```
—Shizuka balbuceó, mientras nadaba de vuelta a la superficie y lanzaba una mirada furiosa al conejo que sonreía burlonamente frente a ella. La perspectiva de Kat había cambiado, y ahora estaba al lado de los dos hablantes. —¡¿Por qué hiciste eso, Amelie?! —gritó Shizuka.
—Amelie, el conejo en cuestión, se reía a carcajadas y luchaba con sus palabras —Yo no... ja... ja. Y tú solo... jejejeje... Fue... Jajaja, dame un momento.
—¡Solo espera hasta que vaya allí! —gruñó Shizuka, invocando un sello de un anillo para congelar el agua a su alrededor antes de subir y marchar hacia Amelie.
—Ok, Menor... ¿qué pasa con esas hombreras? No sé cómo se sostienen, y por qué son tan grandes. Especialmente considerando que apenas lleva algo más. Como que debe haber suficiente metal en una de esas cosas para hacerme una pieza completa para el pecho.