores.
—Camuflaje… Me pregunto cómo reaccionará —pensó Aiden.
Sabía lo impresionante que era verlo, y honestamente no podía esperar para ver si a Jake le interesaba.
—Entonces… eh… ¿qué se supone que debo hacer aquí? —preguntó Jake, actuando como si estuviera completamente desinteresado.
Aiden continuó mirándolo con la misma intensidad mientras decía:
—Simplemente mírame.
Unos segundos pasaron y Jake se preguntaba qué estaba pasando. Aiden aún no se había movido ni una pulgada, es decir, hasta que… él miró a los pies de Aiden.