Una vez que Caña regresó a su dormitorio, su despiadada actitud se quebró. La ira y el odio eran los sentimientos más prominentes que sentía en ese momento.
Su cuerpo entero temblaba, estaba furioso. Quería aplastar la cabeza de Mason cuando comenzó a hablar sobre Leane.
Leane…
Su dulce compañera.
Su compañera destinada, quien estaba embarazada de su hijo cuando fue asesinada brutalmente por el alfa Gerald. Él estuvo allí, observando impotente cuando el amor de su vida dio su último aliento, mientras destripaban su vientre y sacaban a su hijo.
Presenció toda esa pesadilla que lo volvió loco ante sus propios ojos.
Le costó todo lo que tenía para evitar matar a Mason en ese mismo momento, actuando con frialdad, como si eso ya no le molestara.
Caña se frotó bruscamente la cara y caminó hacia su cama, solo para encontrarse con Iris aún acurrucada en el sofá desde una esquina de su ojo.
Iris.
La única hija del alfa Gerald.